Cap. 78 - Claustrofobia

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Audiolibro disponible en YouTube:

https://youtu.be/KyJHpoZYyt0

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Boss: - ¿Y usted es...? - Preguntó dudoso al ver como ese extraño droide de seguridad imperial le extendía la mano en forma de saludo. 

Holdo: - Comandante, este es el general Ícaro. Él está a cargo de esta operación. -

Sev: - Debe ser una broma. - No pudo contenerse al escuchar esto. - ¿Un droide al mando? Ahora si lo he visto todo. -

Ícaro: - Entiendo su confusión. Pero les aseguro que mi equipo estás más que capacitado para realizar esta tarea. -

Fixes: - Un droide de seguridad, un droide Gong y un adulador. Me cuesta creerlo. Sin ofender. -

Kurt: - Oye. No se que problema tiene, pero... - 

El joven impetuoso realmente tenía poca paciencia. Una que se sacudió con fuerza ante el comentario del veterano de guerra, pero sus rujidos de cachorrito se vieron opacados cuando el propio clon le dedicó una mirada asesina. Puede que Kurt tuviese experiencia en la guerra y en los juegos sucios. Pero aquí, frente a esos que se erguían frente a él, era solo un novato sin experiencia. 

Ícaro: - Entiendo sus preocupaciones. Pero para esta misión debemos integrarnos lo más que podamos. ¿Ya tienen la ubicación del objetivo? -

El que parecía el líder de los clones no se veía muy convencido. Y no era de extrañarse, pues como clon que era, confiar en un droide no era algo que veía con bueno ojos. Pero como soldado que era, tenía una misión que cumplir. 

Boss: - Muy bien. Esto es lo que sabemos. -

Segun las palabras del comando clon, los archivos de esta nueva arma estaban sumamente guardados en los astilleros de máxima seguridad de la estación espacial. Un área restringida con una gran seguridad y diferentes códigos de accesos para diferentes zona. Un lugar donde el Imperio reunía sus mejores ingenieros para el desarrollo de armas y tecnología miliatar. Si infiltrarse en tal lugar era complicado, llegar a su destino sería todo un desafio. 

Gracias a la información que Fixes pudo piratear, tenían a su dispocisión una mapa de la zona, incluyendo varios puntos claves como las áreas de investigación y de desarrollo. Aunque había zonas tan encriptadas que ni el clon comando con sus conocimientos pudo acceder. Áreas que Ícaro no tardó en revelar tras unos minutos de hackeo. Él era un experto después de todo. Y los sistemas imperiales no eran muy seguros que digamos. Al menos no en esta época donde se pensaba que no habrían grandes oponentes que se resistiesen a su causa. 

Y así, tras varios minutos de planificación y debate, estaban listos para operar.

Con algo de pireteo básico, Ícaro logró obtener las credenciales de un trabajador de mantnimiento, el cual solía trabajar con compuestos químicos en la planta de procesamiento. Una coartada perfecta, ya que dicho trabajo necesitaba equipo de protección y el individuo en cuestion no se encontraba presente en las instalaciones. 

Fixer era el hombre indicado para esta tarea. Disfrazado con un pesado traje de protección y acompañado del pequeño Gonk, se acercaron a la puerta de entrada donde dos stormtrooper estaban de guardia. 

Stormtrooper: - ¿identificación? -

El clon comando mostró la tarjeta modificada con el código que Ícaro le implantó, la cual el guardia analizó en un dispositivo portatil.

Stormtrooper: - ¿No se supone que usted está de vacaciones? - Preguntó al revisar el ordenador. 

Fixes: - Que puedo decir... necesito los créditos extra. -

Si bien era una justificacion algo sencilla, era muy acertada. El guardia no preguntó mucho más, pues para nadie era un misterio que el Imperio no era muy generoso con sus salarios, así que dejó pasar a trabajador y a su ayudante automecánico sin hacer muchas preguntas. 

Una vez dentro, actuaron como cualquier otro trabajador, siguiendo las intrucciones del capataz e incluso saludando a uno que otro despistado trabajador que lo confundía con el dueño original de la identificación que portaba. Wag Too, en cambio, solo... hacía lo que cualquier otro droide Gonk haría. Caminar de un lugar a otro y estorbando de vez en cuando. Hasta que ambos llegaron al punto designado. 

Cerca de los baños, en una zona medianamente transcurrida, había una exclusa de aire elevada a unos tres metros sobre el nivel del suelo. Cuando el pasillo estuvo completamente despejado, y dado que en ese lugar no habían cámaras de seguridad por obvias razones, el lurmen salió de su disfras y se apresuró a trepas usando al clon como apoyo. 

Un par de tornillos no iba a detener a Wag Too, pero lo dificil de la zona se lo ponía bastante dificil, además, que los pasos de alguien acercándose rápidamente alertó al par. Los nervios se dispararon, sobre todo para el lurmen, que no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones bajo la presión verbal del clon. Los pasos de los desconocidos se hacía cada vez más fuerte. Afortunadamente, Wag Too fue capaz de abrir la exclusa a tiempo, aunque cuando se adentró en el estrecho conducto de aire dejó caer la tapa provocando un leve extruendo. 

Trabajador 1: - ¿Escuchaste eso? -

Trabajador 2: - Oye... Tu. ¿Qué fue ese ruido? - 

Fixer: - Oh... Lo siento. Fue mi estómago. -

De todas las posibilidades, y no se le ocurrió algo mejor. 

Trabajador 2: - Oh tio. ¿En serio fueron tus entrañas? Debes estas muerto por dentro. -

Fixer: - Si, jeje. Definitivamente algo no me asentó nada bien. -

Trabajador 1: - Bueno. Al menos el baño está justo aquí. -

Fixer: - Claro... Es por eso que estoy aquí. Pero regresaré tan pronto me vuelva a sentir mejor. -

Los dos trabajadores se creyeron la historia, y a decir verdad, era bastante convincente, así que se retiraron dejando al ¨enfermo¨ sujeto a sus espaldas. 

Fixer: - Ese enano me las pagará por esto. - Refunfuñó para sus adentros. 

Mientras tanto, en el interior de los conductos de ventilación.

Wag Too: - Ícaro, ya estoy adentro. - Susurraba al comunicador para no llamar la atención.

Ícaro: - Entendido. Sigue mis instrucciones. -

Aunque no tan efectivo como su cuerpo de superdroide táctico, Ícaro podía acceder al estado de las instalaciones y tener acceso a gran parte de la información relacionada con la estación orbital, pero había zonas a las cuales no tenía acceso. Y allí era donde el pequeño lurmen entraba en acción.

Usando las indicaciones de Ícaro, Wag Too se abrió camino por los estrechos conductos hasta llegar a una zona un tanto extraña para él. Un extraño espacio cilíndrico vertical que recorría la estación desde la basta hasta la punta. Uno, con enormes ventiladores que giraban  a una velocidad escalofriante y cuyas ráfagas de viento podrían provocar pequeños tornados en su interior. 

Wag Too: - En posición. -

Ícaro: - Entendido. ¿Ves la esclusa de aire a tres metros sobre tu posición? -

Wag Too: - ¿Te refieres a la que está trás el enmorme ventilador mortal asesino? -

ícaro: - Afirmativo. -

Wag Too: - Si... La veo. ¿Cómo piensas que pueda llegar? Digo... Sin convertirme en carne picadada. -

Ícaro: - Detendré los ventiladores por cinco segundos. No más, o se reportará una advertencia de fallo del sistema. ¿Crees poder hacerlo? -

Wag Too: - ¿Hay alguna otra manera? -

Ícaro: - No. -

Wag Too: - Adoro tu obtimismo. Muy bien. Cuando quieras. -

Ícaro: - Deviando potencia. Reiniciando sistema en tres... dos... uno. -

Tras las palabras del droide, Wag Too pudo escuchar como los motores de los ventiladores comenzaron a perder potencia gradualmente. Sin esperar que estos se detuvieran del todo, el lurmen dió un brinco, enganchándose al pilar principal hubicado en el centro de la cámara, el cual manetecía todo alineado y servía como conducto central. 

Ícaro: - Cinco. -

Wag Too cayó fuerte contra el metal, y sus ágiles manos no tardaron en encontrar un apoyo sobre los diferentes mecanizmos y placas portectoras, usando sus fuertes dedos para asegurar su posición.

Ícaro: -Cuatro. -

El lurmen se imupulsó con todas sus fuerzas, aun cuando los ventiladores no se habían detenido del todo, pero gracias a la reducción de su velocidad pudo atrapar una de las aspas sin perder la mano en el proceso, aunque fue algo doloroso.

Ícaro: - Tres. -

Las lisas aspas del venyilador resultaron bastante difíciles de agarrar, y de no haber sido por los guantes especiales que tenía puesto, Wag Too la mano del lurmen se hubiese deslizado sombre los pequeños cristales de hielo que el frio espacial generaba sobre los metálicos ventiladores. 

Ícaro: - Dos. -

Wag Too se impulsó hacia arriba, y con suma velocidad corrió sobre las aspas del ventilador hasta llegar al centro, lo suficientemente rápido como para brincar a otra aspa y correr hacia la exclusa que estaba a un metro de altura. 

Ícaro: - Uno. -

El lurmen saltó, sujetándose con fuerza a los salientes de la exclusa. justo a tiempo antes que ls astas del ventilador comenzaran a rota una vez más, teniendo que sujetar su cola con la mano a último monento. pero aún no estaba a salvo. En poco segundos, la fuerza de los ventiladores volvería a generar un torrente de aire que podría arrastarlo sin apenas esfuerzo, así que tenía que abrir la exclusa y entrar al conducto. 

Ícaro: - ¿Wag Too? ¿wag Too, me recibes? -

El silencio era expelugnante. Todos estaban a la espera de alguna señal, pero nada respondía a la señal. Una angustiante sensación comenzaba a invadir a aquellos que podían oir las comunicaciones, pero gracias a la Fuerza:

Wag Too: - Estoy... Estoy bien. - Decía sumamente agitado. 

Kurt: - No nos des esos sustos. -

Wag Too: - ¿A ustedes...? Yo soy el que está aterrado. -

Ícaro: - Bueno escucarte, amigo. -

Wag Too: - Bueno... Basta de sentimentalismos. ¿Hacia donde? -

Cuando el lurmen recuperó el aliento, siguió avanzando por los conductos hasta llegar a su destino. Finalmente. Un cuarto sellado cuyos acceso estaban restringidos por las mayores autoridades de la estación espacial. Un lugar lleno de ordenadores y servidores. El centro de mando digital de los astilleros de Fondor. 

No se dejen engañar por el hecho que Wag Too halla podido entrar sin llamar la atención de nadie. Los conductos estaban llenos de sensores par detectar a pequeños droides que quisieran infiltarse, y los sistema de seguridad hubiesen freido a cualquier forma de vida con una mortal descarga eléctrica. Pero las concentraciones de metales en el cuerpo y traje del lurmen eran tan bajos que pasara desapercibidos, y lo único que portaba, era un pequeño dispositivo en uno de los bolsillos que estaba hecho en la mayor parte por materiales aislantes. Expecíficamente creados por Fixes para esta ocación. 

Similar a una memoria USB, Wag Too se acercó a una de las terminales e insertó el dispositivo. Una especie de varilla cilíndrica que dió un par de vueltas en el puerto de entrada hasta quedar perfectamente acoplada. 

Wag Too: - Muy bien. Ya está hecho. -

Ícaro: - Enterado. Descanza por ahora. Yo me encargo del resto. -

Wag Too: - No te demores. El calor aquí es insoportable. - 

El dispositivo en cuestión no era más que una llave matrix, una que Ícaro usaría como apoyo para acceder manualmente a los registro imperiales. Como si fuese un puente entre su cuerpo físico conectado a la red local, y el servidor de la base de datos imperiales. Cuando la programación de Ícaro volvió a reconctarse, este se encontraba en un infinito espacio tridimencional digital muy similar al pulgatorio. Los bastos archivos imperiales.

Lo que el propio Ícaro ignoraba... era que su infiltración no pasó tan desapercibida como él pensaba. 


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