Cap. 45 - Guía

------------------------------

Podcast disponible en YouTube:

https://youtu.be/J5C0UmlxpwM

---------------------------------

Ícaro: - Imposible. -

Ki-Adi-Mundi: - ¿Sorprendido de verme? -

Ícaro: - Te vi morir con mis propios sensores ópticos. Caminé hasta el lugar de tu caída y vi tu cuerpo sin vida. ¿Cómo es posible que sigas con vida? -

Ki-Adi-Mundi: - Mmm. "Seguir con vida" no es el término que yo usarías exactamente. -

Ícaro: - Esto debe de ser un error. Computadora. Realiza un diagnóstico en mis circuitos y detecta cualquier falla o anomalía. - Aún así, nada ocurrió. - ¿Computadora? - Preguntó preocupado. 

Ki-Adi-Mundi: - No debes alarmarte, querido amigo. Cómo puedes ver... Este lugar vas mas allá de la realidad que conoces. -

El droide no entendió con exactitud a lo que se refería el cereano. Todo parecía demasiado extraño, pero de alguna forma, parecía saber a qué quería decir. Giró su cabeza en todas direcciones para la inmensa columna de miasma gris que lo rodeaba. No había nada. No habían plantas, animales, o estructuras de metal. No había sonido alguno, e incluso tenía dudas si era luz lo que podía ver con sus sensores ópticos. En ese extraño espacio de apenas cinco metros cúbico, solo estaban ellos dos. 

Ícaro: - ¿Qué es todo esto? ¿Por qué estoy aquí? -

Ki-Adi-Mundi: - Esas son preguntas para las cuales no tengo una respuesta exacta. O al menos, una que puedas entender. Estamos en un espacio entre la realidad y la ficción, un espacio creado por la Fuerza misma. Un tipo de espacio astral. -

Ícaro: - Eso no tiene sentido... Y de ser cierto. Solo los orgánicos son capaces de alcanzar tales "fantasías." -

Ki-Adi-Mundi: - "Fantasías" dices. Pero aquí estas, de frente a mi. Hablando con alguien que supuestamente no debería de ser posible. - El droide trató de darle una respuesta lógica, pero la verdad, nada se le ocurría. - Y para contestar tu segunda pregunta... No se con certeza por qué estás aquí. -

Ícaro: - ¿Qué quiere decir? -

Ki-Adi-Mundi: - Por algún motivo que escapa toda mi comprensión y años de estudio, la Fuerza tiene una extraña conexión contigo. Para ser más exactos, con esa cosa extraña que tienes en el pecho. -

Ícaro: - ¿Mi núcleo? -

Ki-Adi-Mundi: - ¿Sabes lo que es? -

Ícaro: - Mi núcleo mejorado me permite procesar mayor cantidad de información en menos tiempo, y tomar una decisión más aceptada dependiendo de la situación. - La respuesta del droide fue precisa, pero pareció no convencer al cereano. 

Ki-Adi-Mundi: - Parece que hay mucho de ti mismo que aún tienes que descubrir. -

El droide escuchó esas palabras, y por algún motivo lograron llegar a lo más profundo del droide. Y eso fue debido a que sabía que tenía la razón. Al no comprender los principios de la Fuerza, si es que podían llamarse de ese modo, sentía que había mucho que ignoraba de si mismo y de ese extraño "núcleo mejorado" que tenía en el pecho. Toda la información que recolectó explicaban los componente de dicho núcleo, pero en ningún momento explicaban su propósito o para que fue diseñado. Al parecer, eso era algo que él tenía que descubrir por su cuenta. 

Ícaro: - Y dime. ¿Cómo es que puede verte? ¿Qué eres exactamente? -

Ki-Adi-Mundi: - En los caminos de la fuerza, soy lo que se le suele conocer como "Fantasma de la Fuerza." Pero hasta donde tenía entendido, eso era un mito. El porqué estoy hoy, aquí, y de esta forma hablando contigo es un misterio también para mí. Pero parece que está relacionado con lo que ocultas en tu antebrazo. -

Ícaro: - ¿Tu sable láser? -

Ki-Adi-Mundi: - Eso parece. -

Pasaron unos minutos de extraño silencio, bastante incómodos para el droide, quién veía a esa extraña silueta de tonos fantasmales frente a si. Intentaba buscarle una explicación lógica a todo lo que estaba ocurriendo, pero lamentablemente, la lógica no podía ayudarlo en esa situación. Entonces, el cereano habló tras un largo suspiro, cómo si estuviese algo decepcionada por el encuentro. 

Ki-Adi-Mundi: - Mientras intentes ver el mundo a través de la lógica, no llegarás a ningún lado. Hay cosas que los cálculos y las matemáticas no pueden solucionar. -

Ícaro: - Pero... Soy un droide. Los cálculos y los cómputos es lo que me definen. -

Ki-Adi-Mundi: - No te definen. Te frenan. - Suspiró una vez más. - "Tranquilizar la mente es poner a la Galaxia en manos firmes." -

Ícaro: - ¿Eso que significa? -

Ki-Adi-Mundi: - Para ti... nada. Al menos no aún. Pero para la persona que tienes al frente... significará muchas cosas. Dile esas palabras y podrás contar con su ayuda. -

Al decir esto, el fantasma del cereano comenzó a desvanecerse lentamente, sin importar los intentos del droide por agarrar su mano para impedirlo. En cambio, Ícaro sintió como su cuerpo caía de pronto por un abismo, un profundo y oscuro abismo, pero cuando encendió sus sensores ópticos, se encontraba de nuevo en la selva de Felucia. Se había caído de su pose de "meditación" y tuvo que reincorporarse para ver que había pasado. 

Shaak Ti: - ¿Tuviste un buen sueño? - Le preguntó algo bromista.

El droide se puso de pie, sólo para ver a la togruta aún estaba en la misma pose de meditación, con la única diferencia que varios pájaros y animales de la fauna local se reunieron a su alrededor. Cómo si se tratase de una dríada de las leyendas. Ícaro no lo sabía, pero tenía un pájaro de color azul posado sobre su cabeza. Pero tras un gesto de la Jedi, todos los animales se retiraron al interior del bosque. 

Ícaro: - ¿Qué ha pasado? -

Shaak Ti: - Estuviste "fuera" por un buen tiempo. -

Ícaro: - ¿"Fuer"? ¿Cuanto tiempo ha pasado? -

Shaak Ti: - Unas cuatro horas. Mas o menos. -

Ícaro: - Y... Ki-Adi-Mundi. ¿A dónde se fue? - Sin saberlo, Ícaro provocó que la serenidad en el rostro de la togruta se transformara en una leve tristeza. -

Shaak Ti: - Ki-Adi-Mundi murió hace cinco años. Él y muchos grandes Jedi murieron ese día. -

Ícaro: - No. El estaba aquí. Hace unos segundos. ¿No lo viste? -

Shaak Ti: - La Fuerza solo revela lo necesario a quien lo necesite. Lo que te mostró, nadie más puede verlo. Pero dudo mucho que te halla mostrada un recuerdo tan doloroso como la muerte. -

Ícaro: - "Tranquilizar la mente es poner a la Galaxia en manos firmes." - Repitió tal cómo le dijo el fantasma de la fuerza del cereano, pero sin saber exactamente que iba a ocurrir.

Shaak Ti: - ¿Dónde escuchaste eso? - Preguntó sorprendida.

Ícaro: - Ki-Adi-Mundi me instruyó que se lo dijera. Mencionó algo de Fantasma de la Fuerza o algo así. Dijo que podrías ayudarme. -

Shaak Ti: - ¿Ayudarte a qué... exactamente? -

Esa era una muy buena pregunta. Una que el droide no tenía respuesta. ¿Qué era lo que tenía que hacer? ¿Qué parte de sí debía aceptar? ¿Acaso estaba relacionado con la famosa Fuerza de la que tanto los Jedi hablan? A decir verdad, Ícaro no tenía la menor idea. Lo único que se le ocurrió, fue abrir su compartimento del antebrazo y mostrarle el sable de luz de Ki-Adi-Mundi a la togruta. 

Shaak Ti: - ¿De dónde sacaste eso? - Preguntó un tanto furiosa. 

Ícaro: - De campo de batalla sobre la ciudad capital de Mygeeto. Pasó mucho tiempo para poder entender los clones se tornaron contra sus propios generales Jedi. Todo fue muy... confuso... Incoherente. -

Shaak Ti: - ¿Y qué planeas hacer con eso? - Le preguntó algo desafiante. 

Ícaro: - No lo se... - Dijo pensativo. - Supongo que debería dárselo a alguien que sea digno de portarlo. Yo no tengo la habilidad para usarlo cómo es debido. -

El droide alzó la mano hacia el frente, ofreciendo el sable de luz a la togruta. No sabía por qué lo estaba haciendo, y realmente computaba que no tenía que hacerlo. Sin embargo, muy en su interior, creía que era lo correcto. Pero la reacción de Shaat Ti lo dejó muy confuso. 

Shaak Ti: - Si fue la voluntad de la Fuerza que tu portases esa sable, así ha de ser. Yo no soy quién debe decidir su destino. Esa decisión, te corresponde a ti. -

El droide se le quedó mirando, extrañado por las palabras de la togruta. Se suponía que debía aceptarlo, ya bien sea por el valor del arma para los Jedi, o por el significado que tenía para su antigua orden. El hecho que lo halla rechazado por "la voluntad de la Fuerza" no hacía que cuestionar al droide que tan importante era esa Fuerza para los Jedi, y que era exactamente. 

Sin poder llegar a un consenso claro de lo que tenían que hacer, el droide y la togruta regresaron a la Aldea antes que callera la noche. Allí tomaron caminos separados. Shaak Ti se retiró a sus aposentos para meditar acerca de todo lo que había escuchado hoy en el bosque, e Ícaro se retiró hacia la sala de mando, dónde puso ponerse en contacto con el grupo que fue en ayuda de los gossam.

Ícaro: - Boil. Infórmame de la situación. - 

A traves del comunicador se podía ver al soldado clon agachado, envuelto en un combate contra las tropas imperiales. Era casi de noche, y la oscuridad se iba cerniendo sobre el horizonte de Felusia. 

Boil: - Comandante. Estamos en medio de un combate a las afueras del refugio de los gossam. Los droides y los milicianos hacemos lo posible por mantenerlos a raya, pero son demasiado. Hemos logrado evacuar a la mayor parte de los civiles, pero pronto tendremos que retirarnos. -

Ícaro: - Resista teniente. Cuando el sol se halla ocultado los stormtroopers se retirarán. Hasta entonces deben mantener posiciones. -

Boil: - ¿Cómo está tan seguro?... ¡Mierda!... - Exclamó cuando un blaster picó cerca de su posición. 

Ícaro: - La noche en Felucia es peligrosa y ellos lo saben. El Imperio no tiene apuro por capturar el planeta. Ellos ya saben que ganarán. -

Boil: - Entonces... ¿Hiciste los cálculos? ¿Qué probabilidad hay de ganar esta batalla? -

Ícaro: - 2%. - La noticia fue como un cubo de agua fría sobre el clon. - Nuestra prioridad es sobrevivir para luchar otro día. ¿Alguna noticia de Mirana? -

Mirana: - Si. Aquí le escucho comandante. - Gritaba a pocos metros de Boil, aunque Ícaro no podía verla por el holo-proyector. 

Ícaro: - Tenemos muchos de qué hablar, teniente. -

Mirana: - También me da gusto verlo, comandante. -

Ícaro: - Eso es todo. Prepárense para una retirada masiva. Sigan a los felucianos, ellos conocen la jungla mejor que nadie. -

Boil: - Si, señor. ¡Ya oyeron al comandante! Mantengan posiciones y prepárecen para retirarnos! -

Entonces la llamada finalizó. Ícaro no quiso decirlo antes, pues no quería destruir la confianza en la resistencia de Felucia, pero el sabía perfectamente que no había posibilidad alguna de victoria. Nunca la hubo. Lo único que podían hacer era replegarse, recuperar a Mirana y a cuantos civiles fuera posible. Aunque también sabía que no podían llevárselos a todos. 

Fue una larga noche, y tal cómo había previsto, los imperiales frenaron su avance una vez se esfumó la luz del sol. Felucia era un lugar peligroso, y quienquiera que estaba al mando de las operaciones en Felucia, sabía que necesitaba de cada tropa con vida si quería someter al planeta. Un duro contrincante, Ícaro pensó. Uno que podría resultar ser todo un desafío para sus estrategias. 

El droide pasó la noche monitoreando el avance de la caravana de evacuados hasta una zona segura, mientras revisaba otros sectores del planeta que también estaban en conflicto. Gracias al liderazgo de Boil, las bajas fueron nulas tras su llegada, y contuvieron a los stormtroopers lo suficiente para poder retirarse. 

También le dio a Delta las coordenadas de la Aldea, para que aterrizaran la Kestrel Nova en algún lugar de las cercanías. Al parecer, la campaña en Felucia iba a durar más que un par de días, y Tova no resistiría sola tanto tiempo encerrada en la nave junto a los droides. 

Finalmente el sol comenzaba a asomarse por el horizonte, marcando el inicio de un nuevo día, y de una nueva batalla. El droide había computado algunos planes para contener al Imperio en algunos sectores, aunque fuera provisionalmente, pero lo suficiente cómo para organizar una evacuación masiva. Sólo debía convencer a los residentes de abandonar su planeta, pero sabía que eso no iba a ser una tarea fácil. Estaba envuelto en sus cálculos, cuando escuchó la voz de la togruta hablarle a sus espaldas. 

Shaak Ti: - ¿Listo para el primer día de entrenamiento?




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top