La llegada de los Astartes fue un ráfaga de aire fresco para las asediadas y masacradas tropas chiss, que estaban recibiendo informes de ataques por múltiples frentes pertenecientes a los pieles verdes, tanto en tierra como en sus dominios espaciales, simplemente aparecían sin parar, era como si salieran de la tierra y el alto mando chiss estaba desesperado, tanto que cuando los astartes llegaron lo primero que hicieron fue apuntarles sus armas

Los marines no tomaron a bien esta situación, y a punto estuvieron de retirarse de no ser por la llegada de su maestro del capitulo, Rakirr con su habilidad natural para las negociaciones, y por medio de un interprete chiss, enviado por Kivt, logro darse a conocer como un siervo del Dios Emperador, señor del capitulo de la Voluntad del Emperador, y un aliado en esta hora oscura, aunque el alto mando pareció entender una pequeña palabra que el maestro Rakirr jamas menciono

SUBORDINACION

Rakirr se nego en absoluto a obedecer las ordenes, mas que nada por que los Chiss eran aliados, y no sus superiores respectivamente, alegando que únicamente debería responder ante el "Rey Thanatos" y los altos mandos del Dominio Telmarian, los chiss siguiendo su politica xenofobica, aclararon que debía someterse a las directrices del ejercito local, hasta la llegada de sus oficiales correspondientes

Rakirr ignorando estas ordenes, salio al combate directo, enfrentando a las hordas de orkoz que se lanzaban con un nuevo brío hacia las defensas chiss, la llegada de los "pikudoz" había hecho hervir la sangre de los pieles verdes, quienes ahora atacaban por oleadas, y oleadas, y oleadas casi infinitas, mientras los marines resistían con ferocidad los embistes de los orkoz, el Astra militarum se movilizaba con todo el poder disponible al momento, esperando no llegar tarde en auxilio de sus fuerzas aliadas y los chiss

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2 semanas despues del asalto Orko al planeta Chiss
Orbita Superior del Planeta
Naves Imperiales de transporte 

- No lo entiendo - dijo uno de los reclutas mientras acunaba en sus brazos su rifle laser

- ¿Que no entiendes recluta? - pregunto su sargento

- Por que vamos a ayudar a estos tipos, digo, tienen la piel azul, eso no es normal - murmuro el hombre

- Bueno, tu eres negro y nadie dice que eres anormal - replico su sargento, el comentario fue respondido por varias carcajadas de otros soldados

- Me refiero que a pesar de tener nuestra apariencia, tienen la piel azul, son una abominación, ni siquiera el emperador podría tolerarlos - luego se giro para mirar al ogrete que tenía al lado que estaba concentrado en contar sus dedos - sin ofender Vork

- No disculpas - Dijo el ogrete, con una sonrisa para despues volverse a contar sus dedos de los cuales tenía levantado solo dos

- El Regente hablo, son humanos, o al menos parientes de los humanos, abhumanos - hablo el sargento

Todos los soldados guardaron silencio, ya habían sido informados, pero realmente no se sentían cómodos de ir a ayudar a un grupo de infieles, si quizá fueran humanos, o en este caso abhumanos, pero no les agradaba la idea de que ellos no rindieran culto al emperador, consideraban que iban a malgastar sus vidas, lo cual era ridículo pensaban algunos, pues estaban en la Guardia imperial

Entonces llego la orden, debían subir a las capsulas de desembarco, las tropas subieron rápida pero ordenadamente, en silencio, mientras las bocinas de la nave le recordaban las verdades que un guardia debía recordar siempre

Cuando subieron a las naves, la única pregunta que podía resonar en sus cabezas era, si estos abhumanos serían sus amigos o enemigos mas acérrimos a futuro, tras ver el poder desplegado en la batalla que se aproximaba