(XI) La Guerra de la Noche. La Batalla de Umbara. Parte V
La compañía Anvil luchó con valor para defender la posición. Desafortunadamente estaban en inferioridad numérica y los vehículos enemigos suponían una terrible amenaza que comprometía la misión. Los clones apostados sobre el muro eran abatidos uno por uno sin poder hacer mucho, e incluso los cañones automáticos de las defensas del bunker no eran rivales para los Inminentes de las milicias.
Reyes: - Capitán, estamos teniendo muchas bajas. No podremos defender la posición por mucho tiempo. -
Hook: - Resista soldado. Tenemos que defender esta posición hasta que el general Kenobi tome la ciudad con el resto de la 212. -
Gil: - ¡Lancen todos los detonadores que tengan! -
Los clones lanzaron todos los detonadores que tenían para intentar destruir los vehículos enemigos. Las cargas explosivas que cayeron justo bajo ellos hicieron un gran daño y destruyeron algunas de sus partes, sin embargo, los Inminentes aún se mantenían en funcionamiento.
Hook: - ¡Demonios! No fue suficiente. - En eso recibe una llamada por el telecomunicador.
Cody: - Capitán Hook. -
Hook: - Comandante, estamos en aprietos. Los enemigos nos superan y no podremos resistir por mucho tiempo. Necesitamos refuerzos. -
Cody: - Negativo capitán. La 212 acaba de entrar a la ciudad. Esa posición ya no es estratégica. En cinco minutos los Ala-Y bombardearán la zona. Retire a sus hombres de inmediato. -
Hook: - Enterado. Compañía Anvil, retira -
Reyes: - ¡Ahí vienen! -
Cuando el capitán Hook se dió vuelta, vió los Inminentes alzados sobre los muros del bunker. Desde su posición tenían buena visibilidad sobre los clones y los comenzaron a abatir uno por uno con sus decenas de blasters. Parecía ser el fin de la compañía Anvil cuando de repente:
¡BAM!
Una fuerte explosión destruyó el casco del Inminente. La onda expansiva hizo retroceder a los clones, y aquellos que estaban más cerca cayeron desde los muros a tres metros de altura sobre el suelo. Las baterías de artillería del bunker habían disparado a quema ropa contra los vehículos enemigos, y aunque hizo un gran daño en las líneas de las milicias, ahora había comprometido la seguridad del lugar.
Gil: - Capitán Hook. Tenemos que irnos. - Levantó a Hook quién se encontraba en el suelo aturdido por el impacto.
Reyes: - ¡Kisu! Tenemos que retirarnos. Bombardearán la posición en tres minutos. - Entraba en la sala de controles de artillería.
Kisu: - ¡A todas las unidades! ¡Retirada! -
Los 79 clones sobrevivientes de la compañía Anvil abandonaron el bunker por la puerta sur lo más pronto posible. Corrieron hacia una línea de árboles a toda prisa y se escondieron tras la maleza. Desde la distancia se podían escuchar los gritos de victoria de los umbaranos, creyendo que habían capturado el búnker. Pero unos segundos después, los bombarderos Ala-Y lanzaron las cargas de protones sobre la posición y el búnker reventó en pedazos. El impacto sacudió los alrededores, pero después un silencio reinó en la zona; ni siquiera la fauna del planeta se escuchaba. Entonces, Hook recibe una llamada por su tele-comunicador.
Cody: - ¿Capitán Hook? -
Kisu: - Teniente Kisu al habla. El capitán Hook está inconsciente en este momento, aunque su vida no corre peligro. -
Cody: - Me alegra escucharlo. Buen trabajo con esos cañones. Casi hemos capturado la ciudad capital. Reúnan a sus hombres y diríjanse a la puerta suroeste de la ciudad. -
Kisu: - Entendido. Reyes, ¿cuántos heridos tenemos? -
Reyes: - Doce en total contando al capitán. -
Kisu: - Muy bien. Usen las camillas para transportar a los heridos, nos intercambiaremos para no detener el paso. Muy bien señores, en marcha. -
El teniente Kisu tomó temporalmente el mando de los hombres restantes de la compañía Anvil y se dirigieron al punto de encuentro. Afortunadamente, no encontraron ninguna resistencia en el camino y pudieron llegar a la puerta suroeste de la ciudad en poco tiempo. Allí se encontraba la reserva de la 212, la cual los recibió con halagos y gritos de victoria por su trabajo en el bunker; ya que, gracias al trabajo que hizo la compañía, el resto de la 212 pudo avanzar hasta la ciudad sin tener que enfrentar la mayor parte de las defensas de la milicia.
Los paramédicos llegaron de inmediato y se llevaron a los heridos a las tiendas de campaña, y aunque no era necesario, Kisu autorizó a Reyes para que les brindase apoyo adicional. En eso llega el comandante Cody al lugar.
Cody: - Compañía Anvil. -
Kisu: - Compañía, firmes. - Los soldados de la compañía se pararon en firmes, aunque no el resto de la reserva.
Cody: - Tranquilo soldado, descansen. Hicieron un buen trabajo allá en el bunker. Ahora tómense un descanso, coman algo y duerman un poco. Tienen doce horas. -
Kisu: - Muchas gracias, señor. - Cody asintió con la cabeza y se viró hacia las reservas.
Cody: - Herman, necesito más artilleros para los AT-TE. -
Clon Herman: - Ya no quedan, el resto llegará en unas horas. - En eso Beans da un paso al frente.
Beans: - Con todo respeto comandante. Pido permiso para asumir esa tarea. -
Cody se dió vuelta y vió al clon sin decir una palabra, extrañado por su ofrecimiento.
Kisu: - Señor. Beans tuvo el control de las piezas de artillería en el bunker. No hay hombre más indicado para la tarea. - Kisu y Beans intercambiaron miradas y ambos acertaron con la cabeza.
Cody: - Excelente. Sargento Beans. -
Beans: - Soy cabo, señor. -
Cody: - Ya no más. Reúna un escuadrón de la reserva y vaya al frente junto a la 35 de reserva. -
Beans: - Señor, sí señor. -
Cody: - Eso es todo. -
Cody se retiró al puesto de mando mientras el resto de la compañía Anvil mortificaba y se alegraba por el nuevo ascenso de Beans. Posteriormente, junto a 8 clones que formaban su nuevo escuadrón, se montaron sobre un AT-TE y avanzaron hacia el frente junto al resto de la fuerza 35 de reserva. El resto de la compañía se quedó en la base de avanzada para tomarse un merecido descanso.
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