La calma antes del huracán

Eligió no pensar.

El sábado se encerró en la habitación y practicó todo lo que pudo para las audiciones del día siguiente, su celular timbró muchas veces, cuando descubrió que no era el mensaje esperado, eligió apagarlo y hundir la mente en algún lugar lejano a todo el desastre que se estaba formando.

Sólo era temporal, después de cumplir con sus obligaciones y luchar un poco por alcanzar sus metas, regresaría la atención al mismo lugar y entonces sospecharía de nuevo sobre lo que Yoongi estaba escondiendo.

No se sentía una especie de Sherlock Holmes ni era del tipo de personas que disfrutaban de entrometerse en la vida de los demás, sólo era un hombre frustrado que de un día para otro era la única persona que no sabía algo.

Porque todos actuaban como si supieran todo lo que era Jimin, todos.

¿Desde cuándo estaba tan rodeado de él?

—¿Cómo te sientes? —Namjoon puso una mano en su hombro y masajeó un poco—. ¿Nervioso?

El auditorio donde se harían las audiciones le pertenecía a la universidad y era uno de los más grandes, desde que llegaron al lugar, Jungkook no pudo evitar detener la mirada en todo el equipo actualizado de iluminación y efectos visuales, todo estaba limpio, bien cuidado, ningún asiento tenía manchas y ese ni siquiera era el recinto donde se haría el concurso oficial. 

Fantaseaba tanto con pisar escenarios aún más grandes a partir de aquí, esa motivación lo ayudaba a soportar los nervios.

—Demasiado —susurró—, pero me calma saber que somos muy buenos para lograr esto.

—Veo que has ganado más confianza.

Los ojos de Namjoon lo miraron con afecto,  recordaba perfectamente la primera vez que hablaron, Namjoon lo había escuchado cantar de casualidad mientras pasaba afuera de su club de piano, después de eso se acercó y le contó de su idea de formar una banda, era una invitación para ser el vocalista.

Jungkook estaba entusiasmado con la idea, pero la emoción no fue suficiente para quitarle la vergüenza, pasaron alrededor de una hora en el club de piano con Jungkook tratando de cantar algo sin lograr que ningún sonido saliera. 

—Hagamos esto, ve a casa, practica un rato, agarra una canción de tu gusto y grábala, no tiene que ser la canción completa, está bien si sólo cantas una estrofa, quiero escucharte cantar algo, ¿de acuerdo? Ya sé que cantas bien, pero necesito una muestra para Yoongi, es mi ex compañero de cuarto y con quien estoy empezando este plan.

—En verdad quiero participar, pero... —Jungkook soltó un gran suspiro y se derrumbó en la silla—. ¡Dios! Es tan difícil luchar contra los nervios, creo que no seré de mucha ayuda si ni siquiera puedo cantar frente a ti, así que sólo me queda agradecerte.

—No trates de dejar pasar esto, tengo oídos y sé que eres la mejor voz que he escuchado hasta ahora, ¿no dijiste algo sobre tener un sueño de ser cantante?

—Lo tengo, es sólo que...

—Con eso es suficiente, haz lo que te digo, ¿tienes alguna guitarra?

—Tengo una eléctrica, algo vieja, pero todavía sirve.

—Perfecto, ve a casa y graba ese audio, nosotros te ayudaremos con eso del pánico.

—No estoy seguro...

—Sólo inténtalo, ¿de acuerdo? —Namjoon levantó su mano hacia el contrario.

—De acuerdo.

Ese apretón de manos marcó el inicio de una amistad larga y un viaje musical entretenido lleno de metas y esperanzas.

Hoy estaban avanzando.

—¿Están listos? —Hoseok apareció detrás de ellos con las baquetas en las manos.

—Casi —Namjoon suspiró—. ¿Ustedes?

—Por un carajo que no, estoy jodido por los nervios —respondió Yoongi tronando sus dedos, lo había estado haciendo desde que llegaron al lugar, sólo buscando qué hueso aún era capaz de hacer ruido.

—Jungkookie, ¿por qué no vas al baño a despejarte 5 minutos? Estás pálido, todavía tenemos un poco de tiempo.

Apreció la preocupación de Hoseok en el fondo de su mente. Estaba muy confiado con las habilidades de la banda, de lo que no se sentía tan confiado era de sí mismo y su pánico escénico, no quería arruinarlo como en el ensayo, quería demostrar lo mucho que se había esforzado.

—Iré rápido, cuiden de mi guitarra.

Obedeció a las órdenes y corrió hasta los baños del auditorio para echarse agua en el rostro tres veces y pensar en silencio.

Una banda ya estaba tocando, el vocalista sonaba genial mientras interpretaba una canción de Guns N' Roses, su voz parecía una sola con el rock, debía estarlo disfrutando.

No eran la única banda de rock, en su camino a los baños se cruzó con una fila de grupos afinando sus instrumentos, tarareando y repasando la letra de sus canciones una y otra vez, por supuesto que había talento en un concurso así de grande.

—¿Ojitos?

Una voz grave y juguetona sonó en uno de los cubículos, las cejas de Jungkook se inclinaron con confusión.

—¿Taehyung?

—Sabía que eras tú.

—¿Cómo...?

—Ya sé reconocer tus suspiros. 

Escuchó el ruido del váter tras jalar la palanca y luego Taehyung salió de ahí tan sonriente, llevaba puesta una chaqueta de cuero color roja sobre un conjunto de ropa oscura, si había algo que aplaudirle era su gran gusto por la moda.

—¿No es tu banda la que sigue después de esta?

—Lo es.

Jungkook regresó la atención al lavabo y volvió a mojarse la cara, no sabía si eso ayudaba de algo, pero le gustaba creer que sí.

—Vas a desgastar tu rostro —se burló Taehyung—. ¿Estás nervioso?

—¿Qué haces aquí?

—Sólo vine a ver a un amigo —Taehyung se recargó en la hilera de mármol de espaldas al espejo e inspeccionó el rostro frustrado de Jungkook—, luego recordé que su banda también estaría aquí, por lo que decidí quedarme un rato más, ya sabes, para escuchar tu linda voz y burlarme de las habilidades de Yoongi.

—No me sorprende —Jungkook sonrió a medias—. ¿Quién es tu amigo?

—No te diré.

—Eso tampoco me sorprende.

—A mí sí me sorprende verte en medio de una crisis, ¿quieres hablar?

—No creo que tenga mucho tiempo para hablar...

—Habrá una pausa después de la banda que está, yo creo que tenemos tiempo suficiente, así que dime, ¿hay un pensamiento en particular que te tenga así?

Jungkook soltó un suspiro cansado y pensó en silencio, muchas cosas en su cabeza lo hacían sentir así, la lista era larga y las palabras para expresarlo eran escasas. Tomó una toalla de papel para secarse y se recargó junto a Taehyung.

—Nunca he sido bueno para estar en público, supongo que lo has notado, incluso cuando participo en clase me pongo un poco ansioso, detesto ser el centro de atención y todo eso... es como si hubiera corrido un maratón y mis piernas se volvieran de gelatina.

—Qué ironía. 

—Lo sé, alguien que quiere ser cantante normalmente no es así —susurró con la mirada fija en un punto vacío—, pero me da miedo no cumplir con las expectativas de los demás o hacerlo mal y que se burlen de mí.

—A la mierda los demás —bufó Taehyung—, la única persona a la que deberías querer sorprender es a ti mismo, el mundo siempre tendrá algo que decir, estarás bien para algunos y mal para otros, sin embargo, al final del día la única opinión que te hará enloquecer será la de tu propia cabeza.

—Es fácil decirlo —resopló.

—Lo sé, todo suena fácil —Taehyung se encogió de hombros—, lo único que sé es que conforme te arriesgues, eventualmente se volverá más sencillo y un día cuando mires hacia atrás te sentirás sorprendido por todo lo que habrás avanzado.

Una sonrisa genuina apareció en el rostro de Jungkook tras escuchar sus palabras, Taehyung era más de lo que aparentaba y su pecho revoloteaba de emoción ante la idea de volverse cercano a una persona tan genial como él.

—Suenas como un anciano.

Una sonrisa divertida apareció en el rostro de Taehyung.

—Vivo con uno.

Jungkook no tuvo que preguntar más, sabía perfectamente a quién se refería.

—Tengo que irme —anunció tras recuperar la noción del tiempo—, deben de estarme esperando.

—Haz lo tuyo, Ojitos.

Después de esa corta conversación consiguió disipar una parte de sus nervios y al pisar el escenario repitió las palabras de Taehyung en su cabeza una y otra vez, todo el miedo estaba en su mente, nadie más aparte de él tenía control sobre eso.

Nadie.

Al final de la canción, ante las luces cegadoras que alumbraban el escenario, observó al público y le regaló una sonrisa corta a Taehyung, quien lo miraba desde los asientos más lejanos con los ojos llenos de asombro.

Los jueces discutieron entre ellos, no era fácil escuchar lo que decían, sin embargo, sus expresiones eran muy buenas.

Aún con todas las señas que apuntaban hacia un buen pronóstico para el concurso, sentía un vacío familiar en el lugar.

Como la falta de alguien.

Alguien que alguna vez estuvo ahí.

.

.

.

Terminaron las audiciones y los resultados fueron entregados casi de inmediato.

Jungkook se sentía tan feliz, era el día más emocionante del año, si no lo puntuaba en lo más alto era porque todavía tenía esa confianza de que ganarían el concurso al final de todas las etapas, confiaba en las habilidades de la banda y por suerte los demás se sentían igual que él.

Fueron a un restaurante para festejar, uno de los mejores de la ciudad, desde que entraron el olor de la deliciosa comida italiana inundó las fosas nasales de Jungkook, ¡cómo amaba comer! Los ojos le brillaron con alegría desde que leyó la carta, casi se derritió al ver el apartado de pastas.

Sin embargo, en medio de esa felicidad, la tensión entre dos integrantes de la mesa era palpable.

Yoongi y Seokjin, ambos ni siquiera se dirigían la mirada y se ignoraban como si ni siquiera se conocieran, esa era la razón por la cual nunca se les veía en el mismo lugar, porque se odiaban, el desgrado era incluso más grande que el que Jungkook le tenía a Yoongi, no obstante, aquí estaban sentados en la misma mesa uno frente a otro para festejar el logro.

¿La razón por la que Seokjin estaba ahí? Aparte de que era el novio de Namjoon y ambos eran como chicles, él estaba costeando la cena y también había apoyado en la renta del estudio, tenía todo el derecho de festejar con ellos.

Yoongi estuvo jugueteando con la servilleta en silencio mientras los demás hablaban hasta que el tema cambió a algo sobre la banda, después de eso fue el turno de Seokjin de salir de la plática y mantener la mirada sobre cualquier cosa irrelevante como los cubiertos.

Namjoon comenzó a hablar.

—Sé que todavía tenemos tiempo para la primera etapa del concurso, pero estaba pensando en que podríamos irnos con dream clouds, es de nuestras primeras composiciones, es mejor empezar yendo a lo seguro.

—Hubiera preferido la canción que hicimos en verano —susurró Hoseok—, nos sale bastante bien.

—Jungkook aún tiene detalles que arreglar al cantarla —contestó Yoongi—. La opción de Namjoon es buena, además es bastante animada para empezar esto, usualmente las canciones sentimentales se dejan para la final.

—No tenemos más de tres canciones sentimentales, Yoongi —respondió Jungkook—, también podemos hacer un cover.

—Prefiero que conservemos la originalidad —habló Namjoon—, así podrán fijarse más rápido en nuestra propia música, cuando empiecen las vacaciones navideñas podríamos usar los covers para trabajar en establecimientos y recaudar más dinero.

—Me gusta el concepto de la originalidad —dijo Yoongi aun jugando con la servilleta—, pero si las personas no conocen la canción no podrán emocionarse y cantar con nosotros, al menos en las primeras dos etapas necesitamos apuntar a lo clásico para que los demás se sientan familiarizados, tenemos que ganarnos al público.

No importaba cuánto detestara Jungkook a Yoongi, jamás podría negar que el bajista tenía buenas ideas y una gran contribución en la composición de las canciones, ojalá fuera menos idiota o mínimo menos sarcástico, tal vez le habría caído mejor.

—Navidad —suspiró Hoseok con cariño—. ¿Recuerdan cuando tocamos por primera vez en esa posada con instrumentos prestados?

—Tu nariz estaba roja como la de ese reno —se burló Yoongi—, y casi nos roban las baquetas.

—¿Podrías concentrarte en las cosas buenas? —se quejó Hoseok con un tono juguetón—. Muchas personas querían mi número, ese día estalló mi popularidad.

—Te subiste a bailar a una mesa, rompiste una botella, le tiraste unos nachos encima a alguien, después te tropezaste en las escaleras de...-

—¡Suficiente! —Las mejillas de Hoseok se colorearon de un rojo intenso por los comentarios de Yoongi—. No fui el único que hizo cosas malas.

—Por supuesto que no, Namjoon perdió las llaves de mi auto y las encontramos en una jarra de ponche, después estuvo vomitando todo el camino.

Jungkook sonrió ante el recuerdo.

—A ti alguien te vomitó encima —atacó Namjoon.

—Por lo menos no fui el idiota sobrio que consiguió que nos llevara una grúa por no ver el cartel de "prohibido estacionarse" —contestó Yoongi.

Un sonrojo furioso apareció en el rostro de Jungkook mientras Yoongi lo miraba de reojo, ese momento había sido vergonzoso, pero todo tenía una justificación, Jungkook estaba muy seguro de que aquella vez ese cartel estaba siendo tapado por alguna persona o algo, muy seguro.

—Ese ni siquiera era el tema —masculló—. ¿Podemos elegir una canción y ya?

De pronto Seokjin y Namjoon se miraron entre sí.

—Dejémoslo para mañana —propuso Namjoon—, hoy sólo disfrutemos la cena y relajémonos un rato.

Después de que la comida llegó a la mesa el ambiente se volvió más pacífico. Seokjin y Hoseok hablaban entre ellos de vez en cuando, Yoongi comía en silencio y Namjoon le contaba algunas cosas a Jungkook cuando recordaba algo importante, después de tantos días con el tiempo reducido había mucho que compartir entre el par de mejores amigos.

Y nada podía ser mejor.

Hasta que el celular de Yoongi comenzó a timbrar.

La primera vez lo apagó de inmediato y siguió comiendo, ganándose la curiosidad de la mesa, la segunda vez dudó un poco antes de volver a rechazar la llamada y los demás intentaron ignorarlo, pero la tercera vez sus propios nervios se hicieron palpables en la mesa.

—Puedes contestar —avisó Namjoon—, no te preocupes por nosotros.

—Oh, no... no es eso, sólo que no es tan importante, supongo que lo silenciaré.

Encendió el celular y la pantalla se iluminó de nuevo con una llamada.

Profesor Hyun.

—¿No es tu profesor de solfeo? —preguntó Namjoon, Yoongi casi dejó caer el celular luego de escucharlo—. Puede ser algo importante.

—¿Eh?... Sí, sí, es él... Le enviaré un mensaje.

Soltó el cubierto y tecleó con ambas manos, sus expresiones fueron cambiando mientras tecleaba hasta ponerse casi pálido que incluso Jungkook se sintió preocupado.

—¿Sucede algo, Yoon? —esta vez fue Hoseok quien preguntó.

—Una emergencia...

Yoongi se puso de pie casi de inmediato sin dejar de teclear, Namjoon bajó sus cubiertos y se puso de pie también.

—¿Te vas?

—Tengo que hacerlo —Yoongi guardó su celular y recogió su abrigo lo más rápido que pudo—. Gracias por la cena, lo siento, pero necesito apresurarme.

—No te disculpes, maneja con cuidado, ¿sí? —pidió Namjoon antes de volverse a sentar.

—Seguro, les enviaré mensaje en cuanto pueda —dirigió una mirada a Hoseok—. ¿Te llamo en la noche?

Hoseok sonrió y asintió con la cabeza.

Después de eso despareció casi corriendo.

Jungkook tuvo un extraño presentimiento, no quería hacerse de teorías, pero algo en su mente le afirmaba con seguridad que ese que llamaba no era su profesor y que era alguien más, no tenía sentido que rechazara tres veces seguidas la llamada de alguien que podía arruinar su promedio, además ya lo había escuchado hablar sobre ese profesor, no era tolerante, imposible que tolerara algo así. Además, ¿una emergencia? 

—Estoy satisfecho —Jungkook sobó su abdomen—, todavía tengo que terminar mi ensayo, así que creo que me retiraré.

—Yo también tengo que irme, aún tengo proyectos pendientes —contestó Namjoon—. ¿Nos vamos todos juntos?

—Los llevaré en mi auto —ofreció Seokjin—, parece que ha empezado a llover afuera.

Y era cierto, al pagar la cuenta y salir del restaurante se encontraron con una lluvia torrencial acompañada de truenos y relámpagos.

Jungkook no pudo evitar que una nube de pensamientos se cerniera sobre su cabeza, todo lo que pudo sentir fue frío.

.

.

Se mantuvo casi pegado a la ventana mientras terminaba el ensayo, aún llovía, no había llovido así de fuerte en todo el mes, ni siquiera el día que llegó a la residencia.

Agudizó su oído y estuvo alerta de cualquier movimiento afuera de su habitación, sólo para saber si Yoongi llegaba, tal vez estaba siendo paranoico al formarse teorías conspirativas sobre la relación que el bajista pudiera tener con Jimin, ni siquiera era de su incumbencia, pero no podía apartarlo de su mente.

Para él los buenos eventos del día perdieron su encanto, su pierna derecha seguía inquieta como un tic nervioso desde que había tomado asiento en el escritorio, no creía en los presentimientos, no obstante, sólo esa palabra podía describir lo que estaba experimentando.

Algo estaba pasando con Jimin, estaba molesto y preocupado, tal vez más preocupado que molesto.

¿Dónde demonios estaba?

Un par de golpes en la puerta detuvieron el torbellino de emociones, los pies de Jungkook se movieron rápido y en un par de segundo la puerta ya estaba abierta, ni siquiera se detuvo a preguntar quién era, sus ojos hallaron por sí solos la sorpresa de una visita inusual.

—Dahyun, ¿qué haces aquí? —peinó su cabello disimuladamente—. ¿Pasó algo?

No tuvo una respuesta inmediata, la chica ya lo había tomado de la mano y lo estaba llevando hasta las escaleras, Jungkook se dejó llevar por costumbre, intrigado por la actitud apurada de la chica.

—¿A dónde estamos yendo? —preguntó sin dejar de seguirla.

—¡Es Jimin! —gritó en un susurro—.  Se metió en una pelea, Yoongi lo trajo, pero no puede subirlo por su propia cuenta, está tan herido... ¡Necesitas ayudarlo!

—¡¿Jimin?!

Dahyun apretó su mano y siseó.

—Podrían escucharnos, Yoongi fue muy claro en que teníamos que ser silenciosos —susurró.

No había nada que meditar, Jimin estaba herido y necesitaba de su ayuda, así que aceleró el paso incluso dejando a la recepcionista atrás, su corazón latía, la sangre apenas llegaba a sus dedos. 

¿Qué tan mal tenía que estar como para no poder subir por su cuenta?

¿Por qué cuando se trataba de Jimin se formaban escenarios preocupantes en su cabeza?

¿Por qué sentía tanto miedo?

Al llegar a la recepción lo encontró acurrucado en tres sillas de la sala de espera en una posición demasiado incómoda, Yoongi estaba agachado a su lado susurrándole cosas.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal y su cuerpo empezó a hormiguear.

A la distancia era difícil ver bien la expresión de Jimin, su cabellera rubia le cubría la mirada y a cada paso el desastre se veía peor, una gota de sangre bajaba por su barbilla y su respiración apenas era perceptible.

¿Qué había pasado?

El inicio del desastre estaba detrás de nosotros, lamento que no pude verlo.

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No acaba aquí, esto es actualización doble, así que puedes seguir deslizando.


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