Cap. 75 - Asegurando el Futuro
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Audiolibro disponible en YouTube:
https://youtu.be/AvsDIJUmQ3E
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La noticia sacudió todo el refugio en la mañana. El deceso de comandante Boil fue un duro golpe para cada residente del Oasis, pero nadie sufrió tanto su pérdida como aquellos que, más que verlo como su héroe, lo veían como su amigo... hermano... familia.
El funeral del clon fue algo a lo que todos los residentes del Oasis asistieron, siendo este, uno de los pocos clones que pudo encontrar la paz eterna en una modesta tumba cercano a un bosquecillo de la zona. Uno reservado para aquellos que abandonaban el plano terrenal.
Los días pasaron, pero su pérdida aún se sentía, sobre todo en aquellos que, aunque se pudieron despedir de él en vida, no eran capaces de asimilar del todo la realidad.
Numa pasó algunos días encerrada en su habitación, pero tras recordar la conversación que tuvo con Ícaro logró sobrellevar su dolor y regresar a sus funciones como adiestradora. Ahora, no se quitaba el brazo de la armadura de Boil y juraría que lo portaría todo el tiempo. Como un amuleto, y un recuerdo de su nerra.
Mirana, en cambio... no le fue tan bien. La humana pasaba días enteros deprimida y alejada de todos. Incluso salía del refugio y no regresaba en varias noches. Todos querían ayudarla, pero no puedes ayudar a nadie que no puede ni ayudarse a si misma. La pérdida de Boil para ella fue mucho más dolorosa que lo que muchos se imaginaban, pues... muy poco realmente sabía, cuanto la ex-cazarecompersa lo amaba.
Aún así, uno que para sorpresa de muchos sufrió su perdida, fue la unidad comando Delta. El droide, si bien sacrificó su núcleo para intentar salvar a su superior, una vez en el Oasis Wag Too le implantó uno nuevo. Después de todo, como droide de que era, mientras no se viese afectado si banco de memoria, seguiría conservando los recuerdos y personalidad que antes tenía.
Aún así, la vida debía seguir su curso, y la guerra en la galaxia y los millones de inocentes sufriendo a manos del imperio no esperaría por su duelo. Ícaro estaba como siempre en su oficina, cuando Miraj le pidió que se presentara en el ayuntamiento por algo de vital importancia. El droide no perdió el tiempo y fue tan rápido como pudo, pero se llevó un gran asombro al ver lo que ocurría.
Ícaro: - ¿Senador Organa? -
Bly: - Ah... Ya llegaron. Ya podemos empezar. -
Miraj: - Senador, le presento al general Ícaro. Nuestro mayor oficial y comandante en jefe de las fuerzas del Oasis. -
Oragana: - Un placer, general Ícaro. Debo admitir que... verlo es toda una sorpresa. Había escuchado mucho de usted, pero nunca imaginé que fuese un modelo de superdroide táctico. -
Ícaro: - Es un placer conocerlo, senador. Se de sus esfuerzo por aliviar la situación del Imperio a pesar de estar rodeado en un mar de enemigos. Tiene mi más eterno agradecimiento.
Organa: - Solo trato de ayudar lo más que pueda. Este Imperio no es ni la sombra de la próspera República que tanto yo como otros senadores y amigos intentamos construir. -
??????: - Bueno... Dejemos las formalidades para otro momento. Tenemos asuntos importante que discutir. -
De pronto, todas las miradas se giraron hacia la impaciente voz. Se trataba de un calamari, el cual, como el senador Organa, ocupaba un asiento de la mesa circular en forma de holoproyección.
Organa: - Comandante Ackbar, tan apresurado como siempre. -
Ackbar: - No se como usted puede estar tan tranquilo, senador Organa. Hace apenas unos años luchábamos en contra de ellos, y ahora los ve como aliados. No tiene sentido. Podría bien ser una trampa. -
Ícaro: - Entiendo su preocupasión, comandante. Así como entiendo que la palabra de un droide para usted no tendrá ninguna validez, pero las tornas de la galaxia han cambiado. -
Organa: - El general tiene razón. Ahora nos enfrentamos a un enemigo en común, y cualuiqe ayuda es bienvenida. -
Ackbar: - Aún así... no esperes que confíe tan facilmente. -
Ícaro: - Entiendo. Nos ganaremos su confienza, así como la cualquier otro que esté en disposición de luchar contra el Imperio. -
Organa: - Por mi parte no será necesario. Si estan dispuesto a recatar civiles y acojerlos en el Oasis tienen mi plena confianza. Nada me entristece más que ver a los inocnentes envueltos en estas guerras tan absurdas. -
Ackbar: - Bueno... Cambiando de tema. El motivo por el cual nos hemos reunido principalmente. -
Organa: - Cierto. General Ícaro. Ha llegado a nosotros información que los ingenieros imperiales están desarrollando un nuevo tipo de destructor imperial. -
ícaro: - ¿Un nuevo tipo de destructor Imperial? Eso no es bueno. ¿Qué sabemos al respecto? -
Organa: - No sabemos nada. Nuestros espias no lograron entender de qué se trataba, así que lo único que tenemos es un nombre. ¨Destructor estelar clase Interdictor.¨ -
Ícaro: - No se me ocurre que nueva clase de armas esté fabricando, pero no ha de ser nada nuevo. -
Ackbar: - Esta información proviende de nuestros espias en los astilleros de Fondor. Si queremos detenerlos debemos atacar ahora mismo. Mi flota está lista para iniciar un asalto, y espero poder contar con las fuerzas droides del Oasis. -
Ícaro: - Negativo. - Su respuesta fue concisa e inmediata, tomando a todos los presentes por sorpresa, aunque había uno que de cierta forma se lo esperaba.
Ackbar: - No me sorprende. Sabía que no podíamos contar con ustedes después de todo. -
Ícaro: - No me malinterprete, comandante. Me niego a atacar el astillero, no a darles las fuerzas droides. -
Ackbar: - Oh... ¿Entonce sugiere que nuestra forma de proceder es incorrecta? -
Ícaro: - Correcto. -
Ackbar: - ¿¡Cómo se atreve!? - Dijo indignado. - Primero se niega a cooperar y luego nos cuestiona... -
Organa: - Comandante Ackbar... Creo que debería dejar que el general Ícaro de sus razones para negarse. -
Ícaro: - Gracias, senador. Como dije antes, me está malinterpretando. No cuestiono sus planes, pero creo que lo mejor será que los Mon Calamari no salgan a la luz por el momento. -
Ackbar: - ¿No salir a la luz? ¿De qué está hablando? -
Ícaro: - Debemos ser realistas. Justo en este momento, ni el Oasis, ni los Mon calamari, ni ninguna célula rebelde de la galaxia tiene la fuerza sufiente para enfrentarse al Imperio. Ni siquiera todos junto podríamos. Necesitamos fuerza, y para eso necesitamos tiempo. -
Sus palabras eran certeras, nadie quería verlo de esa forma, pero tenía razón. Enfrentarse al Imperio abiertamente no sería una buena idea. Bien podrían destruir los astilleror de Fondor y evitar la contrucción de nuevas armas, pero... ¿Y luego que? El Imperio mandaría una flota de destructores estelares y los borrarían del mapa, aun así...
Ícaro: - Pero... - Su leve pausa llamó la atención de todos. - Podemos enviar una fuerza de élite para averiguar que estan tramando, y sabotearlos si es necesario. -
Organa: - Esa me parece una mejor idea. Así evitaríamos quedar expuestos. -
Ícaro: - Nosotros tenemos los medios necesarios para llevar esta incursión. Nos haremos cargo. -
Ackbar: - ¿Y que se supone que hagamos nosotros? ¿Sentarnos a esperar? Tenemos cruceros MC40a y fragatas MC30c listas para el combate. -
Ícaro: - No será necesario. Para usted, tengo un trabajo mucho más importante. -
La cara de desaprobación de Ackbar mientras Ícaro precionaba algunos botones sobre la mesa de holoproyección era indescriptible, pero cuando la proyección de los planos de una nueva nave se mostraron sobre la mesa el rostro del Mon calamari cambió drásticamente a un interes total.
Ackbar: - ¿Eso es...? -
Ícaro: - Comandante Ackbar, esto es probablemente lo más importante que discutamos en esta reunión. Los Mon Calamari son vitales si queremos derrotar un día al Imperio... Pero ese día no será hoy. Necesitamos que usted y sus hombres se mantengan en las sombras y desarrollen estos planos en secreto. El Oasis es un planeta rico en recursos minerales, y le enviará todo lo que sea necesario. -
Ackbar: - ¿Cómo pudo... desarrollar algo así? Esa es nuestra tecnología. -
Ícaro: - No fue muy difícil decifrarlo. -
Ackbar: - ¿No fue tan dificil...? -
La cara del calamari no tenía comparación. Estaba atónito, asómbrado por la increible habilidad del droide para descifrar. Era poco probable que Ícaro hubiese visto los planos de las naves Mon calamari, pues eso era algo que ellos guardaban con sumo cuidado. Y ahora, frente a él, el droide le estaba dando un nuevo modelo basado en su propia tecnología. Más grande y más poderoso. Si esos planos llegase a desarrollarse algún día, seguro sería una maravilla de la ingeniería y de la fabricación de naves espaciales. Fue tanta la impotencia y la emoción, que Ackbar no pudo hacer más que reir.
Ackbar: - Muy bien... general. Me ha convencido. Los ingenieros calamari se pondrán manos en el asunto de inmediato. Aún así... Hay algo que me intriga. -
Ícaro: - ¿De qué se trata? -
Ackbar: - Mecionó que aún no es tiempo para enfrentar al Imperio... Y por más que apriete los dientes, he de admitir que tiene razón, aún así... ¿Cuando usted cree que llegue ese momento? -
La pregunta tomó a todos los presentes por sorpresa, y con razón. Todos voltearon sus miradas hacia el droide, el cual alzó la mirada hacia la nada computando una posible respuesta... Entonces... habló.
ícaro: - En catorce años. -
Ackbar: - Catorce años... En otras palabras, en el 3656 DTC. Es bastante tiempo... Espero no estar tan viejo para entonces... Muy bien general... Creo... Creo que tomaré sus palabras. -
Organa: - Estoy de acuerdo. Necesitamos más tiempo para prepararnos. -
Ackbar: - Muy bien. Está decidio. Los Mon Calamari guerdarán silencio hasta entonces. Espero volver a verlo, general. -
Ícaro: - Lo mismo digo, general Ackbar. -
Tras decir esto, el Mon calamari se desconectó y su proyeción concluyó, dejando a los miembros del Oasis solo con el senador.
Organa: - General, no preguntaré ni cuestionaré que planes tienes para infiltrarse en los atilleros de Fondor, pero sin duda necsitará ayuda. Cuando llegue, busque a mi contacto. Es una joven humana. Se llama Holdo y es algo.... extravagante... Pero sin lugar a dudas le será de utilidad. Lleva años trabajando en esas instalaciones. -
Ícaro: - Muchas gracias, senador. Nos pondremos en contacto con ella tan pronto sea posible. -
Organa: - Me alegra escucharlo. Eso es todo por ahora, general. Ha sido un honor. Que la fuerza lo acompañe. -
Ícaro: - Que la fuerza lo acompañe. -
Y tras decir esto, el senador también se deconectó.
Miraj: - Los astilleros de Fondor... Será una incursión interesante sin lugar a dudas. -
Bly: - ¿Cómo planea infiltrarnos? De seguro la vigilancia en ese lugar es extrema. -
Ícaro: - Justo como lo hemos hecho antes, comandante. -
Ante su afirmación, todos quedaron intrigados con sus palabras, así que más que pedir respuestas, decidieron mejor seguirlos hasta los hangares, donde había mandado una orden por medio digital a algunas de sus tropas. Cuando llegaron, todos quedaron impactados al ver un grupo de casi cuarenta Stroomtropers.
Alfa: - General. Estamos listos. - La voz del droides se escucho bajo el casco blanco.
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