Debacle Chiss

Rakirr penetró rápidamente entre las filas enemigas, golpeando su pesado martillo del trueno contra los erráticos pieles verdes, reduciéndolos a meras masas de carne sanguinolenta. Lanzó un feroz grito de batalla tras otro a medida que se abría paso hacia el temerario Kaudillo Orko. A medida que su violento avance se adentraba más en las líneas enemigas; más era la resistencia que estos ofrecían. La llegada delas tropas de la guardia había desviado la atención de los orkos, al menos, lo suficiente para permitir le otro gran avance que le garantizaría la victoria sobre el líder de la marea verde. Y ahora, sólo se encontraba a escasos metros del Kaudillo Orko... 

La guardia luchaba ferozmente como siempre lo había hecho. Para impresión de los chiss, que parecían confundidos por la voluntad suicida de las tropas sagradas, siendo incluso inspirados por estas demostraciones de determinación y fanatismo, algunos de los suyos se habían unido a las cargas suicidas de bayoneta que la guardia efectuaba, sin saber qué gritar ni a quién gritar.

 Los orkos, para su sorpresa, habían empezado a retroceder despavoridos, y esto era celebrado porambas partes, tanto el mando del Astra Militarum y de los chiss, sin saber que esto era una señal demuy mal augurio. 

Rakirr entro en combate singular contra el Kaudillo. Su batalla no tuvo testigos externos sobrevivientespara presenciarla, pero Rakirr salió de entre los escombros con el pecho de su armadura destrozado yabollado, estando a muy pocos pasos de la muerte, con la terrible verdad encajada en su boca. 

Ese orko no era el Kaudillo, sólo un simple noble, con la estatura similar al de un kaudillo. Se habíapercatado de eso por la forma de actuar, hablar y pelear del supuesto "Kaudillo" orko. Inclusive con lamuerte de este noble, los jubilosos gritos de victoria se convirtieron en temerosos susurros. En cuantolas fuerzas orkaz empezaron una retirada organizada en vez de empezar a matarse entre ellas, pronto losremanentes de estas fuerzas en el planeta se dieron a la fuga, pero el malestar era evidente.

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Entonces, el dichoso orko no era el Kaudillo que lideraba este ataque...-Thanatos miró con urgencia aRakirr, quien había vuelto no hacía mucho al dominio. 

-No, mis sospechas parecen reforzarse con la huida disciplinada de los Orkoz. Huyeron en cuanto sulíder murió, no empezaron a matarse entre ellos como se tenía previsto- Rakirr levantó su brazo sano yapretó el puño con cierto aire de desesperación 

-Si es verdad, entonces estaríamos ante la Guerra de la Bestia -murmuró Veronica, en voz alta, a nadie enparticular, pero llamo la atención de los dos hombres. 

-¿Tan mal estaremos? - preguntó Rakirr, conociendo la historia de aquel caótico día. 

-Bueno, sólo es una suposición apresurada. 

- Quizás, Rakirr, era un WAAGH con dos kaudillos y el otrotal vez haya huido al ver a su compañero muer—

 -¡No! -silenció Rakirr- Ni siquiera así sería un comportamiento normal para los orkos -

 El silencio se apoderó del pequeño despacho durante unos instantes.
Thanatos sabía que en el estado actual del dominio la situación era peligrosa para contrarrestar un ataque orko a gran escala. Un WAAGH orko podía poner en jaque las defensas planetarias, y esto con un simple Kaudillo dirigiendo la marea verde, pero ahora con un Kaudillo como la "Bestia", que había puesto en jaque al mismo imperio de la humanidad en todo su esplendor, el dominio apenas y tenía posibilidades de sobrevivir.

El temor se apoderó de Thanatos. Lo primero que quería hacer era tomar una nave y salir pirado de ahí,perderse en el desesperante vacío del espacio y no mirar hacia atrás. Los orkos, por experiencia propia,podían ser brutalmente astutos, pero, también, podían ser astutamente brutales. 

La sensación de alguien apretando suavemente su mano lo regresó a la realidad. Miró la mano deVerónica sobre la suya, y él correspondió el apretón, más como un gesto de amistad, porque ella lo miraba con preocupación, como si temiera que le fuera a dar un ataque de nervios. 

Entre gobernar y tener que dirigir una guerra brutal contra un WAAGH orko de proporciones inimaginables, los nervios serían el menor de sus problemas. 

-¿Entonces? -preguntó Thanatos, intentando romper el silencio. 

-¿Entonces que? - replicó Rakirr. 

-¿Cuántas legiones de marines espaciales necesitas? - Rakirr miró a su amigo de forma inquisitiva, pero la seriedad y determinación en el rostro de Thanatos hizo que tuviera cierto temor respetuoso hacia él. 

-Estás de broma, necesitaría 10 legiones de 10,000 hombres cada una, como mínimo, pero el Codex expresa que nuestros capítulos... 

Thanatos se puso de pie de un salto y alzó la voz:

 -¡El Codex puede irse al carajo, Rakirr! ¡Estamos hablando de la supervivencia del Imperio del hombre en esta galaxia, lejos de la sacra luz de nuestro Emperador! -Thanatos se recompuso unos instante.Pareció calmarse un poco y luego miró a Verónica brevemente antes de proseguir- ¿Sería correcto que usted, Maestro de Capítulo Rakirr, renunciara al Codex Astarte para preservar la seguridad del dominio y, por ende, del Imperio del Hombre? -preguntó.

 Verónica observó unos segundos a Thanatos y a Rakirr. Ella se puso de pie y le propinó una bofetada aThanatos, luego se dirigió a donde estaba Rakirr e igualmente le propinó una bofetada al marine. Por último regresó a su asiento y se sentó pulcramente. 

-Para empezar, no hace falta romper las leyes y reglas establecidas en el Codex. Pueden fundarse nuevos capítulos de marines espaciales, tomando como base el Capítulo del maestro Rakirr. Mantenernos encerrados solo en cien mundos no es una buena idea... -ella esperó a que los dos captaran sus palabras antes de seguir- Pero, hace un mes, usted me propuso la idea de enviar comerciantes a colonizar otros mundos. Bien, hágalo ahora - dijo Verónica mirando a Thanatos, antes de cruzar las piernas frente a él.

 -Sería peligroso, más ahora con este WAAGH suelto por ahí -murmuró Thanatos.

 - Sería peligroso sea como sea, estamos en una galaxia presumiblemente hostil. Aun cuando tengamosel mapa de kivt, no sabemos que encontrar ahí afuera. Es un riesgo que se debe asumir y evacuar las ciudades colmenas debería ser una prioridad principal -dijo ella con voz solemne. 

-¿Evacuar? - preguntó Rakirr desconcertado. 

-Sería perfecto, eres una genio Verónica - Thanatos se lanzó de rodillas hacia Verónica y le dio un beso en su mejilla izquierda, haciendo que ellase sonrojara, pero Thanatos ya no estaba con ella si no con Rakirr -¿Entiende su plan? -preguntó.

 -No entendí nada -dijo con franqueza el hombre. 

-Las ciudades colmenas son demasiado valiosas, demasiada mano de obra y población en un soloplaneta -explicó Thanatos. 

-¿Y eso qué importancia tiene?- Thanatos pareció querer ahorcar a su amigo. 

-Podemos usar a la población de las ciudades colmenas para crear otras colonias, desperdigando su población, sin perder producción, sin perder mano de obra.

 -¿Que hay de las infraestructuras? No se construye una colonia en dos días -fue la respuesta de Rakirr,que aún parecía dudoso. 

-Obviamente, una colonia no se construye en dos días, no si solo somos nosotros, para eso esta elMechanicus.

 -¿Lo has convencido? 

-Afirmativo, solo tuve que sacrificar un planeta penal -dijo él, sin darle mucha importancia, pero laexpresión de Rakirr lo molestó-. ¿Qué? Les hacía falta servidores. 

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 Tras los últimos acontecimientos, el dominio telmariano empezó una campaña de expansión durante los siguientes meses, rumbo a fortalecerse más y más. La primera colonia del dominio, Tragen, fundada por los regimientos de Krieg, que deseosos de servir al dominio y por ende al Dios Emperador habían aceptado la idea de fundar otra colonia en un mundo árido, salpicado de rocas y arena, y vegetación muerta, aunque para los krieg fue una mejora significativa a comparación de vivir en sus ciudades colmenas subterráneas. 

En cuanto a los chiss, un ataque masivo de los orkoz a su frontera acabó por destrozarlos. Esta vez el dominio estuvo ahí para rescatar los restos de su pequeño imperio, unos 12 planetas de 28. 

Kivt, como única representante viva del gobierno de la ascendencia, pasó a ser una vasalla más dentro del dominio, jurando lealtad al emperador, sin saber bien a quién se referían. 

El final de la ascendencia fue brutal, un final inesperado en una guerra con un enemigo inesperado, más de la mitad de la población de los chiss fue masacrada, incluyendo las familias que gobernaban sobre la ascendencia. 

Rescatados por el dominio, muchos chiss vieron en este una posibilidad de venganza contra los orkoz, pero para otros sólo a un grupo de oportunistas que recogían los restos del cadáver del ahora devastado Imperio Chiss.

 La Eclesiarquía, renuente en evangelizar a estos moribundos abhumanos, fue convencida por Thanatos. Al explicarles el éxito que acarrearían a sus espaldas de lograr convertir a la fe del Emperador a un gran número de estos abhumanos, que probablemente les valiera un puesto en los Altos Señores de Terra si regresaban al Imperio, la Eclesiarquía puso manos a la obra con un ímpetu nunca antes visto. 

En algunos casos sobrepasando la raya al ejecutar a "herejes" que practicaban una especie de religión basada en una "fuerza". El Astra Militarum, sedienta de más carne de cañón fresca, abrió centros de reclutamientos en estos lugares, aunque no esperaban gran éxito. En pocos meses se encontraron con dos regimientos de la guardia imperial formados por chiss, pero esto ya es otra historia.

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