Capítulo 52

Pronto el escuadrón de Kiara junto con los refuerzos del búnker se hicieron cargo de los atacantes reduciéndolos prácticamente a cenizas, sólo entonces el escuadrón aéreo se adentró en la plataforma de aterrizaje, los encargados de la unidad de primeros auxilios se acercaron a auxiliar a los heridos aunque para alivio de ellos, no fueron más de una sexta parte de las personas relacionadas y no tuvieron perdidas.

Tras registrar el área y no encontrar a nadie sospechoso Anakin volvió al hangar donde se encargó de avisar al concejo con un comunicador portátil.

—Maestro Skywalker—llamó su atención la joven comandante.

Anakin la miró un segundo sin decir nada y con un gesto de la mano le pidió que aguardara un segundo.

—Si sucede algo más se los haré saber, ahora debo atender otros asuntos— dijo el jedi por medio del comunicador.

—Bien, enviaré un grupo de jedi para ayudarlos con la protección del cuartel, manténganse resguardados hasta entonces— se escuchó la voz de el maestro Mundi desde el otro lado, Anakin estuvo a punto de replicar diciendo que no era necesario, pero estaba claro que no iba a ganar nada con discutir, por lo que no puso objeciones.

—Si maestro.

Dicho esto guardó el comunicador y se volvió hacia la joven.

—¿Están bien tus hombres?— fue lo primero que preguntó a pesar de ya saber la respuesta, lo preguntó por mera cortesía.

—Los que llegaron hasta aquí sí, sólo hay unos 15 con heridas, aunque ninguna realmente grave— contestó Kiara con cortesía, sabía perfectamente que Anakin ya lo sabía.

—Debes de estar cansada, al igual que tu escuadrón, lo mejor será que vayan a descansar, han hecho bien hoy.

—Gracias señor, pero yo lo único que necesito es una buena comida, mientras conversamos, si no le molesta, tenemos muchos asuntos que discutir—contestó la mujer.

—No dudo que tengamos asuntos que atender, pero estos pueden esperar, lo único que usted realmente necesita ahora es descansar, en cuanto haya descansado podremos hablar—repuso Anakin al notar el cansancio en ella— Además como ya pudiste observar este lugar ya no es seguro, y si vuelven a atacar lo mejor será estar todos en forma, ¿no le parece?— añadió de forma hábil el jedi, conocía bastante bien a su comandante y no había nada que le importara más que la seguridad de los demás antes que la propia, la única forma de lograr que descansara era si con esto podía ayudar a alguien.

La joven estuvo muy tentada a replicar, pero se contuvo, a pesar de que su relación con Anakin era de varios años, este seguía siendo un jedi y ella una simple comandante, por lo que a pesar de todo no estaba en posición de discutir, él le ganaba por muchísimos rangos, fue esto también lo que la hizo contenerse de soltarle un comentario inadecuado, a pesar de llevarse bien no eran amigos, era su jefe, cosa que se obligaba a recordar más a menudo de lo que quisiera, ya que la personalidad del jedi tampoco le era de mucha ayuda.

—Si señor—fue todo lo que pudo decir al final.

Realmente odiaba su trabajo de comandante, no por el trabajo en sí, ya que este lo amaba, sino por lo que esto significaba a nivel personal y social, los demás comandantes eran en su mayoria hombres, que no le habían puesto el trabajo simple, ya que al ser ella una mujer se tenía que esforzar el doble para que la gente le respetara, siempre al haber dos comandantes al que le preguntan es al hombre, del que esperan una respuesta es del hombre, del que esperan una orden es del hombre, del que esperan todo es del hombre, y cada vez que la mujer es la que habla esperan a que el hombre lo secunde, si este no está de acuerdo se arma un conflicto porque entonces nadie estaría de acuerdo con ella. Esto es lo que a ella le agradaba de Skywalker, a él no le importara que fuera una mujer, simplemente con que hiciera bien su trabajo era suficiente para él, él la había defendido y había logrado aumentar su autostima convirtiendola en una mejor líder, sin embargo al ser líder no podía bajar la guardia ni por un momento, de lo contrario las perosnas a su alrededor dejarían de respetarla, detestaba eso, el no poder hacer amigos porque los de su rango la consideraran menos, y los de menor rango no la podía ver titubear porque dejarían de respetarla, mientras que los de mayor rango eran demasiado para ella, realmente era un trabajo complicado para una mujer, pero aún así Kiara era una mujer muy fuerte y jamás dejaría que eso la derrumbara.

Anakin hace mucho que había notado esto, es por lo que le tenía tanta estima a esa mujer, a pesar de todo ella nunca bajaba la guardia y siempre estaba al pendiente de todo y de todos.

—Hizo un buen trabajo hoy comandante, y no sólo hoy, sé de sobra lo difícil que ha sido su misión, y lo difícil que es abandonar a medio del camino, a mi personalmente se me dificulta mucho esa última parte, pero usted hizo lo correcto, no fue cobarde huir, fue inteligente y más que valiente, es más difícil saber cuando rendirse que hacer algo imprudente, no se considere menos por hacer lo correcto al contrario, considerese más por poder hacer lo que otros no—dijo Anakin mirándola a los ojos. Conocía lo suficiente a la joven para saber lo culpable que se sentía por haber abandonado una oportunidad única como la que tenía. —Gracias a usted los soldados están a salvo, esa es la mayor recompensa, ahora descansa Kiara, lo mereces, solo por esta noche me aseguraré que nadie la moleste.

Kiara bajó la cabeza con gratitud.

—Gracias maestro— le agradeció la joven de forma sincera, eso era justo lo que ocupaba escuchar.

Anakin inclinó la cabeza de igual modo.

—Descansa Kiara.

La chica hizo una última inclinación de respeto y caminó hacia la salida. Anakin la siguió con la mirada hasta que esta salió de su rango de visión, una vez esto sucedió, buscó entre las personas a su alrededor alguna señal de su espía. Cerró su mente de todo pensamiento y se concentró únicamente en las intenciones y sentimientos de las personas a su alrededor, casi sin ser consiente de lo que hacía se acercó a una de las paredes del búnker y se agachó quedando apoyado sobre las puntas de los pies con la espalda baja apoyada en la pared.

Cerró los ojos y continuó buscando entre las personas a su alrededor. En un lugar con tantas personas era difícil, pero si a eso se le agrega un acontecimiento previo tal como el que acababan de vivir, eso era prácticamente imposible, pero Skywalker no conocía esa palabra. Buscaba rabia hacia los jedi o los senadores, enojo por perder una batalla, quizá rencor hacia alguien en el lugar, admiración por los sith, algo, lo que fuese que le diera una pista sobre su espía, pero la rabia, el rencor y la admiración eran sentimientos que sobraban después de una batalla, por muy pequeña que esta fuera.

Una por una fue buscando las intenciones de todas y cada una de las personas dentro de aquella habitación enorme, pronto sintió como su propia mente empezaba a agotarse, pero no le importó, siguió buscando hasta que sintió como una mano se posaba sobre su rodilla y le zarandeó sacándolo de su concentración absoluta.

Una vez perdió la concentración sus demás sentidos se agudizaron y sintió de golpe el dolor agudo en su cabeza y su sistema nervioso se activó.

—¿Perdiste la cabeza? —exclamó Keithlin inclinada a su lado— buscar algo así en un espacio tan grande con tanta gente, hay que ser tonto, ¿sabes el daño que puede causar esto a tu cuerpo? ¿a tu sistema nervioso? ¿A tu mente? Idiot no sólo fue estúpido, fue imprudente, tienes idea de lo que puede suceder si te concentras mucho en una sola persona, podrías causar grandes daños en su cuerpo—siguió diciendo la joven apretando los puños para no gritar.

—Deja de tanto griterío, estoy bien—la detuvo Anakin con ambas manos en la cabeza, temiendo que en cualquier momento le estallara.

Una vez logró tranquilizarse un poco se levantó, pero en el acto se arrepintió, y no sólo por la mirad asesina que le dirigió Keithlin, sino también por el mareo gigantesco que le dio, se hubiera ido de bruces de no ser por la pared que estaba a su espalda.

—Serás tonto, ¿cómo se te ocurre? aggg, vuelve a sentarte, ahora, la cabeza entre las rodillas—le ordenó la joven con un tono y una mirada que haría obedecer hasta al mismo emperador sith.

Anakin se deslizó en la pared hasta quedar en el piso e hizo lo que la joven le pidió, cerró los ojos un segundo y esperó a que su cabeza le dejara de punzar, aunque esta no parecía muy dispuesta a hacerle caso.

No supo cuánto tiempo después sintió como la joven se dejaba caer a su lado a un distancia prudente. Sin que lo viera venir sintió un buen golpe en su brazo izquierdo, un golpe que le hizo ver las estrellas debido a la sensibilidad de su sistema nervioso en esos momentos.

—Vuelve a hacer algo así y yo mismo te descuartizo—le advirtió la mujer apretando los dientes, en ese momento utilizaba una gran fuerza de autocontrol para evitar moler a golpes a su amigo— eres un jedi, un líder, no puedes hacer algo tan estúpido como eso sin pensar, tienes idea del daño que puedes haber causado, ¿realmente lo pensaste siquiera? —continuó diciendo la jedi un poco más calmada que antes.

—Sé lo que hago Keithlin, no ocupo un sermón —replicó Anakin rechinando los dientes por el esfuerzo que le requería hablar, aunque no lo admitiría jamás sabía que la chica tenía razón, había sido algo imprudente.—Mi cabeza no soporta la bulla justo ahora —No había terminado de hablar cuando se arrepintió de hacerlo.

—You will have to be stupid! And what did you expect genius?  A prize?  You had to be a man! Stubborn to the end, reckless! They are all the same, they believe that they are invincible, that they can defeat the world with one hand, stupid! —exclamó la mujer sin poder contenerse, y esta vez no perdió el tiempo conteniendo su voz ya que nadie más en el lugar le entendería, el único que podría entender una que otra palabra era Anakin (el cual llevaba un tiempo aprendiendo el idioma) o Win, quien lo hablaba a un 90%, pero el último no estaba ahí y Anakin le dolía lo suficiente la cabeza sin necesidad de pensar el significado de sus palabras, aunque no necesitaba entenderlo para saber que lo estaba maldiciendo.

Sin que nadie pudiera evitarlo Keithlin siguió maldiciendo a todos y cada uno de los antepasados del jedi sin piedad alguna, y hubiera seguido así todo el día de no ser por su naturaleza rebelde que sintió simpatía hacia la acción del hombre.

—Ven, será mejor que te vea un doctor—dijo la mujer un rato después.

Anakin estuvo a punto de replicar pero su cabeza no aguantaría una discusión más, que sería justo lo que pasaría si se le ocurría contradecir a la joven en aquel estado, Keithlin enojada era cosa seria.

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Siento mi inglés del asco, si algo está mal escrito o tiene mala gramática me avisan, yo sólo copio y pego del traductor😓

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