Protección
- ¿Qué has descubierto? - pregunto Thanatos mientras miraba a Verónica en su guarida, la mujer estaba sentada frente a una gran máquina, un servidor estaba a un lado, dictando una serie de códigos o palabras según la inquisidora tecleaba en el antiguo aparato
- La realidad, es que el genoma chiss se acerca demasiado al genoma humano, las muestras que nos entregaron - Thanatos le dedicó una mirada confusa a la inquisidora - Son abhumanos en otras palabras, al menos eso es lo que dice su genoma -Thanatos se llevó una mano a la cara para restregarse el rostro
De todas las posibles variantes disponibles, acaba de obtener la ruta de la diplomacia con estos chiss, debía hacer que se unieran al imperio, por las buenas o por las malas, abhumanos... que suerte de mierda, no era que los considerará inferiores, en absoluto, de hecho los admiraba, sobrevivir a lo más brutal que la naturaleza podía arrojar era digno de elogio, es cierto que prefería la forma ideal de que el emperador había diseñado para todos, pero no restaba admiración de su parte
- Bueno, ahora no podemos simplemente exterminarlos - declaró Thanatos mientras observaba la pantalla de la máquina - Parece que negociaremos con ellos - le dijo
- ¿Pensabas aniquilarlos? - preguntó ella con cierto sarcasmo
- Es lo que te dije, conoce a tu enemigo, pero tal parece que no lo serán del todo... - ella negó con la cabeza ante la respuesta de Thanatos
- Simplemente mátalos, nos ahorrarías tiempo - dijo
- No desperdiciare potencial que podríamos utilizar para el Imperio - respondió Thanatos antes de darse la vuelta y empezar a dirigirse a las escaleras que lo llevaría a la salida - le recuerdo que, no tenemos idea de lo que pasó al imperio, cualquier recurso disponible debe ser cosechado y asegurado - con eso Thanatos empezó a subir las escaleras
Planeta Kromia, Sede del capítulo "La Voluntad del Emperador"
Kromia, era, un mundo hermoso a su manera, un mar casi infinito de arena, dunas de arena, montañas grises y grandes Oasis que le daban vida tanto a humanos como a animales, Rakkir no recordaba exactamente cuál había sido su mundo natal, había pasado demasiado tiempo desde que fue escogido para ser un marine espacial, un defensor de la humanidad y el ideal del emperador, ocho largos siglos, de su lote no quedaba nadie, el era el ultimó de una generación entera de marines, y ahora debía guiar a los novicios en esta larga marcha y cumplir con el deber para el emperador y para la humanidad
Por eso Kromia era su mundo capitular, un lugar donde la mayoría de humanos eran nómadas y las criaturas más peligrosas los cazaban, debía enseñar a los novicios a defender a los humanos, aun con sus manos desnudas, el mismo había tenido que enfrentarse más de una vez a las salvajes criaturas del planeta, como los Raptores de la arena, un lagarto de seis patas que cazaba mayormente de noche y en manadas de entre 4 a 8 animales, o los engendros de las dunas, animales que evocaban la forma de un hombre, de piernas extremadamente largas y delgadas cuyas manos acababan en 5 garras que usaba para cazar a los desafortunados, increíblemente flexible la cosa podía fingir una palmera de hojas secas y esperar un tiempo indeterminado hasta que algún infeliz desgraciado se acercara buscando algún lugar para descansar su espalda
Hoy sin embargo, estaba cazando al animal más peligroso de todos, los Lobos escorpión, estas cosas eran un artrópodo acorazado de 4 patas, cuya cabeza era similar a la de una avispa, y tenía una cola móvil que inyectaba un potente veneno a sus víctimas, cazando en grupos grande de hasta 60 animales, parecían tener una predilección sangrienta por cazar a los nómadas, un superviviente particularmente aterrado se había presentado frente a su fortaleza para solicitar ayuda, en respuesta 8 marines incluyendolo a él, habían salido a matar a la plaga
Avanzaban tan silenciosamente como se lo permitían sus armaduras y la arena, habían salido hace dos días y se encontraron con un moribundo poblador del planeta, que se tambaleaba perdido y alucinando, este era un habitante de los oasis, un granjero cuyo pueblo fue atacado por la plaga, los animales eran unas bestias sádicas, que habían jugado con el pobre aldeano, sobrevivió por pura suerte al caer en una caverna subterránea encontrando la salida, despues camino por todo un día hasta que los encontró
El Hombre acabó por morir, pero les dio la suficiente información para saber por dónde debían ir, y por experiencia propia, sabía que los Lobos Escorpión se mantendrían a ese lugar, era un lugar seguro y posiblemente con una fuente de agua, lo que provocaría que la manada estuviera un periodo de tiempo corto, y de hecho, desde la colina que dominaba el paisaje pudo ver los restos del pueblo que alguna vez albergó vida humana, dos docenas de las criaturas estaban recostadas, y otras cuatro estaban bebiendo del pequeño oasis
- Prolgas - hablo y un marine se acercó a donde estaba
- ¿Que deseas maestro del capítulo? - preguntó el teniente
- Tomaba a Xenfos, Talios y a Maulos, rodea al pueblo y ataca a las criaturas por la espalda y cualquiera que trate de escapar - Prolgas asintio
- Se hará como desees maestro de capitulo - levanto su Bolter y señalo a aquellos cuyos nombres habían sido pronunciados - ya oyeron la orden, siganme - declaró
Los marines se pusieron de pie y corrieron detrás de Prolgas, armas listas, Rakkir miro a los demás y asintiendo empezó a caminar seguro de que lo estaban siguiendo, no hacía falta mirar a sus espaldas para comprobarlo, descendieron por la duna de arena, y una vez abajo se encontraron los cadáveres destrozados de dos pobladores, o lo que quedaba de ellos, las costillas, la calavera y otros cuantos huesos rotos
- Malditas criaturas - murmuró uno de los marines espaciales
- Vistas al frente, alcen las armas, no podemos dejar escapar a un grupo tan grande - ordenó Rakkir y los marines alzaron sus armas
Caminaron un poco antes de estar a la vista de las criaturas, pero dado que estaban descansando no se alarmaron, estos animales no tenían un buen olfato, se guiaban por la vista, no es como si necesitaran el olfato en un lugar tan despejado como lo fuera un mundo desértico, Rakkir sacó una granada de fragmentación de su cinturón activandola, dejando que se calentara un momento antes de arrojarla
El artefacto golpeó la cabeza de una de las criaturas que se levantó de golpe, aullando de dolor, sin embargo no hubo ninguna otra reacción pues la bomba explotó matando al animal y los otros que lo rodeaban
Fue entonces que las criaturas que sobrevivieron a esa explosión se estremecieron, gritando amenazadoramente, casi como una mujer horrorizada, pero para ellos, los ángeles del emperador que habían vivido distintos horrores en carne propia, el grito no era más que una burla
- Maten a las criaturas - ordenó Rakkir
Rápidamente empezó un fuego de supresión de bolter, las cosas apenas pudieron correr, su caparazón apenas hizo nada para protegerlas, aun con todo, estas cosas no deben ser subestimadas, una de las cosas aparentemente se había enterrado en la arena para dormir, y al ser despertada por la explosión espero hasta que uno de los marines estuvo al alcance para lanzarse contra uno de los marines
- ¡MALDITO ANIMAL! - gritó el Marine cuando la criatura mordió su antebrazo sin éxito en perforar su armadura de ceramita
- ¡Mata a la cosa Kerran! - grito Rakkir
- ¡A la orden maestro del capítulo! - grito el marine desviando su bolter al abdomen de la criatura para despedazarla de dos poderosos tiros
Los cuatro marines estaban avanzando decididos, quizá habían acabado con al menos 30 de las cosas antes que las otras empezaran a salir de las casas, en un intento de matarlos, en vano por supuestos, el fuego preciso de Rakkir destrozó a dos con tiros certeros a la cabeza, se quedó sin rondas que disparar, una de las cosas estaba por saltarle encima, pero en un movimiento casual desenfundó su cuchillo de combate para clavarlo en las fauces abiertas del animal que chillo de dolor, pero Rakkir sacó el arma y cortó el cuello de la criatura ocasionando que la cabeza del animal rodara por el suelo
- Maestro de capitulo, las criaturas se están retirando - informo uno de los marines
Tenía razón, habían acabado prácticamente con todas las cosas, y estos animales eran inteligentes, por lo que desistieron en atacar, dándose media vuelta y escapando, Rakkir hablo por la radio rápidamente sin intenciones de dejar escapar a ninguno de estas aberraciones
- Prolgas, una docena de las criatura está huyendo, matalas no quiero tener que lidiar con animales rencorosos - ordenó
- Como desee maestro de capítulo - contestó el Marine y pronto se escucharon tiros de bolter al otro lado del pueblo que cesaron rápidamente
El "campo de batalla" estaba silencioso, salvo por una criatura que trataba de escapar arrastrándose pues su parte inferior había desaparecido, Rakkir se acercó al animal, levantó sus piernas y aplastó la cabeza de la bestia, poco despues apareció Prolgas y los demás marines, uno de ellos recargaba su bolter con toda la calma del mundo
- Dado que esas cosas hicieron de este lugar su nido sugiero quemar la aldea - mencionó el marine
- Se hará - contestó Rakkir, pensando en las vidas cegadas por las criaturas, miró al teniente en silencio por un momento - Es poco probable pero busca supervivientes, si no hay, quema el lugar hasta los cimientos, no quiero una colmena de esas cosas aquí - prolgas asintió
Rakkir se apartó del grupo un momento para arrodillarse y colocar su cuchillo sobre la arena, usandola para limpiar la sangre verde viscosa del animal, luego, cavó un pequeño hueco con su mano antes de enterrar una pequeña semilla que tomó de su fortaleza, esta semilla era de un antiguo árbol de la santa Terra, según algunos una antigua planta que podría prosperar en las regiones más adversas de cualquier planeta, para Rakkir significaba que en algún momento este lugar podría volver a prosperar, se puso de pie para regresar con los suyos, enterrar a los muertos y dejar a los muertos descansar una vez más
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top