Capítulo 12

Pasaron dos días más y Anakin seguía sin aparecer, Padme había empezado a temer que le sucediera algo, pero abandonó esta idea al recibir un mensaje de R2-D2, tenía que admitir que se sintió bastante decepcionada al darse cuenta que Anakin no volvería hasta dentro de un par de meses más y eso sólo si tenía suerte, pero sabía que no podía hacer más, a pesar de que sabía que no podría aguantar todo ella sola no le mencionó nada sobre Luke, eso sólo lo distraería de su misión y no podía volver ahora sin levantar sospechas y sin desobedecer una orden directa, así que lo mejor era esperar y decírselo cuando estuviera de vuelta en Corusand.

Esa misma tarde, el maestro Yoda, juntó con el maestro Mundi y el maestro Windu, aparecieron en su casa, la senadora los vio llegar sorprendida, se levantó y se dirigió a la entrada a recibirlos, al pasar junto a Luke, este la miró sin comprender.

—Ve a tu habitación—ordenó Padme y siguió su camino sin detenerse a ver si el chico obedecía.

Al llegar a la plataforma inclinó la cabeza con respeto y se apresuró a saludarlos.

—¿A que les debo este placer?— preguntó Padme a pesar de que ya sabía la respuesta.

—Un asunto pendiente con Luke nosotros tenemos—contestó el maestro Yoda entrando en la casa, seguido de los demás maestros.

Padme se apresuró a alcanzarlos y los guió hasta la sala de estar. Con un gesto les pidió que se sentaran y le pidió a un androide que les trajera algo de beber. Cuando todos estuvieron acomodados y con una bebida en sus manos el maestro Windu rompió el silencio.

—El maestro Kenobi nos a informado de lo ocurrido esta semana con su hijo, lo de los golpes y la forma en la que reaccionó hace dos días, también nos dijo de sus sospechas sobre el maestro Quink—comentó Windu mirándola.

La senadora asintió con la cabeza a la vez que tomaba un trago de su fresco.

—Así es, sé que la acusación contra Quink es grave, pero tienes que ver la cara que hace Luke cuando lo mencionan, Quink lo ha cambiado mucho, ya casi no habla con nadie, siempre tiene la cabeza gacha y ya es la tercera vez que viene así de golpeado en los últimos meses, no veo quien más le pudiera hacer daño de no ser su maestro.

—Puede que tengas razón, pero aunque así fuera necesitamos más pruebas que tus suposiciones—dijo el maestro Mundi—y es por eso que estamos aquí, para hablar con Luke.

Padme negó con la cabeza.

—Podéis ver sus heridas, pero no hablar con él, no aún, todavía es muy rápido, necesita superar lo sucedido, jamás había llegado tan golpeado como esta vez y jamás me había buscado, esta vez lo hizo y me suplicó que lo perdonara, me dijo que era su culpa, nunca lo había visto tan asustado, no está listo para hablar— negó Padme mirando al maestro Yoda.

—¿Está en dónde? Verlo primero y luego que tan adecuado es hablar veremos nosotros.

—Es muy deprisa...

—Decidir eso hacer yo debo. ¿Dónde está?— la cortó Yoda a pesar de que hablaba con calma su tono no aceptaba replica.

La senadora se levantó a regañadientes y los guió hasta la habitación del muchacho, el chico estaba sentado en el alfeizar de la ventana, al verlos llegar le dirigió una mirada significativamente a su madre antes de volver su atención a los maestros, hizo ademán de levantarse, pero el maestro Windu lo detuvo.

—No te preocupes.

—Maestro Windu, ¿a que les debo la visita?—preguntó Luke educádamente.

—Nos han llegado rumores de que alguien te ha estado haciendo daño—dijo el maestro Windu con cautela.

El chico no dijo nada mientras los maestros hablaban, tan sólo se dispuso a escuchar, cuando el maestro Mundi mencionó lo de las heridas al chico no le quedó más remedio que mostrarles las marcas de los golpes, pero siguió sin decir una palabra, al terminar los maestros se levantaron, al chico no le dio tiempo de desear que no dijeran nada más cuando el maestro Yoda habló.

—A solas con Luke he de hablar yo.

El chico buscó la mirada de su madre en busca de apoyo, pero esta estaba muy ocupada mirando a Yoda.

—Maestro, lo que tengan que hablar lo pueden hacer aquí.

El maestro Yoda negó con la cabeza.

—Llegado a un acuerdo habíamos senadora, ahora hablar con Luke yo debo—decretó Yoda, y Padme no pudo hacer más que aceptar—Ven.

El chico muy a su pesar siguió al maestro al pequeño jardín que había en la parte trasera de la casa, sin pensárselo mucho se arrodillo juntó al árbol refugiándose en su sombra como solía hacer de niño, pero esta vez no tenía escapatoria y lo sabía.

Yoda se sentó en la banca enfrente del árbol y se le quedó mirando en silencio, el chico puso ambas manos en su regazo y bajó la cabeza incómodo.

—Un paisaje muy bonito es este ¿no crees?—comentó el maestro.

Luke levantó la cabeza y contempló el paisaje, el maestro Yoda tenía razón, el sol había empezado a ponerse en el oeste dándole un color anaranjado al cielo, asintió en silencio.

—Dime algo Luke, ¿daño te hacen desde hace cuanto?

El chico dudo un segundo, pero al final contestó.

—Cuatro años—murmuró el chico evitando su mirada.

—Cuatro años—repitió Yoda pensativo—¿y no habías dicho nada, una razón debes de tener tú?

—Yo..., no lo sé.

—Detecto miedo en tí, mucho miedo—observó el jedi.

El chico no contestó.

—¿Quién fue?

Esta vez si que dudo, en verdad quería hablar, pero no ahora, su padre merecía saberlo primero, ademas no le tenía mucha confianza a Yoda, no como se la tenía a Anakin, pero si se lo decía ahora se libraría esa carga quizás para siempre. Al final negó con la cabeza.

—Eso no lo puedo decir, no ahora.

—¿Temor a que le tienes?

—No es eso, antes necesito hablar con alguien—casi le suplicó Luke mirándolo.

Yoda lo miró pensativo, pero al final asintió.

—Cuando listo estés para hablar, búscame, quiero verte todos los días en el Templo hasta entonces—dicho esto se fue dejando al muchacho con la palabra en la boca.

En cuanto el maestro se fue se arrecostó en el árbol y cerró los ojos, ¡grandioso! Ahora tenía que volver a los entrenamientos y ver a Quink, quien no iba a permitir que lo delatara, pero esta vez no le tuvo miedo sólo odio, él ya le había quitado mucho, pero no iba a permitir que le quitara todo, volvería al Templo, sin importar nada y no le daría el gusto de hacer con él lo que quisiera, lo delataría en cuando Anakin volviera, de eso podía estar seguro.

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