Cap. 47 - Jedi
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Podcast disponible en YouTube:
https://youtu.be/lj-JZRvoAxU
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Mientras tanto, en una zona apartada de todo conflicto en el interior del bosque de hongos de Felucia.
Dos sables láser chocaban haciendo su clásico chisporroteo. Shaak Ti tanteaba a Ícaro, y quería averiguar si podía sentir la Fuerza en el droide mediante el combate, pero nada le llamaba particularmente la atención.
El superdroide táctico no era exactamente un guerrero y su cuerpo no estaba diseñado para el combate. Sus articulaciones eran rígidas, y sus extremidades pesadas y lentas en comparación con cualquier Jedi. Debido a su complexión y a su pesado cuerpo de metal, no podía dar volteretas o seguir a un maestro Yoda y sus ágiles movimientos de la forma IV, Ataru. Sin embargo, tenía otras ventajas a su favor.
Ícaro tenía un tiempo de reacción muy superior al de cualquier orgánico, y sus movimientos eran preciso. De hecho, parecía consumir el mínimo de energía necesaria para atacar o defender. Y aunque Shaak Ti bien pudo rebanarlo por la mitad con solo quererlo, decidió probar todos los límites del droide en el combate.
Primero un duelo básico de espadas de luz. La togruta intentó dar estocadas rápidas, pero el Ícaro pudo desviarlos girando sus muñecas con velocidad, sin siquiera tener que mover el resto del brazo. Muy similar al estilo que le gustaba usar al general Grievous. Luego, intentó con potentes golpes desde los costados, pero en términos de fuerza física, la togruta no podía superar al droide. Después, agregó el juego de pies.
Fue entonces cuando Ícaro comenzó a tener dificultades. Si bien podía esquivar los golpes, Shaak Ti era mucho más rápida, y el droide no tenía la oportunidad de siquiera alcanzarla con su sable de luz. Por otro lado, no era muy difícil que la togruta se le colocara en la espalda, pues Ícaro no podía girar su cuerpo con tanta velocidad. Allí la maestra vio un punto débil que el droide debía fortalecer. Luego, se agregaron las piruetas y saltos mortales.
Aunque no era una experta como Yoda, Shaak Ti conocía los principios del Ataru y lo usó en el combate. Saltaba entre los árboles y hongos gigantes, y se aparecía cuando el droide menos de lo esperaba. Ícaro podía reaccionar a tales movimientos que parecían completamente desorganizados, pero poco a poco, el droide comenzó a ver un patron en el movimiento de la togruta. Tras unos cinco minutos de práctica, Ícaro pudo descifrar la forma de moverse de la maestra.
Primero un retroceso rápido, un salto a la derecha, se apoya sobre un tronco y salta por encima del droide, luego... ¡Por la espalda! Sin tener que darse la vuelta, Ícaro alzó el sable de luz y bloqueó un tajo proveniente de la maestra a sus seis. No lo vio, pero simplemente intuyó que ese sería el movimiento más lógico para atacar, y estaba en lo correcto. Shaak Ti retrocedió y pensó por unos segundo que hacer.
La togruta tuvo una idea, una técnica en la cual muchos caen, pero con la lentitud del droide no habría muchos problemas. Shaak Ti cargó de frete, e Ícaro se colocó en posición de combate a la espera de lo que iba a hacer, pero sin poder preverlo, la togruta dio un gran salto por encima de él para luego darle un corte al aterrizar a sus espaldas. Tal como hizo Obi-Wan Kenobi al derrotar a Darth Moul, o lo que intentó hacer Anakin Skywalker (ya convertido en Vader) contra Obi-Wan en Mustafar. Pero para su sorpresa, el droide hizo algo completamente diferente a lo que Shaak Ti esperaba.
Al saber que no podía darse la vuelta lo suficientemente rápido, y que si lograba hacerlo era poco probable que pudiese detener el sable de luz, Ícaro se impulsó hacia el frente, lo suficientemente rápido para que el sable de Shaak Ti sólo encontrase el aire en su trayectoria. La togruta quedó impresionada, pues no era lo que esperaba, pero sin lugar a dudas, la decisión que tomó fue la correcta. Luego se puso de pie, y apagó el sable de luz.
Shaak Ti: - Una última prueba. -
La togruta cerró los ojos y alzó los brazos con las manos abiertas. A su alrededor, decenas de pequeñas piedras comenzaron a levitar e Ícaro se preparó para cualquier cosa que intentase la Jedi. Shaak Ti extendió sus manos, y unas de las piedras voló a gran velocidad hacia el droide. Es duro fragmente era tan rápido como una blaster, pero para su sorpresa, Ícaro pudo interponer la hoja del sable de luz entre él y la trayectoria de la piedra. Su tiempo de reacción era instantáneo, y podía predecir la trayectoria de los proyectiles sin siquiera tener que usar la Fuerza. Ese droide no era nada cómo lo que Shaak Ti había visto, pero la prueba apenas empezaba.
La togruta comenzó a lanzar cada una de las piedras con la misma velocidad en diferente ángulos, a veces dos a la vez, a veces tres. Pero Ícaro era capaz de desviarlas todas. Cuando ninguna piedra quedaba, llegó la prueba final. Shaak Ti hizo levitar al menos una docena de rocas alrededor del droide usando la fuerza, y fue entonces cuando Ícaro se vio superado. Al no ser capaz de percibir la fuerza, no pudo prever cuál de las piedras atacaría primero, y diez de las doce piedras golpearon su coraza de metal con fuerza. El droide solo fue capaz de bloquear dos de ellas.
Ícaro: - ¿Es este un entrenamiento común para sus padawans? - Preguntó algo sorprendido.
Shaak Ti: - No. Jaja. ¿Cómo crees que un niño sea capaz de luchar a la par de un caballero Jedi? -
Ícaro: - Por un momento me preocupé por sus métodos. -
Shaak Ti: - A diferencia de ti. Los orgánicos crecemos mientras ganamos fuerza y resistencia. El entrenamiento debe ser tarea diaria, para adaptar a nuestro cuerpo al uso de la Fuerza y del sable de luz. -
Ícaro: - Pero... Eso no se cumple conmigo. -
Shaak Ti: - No, no lo hace. Y no te imaginas cuantos Jedi estarían celosos de ver tus habilidades sin siquiera tener que pasar por un riguroso entrenamientos. Pero como todo, tu cuerpo posee muchas desventajas. - Dijo mientras se sentaba en forma de meditación. - Ven. Tenemos muchos de lo que hablar. -
Ícaro apagó el sable de luz y lo guardó en el compartimiento de su antebrazo, para luego sentarse frente a la togruta. El droide tenía mucha curiosidad por lo que iba a decir, pues esa información podría no volverla a escuchar nunca, dado que eran secretos bien guardados por los Jedi. Sin lugar a dudas, cada una de las palabras de la maestra podría valer su "peso en oro."
Shaak Ti: - Como Jedi. Aprendemos diferentes estilos de combate, hasta que encontremos uno que sea el que más se adecué a nosotros y nuestra filosofía de vida. Por desgracia para ti, no tienes esa opción. -
Ícaro: - La escucho. -
Shaak Ti: - Para generalizar, existen siete formas de combate. Aunque hay muchas variantes y estilos personales. La Forma I, Shii-Cho. Esta forma pareces dominarla, y de cierta forma, es muy similar a estilo usado al blandir cualquier otra espada o porra. Se basa en los movimientos básicos de ataque y defensa. La Forma II, Makashi. Se especializa en los duelos con sable de luz. Aún tienes mucho que aprender para poder enfrentarte a un duelista experimentado, así que, recomiendo que evites el combate directo con cualquier otro usuario de la fuerza. Ya sean los inquisidores o los lores Sith. La forma III, Soresu. Especializada e la defensa usando movimientos cortos y estáticos. Dado lo que pude ver en el duelo, creo que esta forma es la que mejor se adapta a sus características. -
Ícaro: - Pero, no pude bloquear todas las piedras en la última prueba. -
Shaak Ti: - Sinceramente, creo que ningún Jedi común hubiese podido hacerlo. - Esas palabras dieron algo de ánimos al droide. - La forma IV, Ataru. Esta definitivamente no está hecha para ti. - La Jedi rio un poco. - Consiste en muchas acrobacias y movimientos aéreos, algo que tu cuerpo no permitirá. La forma V. Esta podrá ser muy útil para ti. La variante Shien se especializa en bloquear blaster y devolverlos a tus enemigos. La variante Djem So se base en la fuerza física para derribar al oponente. Y eso es algo en la que muy poco orgánicos podrán vencerte. Sin embargo, no suelo recomendarla a ningún padawan. -
Ícaro: - ¿Y eso a qué se debe? -
Shaak Ti: - Es un estilo de combate demasiado agresivo, y suele empujar a sus usuarios al lado oscuro de la Fuerza. Aunque... No sabría decir si un droide es capaz de caer al lado oscuro. -
Ícaro: - Eso es imposible. Como droide, conozco muy bien mis metas y propósito. No sufro de emociones como los orgánicos, y no creo que eso cambie. -
Shaak Ti: - También lo espero. - Hizo una pausa para pensar un poco. Luego, continuó con la lección. - La forma VI, Niman. Esta forma es más diplomática, y realmente no creo que sea algo en lo que debes entrenar. Y finalmente, la forma VII, Juyo. Es la más compleja de todas, y solo unos pocos eran capaces de usarla. Requiere de mucha voluntad y autocontrol, de lo contrario, la propia forma de combate te destrozará por dentro, aunque si se puede contralar, podría ser la forma más poderosa de todas. -
Ícaro: - Si es la más poderosa, y yo no carezco de las debilidades... ¿No sería esta la forma más adecuada para mi? - La togruta no respondió de inmediato, y tomó unos segundos para pensarlo.
Shaak Ti: - Lamentablemente, eso es algo que debes decidir por tu cuenta. -
Tras la pequeña clase teórica, comenzaron los ejercicios de combate. Para Shaak Ti, resultaba algo deprimente ver cómo el droide era capaz de copiar cada uno de los movimientos a la perfección desde el primer intento, después de todo, solo tenía que observarlos e imitarlos, pues como máquina, podía copiarlos a la perfección. Pensar que todos los años que la Jedi tuvo que entrenar para mejorar su Soresu, su Shien y su Djem So, y el droide fue capaz de imitarlos todos en apenas treinta minutos, sin lugar a duda, hacía ver todos los esfuerzos de la Jedi en vano. La única forma de consolación que tenía, era que su cuerpo le permitía una mejor agilidad y velocidad, y su creatividad le ayudaba a crear nuevas técnicas. Algo de lo que Ícaro carecía. Y así, apenas una hora de haber comenzado, ambos se retiraban hacia la Aldea.
Ícaro: - ¿Ocurre algo? ¿Está cansada? La veo cabizbaja. -
Shaak Ti: - Me tomó años aprender esos movimientos... Y tu los hiciste en menos de una hora. ¿Cómo crees que me siento? -
Ícaro: - Eso es completamente lógico. Mis sensores ópticos son capaces de captar sus movimientos y mi procesador contrala mis articulaciones a la... -
Shaak Ti: - Si... Si... Si. Eso lo se. Eres un droide y eso no puedo negarlo. Pero sigue siendo un poco frustrante. -
Ícaro: - ¿Y que hay de la fuerza? -
Shaak Ti: - Yo... - Hizo una larga pausa para pensar. - Yo no se que decirte. Usualmente el Jedi mejora su conexión con la fuerza mediante la meditación y el entrenamiento. No se si eso resulte para ti. -
Ícaro: - Bueno... Supongo que no obtendré la respuesta tan fácilmente. -
El dúo camino por un tiempo, hasta que finalmente llegaron a la entrada de la Aldea, dónde Ícaro decidió hacerle una pregunta final a la togruta.
Ícaro: - Se que esto pude resultar extraño pero... ¿Qué son los midiclorianos? -
Shaak Ti: - ¿Cómo conoces ese nombre? - Dijo sorprendida.
Ícaro: - Para ser concretos, mi núcleo... - El droide fue interrumpido por un feluciano que se acercaba a ellos a gran velocidad.
Feluciana: - ¡Maestra! ¡Maestra! -
Shaak Ti: - ¿Que ocurre? -
Feluciano: - Atacaron al convoy de refugiados. Perdimos contacto con la unidad de avanzada y el resto. -
Ícaro: - ¿¡Hace cuanto tiempo!? -
Feluciano: - Hace diez minutos. En la frontera de la zona norte del planeta. -
Ícaro: - Demonios. - Encendió su comunicador. - Unidades Tifón y Lanza. ¿Me reciben? - Los pitidos de los droides Vulture respondieron a su llamado. - Diríjanse a estas coordenadas de inmediato. -
El droide se dio la vuelta y se apresuró hacia la Kestrel Nova, pues no tenía tiempo que perder.
Shaak Ti: - ¡Ícaro! - El droide se dio la vuelta de golpe al escuchar su llamado. - ¡Recuerda! ¡Usar un sable de luz sólo llamará la atención de enemigos que no podrás derrotar!. -
El droid asintió con la cabeza, y regresó desesperadaemten a su camino para salvar a sus compañeros.
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