Cap. 50 - El Alma Errante

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Podcast disponible en You Tube:

https://youtu.be/V-XUGWQpBk4

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????: -  NO... no... No... No deberían de... de estar... aquí. - Dijo el misterioso ser con una voz masculina muy errática. 

Y no solo fue eso. La calmada figura que se enfrentó a los wampa parecía haber desaparecido, y en su lugar, dejar a una criatura errática y un poco mal da la cabeza. Como si hubiese sufrido un brusco cambio de personalidad. De pronto, el ser se acercó al cadaver de wampa y comenzó a despellejarlo sin siquiera prestar atención a los dos pequeños seres que lo miraban algo asustado.

Tova: - Oye. ¿Te encuentras bi...? -

Li Mu : - ¡Tova, atrás! - Gritó de pronto, al ver como la pequeña pretendía acercarse a ese ser tan extraño.

Tova: - Pero... -

Li Mu: - No te acerques... Algo... Algo no está bien con él. - 

Y el gossam tenía razón. Al verlo más de cerca, se podía apreciar una completa pérdida de la cordura por parte de ese ser, y de hecho, parecía estar murmurándose a sí mismo mientras cortaba la dura carne de la bestia de nieve. La sangre comenzó a brotar del cadáver y salpicar los alrededores, pero a él no parecía importarle en lo más mínimo, dando a ver un escalofriante escenario, acompañado de algunos gritos ocasionales que parecía no tener ningún tipo de coherencia. 

Aún así, Tova decidió acercarse a pesar de las advertencias del gossam, quién apenas podía ponerse de pie tras el fuerte golpe que recibió cuando fue lanzado contra la pared. La niña daba un paso a la vez, con mucha cautela y en silencio, como un cazador acercándose a una bestia peligrosa. Se acercó tanto, que un chollo de sangre salpicó el pelaje azul de su rostro, lo que aceleró aún más su corazón asustado, sobre todo mientras veía cómo el afilado cuchillo desgarraba la carne ensangrentada de la criatura. 

Tova: - Mu... chas gracias, por... salvar... nos. - Dijo tímidamente, aunque el ser no parecía no haber escuchado, y seguía murmurando cosas que Tova no alcanzaba a oír. - ¿Po... podrías ayudarnos? - Pero no hubo repuesta.

El extraño ser, ahora que Tova había identificado como un humano gracias a que pudo ver sus manos mientras destripaba a la bestia, parecía no importarle lo más mínimo lo que la pequeña le decía. Li Mu se acercó para intentar convencerla de dejarlo solo, alegando que se trataba de un loco o de alguien peligroso, pero la niña tenía otra idea en mente. 

Tova: - Por favor, señor.  ¿Podría ayudarnos? - Dijo ahora con una voz aún más triste. - No sabemos donde estamos y nos hemos separado de nuestro amigos. Solo queremos regresa con ellos. Solo queremos regresar a nuestro hogar. -

Tras escuchar sus palabras, el hombre dio un profundo tajo sobre el cadaver de wampa, pero acto seguido se quedó inmóvil, como si su mente hubiese abandonado su cuerpo. Tanto la niña como el gossam se quedaron a la espectativa, aunque Li Mu tenía el dedo sobre el gatillo, listo para cualquier reacción inesperada. Entonces el hombre habló.

????: -  ¿Hogar? - Dijo con una voz tenue y afligida. 

Tova: - Si... Hogar. -

????: -  ¿Hogar? - Repitió, dejando a los otros dos desconcertados. -  ¿Qué es hogar? ¿Dónde queda hogar? - 

El hombre alzó la cabeza, algo desconcertado, como un niño intentando descubrir una gran verdad. Ni Tova ni Li Mu podían creer lo que veían sus ojos. La piel de wampa se hizo a un lado, y les permitió ver un rostro exactamente igual al de Boil. Era un clon.  ¿Qué hacía allí? Y más importante.  ¿Quién era? 

Tova: - Hogar es... ese lugar donde vives. - Dijo de manera inocente. 

Clon: - Entonces yo... vivo en las cuevas de hielo. Entonces... ¿eso ser hogar? -

Tova: - Bueno.... - Dijo algo dudosa. - Hogar es donde uno siempre quiere estar. -

Clon: - "Donde uno siempre quiere estar." -

Tova: - Dime.  ¿Tu tienes un hogar? - 

El clon alzó nuevamente la mirada, dudoso de que responderle a la niña. Tal parecía que sus recuerdos no eran muy claros, o que su mente tenía profundas lagunas. Tal vez producto de alguna herida, o algún golpe, o algo más que atormentaba su cabeza. 

Clon: - Yo... No lo se. -

Tova: - Eso es triste. -

Clon: -  ¿Qué es triste? -

Tova: - Se lo que es no tener hogar. Se lo que es estar solo. -

Clon: - Yo siempre estar solo. ¿Eso no me hacer tener un hogar? - La pequeña no supo que responder, así que intentó otra cosa.

Tova: -  ¿Cuál es tu nombre? - El clon se quedó pensativo. 

Clon: -  ¿Nombre?... No recuerdo... Solo... número... Un código... CC-5052.  ¿Ese es mi nombre? -

Tova: - No. Un nombre es diferente. Yo soy Tova, y él el Li Mu. - Dijo mientras señalaba al gossam.

Li Mu: - Hola. - Dijo muy pesimista. - Oye, clon.  ¿Sabes como salir de aquí? - Dijo tras perder la paciencia. 

Clon: -  ¿Clon?  ¿Que es un clon? -

Tova: - ¿En serio no lo recuerdas? - 

El clon se quedó en blanco por unos segundos, como si una laguna mental inundara su mente. Tenía la sensación que conocía la respuesta a sus preguntas, pero por algún motivo, no las recordaba. Entonces, un fuerte dolor de cabeza le adormeció el lado derecho del cerebro. El clon no sabía lo que era, pero era tan intenso que tuvo que agachar el torso y meter el cráneo contra la nieve para intentar apaciguar el dolor, pero sin resultado. Una serie de recuerdos bombardeó su mente, una serie de recuerdos extraños.

El clon se veía a si mismo frente a cientos de miles de hombres con armaduras blancas. Hombres que la palabra "clon" hacía repetirse una y otra vez. Recordó parte de la guerra y traumas pasado. La pérdida, el dolor, la furia, la desesperación. Todas ellas volvieron a su mente de golpe, o simplemente volvieron a surgir de la prisión mental en la que las había ocultado. Algo paso, algo que le hizo perder parte de su memoria, pero no podía recordar que era. Pero al menos el dolor comenzaba a mermar levemente. 

 Clon: -  ¿Qué fue todo eso?  ¿Qué...? Oh no. La guerra... La guerra... Felucia.  ¿Qué pasó con la guerra? - 

Li Mu: - La guerra terminó hace cinco años. Por la menos tu guerra. Muchas cosas han cambiado desde entonces. -

Clon: - No... no pude ser. Debo... Debo salir... Debo encontrar a mis chicos. - 

El clon se puso de pie, pero volvió a perder el equilibrio, tras otro fuerte dolor de cabeza. Y de no haber sido por Tova, que hizo su mayor esfuerzo para sostenerlo, hubiese caído de rodillas sobre el suelo. 

Tova: -  ¿Qué le está pasando? -

Clon: - Mi cabeza... Siento que me quiere... explotar. -

Li Mu: - Debe ser el chip inhibidor. Seguro no se lo ha removido. - 

Clon: -  ¿Qué... qué es eso? -

Li Mu: - Una pieza de metal que tienes en la cabeza. - Entonces el gossam vió una oportunidad de oro. - Podemos retirártela en el campamento, pero no sabemos como llegar.  ¿Si hubiese alguien capaz de guiarnos por estas grietas? -

Clon: - Yo... Yo lo hago. Sólo... sáquenme esa cosa... Siento que mi cerebro se está cocinando. - Y no era mentira. Tal parecía que su chip no funcionaba del todo bien, y era el responsable de todos sus malestares mentales. 

Li Mu: - Debemos ir al sur. ¿Que tan lejos nos llevan estas cavernas? -

Clon: - Un camino... hacia los... los grandes picos... tres de ellos. -

Li Mu: - Debes referirte a la cordillera. Eso esta muy cerca del refugio. -

Tova: -  ¿En serio?  ¿Nos puedes guiar? -

Clon: - Si... vamos... vamos... - Dijo con mucho dolor. 

El clon conocía los pasaje a la perfección, y no era para menos, pues parecía haber estado viviendo en esos pasajes congelados desde hace al menos cinco años. Eventualmente pudo tolerar el dolor, y fue capaz de valerse por su cuente, aunque parecía estar muy distraído tratando de entender todos esa visiones o recuerdos que recibió de pronto. Había mucho que no entendía. ¿Qué pasó con sus hermanos? ¿Por qué estaba solo? ¿Qué quiso decir el gossam con que su guerra había terminado? Y lo más importante. ¿Quién era él? 

Para los otros dos, el clon era todo un misterio. No podía determinar nada acerca de él, solo que portaba un blaster DC-15A, y que bajo la piel de wampa que usaban para resguardarse del frio aún portaba su armadura blanca con patrones dorados. O al menos podían verlos por los protectores de sus antebrazos y sus botas, las cuales la piel animal no cubría. Además tenía un exagerado bulto en un costado, tal vez su casco, el que parecía no usar dado que la piel de wampa era más cálida. Aparte de eso no podían saber nada más, pues el rostro del clon no tenía ninguna marca distintiva, salvo una tupida barba negra producto al descuido y a la falta de higiene durante todo ese tiempo. 

Tras largas horas de caminata, lograron ver la salida de la caverna, la cual daba a un sistema montañoso al sur del planeta, justo cómo el clon había dicho. De hecho, Li Mu pudo reconocer el terreno perfectamente, y tenía una idea de donde estaba el refugio. Pero cuando el  clon se vio envuelto en la selva de hongos gigantes, otra vez le produjo otra oleada de recuerdos que bombardeó su cabeza violentamente. 

Otros recuerdos de la guerra, y los recuerdo de un ser al que él parecía obedecer incondicionalmente, no podía recordar su forma, su rostro o su nombre, pero sabía que era su superior. Alguien que admiraba mucho. ¿Quién era ese ser? ¿Por qué tenía la impresión que era alguien muy importante? ¿Por qué no podía recordar nada al respecto? Pero poco tiempo tuvo para pensar, pues una violenta explosión sacudió la tierra. 

Tova: - ¿Qué esta pasando? - 

El gossam se acercó al risco, y usando sus binoculares pudo ver el blaster cruzado de una batalla en la distancia. Por encima de las hongos gigante se podían ver cinco, no, seis caminantes AT-ST quienes abría fuego contra las posiciones cercanas al refugio. Aún así parecía no poder avanzar mucho, pues una fuerza que no lograba divisar les estaba haciendo resistencia. Seguro se trataban de la resistencia junto a Ícaro y el resto. 

Li Mu: - Es la Aldea. Está bajo ataque. Debemos apurarnos. - Dijo muy preocupado. - Oye, tu. ¿Puedes ayudarnos? - Le preguntó al clon. 

Clon: - Yo.... Yo... yo no se... no si... - 

El clon se mostraba muy dudoso, cómo si un miedo irracional lo invadiera. Miraba hacia atrás, hacia la grita que conducía al interior de las cavernas congeladas, y un fuerte impulso le decía que huyese y dejase todo atrás. Que corriera y no se diera vuelta bajo ningún concepto. Entonces, una dulce voz lo trajo de vuelta a la realidad.

Tova: - Por favor señor. Ayúdenos. Nuestros amigos están en problemas. - Dijo con su inocente voz. 

El clon la miró asustado, pues no sabía que hacer. Ir con ellos significaría dejar la seguridad de su prisión de hielo, y enfrentar de nuevo a su pasada, sin importar cuan doloroso halla sido. Dudó, dudó por mucho tiempo, pero la triste mirada de los enormes ojos negros de Tova era algo que ningún ser de buen corazón podría resistir. 

Clon: - Muy bien... Yo... Yo iré... con ustedes. - Dijo aún dudoso. 

De pronto, el clon removió la piel que cubría su cuerpo, revelando su armadura blanca con patrones dorados. Sobre su hombro izquierdo llevaba un paldruon (hombrera) y una kama sobre la cintura que llegaba hasta sus rodillas, ambas de color marrón. Su casco de la face 2 estaba atado a su hombro, colgando sobre una larga correa que desabrochó para agarrarlo. Tomó el casco en la mano y lo miró por unos segundos, mientras un sin fin de recuerdos bombardeaban su mente, recordando dolorosos y tristes momentos, aunque algunos no eran tan malos. 

Y tras un largo suspiro, se colocó el casco lentamente sobre su cabeza.

Clon: - Muy bien. En marcha. -


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