Cap. 20 - El Cielo Contra el Seguidor

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El silencio reinaba en el interior de la nave de transporte Omni. Tan solo un par de droides patrullaban rutinariamente algunas plataformas y pasillos en el interior. Pero rompiendo abruptamente con ese silencio, se encontraba Ícaro, caminando a paso ligero hacia los hangares. Se mostraba sereno, pero su andar era ligeramente más rápido de lo habitual. ¿Acaso algo le preocupaba?

A los pocos minutos llegó al hangar, donde se encontraban los droides B1 desactivados esperando por su comando. Al acercarse, estos se activaron, tomando por sorpresa a los tontos droides B1 que hacían de guardia. Ícaro pasó por al lado, sin decir una palabra, en dirección a la Kestrel Nova. Y los droides bajo su mando lo siguieron sin apenas inmutarse.

Droide B1: - Hey. ¿Se va sin despedirse? -

Droide B1: - Eso fue muy grosero. - Comentaron dos droides muy tontorrones.

No había que ser un genio para darse cuenta que Ícaro estaba tratando de disimular una retirada. Algo lo atormentaba, algo de lo que se percató. Ese lugar le daba un escalofrío en sus circuitos, una extraña sensación que no podía describir, pero que le gritaba a los cuatro vientos que se encontraba en un campo minado.

Ícaro se apresuró a llegar a la Kestrel Nova seguido por su patética escolta de tres droides B1. La nave no estaba muy lejos, pero cada paso que daba le producía una perturbación. Era extraño, porque sus circuitos no parecían detectar nada fuera de lo normal, sin embargo, su núcleo le decía que algo no estaba bien, y con razón.

A poca distancia de la Kestrel Nova los vió. Wag Too y la pequeña Tova, saliendo de la nave desde la pasarela de abordaje, acompañados por el imponente droide B2 que le cuidaba las espaldas. Los tres se detuvieron al ver al superdroide, pero antes de poder preguntar lo que había pasado, lo escucharon una vez más.

Aquel peculiar sonido era inconfundible. Ícaro alzó la cabeza con preocupación y los vió: los dos cazas droides Vulture se acercaban desde el horizonte. No sabía por qué había vuelto, pero Ícaro sabía que no era nada bueno.

Ícaro: - ¡Entrad a la nave! ¡Rápido! -

Intentó gritarles, pero estaban demasiado lejos, y combinado con el ensordecedor sonido de los cazas rompiendo la barrera del sonido, no fueron capaces de oírlo. Y como si se tratase de un Deja Vu, los Vulture dieron una giro cerrado en los aires, y se precipitaron contra el suelo.

¡BAM! ¡BAM!

Cayeron justo al frente, cortándole el paso a Ícaro para que no pudiese llegar a su nave. Sus compañeros lo miraban asustados, la repentina aparición de estos extraños droides voladores supondría un peligro, pero antes de poder correr a su auxilio, ellos aparecieron.

Eran como ninjas, ocultos en las sombras desde quién sabe cuando. Salían de atrás de las rocas, de las grietas del suelo, de la parte superior del fuselaje de la Kestrel Nova, de todos lados. Un escuadrón de cinco droides comando.

Los comandos rodearon a aquellos tres que estaban a las afueras de la Kestrel Nova. El droide B2 alzó sus manos y apuntó sus cañones gemelos a los droides que tenía más cerca, pero sabía que no podría contra ellos. Wag Too ni siquiera pudo agarrar el rifle que tenía a sus espaldas, y solo pudo interponerse entre la pequeña Tova y el cañón de un bláster E-5 de uno de los droides comando que apuntaba a su rostro.

Ícaro no podría ayudarles. Los cazas Vulture le cortaban el paso, con sus cañones pesados apuntándoles, listos para abrir fuego si intentaba cualquier movimiento brusco. Entonces, escuchó algo aún más preocupante. 

Ícaro se dió la vuelta y no pudo creer lo que veían sus ojos, aunque tenía un presentimiento que algo así sucedería. Una enorme columna de droides marchaba desde los hangares de la nave Omni hasta su posición. Cientos de droides B1 opacaban el panorama, acompañados por docenas de unidades B2. Varias droidekas rodaban desde la retaguardia y se posicionaban al frente, para luego extenderse en un anillo perfecto de cañones y escudos que dejaron a Ícaro sin ninguna posibilidad de escape. Entonces él llegó.

Kalani caminaba lentamente entre las formaciones de sus tropas mientras los droides B1 se hacían a un lado. Su pecho erguido, sus manos cruzadas a sus espaldas, con un porte autoritario y triunfal. Y no era para menos, pues en una jugada astuta había acorralado a su presa sin ninguna posibilidad de escape.

OOM-9: - Oye tranquilo. Puedo caminar por mi cuenta. - Rompía el silencio mientras era empujado por otro droide comando desde el interior de la Kestrel Nova.

El droide comando condujo a OOM-9 hacia donde estaban los otros retenidos, y se unió a la formación circular junto a sus otros cinco semejantes.

Kalani: - ¿Cree qué puede escapar después de todo? Vienes hasta mí, contando mentiras para desorientarnos y caer en la desesperación. Pero no caeré en tus juegos, perro de la República. -

Ícaro: - No es mentira. La República, el Imperio, los Separatistas, todo era verdad. No debemos luchar entre nosotros. No sabemos si somos los únicos que quedamos para restablecer la Alianza Sepa... -

Kalani: - ¡Silencio! - Lo interrumpió colérico. - Ya estoy cansado de tantas patrañas. Serás desactivado, junto a ese patético grupo que te sigue. Y a tus mascotas orgánicas, las enterraré vivas bajo la roca y nieve. -

Las palabras de Kalani fueron contundentes. La pequeña abrazó a Wag Too, temerosa por su vida y la de sus compañeros. Incluso algunos droides B1 de las propias tropas de Kalani pensaban que sus planes eran demasiado excesivos. Todos miraban con preocupación, pero entre toda la conmoción, una voz metálica reía con fuerza, pero no era Kalani.

Los droides bajo el mando de Kalani veían preocupados cómo Ícaro reía con fuerza mientras su rostro apuntaba hacia el suelo. Incluso sus compañeros pensaron que le había ocurrido un corto circuito y estaba actuando ilógicamente, pero ese no era el plan del superdroide mejorado. Ícaro alzó la cabeza, revelando una intensa tonalidad roja brillante en los dos sensores ópticos que aún le funcionaban, mientras alzaba los brazos hacia los costados, describiendo una perfecta forma de cruz con su silueta. Era escalofriante en cierto sentido, e incluso Kalani pudo sentir algo de nerviosismo.

Ícaro: - Aún tienes mucho que aprender. Pero no te culpo. Sólo puedes saber cuánto quema el Sol sólo si vuelas lo suficientemente alto como para averiguarlo. - Dijo con un tono de voz más grave y tétrico que de costumbre.

[Referencia al pasaje griego de Ícaro]

Era inconcebible, pero el cuerpo metálico de Kalani sentía... miedo. Una sensación que el droide no pudo asimilar.

Kalani: - ¡FUEGO! - Gritó temeroso de la figura que se alzaba a poco más de diez metros de él. 

Los droides caza Vulture abrieron fuego sin dudar. Una pequeña explosión hizo a todos bajar la cabeza para cubrirse, pero al volver la vista al campo no podían creerlo. Los cazas Vulture no dispararon a Ícaro, en cambio, abrieron fuego contra las droidekas que rodeaba al droide parado en forma de cruz frente a sus narices.

Los potentes escudos de las droidekas no pudieron soportar el pesado plaster de los cazas, y explotaron en una secuencia tormentosa una por una. Kalani no podía creer lo que veían sus sensores ópticos, y le tomó varios segundos asimilar lo que había ocurrido. Sus propias tropas atacándose entre ellas. ¿Cómo era posible? ¿Acaso fue algún error? No. No había duda alguna. Esto se trataba de la obra de Ícaro. Pero esas preguntas no le permitieron predecir lo que sucedería a continuación.

Ícaro: - ¡ATAQUEN! - Gritó a los cuatro vientos, y lo que sucedió después destruyó toda lógica en la computadora de Kalani.

Muchos de sus droides se tornaron contra sus propios aliados en una frenética batalla de disparos a quemarropa. Dos de los droides comando se volvieron contra los suyos, abatiendo con apoyo de la unidad B2 de Ícaro a los otros cuatro que no pudieron prever tal acción. No sabían qué pasaba, pero con sólo una mirada, la unidad B2 y OOM-9 supieron que esos dos droides comando estaban de su lado. Pero el campo de batalla se convirtió en un infierno en pocos segundos.

Los blaster atravesaban el pequeño campo de batalla, explosiones por todas partes, el ruido ensordecedor que sacudía la tierra y los aires. Kalani volteó para ver la situación insana que ocurría a sus espaldas, sin tiempo suficiente para planear una contramedida. Sabía que Ícaro era el responsable, no podía haber otra respuesta. Sabía que si lo destruía se acabaría todo, pero cuando tomó el bláster E-5 de una de las unidades B1 a su lado para acabarlo, pudo ver a Ícaro escapando hacia el interior de su nave Kestrel Nova, mientras dos droidekas y los droides Vulture le hacían de escudo.

Kalani aceptó su instantánea derrota. Sabía que ya era inalcanzable, pues lo único que podía hacer ahora era comandar a sus tropas aún leales para evitar la mayor cantidad de bajas posible. Lo que le permitió a Ícaro y al resto escapar sin muchos problemas.

Ícaro: - ¡Rápido! ¡Rápido! ¡Subid a la nave! ¡No tenemos tiempo que perder! - Le gritaba a sus compañeros mientras corría acompañado por dos de las tres unidades B1 que le hacían de escolta, puesto que uno cayó sirviendo cómo escudo para el superdroide.

El droide B2 tomó a la pequeña Tova en sus manos y la cargó hacia el interior acompañado de OOM-9, Wag Too y los dos droides comando. Ícaro subió a la Kestrel Nova mientras las droidekas hacían una pequeña barrera con sus escudos, y cuando todos estaban en la seguridad de la nave, los droides destructores retractaron sus escudos y accedieron al interior de la Kestrel Nova.

Una de las droidekas recibió un disparo justo antes de estar, lo cual le provocó un fallo en los estabilizadores. Se inclinó a un lado, y se salió de la rampa de desembarque de la Kestrel Nova, mientras OOM-9 accionaba los controles para hacer la nave despegar. El destructor hubiese caído fatalmente al suelo, de no ser por Wag Too, quién se lanzó precipitadamente a agarrarlo. Pero por supuesto, el pequeño lurmen no podía con el peso del droide.

Ícaro: - ¡Wag Too! ¡Déjalo! ¡Es muy peligroso! - Le gritaba desde el interior de la nave en pleno vuelo, viendo con preocupación como el lurmen se aferraba con todas sus fuerzas a las barandas de la rampa de desembarque.

Wag Too: - ¡No! ¡Lo necesitamos! - Gritó con todas sus fuerzas, mientras la droideka cuya estabilidad pendía de un hilo emitía pitidos de preocupación.

Pero antes que Ícaro pudiera hacerlo entrar en razón, la unidad B2 cumplió fielmente a su órden. Se apresuró hacia la rampa de desembarque y se aferró con su mano derecha a uno de los amortiguadores mientras tomaba a la droideka con su mano izquierda. No podía levantarla, pero tenía la fuerza suficiente para arrastrarlo dentro de la Kestrel Nova junto al pequeño lurmen mientras decenas de disparos de blaster provenientes de la superficie impactaban sobre el escudo de la nave. Pero con todos ya en el interior, OOM-9 pudo cerrar la puerta y ascender hacia la superficie, seguido por los dos cazas Vulture que se unieron a la Kestrel Nova.

Mientras tanto, en tierra, permanecía un enfurecido Kalani, quién hacía lo posible por mantener la cordura ante tal aplastante derrota. La batalla había terminado, con todas los droides que Ícaro logró volver en su contra destruídos.

OOM - Señor, ya se encuentran demasiado lejos de nuestra distancia de disparo. - Le dijo a su comandante.

Kalani: - Eso ya lo sé, idiota. Dame un reporte de estado. - Dijo con furia.

OOM: - Sí señor. Perdimos a todas las unidades B2 y a los droides comando. Las dos unidades Vulture parecen que también fueron reprogramadas. Nos queda sólo un centenar de unidades B1 y seis droidekas. -

Kalani se puso la mano sobre su rostro, tratando de procesar todo lo que había pasado, pero no era tiempo para quedarse de manos cruzados, tenía que estar listo para el próximo ataque.

Kalani: - Unidad OOM. Recoja las carcazas y llévenlas a la bodega. Quiero todo el campo limpio lo antes posible. Cuando terminen, regresen al interior de la nave. -

OOM: - Roger. Roger. -

Y así termina este pasaje que realmente me gustó mucho. Creo que de esta forma, algo exagerada tal vez, se pudiese explicar el porqué Kalani sólo disponía de un puñado de droides B1 y unas droidekas cuando los integrantes del Espíritu se enfrentaron a ellos en Star Wars Rebels. Teniendo en cuenta que una nave de apoyo DH-Omni es capaz de cargar con ejércitos enteros, incluyendo tanques, entre muchas otras cosas.  





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