Cap. 61 - Victoria

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Podcast disponible en YouTube:

https://youtu.be/gCyPTwPiyiw

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El sonido de un blaster interrumpió más comunicaciones.

Boil: - ¿Capitán Howser? ¿¡Capitán Howser!? ¿¡Me recibe!? -

Ícaro: - Hemos perdido contacto. Teniente Mirana... ¿Me recibe? -

Mirana: - Alto y claro. -

Ícaro: - Dirija su escuadrón a la zona norte de la ciudad y haga reconocimiento de inmediato. -

Mirana: - Entendido. -

Ícaro: - Comandante Boil. Es necesario que regrese con el resto del grupo. Se nos acabe el tiempo. -

Boil: - De inmediato, general. -

La llamada finalizo y el clon miro a los presentes detenidamente. Con excepción de Numa, el resto estaba bastante débiles, pero al menos se podían valer por su cuenta. Pero la twi'lek anciana no sería capaz de hacer tal cosa, así que la cargo entre sus brazos y tomó el mando.

Mientras tanto, por encima de todos, Mirana y su escuadron esquivaba por poco el fuego antiaereo de tierra. Ahora debían cruzar el campo enemigo para alcanzar las coordenadas designadas, pero eso está lejos de ser una tarea sencilla.

Las explosiones agitaban los cascos de los cazas. El tridente de Mirana iba al frente, y aunque su escudo resistía, las sacudidas hacían difícil mantener las manos sobre los controles. A sus espaldas dos cazas aliados sucumbieron ante un misil tierra-aire lanzado por los artillero imperiales. Mirana esquivo un proyectil que se abalanzaba sobre su nave por muy poco, pero el caza tras ella no tuvo tanta suerte.

Con un costo de cuatro cazas perdidos, el grupo logró salir de encima de las posiciones enemigas. Ante ellos se encontraba el sector norte de la ciudad, y era fácil detectar las posiciones enemigas simplemente siguiendo el rastro de los disparos de blaster. Además... Ver las armaduras blancas imperiales desde las alturas era realmente sencillo.

El grupo de Boil, aparentemente carente de oficial al mando, mantenía la poción con sus pocos efectivos sobre los muros norte de la ciudad. Los civiles y rebeldes sin armas esperaban dentro de estructuras para mantenerse a salvo. Las masiva horda de casi mil unidades de stormtroopers avanzaba a paso ligero sobre, sin miedo alguno por la derrota. Pero ninguno de ellos esperaba un ataque por aire. ¿Qué rayos estaban haciendo sus propios cazas?

Aquellos que estaban apostados sobre las murallas vieron con júbilo como los enemigos en frente volaban por los aires, víctimas de los pesados blaster de los cazas y las bombas de protones. Con sólo una pasada la tierra tembló ante sus pies, el fuego se alzaba se alzaba sobre sus enemigos. Centenares murieron al instante, ya fuesen culpable o inocente. En la guerra solo hay aliados y enemigos.

Una segunda pasada aniquiló a los pocos enemigos que aún tenían el coraje de enfrentarse a los rebeldas apostados sobre los muros de la ciudad. Pero ni siquiera sus intentos pos alcanzar los misiles tierra-aire tuvo resultados. Fue una masacre total.

Mirana: - General. El campo esta despejado. - La voz de Mirana se escucho en el puente de mando de la Munificent. - El grupo de rebeldes está avanzando sobre el campo abierto. -

Ícaro: - Enterado. Unidad Delta, avance a la face 2. -

Delta: - Roger. Roger. -

El clon comando que se quedó a la espera frente a los controles de la Kestrel Nova encendió la nave y se alzó desde un grupo de montañas donde esperaba escondido.

Ícaro: - Comandante Boil. - Lo contacto por el comunicador. - El albatros está en camino. Tiene cinco minutos para llegar a la posición. -

Boil: - Copiado. Estamos en camino. - Concluyó la llamada. - Ya oyeron. Tenemos que apuntar el paso. ¡En marcha! -

La misión norte había sido un éxito, y aún quedaban unas diez horas ante de la retirada. Boil llegó justo a tiempo para coordinar el abordaje a la Kestrel Nova y ayudar a los heridos. Gratificante fue la sorpresa cuando se encontró con Howser, vivo y coleando, pero con una banda en la mano izquierda. Al parecer el disparo de blaste le golpeó en el comunicador y eso corto la comunicación. Fue todo un milagro que no hubiese perdido la mano.

Numa tampoco perdió el tiempo. Ella junto a su amigo Lubo ayudaron a coordinar todo junto a los clones rescatados, al parecer la joven twi'lek ya tenia cierta experiencia, y muchos de los rebeldes la reconocían de inmediato. Boil no podía esperar por escuchar sus historias.

Sin embargo, en el centro de la ciudad, la misión Sur estaba pendiente de un hilo. Bly y sus hombres hacían todo lo posible por detener a los stormtroopers apostados en la plaza, pero eran demasiado, y cada vez salían más del interior del ayuntamiento. Lo único que podía hacer era disparar, cubrirse y maldecir a Alfa y Hera por demorarse tanto.

Dentro del ayuntamiento el grupo logró avanzar y eliminar a los pocos imperiales que quedaban en el interior, pero en ese preciso momento se encontraban en una encrucijada.

Uno de los droides sujetaba a Hera para evitar que hiciera una locura. La joven twi'lek gritaba y pataleaba por la escena que estaba presenciando. Justo en frente, Alfa y otros tres droides comando estaban apuntando a un par de individuos en una situación crítica.

Piest, el senador actual de Ryloth, tenía al padre de Hera, Chem Syndulla, agarrado por el cuello con una pistola apuntando a su cabeza. Habían pasado algunos segundos desde que los droides llegaron, y la situación era bastante tensa. Piest amenazaba constantemente en disparar a la cabeza del líder rebelde su los droides no se retiraban. Chem Cyndulla hacia lo posible por calmarlo, peor con cuatro blaster apuntando a su cabeza eso era algo difícil de logra. Que extraño. ¿No se suponía que el senador Piest era aliado de la rebelión? ¿Qué estaba pasando aquí?

Alfa: - Senador Piest. Última advertencia. Suelte a Chem Syndula o abriremos fuego. -

Hera: - ¡No! ¡Matareis a mi padre! -

Chen: - Tran... Tranquila cariño. Todo saldrá bien... Piest por favor. Piensa en la situación.

Piest: - ¡Nunca! ¡Ustedes traidores no merecen más que la muerte! -

Chen: - ¡Piest! ¡No! -

Hera: - ¡Papá! -

El sonido de un blaste cayó las voces de la sala. Del arma de Alfa salía humo blanco producto a la energía liberada, al mismo tiempo que Piest caía de espaldas contra el suelo. Chen cayó hacia adelante, aterrado e incapaz de reaccionar al ver a la muerte tan de cerca. El droide que tenia a Hera sujetada decidió liberarla cuando la situación ya no representaba ningún peligro.

La joven twi'lek verde se lanzó de frente contra su padre en un cálido abrazo, sacando al líder rebelde del estado de shock en que se enconrraba. Las lágrimas comenzaron a escurrir de sus ojos, del miedo que sintieron y de la felicidad de por fin estar juntos una vez más. Pero las cosas se pusieron algo tensas cuando Alfa se acercó al par de nativos.

Alfa: - Chan Sydulla. - El líder rebelde alzó la cabeza y lo vio con algo de temor. Aun recordaba la guerra del pasado. - Un mensaje para usted. -

El droide saco un holo-proyectore de uno de sus compartimentos, sacando un gran shock al líder de la resistencia cuando vio la imagen de Ícaro frente a él.

Ícaro: - Líder rebelde Chem Cyndulla. ¿Correcto? -

Chem: - ¿Quien es usted? -

Ícaro: - Un amigo. Es todo lo que necesita saber. Sus compatriotas rebeldas han disolución liberados y están rumbo a un lugar seguro. Usted y su hija son los últimos. Le pido que siga a mis droides y escape a un lugar seguro para la extracción. -

Chen: - ¿Escapar...? ¿Se refiere a... abandonar Ryloth? - Su rostro no mostraba mucha aprobación que digamos.

Ícaro: - Me temo que si. -

El twi'lek no tono muy bien la noticia. Y no era para menos. Tanta lucha... tantos sacrificios ¿Para qué? ¿Para salir huyendo como un cobarde? Pero... ¿Acaso había otra opción?

Chem miro por un momento al cuerpo de Priet que yacía sobre el suelo. Era imposible ver su rostro por la forma en la que cayó, pero tal vez era mejor no hacerlo. A duras penas pudo levantarse, ayudado por Hera con mucho esfuerzo. Débil por el tiempo en cautiverio, dió pasos cortos y torpes, y usando a su hija como apoyo logró acercarse a la ventana del edificio. Con un largo suspiro contemplo su tierra natal, ahora un desierto sin vida. A lo lejos, se podían ver las explosiones y las ráfagas de blaster resultantes del choque entre ejércitos que se llavaba a cabo al este de la ciudad. A pesar de sus esfuerzos y su gran cantidad de números, las tropas droides de TR-1 no fueron capaces de romper las formaciones de stormtroopers y ahora estaba organizando la retirada. No quedaba mucho tiempo.

Ícaro: - Líder rebelde Cyndulla. Necesitamos que tome una decisión. Y pronto. -

Chem: - Me quedaré. - Su voz no dudo ni por un momento.

Ícaro: - ¿Esta seguro? Puede que no tenga otra oportunidad como esta. -

Chem: - Si. Lo estoy. - El twi'lek suspiro profundamente. - No espero que lo entienda, pero no puedo simplemente huir de esto. No puedo dejar a aquellos que confian en mi a un lado. No puedo... -

Ícaro: - Perder la esperanza. -

Cham se sorprendió de la forma en que el droide lo interrumpió y de las palabras utilizo. Él mismo no confiaba en los droides que una vez atacaron su hogar, sin importar qué ahora mismo fueran sus libertadores. Pero tal vez... Solo tal vez... Las cosas sean un tanto diferentes.

Ícaro: - Lo entiendo. Créa en mis palabras más que en sus dudas. La esperanza en si... es lo que también me mantiene en funcionamiento. No cuestionaré su decisión. Si es su voluntad... que así sea. Mis droides se encargaran de escoltarlos hasta la entrada sur de la ciudad. De allí en adelante... El camino a seguir será de usted. Unidad Alfa. -

Alfa: - General. -

Ícaro: - Ya tiene sus órdenes. Tiene una hora para llegar al punto de encuentro. -

Alfa: - Roger. Roger. -

Ícaro: - Chem Syndulla. Estas puede ser la única y última vez que nos veamos. Le deseo suerte. Y que la Fuerza lo acompañe. -

Chem: - Lo mismo digo, general. Gracias por todo. -

La llamada finalizó, dejando a los dos twi'lek algo pensativos por la extraña conversación con el superdroide táctico. Era... demasiado emocional para ser un droide. Y fueron las palabras del droide comando quienes los sacaron de sus pensamientos.

Alfa: - Líder Cyndulla. Ya escuchó al general. Tenemos que irnos. -

El twi'lek lo miro con algo de preocupación, pero cierta confianza comenzó a aflorar en su interior. Miro a su hija algo asustada, quien estaba viendo aún con miedo el cuerpo del senador sobre el suelo, pero sabía lo que tenía que hacer.

Chem: - Muy bien. Los seguimos. -

El grupo comenzó a avanzar por los pasillos del ayuntamiento con Alfa a la cabeza. Tenían que apresurarse para llegar al punto de encuentro, y el tiempo ya corría en su contra.

Alfa: - Comandante Bly. Tenemos al objetivo. Prepárese para retirarse. -

Bly: - Justo a tiempo. Estamos contra la espada y la pared. Necesitamos apoyo para... -

Mirana: - Te cubro capitán. - Su voz interrumpió de pronto las comunicaciones.

Bly: - ¡Todo el mundo! ¡Retirada! -

El sonido de los cazas rompiendo la barrera del sonido pronto capto la atención de todos. Los imperiales apostados en la plaza no tuvieron la oportunidad de correr por sus vidas ante que la ráfaga de blaster pesado de los cazas arrasaran con la zona. Bly y los sobrevivientes de su grupo corrieron si mirar atrás, justo antes que las explosiones sacudieran la zona.

Los dos grupos se reunieron una vez que el polvo se disipó. Hera salto de alegría sobre le pequeño Chopper, y este emitió una serie de pitidos alegres mientras daba vuelta de la emocion por volver a verla.

La rutas hacia las puerta sur de la ciudad fue muy tranquila comparada con toda la redada anterior, y tal como lo planearon, Cham y Hera Syndulla y la unidad C1 se disponían a abandonar la ciudad, rumbo al suroeste, donde una gran cumbre montañosa podría brindarle refugio y volver a reunir a la rebelión el Ryloth. Pero no todos estaban muy felices por esa decisión. 

Bly: - ¿¡Cómo que se queda!? ¡Arriesgamos a muchos para sacarlos de allí! -

Chem: - Y lo agradezco, Capitán. Pero no podemos abandonar a nuestro pueblo. Tenemos que quedarnos y luchar. -

Bly: - ¡Que me parta un rayo! Espero que este bien, porque créame que no volveré a salvarle el trasero si se vuelva a meter en problemas. -

Chem: - Lo tendré en cuanta. - Se rió mientras el clon se retiraba bufando. - Unidad Alfa, realmente aprecio lo que hizo. Agradeceré a su General de mi parte y de toda la Rebelión de Ryloth. -

El droide comando miró confundido como el twi'lek le extendía el brazo al frente. ¿Acaso pensaba estrechar las mano? Eso no se lo esperaba, pero no lo dejaría esperando. Alfa acepto el saludo, aunque aun no entendía muy bien como funcionaba todo eso.

Alfa: - Se lo haré saber. Mucha suerte, señor. -

Chem: - Lo mismo digo. -

Las unidades restantes se subieron al transbordador para regresara a la Munifecent. Era extraño incluso para Bly ver a Alfa despedirse de los dos twi'lek agitando la mano mientras la nave despegaba, pero supuesto que era algo normal teniendo en cuenta todo el programa de emociones que Ícaro había instalado en él. Aunque eso no lo hacía menos extraño al ver esa actitud en un droide.

Las fuerzas del batallón principal se habían replegado. Las naves de transporte regresaron satisfactoriamente a la Munificente mientra estar se daba vuelta para preparar el salto. Los dos cruceros Arquitens a sus espaldas estaban muy dañados, y uno de ellos tenía incendios por todos lados. Probablemente sería irreparable, pero con tantos daños, ya ni siquiera podía devolver el fuego. Finalmnete, la Munificent se marcho del espacio aéreo de Ryloth adentrándose en loa confines del hiperespacio.

Viéndolo todo del otro lado del campo de batalla, se encontraba el comandante Crees, quien se mantenía en silencio sentado dobre la silla de su nave, a pesar que habían chispas volando por todos lados y los ingenieros y oficiales no paraban de gritar y arreglar todo ese desastre.

Pero nadie le dirigía la palabra. No era mecesario. La última vez que el oficial de cubierta le dijo algo obvio le dedico una mira tan agresiva que pensó que le iba a reventar la cabeza de un disparo de blater. Sabía que había perdido, y estaba sumamente molesto por eso.

Desde su silla podía ver todas las pantallas que le mostraban la situacion en tierra. La Ciudad estaba muy afectada, las tropas que combatieron en el este se replegaban, y las prisiones estaban vacías. Al menos la cámara que le mostraba la habitacion principal del ayuntamiento le mostraba a un Priet moribundo, quejándose de una herida que tenía en el cuello, pero parece que iba a sobrevivir. ¿Cómo era que estaba vivo era todo un misterio? Tal vez el droide fallo el disparo. Sea como sea, era un reporte menos que tenia que entregar.

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