Desmantelando secretos

—Tomemos un descanso —pidió Hoseok al ver que nadie decía nada. 

El ambiente era peculiar, no se sentía agradable, Namjoon no estaba de buen humor, Hoseok hacía su mejor intento, Yoongi no paraba de mirar a Jungkook y este último todo lo que hacía era equivocarse. 

—Chicos, tienen que tomarse esto en serio, las audiciones son en tres días, ¿por qué demonios hay tantos fallos? Pensé que ya lo teníamos pulido. 

—No hables en plural, Namjoon —contestó Yoongi—, todos sabemos quién lo está arruinando. 

—Necesitamos un descanso —insistió Hoseok sin alzar la voz—, hemos estado ensayando muchos días, la presión sólo aumentará los errores. 

Jungkook mordió su labio inferior y caminó hasta una silla lejana que estaba en una esquina del estudio para afinar su guitarra mientras los chicos regresaban a lo suyo. Era cierto, él lo estaba arruinando, intentaba poner su mente en la música, pero en todo lo que podía pensar era en esas disculpas, en lo asustado que se vio Jimin en ese momento y la manera en la que dudó tanto mientras lo veía a los ojos e intentaba tocarlo. 

¿A dónde diablos se había ido?

—Al parecer eres tan cercano al enemigo mortal de Namjoon, ¿me pregunto qué pensará sobre eso? —canturreó Yoongi en un susurro mientras se servía un vaso de agua del dispensador que estaba junto a él. 

—Ni siquiera te atrevas, Min. 

Jungkook miró de reojo a Hoseok, estaba sentado frente a la batería observándolos sin mucha discreción, era extraño verlos tan de cerca sin intentar pelear. Agachó la cabeza y mantuvo la mirada en la guitarra mientras seguía afinándola.

—No soy ese tipo de persona, Jeon. 

—Más te vale —masculló. 

Yoongi bebió algunos tragos del vaso y después volvió a hablar. 

—Estaban tan estúpidamente cerca que pensé que iban a besarse en cualquier momento. 

—Eso no iba a pasar —gruñó. 

Era difícil evitar parecer enojado cuando la mirada de Hoseok estaba sobre ambos como un ave al acecho, sólo estaba esperando a que empezaran a pelear para intervenir y Jungkook justo ahora no lo quería cercas, nadie más podía involucrarse. 

—¿Por eso estás actuando como un idiota? 

—Métete en tus asuntos. 

—Estás jodiendo todo el ensayo, ellos no te dirán nada porque te adoran y odian hacerte sentir mal, pero a mí me importa un carajo y te lo puedo decir en la cara. Estás tocando del asco, ni siquiera vas a nuestro tiempo y tu voz es excesivamente ronca, ¿puedes dejar de pensar en tu noviecito un maldito segundo y poner la cabeza aquí? 

—Por favor, cierra la boca, tú no sabes nada. 

—Sé que si sigues así no seremos seleccionados para el concurso. 

Escuchó a Hoseok dejar las baquetas sobre la batería. 

—Esto no tiene que ver con Jimin. 

—¿Eso es lo único que te preocupa de todo lo que te dije? Wow, eres tan estúpido que no me lo creo, Jeon —Yoongi soltó una risa nasal, Hoseok estaba poniéndose de pie. 

—Lárgate de aquí —apretó las cuerdas de la guitarra—, no quiero seguir hablando contigo. 

—Si eso te preocupa, él está bien, Jungkook. 

—¿Qué? 

—Se está quedando en casa de alguien, sigue sano y salvo, así que deja de pensar y haz tu maldito trabajo.

—¿Y tú cómo sabes que...? 

—Chicos —Hoseok apareció con una sonrisa en el rostro—. ¿Están listos para seguir con el ensayo? 

—Por supuesto —Yoongi terminó con su vaso de agua—. Jungkook terminó de afinar. 

Mejoró considerablemente en la segunda mitad del ensayo, tal vez ya no estaba preocupado por Jimin, pero eso no significaba que se sintiera mejor porque ahora estaba preocupado interpretando todo lo que decía Yoongi.

Jimin y él se hablaron como si fueran cercanos y luego resulta que Yoongi sabe dónde se metió Jimin cuando nadie más tiene información sobre ello, ni siquiera hace falta analizarlo tanto, ambos se conocen, ambos se hablan, ambos deben tener algo que ver, pero preguntarle sería difícil y hacerlo hablar imposible.

—Estuviste bien hoy —dijo Namjoon para darle ánimos y se acercó a revolver su cabellera negra—, no te preocupes por lo que diga Yoongi, tenemos mucha presión en los hombros, ¿no es así? Está bien si te equivocas un poco.

—No, Yoongi tiene razón, lo estoy arruinando todo, prometo que ensayaré por mi cuenta en el tiempo que nos queda.

—Eres tan trabajador —Namjoon palmeó su espalda—. Sé que podrás hacerlo, tienes una voz increíble.

—No es la gran cosa —susurró Jungkook ocultando su sonrojo.

—Ow, Jungkookie, no sabe recibir cumplidos... Es una pena que no hayamos pasado mucho tiempo juntos estos días, cada que vienes en las noches ya estoy dormido.

—Y roncas horrible.

—Tú también roncas horrible.

—Bueno, tú roncas quince por ciento peor, Hoseok es un ángel al tener que soportar dormir contigo.

—Por favor, tú deberías volver a tu propia cama, tal vez si Cosmic escucha tus ronquidos termine cediéndote la habitación.

—Idiota.

Una expresión risueña se asomó en el rostro de Namjoon.

—Como sea, vamos a cenar con Seokjin, nos está esperando en su auto.

—¿Y Hoseok? 

—Dijo que hoy pasará el rato con Yoongi, ya sabes lo cercanos que son.

—Lo que sea sea, sólo vámonos. 

.

.

.

—Y entonces me robé su botella y huí de ahí, los idiotas ni siquiera pudieron alcanzarme —alardeó Taehyung, estaba sentado junto a él al final de la clase—. ¡Oh! Y un día un señor me aventó su auto en medio del tráfico como si yo fuera el único tonto ahí parado, se llevó su merecido. Lo perseguí a escondidas por un rato, cuando aparcó su coche y desapareció tomé mi aerosol y le dejé un regalo en una ventana para que aprenda a tener cuidado con los motociclistas.

—Me daría miedo hacerte algo malo si sé que vas a llegar a vandalizar mis cosas —respondió Jungkook, alcanzó la bolsa de frituras que compartían y tomó un puño—. ¿Alguna vez han rayado tu motocicleta?

—Una cantidad innumerable, los demás motociclistas están celosos de mí porque soy muy bueno en lo que hago.

—¿Mejor que Gucci Rider?

—Dime, ¿qué has oído de él? —Taehyung se acomodó en su asiento—. Me llama la atención que te interese.

—Nada, sólo que es extravagante, que estudia aquí y que tiene el primer lugar en todas las carreras —Jungkook se encogió de hombros—. No sé más.

—Interesante —Taehyung peinó su cabello azul hacia atrás mientras lo veía con ojos escépticos—. Eso es lo único que sabes de él y aún así soportas mi compañía sólo porque quieres saber quién es, tus razones deben ser grandes.

—Tú me soportas sólo porque quieres saber cuál es mi habitación en la residencia.

—Te soporto porque eres lindo y porque estoy aburrido de que todos me tachen de raro —bostezó—. ¿Cuándo salimos a pasear en la noche?

—La próxima semana estaré desocupado, podemos salir en uno de esos días, ¿no?

—Sería todo un placer.

—Pero te advierto que no haremos nada ilegal.

—¡Le quitas lo divertido a todo! —se quejó Taehyung como un niño de cinco años haciendo un berrinche—. ¡Oye! ¿Por qué no me llevas a uno de tus ensayos? ¡Amo la música! Yo también escucho rock.

—¿Qué artistas escuchas?

—Dejémoslo en que escucho rock — contestó Taehyung—. ¿Me invitas? ¿Me invitas? ¿Me invitas?

—¡Por dios, cierra la boca! —Jungkook contestó fingiendo cansancio—. Hablaré con los chicos y les diré que llevaré a alguien para ver qué opinan, ¿de acuerdo?

—¡Acepto!

—¿Crees que Yoongi se moleste?

—Él se puede ir al carajo, voy a ir a verte a ti, no a él —respondió en un tono bromista—. Ojalá sólo fuéramos tú y yo, así podrías tocarme algo... aparte de tus instrumentos.

Jungkook le dio un golpe fuerte en el brazo haciéndolo lloriquear.

Empezaron a ser así entre ellos, casi todos los chistes que usaban eran en doble sentido y ninguno se sentía incómodo con eso, de hecho era muy divertido. Jungkook descubrió que Taehyung era un tipo increíble y que tenía esa personalidad juguetona con todos, pero algo en medio de las bromas empezaba a sentirse real y ese algo estaba empezando a confundirlo.

De todas maneras, Taehyung parecía gay y soltero, ¿qué podía tener de malo?

Nada si tan sólo Jimin no se travesara en su mente cada cinco minutos haciéndolo sentir como un estúpido sin sentido.

Jungkook consiguió el número de Jimin en la noche de ese día del billar gracias a la recepcionista de la residencia, Dahyun, una chica muy divertida y sonriente casi de su misma edad, la chica dijo que también estaba preocupada por la desaparición de Jimin, así que no dudó en darle su número de la lista de contactos aunque eso estuviera en contra de las reglas.

Le envió un mensaje y aún no había recibido una respuesta, eso lo estaba haciendo enloquecer.

—¿Esperas un mensaje de tu novia? —preguntó Taehyung tras verlo abrir sus notificaciones por décima vez en el día.

—Ya te dije que no tengo novia.

—¿Novio?

—¿Importa?

—Tal vez —contestó con una sonrisa juguetona—. ¿Por qué te sonrojas, Ojitos?

Jungkook apagó su celular y lo regresó a la mesa, el salón estaba quedando casi vacío.

—¿Y ese milagro que sigues aquí? Siempre te vas rápido después de que terminan las clases —preguntó Jungkook para cambiar el tema.

—Hoy no hay nada que hacer —Taehyung subió ambos pies a la mesa y jugueteó con su labret—. Mi mejor amigo no tiene tiempo para que lo moleste.

—¿Tienes un mejor amigo?

Taehyung sonrió y lo miró de reojo antes de inclinarse hacia él.

—¿Celoso de que no eres el único en mi vida?

Jungkook rodó los ojos con diversión.

—Nunca dije eso.

—Mi mejor amigo es la persona más dulce y fuerte del mundo —halagó Taehyung regresando al respaldo de la silla—. Sólo yo tengo el placer de tener su mejor lado, él me ayudó a ser libre, me enseñó las carreras y me acompañó a conseguir mi primera motocicleta.

Jungkook alzó una ceja, en realidad eso sonaba como una mala influencia. 

—Estuvo conmigo cuando me hice mi primer piercing y cuando me escapé de casa por primera vez... Él ha hecho tanto por mí que ni siquiera podría terminar de agradecerle.

No quería juzgar al desconocido, pero ¿qué tenía eso de significativo? Tal vez era algo que él no podía comprender por la falta de contexto, quizás la casa de Taehyung no era un lugar bonito y por eso se sintió libre la primera que salió de ahí, a lo mejor las carreras eran una especie de escape terapéutico.

—Puedo ver en tu cara que no comprendes la importancia de todo lo que te digo —se burló Taehyung—, pero no importa, es mi deber enseñarte alguna vez.

—No me haré un piercing ni me tatuaré ni haré nada de esas cosas —advirtió Jungkook—. No es lo mío, yo estoy bien así.

—No dije que lo tuvieras que hacer —Taehyung se puso de pie y peinó su cabello azul hacia atrás—. Estoy seguro, Ojitos, de que en un par de semanas sabrás de lo que hablo y tus ojos brillarán aún más.

Jungkook frunció el ceño, confundido.

—¿Brillarán?

Taehyung devolvió la mirada hacia él.

—Mi mejor amigo diría que tienes todas las estrellas del cielo en la mirada —contestó Taehyung, recargó una mano en el respaldo del asiento de Jungkook y se acercó a su rostro lentamente—, no entendía el significado de eso hasta que te conocí, ¿sabes? Haces que todo parezca nuevo.

Los ojos verdes de Taehyung recorrieron los suyos, admirándolos como si fueran minerales preciosos.

—No entiendo...

La calidez de la respiración del contrario empezaba a rozar sus labios.

—No me hagas caso , él y yo siempre estamos high —Taehyung se separó—. ¡Oh! ¡Parece que es la hora de ir a comer, te veo después!

Y con eso Taehyung desapareció casi corriendo por la puerta.

Jungkook soltó un suspiro pesado y ocultó el rostro entre sus manos. 

¿Qué carajos había sido eso?

.

.

.

Regresó a su habitación después de evitar poner un pie ahí.

Todo estaba ordenado, tenía sentido, Jimin nunca estaba ahí.

¿Quién era Jimin? ¿Qué cosas hacía? ¿Dónde estaba su familia? ¿Quiénes eran sus amigos? ¿Quién era su novio? ¿Qué hacía en la universidad? ¿Qué pensaba sobre su futuro?

El hambre por saber creció en la mente de Jungkook y parado en medio de la habitación quiso saber un poco más.

Sus manos vagaron en el escritorio de Jimin, no había muchos libros ni libretas, los bolígrafos eran escasos mientras los cajones permanecían llenos de papeles viejos y basura

Husmear estaba mal, lo sabía perfectamente, pero sus dedos picaban por inspeccionar cada cosa, una por una.

Jimin tenía la pared llena de fotos instantáneas y pósits, estos últimos habían sido escritos por alguien más, lo sabía porque la letra no era la suya.

Había una foto de Jimin haciendo un paso de baile complejo, otra foto de espaldas donde él veía hacia el atardecer desde un edificio, también había una foto tomada desde el puente de las flores y una de un par de manos entrelazadas con una fecha escrita en el borde, sintió un sabor amargo en la boca.

Las palabras de Lee Know regresaron a su mente.

"Es un dolor de cabeza que necesita ayuda".

También había un pequeño reproductor de música con una memoria incrustada. Jungkook la encendió y dejó que sonara lo que sea que estuviera puesto.

El sonido de los acordes de una guitarra llegó a sus oídos, se sentó en el alféizar de la ventana y observó el exterior.

¿A Jimin le gustaba ver esto? El campus vacío, las luces encendidas aunque aún no estuviera totalmente oscuro y en el fondo del campo de visión los últimos rayos del sol rozando contra las puntas de los edificios.

El marco de la ventana estaba lleno de colillas, pasó el dedo sobre la suciedad y observó la mancha oscura.

¿A él le gustaba hacer esto...?

Sentarse en el alféizar permitiendo al frío del exterior entrar, encender un cigarro y ponerlo en sus labios despreocupadamente, observar las luces nocturnas, lejanas y borrosas bajo el efecto del alcohol y dirigir la mirada hacia ese lugar tan oscuro y pesado de la ciudad que pocos se atrevían a pisar.

Trouble on my left, trouble on my right, I've been facing trouble almost all my life.

Pero Jimin lo hacía, él pisaba ese lugar.

My sweet love, won't you pull me through? Everywhere I look, I catch a glimpse of you.

Y justo en ese momento él podía estar allí.

I said it was love and I did it for life, did it for you.

Los labios de Jungkook se juntaron en una línea recta. 

El semestre nunca debió empezar así, hasta antes de que ese rubio apareciera todo había seguido una dinámica perfecta, no es que no se hubiera enfrentado a problemas antes, claro que lo hizo, pero todos esos problemas ahora se sentían menores frente a Jimin.

Jimin, Cosmic Morphine o lo que sea, era una tempestad andante, derribaba todo a su paso sin medirse, las personas tenían que ocultarse de él o los destruiría. 

Lo hizo con Namjoon, vio a su prudente amigo perder el control en segundos cuando se trataba de él, Jungkook fue testigo de todas esas ocasiones en las que Namjoon ni siquiera pudo comer del enojo o de cuando fue incapaz de tocar un instrumento sin fallar. 

Lo hizo en la residencia, donde nadie podía dirigirle la mirada y todos se apartaban si él pasaba.

Y ahora lo estaba haciendo con Jungkook, no salía de su cabeza, no soltaba su humor, seguía dando vueltas, jugando con aquella ridícula sonrisa poco amistosa y esa mirada bajo cero cuando Jungkook lo único que quería era una explicación a todo el trato injusto que estaba recibiendo.

El enojo se apoderó de Jungkook una vez más y tuvo que apagar la grabadora para contenerse. No estaba enojado con Jimin, maldición, eso era lo peor de todo, sentirse incapaz de molestarse con él sin importar lo idiota que se comportara no debía ser sano. 

Lo mejor era salir a correr antes de que se hiciera más noche, estar atrapado en esas cuatro paredes sólo lo haría sobre pensar más. 

Jungkook era una persona atlética, siempre tuvo buenos hábitos hasta antes de entrar a la residencia, se levantaba temprano, iba a la universidad, asistía a clases de piano, estudiaba en la biblioteca por un buen rato, salía a correr o iba al gimnasio dependiendo el día, regresaba a casa a terminar su tarea, se dormía mucho antes de la media noche y sorprendentemente también tenía sus 3 comidas completas junto a sus guarniciones. 

¿Cómo lo conseguía? Ya no tenía la respuesta, sólo un gran peso de cansancio en los hombros.

Bajó los escalones a pasos lentos luego de vestirse y salir de la habitación, los pasillos de la residencia estaban más vacíos que de costumbre, tenía sentido considerando que era viernes por la tarde, cualquiera tendría planes divertidos afuera.

—¿Está contigo?... —sonó una voz conocida escaleras más abajo, Jungkook detuvo sus pasos y se quedó quieto al reconocer la voz de Yoongi—. ¡¿Cómo no va a estar?! Eso es... 

Lo escuchó soltar un suspiro pesado, tenía que estar hablando por teléfono. 

—Lamento gritar, pero esta mierda me hace sentir preocupado y... Hey, ¿está todo bien ahí?

El tono de Yoongi se suavizó y Jungkook tuvo la sensación de estar interrumpiendo un momento íntimo. Por mucho que detestara a Yoongi todavía le guardaba respeto, por lo tanto, la mejor opción era retroceder y dirigir sus pasos al ascensor, no estaba bien invadir la privacidad de otros. 

—Puedo ir por ti si te sientes mal... ¿Por qué no?...

Jungkook retrocedió y subió de nuevo a pasos lentos mientras trataba de hacer el menor ruido posible. 

Sintió curiosidad, Yoongi nunca había demostrado ser del tipo de persona afectuosa, ni siquiera con Hoseok, su mayor forma de demostrar cariño era a través de actos y Jungkook no podía explicar cómo lo sabía, pero se sentía sorprendido con esa conversación. 

¿Quién podía recibir ese tono suave por parte de...? 

—Ni siquiera te preocupes, Jimin. 

¿Qué? 

El cuerpo de Jungkook se congeló, regresó los pasos que había avanzado y volvió al mismo lugar donde se había detenido cuando escuchó la conversación. 

No podía ser cierto. 

—Eso no importa, estaré ahí en menos de 10 minutos... Tranquilo, nadie tiene que saber, él ni siquiera se dará cuenta y después nos escaparemos, ¿está bien? 

¿Saber qué? 

—Puedo quedarme en la línea. 

Las manos de Jungkook estaban sudando. 

—Por la persona a la que amo, ¿por quién más? —una risa bromista escapó de sus labios, una tan suave y poco ofensiva que Jungkook jamás había escuchado. 

No quería malinterpretar la conversación, pero ¿con esas frases en la mesa quién no podía llegar a la misma conclusión? Yoongi estaba escondiendo algo y ese algo era Jimin. 

Los cables se estaban conectando en su cabeza, las cartas estaban sobre la mesa, todas esas veces que Yoongi escapó en los ensayos tras recibir llamadas y dijo que tenía que recoger a un amigo o cuando se quedaba distraído sonriéndole al celular como tonto, incluso la manera en la que se llevaba con Jimin con una confianza que los demás no le tenían y cómo este último no se portaba agresivo con él como con otras personas, todo apuntaba hacia el mismo lugar. 

¿Por qué le molestaba? Porque algo en su cabeza hacía que le jodiera la mente imaginarlos juntos de esa manera.

Parecía imposible que Yoongi le cayera peor, pero estaba pasando y la próxima vez que jugara con amenazarlo por su amistad con Taehyung, lo pondría en su lugar. 

Si nadie pretendía contarle nada, entonces desmantelaría los secretos que todos le ocultaban uno por uno. 

Dicen que el mundo es un pañuelo.

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Lamento la espera, el capítulo ya estaba casi listo desde hace una semana y olvidé terminarlo, pero al fin está acá, les dije que las cosas se pondrían más emocionantes.

¿Alguna teoría? Leeré sus comentarios.

Gracias por leer.

—KMDPrincess .

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