Cap. 43 - La Resistencia de Felucia.

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Podcast disponible en YouTube:

https://youtu.be/kCvRk_i9olw

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La Kestrel Nova se adentró en las atmósfera de Felucia, saliendo completamente del radar del crucero Arquitens, y escondiéndose en un no muy profundo cañón al sur, pero lo suficientemente espacioso para la nave. Incluso la parte superior de los enormous hongos que se alzaban desde las laderas tapaban parcialmente el fuselage gris de la nave.

Delta: - Comandante. Estamos fuera de peligro. -

Ícaro: - Muy bien. Apaguen motores y sistemas vitales. Felicia tiene una atmósfera respirable. ¿Alguna señal del Tridente? -
Delta: - Negativo, señor. Las unidades Vulture siguen explorando la zona. -
Ícaro: - Entendido. Que vuelen a baja actitud y que se oculten dentro del bosque si son detectadas. No queremos que rebelen nuestra posición. -
Delta: - Roger. Roger. -
Tova: - Wao. Mira todos esos árboles. ¿Puedo salir? -
Ícaro: - No. - Respondió de golpe. - No puedes salir bajo ningún concepto. No sabemos que pueda haber allá afuera. Unidad Titán, es una orden. - Le dijo al droide B2, responsable de la seguridad de Tova.
Titán: - Roger. Roger. - Dijo a pesar del puchero que estaba haciendo la pequeña. - Lo siento. Órdenes son órdenes. -
Ícaro, Boil y Wag Too abandonaron la nave, rumbo a una señal de calor que pudieron detectar en las cercanías. De cerca los seguían Alfa, junto al resto de los droides comando de la Unidad Punitiva. Felucia era famosa por no ser un lugar muy "amistoso" gracias a su abundance vegetación que facilitaba perderse con facilidad. Y la fauna podía resultar muy agresiva si tenias la mala suerte de toparte con alguna de las criaturas que vagaban por el profundo bosque.
En la seguridad de la Nova, y bajo la custodia de Titán y Alfa, la joven Tova estaría a salvo. Sin embargo, eso no aplicaba pata Wag Too. Por primera vez, la Guardia Punitiva no iba custodiando a su comandante, sino al pequeño lurmen y al clon, quienes caminaban en el medio de los doce droides comando. Y al frente iba Ícaro, acompañando por Alfa guiando el camino.
Wag Too: - ¿Escuchan eso? - Pregunto de pronto, gracias a sus grandes orejas y su agudo sentido de la audición.
Ícaro: - ¿Qué ocurre? -
Wag Too: - Son disparos.-
Ante la noticia, el grupo apresuro el paso hacia su destino. A medida que se acercaban, los sensores acústicos de los droides ya eran capaces de oír el retumbar de los blaster a la distancia. Y no había que ser un experto pata darse cuenta que eran cientos de ellos.
Delta detectó la fuente de la conmoción y dio la señal al resto, quienes se escondieron tras la maleza para ver que ocurría. A apenas cincuenta metros de su posición, se podía ver una unidad de soldados vistiendo armaduras completamente blancas. Se parecían mucho a los clones, pero tenían ciertas diferencias, sobre todo en el casco.


Boil: - Son ellos. Los stormtroopers. Malditos bastardos. -

Wag Too: - ¿A qué le disparan? -

Ícaro: - No es posible identificar. -

Boil: - ¿Y qué haremos? -

Ícaro: - No han detectado nuestra presencia. Seguidme. Tengo un plan. -

Los stormtroopers seguían intercambiando disparos contra un enemigo desconocido, ignorando el peligro que acechaba a sus espaldas. Eran al menos veinte de ellos, posicionados en una larga fila, para dispersas sus fuerzas y tomar ventaje del terreno selvático. No era una mala estrategia; sólo si no esperas una emboscada desde la retaguardia.  

https://youtu.be/lUdzLU7svSk

Un poderoso disparo salió desde los arbustos a sus espaldas, e impactó justo en el medio del casco de stormtrooper capitán, aquel que tenía la hombrera distintiva de color marrón y se cubrías desde la retaguardia mientras le daba órdenes a sus tropas.

Stormtrooper 1: - ¡Nos atacan! - Gritó el soldado que vió es chispazo sobre el casco de su oficial al mando.

Stormtrooper 2: - ¡Fuego desde las doce! - 

Stormtrooper 3: - ¿¡Dónde está el enemigo!? - 

Las tropas imperiales comenzaron a entrar en pánico, intentando correr hacia una posición que les proveiera de cobertura por ambos sentidos, pero eso era casi imposible.

Ícaro: - Gran disparo, Wag Too. - Le dijo al lurmen, quien ejerció el disparo con su rifle de francotirador. - A todas las unidades. Abrid fuego. - 

Escondidos entre los arbustos, todos los droides comando y Boil comenzaron a abrir fuego hacia las carcazas blancas. Los stormtroopers no tenían ninguna posibilidad, pues lo único que podían ver eran la estela de los blaster que volaban hacia su posición desde el follaje cercano. Al encontrarse en fuego cruzado, fue solo cuestión de segundos hasta que el último imperial cayese sobre el suelo selvático sin vida. Apenas pudieron devolver los disparos, y ni siquiera tuvieron tiempo de avisar a sus superiores. 

Cuando el fuego cesó de todas direcciones. Un silencio absoluto reinó en esa zona de los bosques de Felucia. Los animales habían huido, y tanto los droides como los orgánicos permanecían a la espera, inmóviles, tratando de identificar a quines estaban luchando previamente contra los stormtroopers. 

Un droide comando de la Guardia Punitiva salió al frente por órdenes de Ícaro. Estaba desarmado, con las manos en alto en señal de sumisión. Al desconocer si se tratasen de aliados u otros enemigos, Ícaro no quería exponer a nadie al peligro. El droide avanzó por varios metros hasta alejarse del grupo, cuando se encontró posicionado justo al lado de los imperiales caídos, cuando una figura se mostró desde el otro lado del bosque. 

"Guerrero" no era exactamente la palabra que les vino a la mente cuando vieron a esa criatura. Era un feluciano, los nativos del planeta. Los felucianos eran de baja estatura, con piernas gruesas y manos de cuatro dedos. Tenían cabezas alargadas con caras de reptil, similares a las de una tortuga, con ojos brillantes que a menudo estaban ocultos detrás de las gafas. Su piel variaba en tono de naranja a verde claro y este portaba un blaster E-5 en sus manos.

Feluciano: - ¿Quienes son ustedes? ¿Y qué hacen aquí? -

Droide comando: - Mi comandante no me autorizó a revelar esa información. Pero puedo decir que somos aliados. -

Feluciano: - Agradecemos su ayuda contra el Imperio. Pero no queremos más problemas. -

Antes que el droide comando pudiese dar una respuesta, Ícaro salió de los arbustos seguido por otros tres droides comando. 

Ícaro: - Mi nombre es Ícaro. Venimos a ayudar. - Al verlo el feluciano quedó en shock. 

Feluciano: - No pude ser. Eres... Eres un superdroide táctico. - 

Ícaro: - Eso es correcto. - Al decir eso, muchos de los felucianos salieron de sus escondites para acercarse al droide.

Feluciano: - Oímos mucho de ustedes durante las Guerras Clon. ¿De verdad nos ayudarás a defender nuestro planeta? -

Ícaro: - Desafortunadamente no puedo decir eso ahora. No tengo la información necesario para hacer tales cálculo. -

Feluciano: - Muy bien. Vengan con nosotros. Los llevaremos a nuestra aldea. Allí el jefe Casiss les contará más al respecto. -

Ícaro se dió la vuelta e hizo un gesto con la mano, dándole a entender al resto de sus tropas que era seguro salir. De entre la maleza salió Wag Too seguido por el resto de los droides comando, hasta que finalmente apareció Boil, el cual creó una reacción muy extraña entre los felucianos, quienes se escondieron tras la maleza al notar su presencia, mostrando un miedo irracional hacia el clon.

Ícaro: - ¡Tranquilos! Él está con nosotros. -

Feluciana: - Es... Es un fantasma. - El resto quedó extrañado ante esa afirmación. 

Boil: - No... No soy un fantasma. - Dijo mientras se quitaba el casco y mostraba su rostro. - ¿Ven? Soy un clon. - 

Tras unos instante de calma, los felucianos comenzaron a salir poco a poco de sus escondites, aunque se veía con claridad que no estaban muy seguros con la presencia de Boil. 

Ícaro: - ¿Qué quieren decir con "fantasma"? -

Feluciano: - Fue hace más de cinco años. Apareció de la nada cuando se acabó la guerra entre los clones y los droides. Una misteriosa figura apareció en los bosques del planeta. Es un fantasma, el fantasma de un clon que vaga erráticamente. Su comportamiento es muy extraño y si lo vez por el día huye sin dejar rastro. Pero por las noches está allá, mirando y observando, buscando a su próxima víctima. -

Ícaro: - Eso suena muy poco irrealista. -

Feluciano: - ¡Deberías creer! Si no tu serás el siguiente. -

El droide decidió no seguir interviniendo en las creencias de los residentes. Si era un cuento popular sabía que no podía simplemente erradicarlos de la mente de los felucianos, así que simplemente se limitó a aceptarlo, aunque no les creía, y acompañarlos hacia su aldea. En el camino, los felucianos iban al frente y en la retaguardia, dejando al grupo de Ícaro en el medio, lo que les permitió conversar sin que pudieran escucharlos. 

Wag Too: - ¿Un fantasma? ¿Es en serio? -

Boil: - Se que muchos clones murieron en Felucia pero... De eso que creer que el fantasma de uno de mis hermanos está deambulando por ahí hace que se me hiele la sangre. -

Wag Too: - ¿No me vas a decir que tu también crees en los fantasmas? -

Boil: - No lo hago. Es solo que me da muy mala espina esa historia. -

Ícaro: - Historia o no. Toda leyenda suele tener una verdad como raíz. -

Boil: - Acaso crees que algún clon sobrevivió. -

Ícaro: - No puedo afirmar supersticiones. Además, eso fue hace cinco años. La naturaleza de Felucia puede que halla acabado con su vida eventualmente si ese fuera el caso. -

Boil: - Si... Tienes razón. - Dijo algo cabizbajo. 

Ícaro no se había dado cuenta, pero sus palabras fueron bastante bruscas para el clon, quien por un momento había tenido la esperanza de encontrar a alguno de sus hermanos rezagados. Pero su entusiasmo apenas le duró unos segundos. Sobre todo porque sabía que el droide podía estar muy en lo cierto. 

Caminaron durante bastante tiempo, sobre todo por el hecho que los felucianos no eran especialmente rápidos. Si pudieron luchar contra los stormtroopers era porque usaban buenas estrategias y emboscadas desde la vegetación que tan bien conocían. Pero si debían enfrentarse directamente contra las fuerzas imperiales era prácticamente imposible que tuviesen una oportunidad. Y finalmente llegaron a lo que parecía la entrada a una cueva. Una enorme gruta que se extendía por varios metros en la ladera de una montaña. 

Boil: - ¿Y bien? ¿Dónde está vuestra aldea? -

Feluciano: - No nuestra... La aldea. -

Extrañas palabras que pronto tomaron sentido, al ingresar en el interior del lugar y ver no una simple villa, sino una enorme ciudad, aunque rústica, extendida en el interior de una enorme caverna. Era muy similar al Oasis, sólo que sus construcciones eran mucho más sencillas y la población parecía ser solo una décima parte que la de Gwori. 

Wag Too: - Esto no es una aldea. -

Ícaro: - No es su aldea. Es "La Aldea." -

Wag Too: - Ehhh. No entendí. -

Alfa: - La Aldea es el nombre del lugar. -

Boil y Wag Too: - Ahhhhhhhhh. - Expresaron de pronto. 

Feluciano: - Sígannos. El jefe los espera. -


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