Deberes y decisiones.
Capítulo 7.
Deberes y decisiones.
Duncan miró a Dylan entrar al recinto a paso veloz y detenerse frente al escritorio, comenzando a buscar algo entre los folios. Duncan se aproximó dispuesto a ayudarle, sin embargo, Dylan fue más rápido, pues en dos segundos ya tenía una hoja de papel en la mano.
—¿Crees que estén listos para su primera tarea?— preguntó el mayor a Duncan, haciendo referencia a los más jóvenes que habían estado en entrenamiento hasta ese entonces.
Asintió y agregó, —todos tiene experiencia en campo y han demostrado un buen desempeño.
—Bien— coincidió Dylan, —porque algunos saldrán a partir de mañana.
...
..
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Noah miró a ese pequeño ser: balbuceaba y agitaba las manos, pataleaba y estiraba las piernas vigorosamente. La noche anterior había decidido que haría lo posible por integrarse de nuevo a su rutina, por eso había llegado esa mañana, no muy temprano, a la oficina y no imaginó encontrarse con esta escena.
Horas antes, Lucian le había confesado lo contento que estaba por su decisión de salir de casa y lo arrepentido que estaba por no haber "disfrutado" antes de los momentos a su lado; sin duda una gran revelación por parte de Lucian, Noah debía reconocerlo; y lo hizo, incluso le pidió que ya no pensara en el pasado, sino en el futuro, un futuro juntos, de esa forma también le ayudaría a seguir adelante tras lo sucedido; de igual manera, le había pedido tiempo, tiempo para "ser como antes"; no es que le estuviera solicitando distancia, eso jamás, sino que, debido a las circunstancias, sentía que podría costarle un poco ser de nuevo él mismo, ser "cariñoso". Lucian lo había tomado muy bien, excelentemente bien, que inclusive le acompañó hasta su oficina y luego partió a la tienda.
Fue entonces cuando Noah se encontró con Samuel y Jared, este último con una niña en brazos y con la noticia de que ahora, esa pequeña, llamada Cassidy, estaba bajo su cuidado.
Noah recordaba, sabía que Jared congeniaba bastante bien con los niños, bueno, específicamente con su joven prima, Valentina; le había visto ser atento con ella y cumplirle, de vez en cuando, algunos caprichos. Sin embargo, no le imaginaba cambando pañales, preparando botellas de fórmula y arrullando a un bebé a mitad de la noche.
—Noah, ¿me estás escuchando?
Por supuesto que no.
—Sí, claro.
Jared le miró entrecerrando los ojos, evidentemente no le creía; Samuel también le miró algo dubitativo.
—Entonces, ¿has hablado con tu padre sobre ello?— insistió Jared.
¿Hablado?, ¿sobre qué? Después de por fin salir de su habitación, en los últimos días había visto a su padre en casa, pero el intercambio de palabras había sido mínimo, además, Isaac se había mantenido ocupado y la mayor parte del día en la oficina, era su manera de "sobrellevar" la pérdida.
—Sí— respondió.
Jared asintió, —bien—, le observó una última vez y luego fijó su atención en el carrito, caminó hasta él y se acuclilló para dejar a Cassie; la niña por poco se había quitado un zapato debido a tanto movimiento.
Noah se acercó también, respondiendo con un sonido gutural a la despedida de Samuel, el beta abandonó la oficina.
—Así que... ¿ahora ustedes tienen una hija?— preguntó por aquello que le había causado impresión, y ¿por qué no admitirlo para sí mismo?: preguntó por los detalles que le habían estado quemado la cabeza durante los últimos segundos.
—Le estamos ofreciendo un hogar temporal— explicó Jared sin mirarle, no por descortesía, sino por el diminuto zapato que se negaba a mantenerse en su lugar.
—Oh, ¿eso quiere decir que no debo hacerme ilusiones? El título de tío Noah quedará totalmente descartado de mi lista de deseos.
Dejó de intentar ajustar el zapato y giró lentamente para mirarle, Noah tenía una trémula sonrisa en los labios; ante ello, Jared no sabía exactamente qué responder, ya que intuyó que cualquier cosa llevaría a la mención de Liam.
Jared tragó saliva y se relamió los labios haciendo algo de tiempo para buscar las palabras adecuadas, —creo que-
Pero Noah le interrumpió, seguramente notó su titubeo previo, y exclamó, —oye, ¿por qué no me dejas hacerlo?— con un movimiento de cabeza señaló a la pequeña en el carrito.
Jared se hizo a un lado, dejándole espacio para que maniobrara con el calzado infantil
—Hola, Cassie— le habló el beta, —¿te has portado bien?—, le sostuvo de su bracito y tiró con suavidad de él antes de advertirle, —debes tener cuidado, Jared es un poco gruñón.
El aludido estuvo a punto de reclamar, pero prefirió dejar que Noah continuara, su parloteo era una buena señal.
El resto de la mañana transcurrió bastante de prisa, Jared se dio cuenta que Noah en realidad no había hablado con su padre sobre el asunto, sino que había llegado esa mañana sin previo aviso; Isaac al principio estuvo algo renuente, pero al final aceptó que su hijo se incorporara de nuevo a sus labores, entre ellas el seguimiento del proyecto de la fundación; el punto decisivo fue el argumento de Noah: Liam estaría orgulloso.
Jared, sabiamente, decidió no inmiscuirse en aquello, incluso, fue benéfico para él, pues al estar Noah en la administración del corporativo, Jared podría reunirse con Dylan y Duncan. No obstante, algo que le inquietaba era el hecho de que Isaac no le había explicado a Noah esa "otra parte" de los negocios; Jared sospechaba que Isaac temía por la salud mental de Noah, pero también intuía que a Noah no iba a gustarle para nada descubrir, en algún momento, que existían cosas que le habían estado ocultando.
Pero no era momento para hablar de ello, hablaría con Isaac en privado sobre ese asunto en otra ocasión; ya que, por la tarde, se trasladó hasta el lugar de entrenamiento donde Dylan, Duncan y los más jóvenes en entrenamiento se encontraban.
Duncan miró a Johan mientras este afilaba el par de dagas, esas que Duncan le había obsequiado en su último cumpleaños.
—¿Irás también?— preguntó Johan, mirándole de soslayo, prestando atención a su labor y refiriéndose a la tarea que llevarían a cabo.
—Aún no lo sé— dijo sincero, era cierto que los más jóvenes estaban listos para un enfrentamiento, pero Dylan había dejado entrever que, al menos en esta ocasión, les acompañaría un elemento con más experiencia.
—Si no eres tú, ¿será Dylan?— indagó Johan.
Duncan se encogió de hombros, —o David, aún no se ha decidido.
—Será mejor que lo hagan rápido, mañana temprano partiremos— añadió Johan, pues a un grupo se le asignaría la tarea de próximo día.
Duncan asintió, justo cuando percibía el sonido de un auto; no estaba muy lejos de la puerta principal, por ello pudo hacerlo; incluso Johan lo supo. El beta se dirigió a la salida, seguramente era Jared, él le había telefoneado minutos antes, avisándole de su visita debido a la aparición de Noah en la oficina.
Duncan salió del edificio y bajó los pocos escalones de concreto para llegar al estacionamiento; el lugar estaba ubicado fuera de la ciudad, por lo que vegetación rodeaba las instalaciones. Cuando abandonó las escaleras y llegó al pavimento, alcanzó a notar por el rabillo del ojo un leve movimiento, más allá de la plancha de asfalto que fungía como estacionamiento, entre la maleza; parpadeó y giró un poco el rostro, intentando percibir algo más. La propiedad estaba rodeada de un enrejado, una malla metálica, por lo que se podía ver a través de él. Las hojas de los arbustos y de los árboles no tan altos se mecían suavemente, esa tarde la brisa era bastante serena, permaneció unos instantes a la expectativa; no hubo nada.
La puerta del vehículo al ser abierta y luego el grito infantil de Cassie le hicieron desistir de su búsqueda visual; caminó con rapidez hasta el auto que había aparcado y lo primero que hizo fue sonreírle y besar a Jared en la mejilla, antes de tomar a Cassidy de su silla de viaje.
Jared tomó la maleta pañalera y cerró el auto, luego se acercó a su esposo, iba a acariciarle la frente, echarle el flequillo hacia atrás, pero notó que la atención del beta no estaba en él; Duncan sostenía a Cassie con firmeza, pero su mirada iba más allá, pasaba sobre el hombro de Jared, hasta la vegetación que se encontraba a poco más diez metros de distancia.
—¿Qué sucede?— preguntó y también buscó con la mirada en aquella dirección.
Puede que estuviera exagerando y fuera solo un ave, pero los sentidos de Duncan habían registrado un movimiento.
—Vi algo, entre los arbustos— explicó y con la mano libre sujetó la de Jared, tirando de él para ingresar al edificio.
El otro lobo se dejó arrastrar por su pareja al interior, no sin antes mirar sobre su hombro; más allá del enrejado no había más que plantas.
Dylan finalizó la llamada telefónica, Nicholas le había anunciado que él junto con Sirhan estarían de regreso, además de la, hasta el momento, infructífera espera de un nuevo ataque en Rilltown.
No se inmutó cuando Duncan, juntos con Jared y la pequeña que actualmente estaba a su cuidado ingresaron a la sala.
—Hay cámaras en la periferia, ¿cierto?— fue la pregunta de Duncan.
—Sí, por supuesto— respondió Dylan.
El beta se acercó a la mesa donde esta a la computadora, manteniendo a Cassie apoyada en su cadera, sosteniéndola con la mano izquierda, mientras que con la derecha manipuló el equipo de cómputo.
Pudiera ser su imaginación, pero quiso asegurarse, por eso revisó hasta las grabaciones de minutos antes; no había nada más que un par de reptiles pequeños y medianos rondando cerca de la malla metálica. Solo entonces se relajó un poco; incluso suspiró casi al mismo instante que Jared le acariciaba la espalda baja, seguramente con el mismo objetivo: tranquilizarle.
—Creo que solo fue mi imaginación— anunció Duncan; Dylan, que observó junto con ellos los videos, no tuvo que preguntar más, con lo presenciado tuvo suficiente para atar cabos.
Y una vez zanjado ese asunto, Dylan fue al asunto que apremiaba.
—Mañana, un grupo saldrá hacia el este— exclamó el mayor presente, —David ha localizado un posible nido.
—¿Quiénes integrarán el grupo?— preguntó Duncan.
—Johan, Cameron, Jacob y uno de nosot-
—Yo iré—, Jared fue decidido y rápido al tomar la palabra.
Días antes, habían hablado sobre la posibilidad de "involucrarse más" en las misiones y tareas específicas del grupo; pero Duncan no pudo evitar girar medio cuerpo para mirar, entre atónito y airado, a su esposo; abrió la boca para decir que él también estaba dispuesto a ir, pero el pataleo de Cassie le hizo desistir; es decir, no es que la hubiera olvidado, pues la tenía anclada a su cadera, sino que le hizo pensar mejor qué decir o, mejor dicho, no hacerlo por el momento.
Dylan no era tonto ni ajeno al ambiente que se instaló, miró a Duncan y luego a Jared, queriendo corroborar el asunto, —¿estás seguro?
—Solo será el reconocimiento del área, ¿o no?— dijo Jared, con la intención de quitarle peso al asunto, de dejar en claro que no sería algo peligroso.
—Básicamente, sí— respondió Dylan, —además, de ser posible, Nicholas o Sirhan se incorporarán a su grupo, depende de a qué hora arriben.
—¿Sirhan?— preguntó Jared, sabía de su existencia, había leído los informes, pero no le conocía.
Asintió, —será un gran apoyo.
...
..
.
De regreso a sus viviendas, cuando Johan, Camerón y Zoe entraron al apartamento que compartían, Jared supo que era momento de, alguna forma, enfrentar a Duncan. Cuando se suscitó el incidente en Rilltown, Jared le había pedido a su esposo que le viera como su igual, Duncan había aceptado y respetado ese acuerdo hasta entonces. Jared también sabía que no había sido muy acertado de su parte "arrebatarles a todos" el lugar en el equipo, porque prácticamente eso había hecho al interrumpir a Dylan y exclamar "yo iré"; pero es que lo necesitaba.
—Duncan, ¿estás enfadado?— preguntó una vez estuvieron dentro de su apartamento.
El beta suspiró, —no lo sé, puede que sí, pero no contigo— caminó a la habitación de Cassidy, ella había quedado rendida al sueño; por lo que iba a ser colocada en su cuna.
¿Qué significaba eso? Pero casi al instante, Jared lo comprendió, se puso en sus zapatos.
Así que le siguió y le vio arropar a la pequeña; Jared también echó una inspección visual, asegurándose que todo en la habitación infantil estuviera en orden.
Luego, caminó tras Duncan fuera de la habitación y en el pasillo lo abordó, le sujetó de uno de sus bíceps y le hizo girarse para mirarle de frente.
—Sé que estás intranquilo— le dio un ligero apretón, —diablos, yo también lo estaría si tú tuvieras que ir.
Duncan se movió para soltarse del agarré y tomar a su esposo de ambas manos a la altura de su abdomen, las acarició y preguntó, —¿por qué el apuro?—, sí, él había notado la rapidez de su intervención en aquél diálogo.
Jared se relamió los labios, —porque si uno de los dos tiene que ir, definitivamente no vas a ser tú, sino, ¿quién cuidaría de Cassie?— sonrió ligeramente, —eres excelente cumpliendo las labores del hogar.
El ceño de Duncan se frunció, ese precioso ojo café y aquél blanquecino sin vida se entrecerraron; absolutamente el beta no lucía ofendido, sino incrédulo, sospechaba, sabía que no era todo.
La leve curva en los labios de Jared se borró, —es por mi madre—, agachó un poco el rostro y confesó, —desde que supe que cazaba a estos monstruos, lo único que se me ha ocurrido para estar cerca de ella es hacer lo mismo.
Jared tembló cuando su esposo recorrió sus manos, todo lo largo de sus brazos, pasando por los hombros, los costados del cuello y finalmente sus mejillas; haciendo que levantara el rostro. Los dedos de Duncan eran fuertes, ásperos y algo callosos; pero su toque era suave, agradable y sumamente dulce.
—¿Suena como algo ridículo?— preguntó.
Duncan negó y luego apoyó la frente en la suya, —si es importante para ti, lo es para mi también.
¿Cómo es que podía seguir sintiendo las mariposas en el estómago con el mismo ardor que la primera vez? Un cosquilleo sumamente agradable invadió el cuerpo de Jared cuando Duncan le besó en la boca; cerró los párpados y se dejó llevar por ese movimiento cadencioso y perfecto.
No quiso abrir los ojos, ni siquiera cuando, después de algunos instantes, su esposo susurró sobre sus labios, —debes ser cuidadoso, ahora no estoy enfadado, pero lo voy a estar muchísimo si llegas a hacerte daño.
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ESPACIO PARA CHARLAR: Lamento los errores de dedo, coherencia y otros más; tengo prisa y no lo pude revisar, ya saben, por eso de no tener PC ando compartiendo y pues debo adaptarme al tiempo disponible.
Sirhan se unirá al grupo, al menos en algunos acontecimientos; de alguna manera, tarde o temprano, tiene que encontrarse con Duncan; el asunto es... ¿le revelará su identidad? J Ya veremos.
Con la última frase, puede que Duncan se haya escuchado/visto algo posesivo, pero debemos comprenderlo: ver/saber que su esposo está herido le volvería loco. Gracias por continuar la historia.
Ósculos virtuales a todos ~
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