Cap. 54 - Férreas Contramedidas
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Podcast disponible en YouTube:
https://youtu.be/_8Gvz5dmeSU
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El espacio exterior puede ser si lugar a dudas frío y desolado. Un profundo negro infinito con millones de estrellas que no son más que puntos luminiscentes cuya luz viaja por millones de años luz por la galaxia. Sin embargo, en un recóndito lugar del borde exterior, en las profundidades del sector Seswenna Mayor, había una pequeña flotilla de un par de cruceros imperiales. Unas de la joya de la armada imperial, y sin lugar a dudas, uno de los más reconocidos, el crucero El Soberano navegaba pacientemente a velocidad sublus en ese vacío en calma.
Aquellos que escuchaban ese nombre podían saber perfectamente a quien pertenecía tal máquina de destrucción y muerte, pues su oficial a bordo, era reconocido en cada rincón de la galaxia. Se trataba de nada menos que del propio gran Moff Wilhuff Tarkin. Un genio entre genios para la batalla, con una mentalidad fría y calculadora. Uno de los oficiales más temidos del imperio, y sin dudas, el que mayor confianza tenía del propio emperador.
El gran Tarkin permanecía sentado sobre la silla de capitán del Soberano, con su pierna derecha apoyada sobre su rodilla izquierda. Su pose perfectamente recta, sus vertebras milimétricamente alineadas. Su mano izquierda golpeaba su mesa incondicionalmente, algo que solía hacer cuando estaba profundamente sumergido en sus pensamientos. Su mano derecha rosaba levemente sus labios, mientras su pulgar raspaba su afilado mentón. Sus ojos celestes casi blancos, no veían lo que estaba junto al frente. Su mirada simplemente se perdía en un horizonte que solo él podía apreciar.
Entonces, las puertas del puesto de mando se abrieron, sacando al gran Moff del tipo de trance en que se encontraba, enfocando la mirada en un joven al cual le tenía un particular interés. El joven, tan estricto y recto como él, se acercó sin titubear hasta encontrarse a pocos pasos de Tarkin, luego, se arrodilló ante su figura.
Cress: - He acudido a su llamado, Gran Moff Tarkin. Justo como ordenó. -
Tarkin: - Sea bienvenido, recién nombrado vicealmirante Cress. Sus logros en Felucia han sido aplaudidas en todo el Imperio. Debo decir que hasta me ha sorprendido que tales hazañas hallan sido logradas por alguien tan joven. -
Cress: - Sus palabras no me pueden llenar más de júbilo, gran Moff. Mi admiración hacia usted no tiene frontera. -
Tarkin: - Las adulaciones no te serán útiles, muchacho. Pero no hablemos del tema por ahora. Quiero un informe completo de lo que ocurrió en Felucia. -
Cress: - A la orden, gran Moff. -
El almirante Cress usó la mesa del holo-proyector para explicarle al Tarkin todo lo sucedido mientras mostraba grabaciones del campo de batalla. En ellas se mostraba la dura resistencia que mostraron los nativos de Felucia y los remanentes separatistas que aún quedaban inactivos.
Cress: - (...) Hemos asegurado el control sobre el planeta. Aunque aún quedan algunos focos de menor tamaño que se resisten a ser sometidos. Finalmente capturamos al que parecía ser su líder, un feluciano de nombre Casiss, el cual ha sido "poco cooperativo" para revelar el resto de posiciones de la resistencia. Aún así, hemos reconocido que este indivíduo no tenía las capacidades necesarias para liderar una resistencia a escala global. Fue entonces cuando pudimos identificar esto. -
Cress presionó unos botones, y se mostró la forma borrosa de Ícaro, de cuando se unió al campo de batalla para rescatar a Tova.
Tarkin: - ¿Acaso eso es...? -
Cress: - Un superdroide táctico. Aún no sabemos por qué está activo. -
Tarkin: - Esos droides eran más listos de lo que parecían. No me sorprendería que uno o dos se reusasen a rendirse cuando recibieron la orden hace seis años. Aunque bien pudo haber sido reprogramado. -
Cress: - Descubrimos que este droide estaba interfiriendo con nuestras comunicaciones, de ahí el motivo por el cual no pudimos identificarlo hasta este punto de la batalla. -
Tarkin: - Extraño. ¿Se puede saber el motivo por el cuál hizo tal aparición? -
Cress: - No lo sabemos con certeza, pero todo parece indicar a esto. -
El almirante presiona otros botones, y se muestra la escena en la Ícaro se reencuentra con Tova.
Tarkin: - Dos armaduras clones y... ¿Qué son esos? -
Cress: - Son un lurmen y una nelvaana, señor. -
Tarkin: - Pensaba que ambas especies habían sido... "erradicadas." -
Cress: - Desconocemos el origen de ambos individuos o sus identidades. -
Tarkin: - No me sorprende. ¿Y quienes son esos clones? -
Cress: - Clon destinado al transporte de prisioneros. También conocido como Boil. Antiguo miembro del 212th Cuerpo del Ejército de la República Galáctica. Se creía muerto después que un ataque rebelde interceptara uno de los transporte de prisioneros imperiales. -
Tarkin: - Pues no parece tan muerto. ¿Quién es el otro? -
Cress: - CC-5052. Tambien conocido como... -
Tarkin: - Si. Me acuerdo de ese. Solía estar a cargo del 327. -
Cress: - Correcto señor. - Tarkin dejó escapar un suspiro cansado mientras se desplomaba sobre su asiento.
Tarkin: - Siempre supo que estos clones serían un gran problemas. Humanos creados en laboratorios. ¡Qué estupidez! A pesar de haberlos comandado durante 3 años. Nunca me sentí muy cómodos con esos experimentos de laboratorio merodeando por ahí. -
Cress: - Pensaba que el Imperio tenía un "programa de retiros" para estos... individuos. -
Tarkin: - Política, jovencito. La peor guerra de todas. -
Oficial: - Señor, él ya llegó. -
Tarkin: - Justo a tiempo. Como siempre. Acompáñeme joven. Hay alguien que desea verlo. -
Tarkin se levantó de su silla y caminó estoico junto al joven y se dirigió a los pasillos de la nave. Cress lo seguía de cerca, aunque algo nervioso, lo que lograba disimular bastante bien con su inexpresivo rostro. Ambos oficiales caminaron hasta llegar a uno de los hangares del Soberano, donde una lanzadera imperial T-4a aterrizaba lentamente.
Cress: - Gran Moff... ¿Qué está ocurriendo? - Preguntó al no poder contener su curiosidad.
Tarkin: - La paciencia es una de las cualidades más importantes para un oficial. Almirante. -
Cress: - Disculpe, gran Moff. -
Tarkin: - Está bien. Cometer error es natural a esa edad, por eso debes aprender a controlar esos impulsos. Así que conocerás a tu nuevo superior. Tal vez aprendas algo útil de él. -
Cress miró atónito cómo la plataforma de aterrizaje de la T-4a descendía lentamente, mientras el humo blanco producto a la descompresión de la nave se esparcía por el lugar. Una silueta esbelta se mostraba tras los focos, los que no permitían ver al joven almirante ver de quién se trataba. Este comenzó a descender lentamente, sus pesados pasos hacían eco sobre el metal que pisaba. Y sólo cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo definir de quién se trataba.
Thrawn: - Un placer volver a verlo. Gran Moff Tarkin. -
Tarkin: - El placer de recibirlo es mío, Alto Almirante Thrown. -
Thrawn: - Así qué... ¿Esté es el joven del que me platicó? -
Los ojos rojos del chiss le clavaron en la mirada inocente del joven, haciendo que incluso su estoicidad titubeara por un momento. Había algo en ese ser que no parecía nada que Cress hubiese experimentado antes. Como si este fuese capaz de ver a traves del él con solo mirarlo. Todos sus anhelos, todas sus metas, todas sus ambiciones había quedado al descubierto ante esos ojos escarlatas.
Tarkin: - Alto Almirante, le presento al vicealmirante Cress. Él pasará a formar parte de sus filas de ahora en adelante. Confío en será muy útil en sus conquistas venideras. -
Thrawn: - Como ordene. - Respondió mientras le hacía un saludo militar. - Vicealmirante, empaque sus cosas. Partiremos de inmediato. -
Cress: - S... Si... señor. - Respondió nervioso.
El joven no tardó en volver a su pequeño despacho del Soberano para recoger sus cosas mientras Thrawn y Tarkin se quedaron en la plataforma discutiendo de varios temas relacionados con las conquistas de los mundos del borde y las diferentes revueltas por todo la galaxia. Conversación que decidieron no continuar cuando Cress regresó a la plataforma.
Cress: - To... Todo listo, señor. -
Thrawn: - Muy bien. Partiremos de inmediato. Hasta que las guerra nos vuelva a reunir. Gran Moff. -
Tarkin: - Buena suerte, Alto Almirante. -
Thrawn y Cress se subieron a la lanzadera, y esta partió de inmediato hacia la armada de chiss. Ambos se sentaron en la parte trasera de la nave, frente con frente. Thrawn mantenía la cabeza baja, apoyada sobre sus manos en un posición pensativa. Por otro lado, Cress hacía todo lo posible por mantener controlado su nerviosismo, aunque habían varias gotas de sudor sobre su rostro que decían lo contrario. Se aferraba al portafolio que contenía todos su documentos, cuando esa intenso mirada del chiss volvió a enfocarse en su figura.
Cress podía sentir una aura espantosa que lo asfixiaba. Por unos segundos pensó inclusive que el propio chiss iba a matarlo en ese preciso momento. Entonces, Thrawn habló.
Thrawn: - Vicealmirante. - El joven reaccionó con un pequeños brinco contenido. - A partir de este momento estará a cargo de un crucero imperial. El Indómitus. Junto a todo lo que este contenga. Operará en una fuerza independiente de la flota, pero siempre responderá a mis órdenes. ¿He sido claro? -
Cress: - S... Si, señor. Es todo un honor... señor. -
Thrawn: - No es un alago, vicealmirante. Es un prueba. Falle y será su último error. ¿Entendido? -
Cress: - S... Si... señor. - Su voz se opacó de repente tras el comentario del chiss.
Mientras tanto, en el interior del Soberano, el gran Moff Tarkin realizaba una holo-llamada con aquel que sería el ser vivo más poderoso de toda la galaxia en ese momento.
Tarkin: - Mi lord, he cumplido con su acometido, como ordenó. -
Palpatine: - Muy bien, gran Moff. Aún así, siento algo de frustración en tus palabras. -
Tarkin: - Si me permite, mi lord. ¿De verdad deberíamos confiar en ese... alien? - El lord sith se rió un poco.
Palpatine: - Los tiempos cambian, gran Moff. Y el futuro debe cimentarse desde mucho antes que el reloj marca nuestra caída. Siento una fuerte admiración del joven hacia usted... ¿No lo cree usted igual? -
Tarkin: - De ser el caso... ¿Por qué no me permitió a mi enseñarlo? -
Palpatine: - Porque ustedes dos son dos gotas de agua. Y se que eventualmente acabarás encariñándote con el muchacho. Pero Thrawn no le mostrará la menor misericordia. Los relevos deben conocer el miedo... para que nunca olviden su papel en la galaxia... -
Hey. Si te causa duda todos los rangos militares del imperio, o te suena extraño algunos cargos de los personajes, recordarles quiero que esto ocurre incluso antes de Star Wars Rebels. Lo que quiere decir que aún no han alcanzado los rangos que poseen en el Canon o en Leyend.
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