(XVI) Encuentro Cercano
"La anciana caminó lentamente al centro del refugio. Donde la parte superior de un viejo droide R3 hacía de caldero sobre un pequeño fuego. Dentro, una especie de caldo burbujeante se cocía a fuego lento. La togruta tomó un pozuelo, sirvió un poco del amarillento líquido en su interior, y me lo ofreció.
Con las pocas fuerzas que tenía lo acepté. Me quemé un poco las manos, e hice lo imposible por no derramar el interior mientras lo ponía en el suelo.
Anciana: - Pensaba que podías utilizar la fuerza. - Me preguntó de espaldas mirando el caldero.
Rage: - Yo... no puedo controlar eso. -
Anciana: - Je. ¿Qué clase de Sith no puede usar la fuerza? - Me decía en tono burlesco.
Rage: - Sith. ¿Qué es eso? -
La anciana me miró de reojo con cierto enfado. Yo no sabía por qué, pero parece que había cometido algún error.
Anciana: - No me tomes por tonta, muchacho. - Decía mientras me mostraba el sable de luz. - No eres el primero que viene a este planeta. -
No me atreví a responderle. Se veía algo intimidante y yo apenas tenía fuerzas para ponerme de pie. En cambio, la anciana se acercó a mí lentamente y se sentó al lado de la improvisada cama en la que yo estaba acostado.
Rage: - ¿Y... los otros? - A duras penas tenía fuerzas para preguntar.
Anciana: - Están bien. Tu amigo el robot se está cargando, y la kaminoana se está recuperando. - Me decía mientras me ayudaba a tomar el caldo. - ¿Acaso es tu novia? -
Simplemente no vi venir la pregunta. La impresión fue tanta que casi me atraganto con la sopa que estaba tomando."
Alguien vuelve a interrumpir la grabación de Rage.
"¿Qué? Fue verdad. Me tomó por sorpresa En fin.
Negué con la cabeza mientras intentaba expectorar el caldo que aún quedaba dentro de mis tráquea.
Rage: - No. Ella... debe ir... a Coruscant. Nec - La anciana puso la cuchara en mi boca y no me dejó terminar.
Anciana: - Come... y luego descansa. Ya me contarás más tarde. -
Después de ayudarme a tomar el caldo. La anciana abandonó el refugio y me dejó descansar. Me tomó aproximadamente unas doce horas terrestres poder levantarme. Me dolía un poco la espalda por estar estar tanto tiempo en la misma posición, pero en sentido general me sentía como nuevo, pero cuando abrí los ojos, me llevé un buen susto al ver la cara metálica de Kilo mirándome fijamente.
Kilo: - ¡Buenos días, señor Rage! - Exclamó con fuerza.
Rage: - Joder Kilo. Que susto. ¿Qué haces parado ahí? -
Kilo: - Me aseguraba que sus signos vitales estuvieran en buen estado. -
Rage: - Bueno. Cómo vez. Estoy cómo nuevo. - Le dije mientras me ponía la túnica y caminaba hacia la salida del recinto.
Kilo: - Señor. Debo insistir en que se quede dentro del refugio un poco más de tiempo. -
Rage: - Estoy bien, Kilo. Necesito estirar las piernas. -
Kilo: - Señor Rage. Espere -
Antes que Kilo siguiera sermoneandome corrí el pedazo de tela que hacía de puerta del refugio y salí al exterior. Esta parte del bosque se veía diferente, era algo más clara y la vegetación no era tan tupida. Se podía escuchar el canto de los pájaros y pude recordar las historias de los registros que hacían bastante hincapié en la paz del planeta Kiros. Miré alrededor y me di cuenta que el refugio se encontraba cerca del pie de una montaña escarpada, y una pequeña cascada caía desde las alturas formando un pequeño estanque de agua cristalina justo al frente, a unos pocos metros. Lo que nunca me iva a imaginar fue ver a Hina, saliendo del agua, completamente desnuda.
Al verla quedé plasmado, mi reacción no fue otra que darme vuelta mientras me disculpaba. Lo que nunca olvidaré fue el tremendo golpe que me di con la entrada del refugio. Me dolía tanto la cabeza que pensé que me iba a desmayar. Pero al final logré volver al interior del refugio.
Kilo: - Le dije que esperara dentro del refugio. Le iba a decir sobre la señorita Hina, pero usted no se detuvo. -
Rage: - Para la próxima es preferible que digas los detalles "importante" primero. - Le dije mientras me sentaba sobre la cama.
Esperé dentro del refugio hasta que la noche llegó a esa región del planeta. Simplemente no podía borrar de mi cabeza la imagen de Hina."
Otra vez alguien interrumpe la grabación de Rage. Y Rage continuó tras aclarar su garganta.
"Como iba diciendo. Las cosas se pusieron algo incómodas cuando la anciana regresó con unas verduras en la mano y nos obligó a sentarnos alrededor del fuego mientras ella hacía una sopa. Ni Hina ni yo éramos capaces de mirarnos a los rostros. El momento vergonzoso es algo complicado de superar. Por otro lado, la anciana sólo nos observaba mientras se reía ocasionalmente.
Rage: - ¿Cómo te sientes? - Le pregunté a Hina intentando romper el incómodo silencio.
Hina: - Bien. - Respondió a secas. - ¿Cómo está tu cabeza? -
Rage: - Bien... creo. - Respondí mientras trataba de distraer mi atención con Princesa.
El silencio volvió a invadir la sala mientras intentábamos no mirarnos. Hasta que la anciana suspiró profundamente y nos preguntó.
Anciana: - Bueno. ¿Alguno de ustedes dos piensa decirme por qué están aquí? -
Rage: - Intentamos aterrizar en el planeta para que Hina pudiese tomar un transporte seguro a Coruscant. Pero fuimos interceptados en la batalla que se estaba librando a las afueras de Kiros. -
Anciana: - Si. Desde que llegaron los separatistas todo ha ido de más a peor. A la mayor parte de la población se la llevaron. No se sabe a dónde. A mi no me encontraron, puesto que vivo aquí desde mucho antes de su llegada. -
Rage: - Con suerte todo mejorará ahora que la República ha llegado a ayudar. -
La anciana y Hina me miraron extrañados, pues yo había olvidado que para ellas yo me veía como un Sith, además que nunca había mostrado mi rostro a Hina.
Rage: - ¿Pasa algo? - Pregunté sin darme cuenta de lo que estaba pasando en ese momento, pero Hina y la anciana tan solo se miraron entre ellas confundidas.
Kilo: - Eh. Señor Rage. Le recuerdo que es posible que las presentes no sepan quién es usted en realidad. -
Cuando por fin logré entender lo que Kilo quiso decir, me vi envuelto en otra encrucijada, pero para ese punto ya no tenía ningún sentido seguirme escondiendo. Además, necesitaba su ayuda. Con muchas dudas me removí la capa y permití que ambas vieran mi rostro.
Hina: - No puede ser. Eres un clon. - Decía atónita.
Rage: - Mi nombre es Rage, y una vez fui conocido como CT-0421. Y fui un clon del Ejército de la República. -"
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