01
Aeropuerto de Palmera City.
Dos días antes de los eventos.
El capitán del vuelo anuncia que están apunto de aterrizar en Palmera City. Por lo que Alex mueve levemente la cabeza de Jaime quien está dormido sobre el hombro del otro.
– Hey – susurra Alex – Jaime despierta – El nombrado se queja un poco en respuesta – Vamos.
Jaime voltea un poco su rostro para ver a Alex – ¿Qué?
– Ya estamos a punto de llegar a casa – responde Alex – Ahora quítate de encima.
– Pero tus hombros son cómodos, Alex.
– Jaime, tu cabeza es pesada muévete.
– Bien – el nombrado se ríe mientras hace lo que su amigo le pide – Mandón.
–Tiene baba en la barbilla.
El otro rápidamente pasa su mano sobre su rostro para limpiarse – ¿Mañana iremos a buscar empleo en los bufetes? ¿O descansaremos unos días?
Alex se encoge de hombros – Tal vez... solo descanse esta tarde – murmura él.
Jaime asiente – ¿Me llamaras en la noche para conocer los planes que haremos?
– Por supuesto.
Alex y Jaime buscan sus maletas en l banda mecánica para poder salir al área de espera donde deben esta los miembros de sus familias.
– ¡Cómo extrañaba el clima de la ciudad!
Alex voltea a ver a su amigo con una expresión divertida – ¿Extrañabas sudar por el trasero?
Jaime maldice en español entre susurros – ¿Por qué te conté ese secreto?
– Estábamos jugando verdad o reto, y tú decidiste irte por la verdad.
– Tonto.
– Baboso – y Jaime le enseña la lengua fingiendo estar indignado – ¡Mira ahí están nuestras maletas!
Alex y Jaime se despiden antes de entrar al área de espera para buscar a su familiares – ¡No olvides llamarme, Alex!
– Te voy a bloquear llegando a casa – responde divertido el nombrado y Jaime lo empuja levemente – Bien, te llamare más tarde.
– ¿Cuándo serás amable conmigo, Alex?
– Cuando conozca a Ghost-Maker en persona.
En tanto la familia Herrera está sentada en unos bancos esperando a que Alejandro salga por fin por la puerta asignada al vuelo de Gotham.
– Javi, ¿trajiste el arreglo para tu hermano?
– Si, aquí esta mamá – Un joven delgado muestra un gran buque de rosas blancas.
– Cariño, tranquila – Un hombre alto besa la frente de la mujer a su lado – Alejandro dijo que el avión llegaría a las tres de la tarde.
– Querido, no he visto a mi bebé desde hace cuatro años – dice la mujer bajita – Por lo que no me pidas que me tranquilice.
Y en la punta contraria del aeropuerto se encuentra la familia Reyes platicando sobre no decirle a Jaime sobre el problema financiero que tienen por el momento para no arruinar la bienvenida.
– Yo le diré.
– ¡Estás loca!
– ¿Cómo? ¿Por qué no?
Un hombre mayor es quien le dice que es una mala idea a Milagros – Hasta las buenas noticias parecen malas cuando tú las dices, chata – y él se ríe – Además de que estas son muy malas noticias.
– Puedo ser alegre – susurra Milagros.
– Tu trabajo es el globo – le recuerda su mamá.
– Ojala pueda con eso.
Jaime se acerca sigilosamente a su familia – ¿Qué puedas con qué?
Alex se acerca a donde están sus padres con prisa alegre de volver a verlos – ¡Mi bebé! – grita la mujer bajita quien es la primera en abrazar a Alex.
– Mamá – dice Alex – Me estas dejando sin aire.
– No exageres, Alejandro – responde ella – Tenía cuatro años sin verte.
– Silvia, él nos llamaba a diario y venia en navidad – comenta el hombre alto.
– No es lo mismo, Miguel – y la nombrada besa toda la cara de Alex dejándole marca de besos rojos en ella – ¿Cómo estuvo tu vuelo?
– Estuvo bien, mamá – responde Alex intentando que su madre lo deje de abrazar – Sin turbulencias ni nada de eso.
– Mamá, suelta a mi hermanito para entregarle su regalo.
Silvia hace lo que su otro hijo le pide, y Javier se acerca a Alex para abrazarlo unos segundos y le entrega el arreglo.
– Gracias – susurra Alex – Te debo una Javier.
Su hermano mayor le guiña el ojo – Descuida.
Y el último en felicitar a Alex es su padre quien solo le da varias palmaditas en la espalda – Es bueno tenerte de vuelta, Alejandro.
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