antes la república abarcaba más de dos millares de sectores, millones de mundos bajo su control, y eran el poder supremo e innegable de la galaxia, sin embargo los últimos y reciente acontecimientos han hecho que la república pierda su hegemonía en un ritmo acelerado, cayendo en picada desde su gran estrado desde donde gobernaba y dictaba el destino de la galaxia a placer

Primero fueron los Telmarianos, que aparecieron en medio del espacio Hutt arrasando con las corpulentas babosas, liberando a los esclavos y sobre todo, ganándose una opinión popular más que aceptable, pese a ser recién llegados y prácticamente desconocidos en el escenario galáctico, cuando le preguntaban a alguien sobre el Dominio Telmariano, hablaban de "los libertadores del espacio hutt"

Este simple hecho ocasionó que muchos miraran mal a la república, durante años los Hutt habían sido una lamentable mancha dentro de la galaxia, extendiendo sus asquerosas manos hacia todos los rincones de la república, y esta no podía hacer nada, entonces, cuando un poder externo apareció, aplasto y cazó a los hutt, además de liberar a los mundos de su cruel influencia, la gente tuvo mucho de qué hablar sobre estos extranjeros

Los Dominios Telmarianos tenían ahora una base desde donde lanzar cualquier ofensiva desde el interior de la república, sin embargo ahí fue cuando surgió otro problema, los Separatistas, o la CSI, una coalición de planetas del borde exterior que buscaban la independencia de esta región, encabezados por Dooku, lideraron la guerra más brutal que había vivido la galaxia hasta la fecha, pero pocos meses despues de empezar, llego un enemigo mucho peor

Los Orkoz, o pieles verdes, bárbaros salvajes llegados desde las regiones desconocidas, persiguiendo a los skaven, hombres ratas que se espacieron como una plaga, había una franja de mundos deshabitados y destruidos, cortesía de estas plagas, tanto Skaven como orkoz eran numerosos, y sus flotas asaltaban rincones de la república en busca de muerte y más muerte, habían aprendido por las malas que no usaban el hiperespacio

Sus números si bien eran absurdos, todavía eran manejables, pero los orkoz contaban con una burla de su super arma, 6 estaciones de combate esféricas, similares a un planeta, que se movían a velocidades absurdas, muchos grupos de batalla habían caído presas de rápidos y despiadados asaltos 

Kamino apenas y podía abastecer a la república de hombres, el crecimiento de un clon era tardado y costoso, no podían esperar 10 años por un nuevo recluta, Palpatine ya había conseguido que se aprobara la ley de stormtrooper, la construcción de nuevas y poderosas naves, además de empezar a concentrar el poder en torno a el, estaba seguro que saldría de esta pozo en el que estaba cayendo en picada, y sus planes retomarán el rumbo que debían

Había escuchado de un ser diabólico de piel roja que se lanzaba a la batalla con un hacha y lanzando gritos de furia, le faltaba una de sus dos alas, estos reportes llegaban desde clones supervivientes y sumamente traumados, que debían ser enviados a algún centro de rehabilitación para volver a ser lanzados al combate poco después

Si las cosas seguían su rumbo Palpatine sólo vería como todos sus planes, toda la planeación de miles de años se desmoronaba, ahora sentía lástima de él mismo, que patetica situacion en la que estaba, creyendo poder controlar todos los factores de la guerra y la politica, tal parece que la fuerza seguía negándole su destino

- No tiene que ser así - La voz regresó a su cabeza - Solo debes adorar, tus poderes serán mayores de los que tienes ahora - le susurro deliciosamente la voz

Palpatine se estremeció, la voz era oscura y sentía que lo aplastaba, la fuerza se retorcía como un animal enjaulado, tratando de luchar, evitar que la presencia oscura entrara, los susurros callaron durante un segundo, y Palpatine simplemente ya no podía negar que, sus planes fracasaron, solo podría salvarlos

Entonces... ¿cual era el trato que la voz estaba ofreciendole?