Cap. 9 - El Sabor de la Guerra
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Podcast disponible en Youtube:
https://youtu.be/kX66vfrrSzE
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Ícaro tomó varios minutos para analizar la situación desde la posición ventajosa que esa elevada meseta le proporcionaba. Si bien la especialidad de Wag Too era rastrear a sus objetivos, la elaboración de la estrategia más óptima para vencer a sus oponentes era la razón de ser del droide. Ícaro computó las cientos de variantes para eliminar a los trandoshanos sin sufrir bajas, así como los cientos de imprevistos y contramedidas que podrían surgir sobre la marcha de cada plan. Todo eso en apenas unos minutos.
Tomando los datos del terreno, la cantidad de enemigos, el armamento a disposición en cada bando, y las posibles rutas de escape, Ícaro logró computar un plan que para su propio raciocinio, tenía al menos un 50% de probabilidades de salir mal. Sin embargo, era lo mejor que se le ocurría.
Los piratas trandoshanos no tenían la mínima idea de la sombra que les acechaba. Y permanecieron jugando a las cartas y emborrachándose hasta que la noche llegó a esa región del planeta. Una vez la oscuridad envolvió cada rincón de las montañas, sólo la luz procedentes de varias lámparas y linternas iluminaban algunas zonas del refugio.
Los piratas no escatimaban en despilfarrar sus reservas de alcohol y sus balbuceos eran audibles desde una milla de distancia. Pero muy diferente a la realidad, el peculiar grupo de malhechores creían que no había nadie en Mygeeto lo suficientemente estúpido cómo para meterse con ellos. Algo que pronto descubrirían que no sería el caso.
Mientras muchos de ellos disfrutaban de la velada ignorantes del peligro, un extraño sonido llamó la atención de todos. Uno de los tanques metálicos resonó de pronto, haciendo un fuerte ruido que retumbó en el sistema montañoso y dentro de la cueva. Aquellos que estaban en la entrada del refugio dejaron lo que estaban haciendo y tomaron sus armas casi de inmediato. Con mucha cautela, dos de ellos comenzaron a acercarse a la fuente del ruido para investigar. Lo que no sabían, era que el ruido fue provocado por una piedra lanzada por el propio Ícaro. Pero cuando estaban lo suficientemente cerca:
https://youtu.be/mH7OhhW_H28
El tanque de combustible explotó violentamente tras recibir un potente disparo de bláster. Se trataba de Wag Too, quién acertó con suma precisión justo en la tapa del recipiente.
Como era de esperarse, aquellos dos que estaban más cerca del objetivo murieron instantáneamente, dejando a otros tres con algunas quemaduras y heridas superficiales. La conmoción retumbó en todos los presentes, quienes no eran capaces de concebir lo que sucedía mientras contemplaban cómo el fuego se alzaba sobre el resto de recipientes.
Rápidamente, tres piratas corrieron en búsqueda de los extintores para contener las llamas, mientras el resto apuntaba sus armas hacia la oscuridad intentando descubrir al culpable. Pero la oscuridad de la noche, combinada a la luz cegadora de las llamas a sus espaldas, hacía de la tarea algo imposible. El único disparo certero daba a entender que se trataba de un francotirador, y con todos alertas, sabían que de volver a disparar revelaría su posición. Pero lo que no se esperaban, era ver una lluvia de blaster disparando desde pocos metros.
De atrás de una formación rocosa, Ícaro comenzó a avanzar usando los dos blaster que portaba en sus manos para abatir a los trandoshanos que a'un no podían entender que estaba ocurriendo. El ataque combinado los había dejado en shock, y los que más cerca estaban, poco pudieron hacer para evitar su trágico final.
En menos de diez segundos tras la explosi'on, los piratas habían perdido a once de sus filas, y el resto estaba escondido tras contenedores metálicos y formaciones rocosas para evitar los disparos de blaster que se les abalanzaban encima. Dispersos, confusos, sin saber el número de sus enemigos y sin una cadena de mando establecida, los piratas estaban a merced del maléfico plan del superdroide táctico.
Pirata 1: - ¿Qué está pasando? -
Pirata 2: - No lo sé. Está muy oscuro. -
Piratas 3; - ¿Cuántos son? -
Piratas 4: - No lo sé. Al menos veinte de ellos. -
Pierata 5: - Necesitamos refuerzos. Activa la alarma. -
Uno de los piratas se puso de pie y comenzó a correr hacia el interior de la cueva, pero antes de poder dar cinco pasos, un disparo de francotirador impactó en la parte posterior de su cráneo, friendo su cerebro al instante. Los trandoshanos miraron con terror como su camarada se desplomaba a pocos metros de ellos tan sólo por asomar la cabeza. Entonces, aquel que parecía el líder de la avanzada recibió una llamada por su holo-comunicador.
Jefe pirata: - ¿Se puede saber qué está pasando allá afuera? - Preguntó colérico.
Pirata: - Necesitamos ayuda. Son muchos de ellos. Nos tienen acorralados. -
Jefe pirata: - Tranquilícese. ¿Cuántos son? -
Pirata: - No lo sé. Necesitamos ayuda. No sé cuanto... -
El jefe pirata vio horrorizado como la proyección del holo-comunicador mostraba a su subordinado siendo cortado a la mitad por una misteriosa luz para luego cortar la llamada. Se trataba de Ícaro quien se había quedado sin munición y estaba en combate cercano, blandiendo el sable de Ki-Adi-mundi como una porra antidisturbios.
Los imprevistos de Ícaro fueron más severos de los que él calculó. Sus sensores ópticos estaban en muy malas condiciones y su puntería había sido muy afectada. Una vez que logró abatir a aquellos que estaba a apenas a unos metros de él, y el resto se escondiese tras la cobertura, el intercambio inútil de disparos consumió rápidamente la poca munición que tenía. Así que no tuvo más remedio que acudir a su último recurso: usar el sable de luz aunque esto lo expondría demasiado al peligro.
Pero habiendo previsto la confusión de sus enemigos, no le resultó muy difícil acercarse sin ser detectado. Los piratas estaban más atentos al fuego y al francotirador, que la idea que un droide se acercara portando el arma más letal de la galaxia parecía simplemente ridícula. Aún así, al menos seis piratas experimentaron de primera mano la letalidad del sable de luz.
Sin embargo, mientras estaba abatiendo a uno de los piratas, un potente disparo impactó en sus placas de su espalda. El disparo provenía de otro trandoshano, que eficientemente logró escabullirse fuera de su campo visual y se encontraba a unos cinco metros del droide apuntándole con su rifle. Pero antes que el pirata pudiese asentar un disparo mortal en alguno de los mecanismos del droide, un poderoso disparo del francotirador de Wag Too atravesó el cráneo del reptil.
Ícaro no lo había tenido en cuenta para su plan, pero la puntería de lurmen resultó ser sobrenatural. Si bien no tenía entrenamiento militar, todos los años dedicándose a cazar presas pequeñas lo dotó de cualidades excepcionales. Sin que el droide se hubiera dado cuenta, Wag Too fue capaz de abatir a cinco trandoshanos que intentaron rodear a Ícaro. Y tras varios segundos de calma, el lurmen descendió de su puesto de observación y se reunió con Ícaro, quien examinaba una puerta reforzada de metal que impedía el paso al interior de la caverna.
Wag Too: - ¿Algún problema? -
'Icaro: - Destruyeron el panel de control del interior. Abrirlo de la forma tradicional será imposible. -
Wag Too: - Seguro prefirieron trancarse en su refugio a exponerse a un enemigo que desconocía y fue capaz de aniquilar su avanzada en menos de cinco minutos. -
Ícaro: - Eso es muy probable. Pero tampoco es muy inteligente. -
Wag Too: - Veo que tienes algo en mente. -
Ícaro: - Se puede decir que sí. Pero estoy seguro que no será de tu agrado. -
En el interior del refugio, los piratas habían montado una barrera tras las puertas. Sus medidas desesperadas eran lógicas, pues era preferible enfrentar a sus enemigos en un cuello de botella y en territorio conocido. El líder de los piratas, un trandoshano grande y robusto al cual le faltaba un ojo, portaba una ametralladora pesada que apuntaba con bastante miedo hacia la puerta.
Pirata 1: - ¿Está seguro, señor? ?¿Lo que vio fue un sable de luz? -
Jefe Pirata: - Podría reconocer esa cosa con solo escucharla. Y no hay duda, era un sable jedi. -
Pirata 2: - Pero los jedi no matan. ¿Qué está pasando? -
Jefe Pirata: - No sé qué era esa cosa. Pero no moriré aquí, no hoy. - Decía con un gran miedo dibujado en su rostro.
De pronto, el extremo letal del sable de luz atravesó la puerta de metal como si fuese mantequilla. Los piratas del interior veían aterrados como la poderosa arma cortaba el hierro sólido formando una enorme abertura sobre la puerta. Un silencio momentáneo invadió la habitación, hasta que el enorme fragmento cortado de la puerta de metal cayó tras recibir un poderoso golpe del otro lado.
Una nube de polvo se levantó, permitiendo que los piratas viesen una silueta del otro lado, y tras una orden de su asustado líder, todos comenzaron a disparar con sus blaster con todo lo que tenían. La lluvia de blasters era aterradora, y la figura sobre la puerta recibía cada uno de los disparos. Entonces, la cortina de humo cayó lentamente.
Pirata: - ¡Es de los nuestros! -Gritó con horror.
Jefe Pirata: - ¡Alto al fuego! -
Los trandoshanos no podían creer lo que había sucedido. Dispararon sin restricciones sobre el cuerpo de uno de los suyos, y esa peculiar visión los hizo desplomarse, a punto de quedar completamente en shock. Pero antes que pudieran reaccionar apropiadamente, el trandoshano parado sobre el agujero en la puerta saltó frenéticamente sobre el pirata más cercano.
Lo que los piratas ignoraban en ese momento, era que el cuerpo al que habían disparado ya estaba muerto antes de su error. Se trataba de una estrategia de Ícaro, quien cargaba con el cadáver para absorber todos los impactos y así sembrar la confusión y el terror en sus enemigos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Ícaro encendió el sable de luz cortando a la mitad al pirata que tenía justo al frente desde el hombro derecho hasta la cintura. El resto no sabía que estaba sucediendo.
Ícaro se abalanzó sobre otros tres, arrebatándoles la vida antes que pudiesen siquiera levantar el arma. Lo único que podían ver, era el cadáver de uno de sus camaradas mutilado y desgarrado por la lluvia de blasters, mientras una hipnotizante luz azul salía de sus espaldas. Para cuando volvieron a reaccionar, ya sus cabezas estaban separadas de sus cuerpos.
Uno por uno, los piratas fueron cayendo como moscas sin siquiera poder saber lo que sucedía entre el polvo y la confusión. Aquellos que eran capaces de ver lo que sucedía desde la distancia, recibían un disparo justo en la frente antes de poder levantar sus rifles. Era Wag too, quien se había tendido sobre el suelo y abatía con puntería certera a sus enemigos.
El jefe pirata, al creer que era el último aún con vida, comenzó a disparar desenfrenadamente su poderoso blaster pesado RT-97C hacia la extraña figura que se abalanzaba de un lado al otro matando a todos sus subordinados. Tanto era el frenesí del jefe pirata, que no le importó incluso matar a aquellos de sus camaradas que aún quedaban en pie. Al ver tanta potencia de fuego en su contra, Ícaro decidió esconderse tras una fuerte cobertura. Y mientras pensaba en una forma de acercarse si sen destruido en el proceso:
https://youtu.be/lUdzLU7svSk
Un poderoso blaster le voló el cráneo al desenfrenado trandoshano. Se trataba de Wag Too, quien logró mantener la calma incluso cuando los blaster impactaban a menos de medio metro de donde él estaba, logrando acertar un blaster definitivo sobre su oponente.
Wag Too: - Todo bien allá abajo? - Dijo mientras se levantaba.
Ícaro: -De algún modo... Parece que aún me conservo de una pieza. - Se asomaba mientras soltaba sin remordimiento el cadáver desfigurado del trandoshano que usó de escudo.
Wag Too: - Entonces... ¿Ganamos? -
Ícaro: - Afirmativo. Mi pequeño amigo. -
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