¿Esperanza?
Solo 50, el enemigo desconocido ocupo la mitad del planeta en solo 50 horas de combate estándar, matando en el proceso a 1/4 de la población, y desplazando a las otras 3/4, que también estaba siendo masacradas sin consideración por el enemigo, aunque pasaban de ellos siempre y cuando hubiera una defensa, parecían tener un objetivo claro que eran las defensas, por lo que el alto mando decidió cavar lineas de trincheras, alrededor de las zonas de evacuación, con la esperanza de entretener al enemigo en esos combates y dejar vía libre a los civiles para la fuga
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Una docena de soldados Chiss corrieron por lo que hasta hacia unos momentos habían Sido líneas de trincheras bien fortificadas y defendidas por las tropas, ahora estaban abandonadas y anegadas de cadáveres, sangre y agua, los cuerpos azules de los chiss muertos abundaban por todo ese paisaje del horror
Con expresiones macabras dibujadas en sus rostros cuando la vida se les escapó de sus cuerpos, junto a ellos pero en un número excesivamente bajo, estaban esos extraños y repulsivos seres de piel verde, muertos con su nauseabundo olor saliendo de ellos, evitaban no pisar sobre ellas por si acaso una de esas cosas aún respiraba
Uno de los soldados avanzaba siempre con su arma hacia arriba, esperando que alguna criatura saltara sobre ellos, un par cargaban a uno de sus compañeros heridos mientras el resto simplemente mantenía la cabeza gacha, desanimados por los acontecimientos de las últimas horas, ninguno de ellos se conocía de nada, simplemente eran los supervivientes de sus escuadrones, que se habían unido tratando de huir de la masacre que se llevaba detrás de ellos
- Necesito... necesito descansar - dijo el hombre herido
Sus compañeros hicieron caso a su petición, dejando que se recostara sobre unos sacos de arena que habían sido desperdigados por el suelo debido a alguna explosión, todos se sentaron, todos en silencio, menos el que montaba guardia que estaba hirviendo de rabia, y no gritaba por que sufría mudez temporal, lo habían encontrado llorando entre dos cadáveres femeninos y para los demás fue fácil entender que había pasado con el
- Ekei, descansa, te vas a morir de cansancio antes de matar a uno de esos demonios - dijo uno de los hombres
Ekei, el hombre de guardia se giro para ver a su compañero y negó con la cabeza rotundamente y siguió esperando, en alerta, acunando su rifle entre sus manos, mientras se balanceaba suavemente de atrás hacia adelante
- El tipo se va a morir - murmuro alguien
- Todos vamos a morir - replico otro - solo que el decidió morir luchando - todos guardaron silencio
Silencio, casi fue maravilloso contar con ese par de minutos de silencio, cuando escucharon ruidos de pisadas, primero pensaron que se estaban alejando, pero que el sonido se intensificara los alerto, tomaron sus armas, pero fue tarde, un piel verde salto a la trinchera, su peso, más el de la armadura, ademas de la fuerza de la caída, mato al herido solo con su peso
- ¡Disparad a la cabeza! - grito alguien antes de ser partido a la mitad por el arma del piel verde
La bestia "disparo" contra sus objetivos, más bien trato de disparar, ya que su apuntado era horrible, pero aun así cada proyectil era letal, uno golpeo en el hombro de uno de los soldados y lo destrozo, incluso hiriendo al soldado que iba detrás suyo, un segundo piel verde apareció, este armado con un hacha, partiendo a un par de los hombres como si fueran mantequilla
El primer Orko reía de forma descontrolada viendo como los humies azules morían de forma estúpida tratando de defenderse, aunque le parecía extraño que no gritaran "Fra le Empra" como de costumbre, pronto su mente regreso a la batalla al sentir a alguien detrás de el, sobre su espalda
- ¡¿KIEN KARAZO EREZ TU?¡ - grito al sentir que alguien trataba de asfixiarlo, gritando de rabia cuando no pudo alcanzarlo con sus manos
Ekei se sujeto con fuerza, aferrándose con odio mientras la criatura trataba de quitárselo de encima, tomo una granada y golpeo al piel verde en uno de sus ojos, haciendo que gritara de mas rabia, abriendo la boca, Ekei lanzo la granada dentro, y el orko que hasta hacía poco estaba vociferando, se callo y llevo las manos al cuello, tosiendo, esto fue tomado por Ekei como señal de soltarse y arrastrarse
- Rayoz, kreo que tengo garrapatoz - dijo el Orko antes de explotar en una masa de carne, sangre y vísceras
Ekei sonrió satisfecho, pero su satisfacción se volvió terror al comprobar que sus compañeros no habían matado a la otra criatura, que aun sostenía su hacha ensangrentada y el cadáver de uno de sus compañeros, muerto con el cuello fuera de lugar, la bestia soltó el cadáver y se dirigió hacia donde el estaba, con una mirada sádica, levanto el hacha para dar el golpe final cuando se escucho el característico sonido de un trueno
El orko levanto la cabeza, no observo nada, dio unos pasos hacia atrás para ver mejor, y luego señalo el cielo
- Pikudoz... - alcanzo a decir antes de ser aplastado por una capsula de desembarco de los Space Marine
Las compuertas se abrieron y cuatro marines espaciales salieron de esta, con sus bolters en alto y el sol del medio día reflejándose sobre sus armaduras azules y naranjas, con el cráneo imperial bien grabado en sus casco, uno se percato de Ekei y lo miro unos segundos
- Observa el cielo en busca de tu salvación - dijo el marine, aunque Ekei no comprendió nada de lo que dijo
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