Artimañas

Palpatine se deslizo de la nave hacia el exterior cubierto por su manto, conseguir llegar hasta ese planeta fue algo... complicado, era la primera vez que viajaba al espacio salvaje, pero ver las civilizaciones y planetas colonizados en el lugar por la Federacion era una muestra que en realidad, el espacio salvaje no eran tan salvaje ni desconocido como aparentaba

La Embajada Vektana en Helghan era un modesto edificio de unos 10 niveles, rodeada por una cerca y guardias Vektanos, que vigilaban el lugar, a su vez había guardias Helghast con sus mascaras de lentes rojas que vigilaban a los vektanos, la tension entre ambos bandos era palpable, sin duda el odio entre ambos pueblos sería beneficioso para Palpatine

La capucha negra ocultaba lo imprescindible de sus rasgos faciales, y con la fuerza podía mitigar y difuminar su imagen, aunque duda que fuera efectivo contra los Vektanos y Helghast, que era insensibles a la fuerza, de hecho no tenían presencia en ella, para Palpatine le resultaba intrigante, si bien no significaba ninguna ventaja para ellos, pues todavía podían ser manipulados por la fuerza como si de objetos se tratasen

Salio de la embajada con una sonrisa dibujada en el rostro y paso por entre los ciudadanos helghast que pasaban por la calle en su ajetreado día a día, sus rostros serios y curtidos demostraban que sus vidas eran duras, pero estaban sastifecho con ello, no parecían prestarle especial interes a el en particular, de hecho parecían evitarlo y lo juzgaban cada vez que le dedicaban una mirada, no eran muy receptores hacia los extranjeros al parecer

Su destino final se erigio frente a el, el palacio Visari, una enorme estructura imponente, que destacaba por el resto de insulsos edificios grises, una enorme estatua adornaba el patio principal, parecía cubierta de oro, y un centenar de guardias con uniformes blancos y capas negras merodeando por el lugar, mostraban una fracción de la seguridad de la instalación, uno de los guardias se acerco a donde el estaba

- identificación - gruñó el soldado

- oh por supuesto - Palpatine desenfundo un papel que le mostraba como un visitante, conseguir el maldito papel había requerido crear una red de contactos desde cero dentro de la Federación

- Uhm... veamos - el helghast tomo el papel y lo miro, luego con un evidente desagrado arrugó la hoja y se aparto del camino - puede pasar, no toque nada - indico

Palpatine sonriendo paso al lado del guardia, subiendo las escaleras, mientras el sol era cubierto por nubarrones grises de tormenta, entró por la puerta principal y se encontró con un delicado interior de mármol, columnas talladas qué recordaban a seres de poderoso porte en una batalla imperturbable, paso por los pasillos custodiados por los guardias a los que de vez en cuando preguntaba donde quedaba la sala de trono, su destino final

Tras un rato de pasear por los pasillos del palacio, viendo estatuas y obras de arte qué esperaba agregar un día a su propia colección, llego a un amplio salón qué estaba adornado por una bandera del imperio helghast, un retrato del primer emperador helghast, el conocido Scolar I Visari, señor de los helghast y fundador del imperio, si lo hubiera conocido de antes, era probable que ambos se hubieran llevado bien, su rostro aunque petrificado en la pintura, denotaba una maldad qué agrado a Palpatine

Se percató qué el emperador de los helghast se fijaba en el, y se acerco lentamente, tratando de no verse amenazante, interpretando el papel de un hombre versado en la política, este hombre compartía el nombre de su ancestro, Scolar, pero a diferencia de el, tenía cabello, cubierto por canas, una mirada profunda, su piel al igual que la de muchos de sus consejeros era blanca, casi albina, palpatine hizo una reverencia frente a él

- Saludos oh gran emperador, soy un pequeño sirviente qué ah venido a auxiliarle en sus grandes deberes de gobernar - exclamó adulador Palpatine, usar las palabras como armas era una de sus habilidades y con las palabras correctas cualquiera caía

- No se quien seas, pero no necesito se extranjeros a mo servicio - se Expreso Scolar II, quien con un gesto desdeñoso le indico que se fuera

- Es una lastima que no acepte mis consejos su majestad, se una forma de recuperar vuestro apreciado mundo de los vektanos - de repente, la platica de los ministros y el emperador helghast termino, el hombre miro a Palpatine quien sonrio

- ¿Exactamente como? - pregunto Scolar II

- Una muestra de amistad - El ceño de Scolar II se torcio ante estas palabras pero palpatine fue mas rapido que el emperador al hablar - ¿Que mejor manera de matar a alguien si no es por la espalda? Los Vektanos esperarían cualquier cosa de ustedes salvo un tratado de amistad, podeis escuchar sus propuestas, fingir ser sus amigas, y usar sus propios recursos en sus contra, creame su majestad, cuando le digo que ah mi me ah estado funcionando - exclamo Palpatine llevando una mano a su pecho y soltando un leve risa de sastifaccion al recordar a los Jedai

- ¿Tu idea es darles la mano y atacarlos a traicion? - Una sonrisa se dibujo en el rostro de Scolar II quien miro a sus ministros - El anciano me agrada, dale un puesto en mi consejo canciller - el hombre a quien Scolar se refirio como canciller asintio respetuosamente 

- Me agrada esa propuesta su majestad, pero pido me disculpe, soy un hombre con multiples negocios y no estare presente en muchas ocasiones, sera algo así como... un consejero ocasional y oportuno - los helghast murmuraron algo a su emperador y Visari asintio para mirar nuevamente a Palpatine

- Es aceptable, sin embargo, el puesto es para que puedas acceder libremente al palacio sin ningun problema, no quiero que los guardias te maten de un empujon abuelo - Palpatine se irrito, si no fuera que lo necesitaba para sus planes, lo hubiera freido con los rayos de la fuerza en ese momento

- Es muy amable su señoría - Palpatine se inclino nuevamente 

- Ahora, puede seguir hablando de su plan - Palpatine se erguio y dio un paso adelante

- Su majestad, su pueblo ah sido abiertamente hostil a los vektanos durante mucho tiempo, lo que ah ocasionado que un gobierno de corte nacionalista tome el poder y los vea como una amenaza, cosa que son por cierto, pues la republica galactica tambien os teme - Una sonrisa de sastifaccion se dibujo en los rostros de los helghast, darle a un hombre lo que quería escuchar era la llave a muchas puertas - su poder es inigualable, sin duda, pero los Vektanos y su federacion tambien tienen un ejercito que les ah causado molestias, lo apropiado, sería eliminarlos de la ecuacion incluso antes del combate, pero como no es posible ni existe una programacion para matarlos, lo mejor es la traicion - comento, el emperador tenía la vista clavada en Palpatine, escuchando cada palabras

- Sin duda, los vektanos y su ridicula federacion son un lastre para nosotros, su ejercito nos ah causado problemas, pero jamas consideramos traicionarles usando una falsa amistad, nuestros ancestros predicaron una doctrina total de odio hacia ellos y la hemos seguido fielmente, sin embargo - Palpatine sonrio al ver la reaccion de Scolar II - debo darte merito, puede que yo igual hubiera vivido y muerto como mi padre Dunkal, simplemente esperando el momento de atacar, una señal de debilidad de los Vektan, y tu me has... abierto los ojos a un metodo mas rapido - indico Palpatine asintio

- A veces los caminos alternativos pueden ser mejores que un trabajo directo, en los negocios siempre suele ser efectivo - Un murmullo de aprobacion se escucho entre los ministros

- Su majestad - el canciller, un hombre calvo se coloco en medio del emperdor y Palpatine - El anciano es un hombre inteligente, pero dudo que nos asesore en estas artimañas por buena voluntad, quien nos asegura que realmente no es un espía de la republica - pregunto

- Canciller Radek, puede que tenga razon, pero el abuelo nos ah dado un consejo que nadie más me ah dado - Scolar II miro a su subordinado quien se inclino respetuosamente

- Lo siento su majestad, pero realmente valoramos la fuerza de nuestro ejercito y usar una artimaña como esa solo nos haría similar a los vektanos, alimañas rastreras - murmuro el hombre

- Si tanto valoran la fuerza de vuestras tropas, ¿no sería mejor seguir mi consejo? - el canciller se giro a ver a Palpatine - Si ganaran una guerra convencional, sus fuerzas se verían diezmadas de forma... tragica, deberan mantener territorio ocupado, y los civiles podrían mostrar resistencia, y esto sin tropas suficientes para cubrir su nuevo territorio desembocara en rebeliones y si esas rebeliones se hacen fuertes, acabaran en una guerra abierta - Los Helghast miraron a Palpatine y luego a su emperador quien estaba concentrado

- Tienes un buen cerebro, me seras de utilidad, quiza un poco de tu sabiduría se le acabe pegando a mis propios ministros - Scolar II sentencio y miro a su canciller y demas miembros del gobierno con cierto desprecio

- Me honra su majestad, prometo un leal servicio a su nombre - indico Palpatine volviendo a inclinarse

Sin duda, todo estaba saliendo de acuerdo a su plan


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