Una Ayuda Inesperada
Capítulo 13: Una Ayuda Inesperada
La batalla entre ambas Butterfly continuaba allá en el aire. La bola de energía electrizante seguía creciendo cada vez más y daba la impresión de que estallaría en cualquier momento.
Ilustración por AlejinZ (Alejindio).
Ladybug, quien lo observaba todo allí junto a los restos de Lekmet, no podía desperdiciar ni un segundo ahora que se había recuperado gracias al sacrificio del canciller. Pero si sus poderes se iban agotar de nuevo solo por tener en su mano la varita de Star, entonces quizá ya era el momento de darlo todo por el todo.
–¡AMULE...!
–¡Espera, aun no!
La súper heroína miró en derredor buscando el origen de aquella voz que la abstuvo de invocar su amuleto encantado.
–Si quieres derrotar a la princesa, entonces tendrás que hacerlo en el momento preciso.
–¿Quién eres?... ¿Dónde estás?
–¡Si usas tus poderes ahora volverás a des transformarte y todo estará perdido!
Ladybug siguió buscando el origen de aquella misteriosa voz, hasta que se percató con asombro de que esta venía de la varita.
–¿Quién eres? –volvió a preguntar–. ¿Cómo es que...? ¿Y como sabes de mi...?
–Tengo un plan –siguió hablando aquella voz–, pero tendrás que hacer todo lo que te diga.
Ladybug ya no sabía que pensar. Ahora la varita le estaba hablando, y encima decía tener un plan para vencer a Mariposa Monarca. ¿De verdad podría confiar en esa voz tan extraña?, ¿acaso tenía otra opción?
Un nuevo portal mágico se abrió cerca de la torre de Hekapoo, y Jackie llegó en compañía de Buffrog y Pony Head.
–¡Marco! ¡¿Dónde está Marco?!
–¡Star, déjame salir! –se oyó reclamar al latino desde el interior de la doncella de hierro.
–¡¿Marco?!
Jackie corrió hacia el artefacto envuelto en cadenas y pegó su oído a las puertas para verificar que la voz que provenía de su interior, efectivamente era la de su novio.
–¡Espera Marco, voy a sacarte de ahí ahora mismo!
Jackie recogió la espada de Kelly que halló tirada en el suelo y la usó para a base de golpes el candado intentar romper sin ningún resultado satisfactorio.
Mientras tanto, Ladybug volvió a escuchar la voz de la varita.
–Te demostraré que puedes confiar en mi.
Guiada por la varita, Ladybug levantó su mano y apuntó a la doncella. La media estrella emitió un brillo de color verde, y una nueva llave se materializó mágicamente y abrió el candado que aseguraba las cadenas las cuales se desvanecieron en el aire.
La doncella se abrió nuevamente y Jackie no esperó un minuto más para lanzarse a los brazos de Marco.
–¿Jackie?, ¿qué haces aquí? –inquirió el–. Te dije que era muy peligroso.
–¡No me importa! –replicó su novia con lagrimas en los ojos–. ¡No me quiero separar de ti otra vez!
Ladybug seguía dudando en si debía aceptar la ayuda de la voz de la varita. Voz que por alguna razón no le inspiraba mucha confianza, pero... ¿Qué más podía hacer a esas alturas?
–Ahí está la clave para que puedas derrotar a la princesa –afirmó la voz.
–¿Hablas de... –quiso confirmar la súper heroína–. Marco?
–En verdad eres muy lista –respondió la varita en tono sarcástico.
Mariposa Monarca seguía manteniendo sus rayos de energía chocando contra los de su madre, cuando de pronto vio a Jackie abrazando felizmente a Marco. Cosa que hizo que su furia rebasara un nuevo limite y su poder se incrementara hasta alcanzar por completo a Moon.
***
La princesa corrompida se posó frente a una corona humeante que cayó tras dispersarse una espesa nube de polvo, y sonrió con malicia.
–Parece que Mewni tiene una nueva reina.
A continuación, Mariposa Monarca miró a la pareja de enamorados y le clavó una mirada asesina a Jackie. Sus ojos rojos brillaron con mayor intensidad y voló hacia ellos a toda velocidad para alcanzarlos; pero Marco, que pudo reaccionar a tiempo, se llevo dos dedos a la boca para chiflar y llamar a Nachos.
El ciclodragón acudió al llamado de su amo y se detuvo frente a el. Marco alzó a Jackie de la cintura, la montó sobre Nachos, subió a la parte del frente e hizo girar el acelerador por lo que su novia tuvo que sujetarlo con firmeza aferrándose a sus abdominales.
Mariposa Monarca estaba por alcanzarlos, cuando en eso Buffrog dio un gran salto en el aire y cayó sobre ella sujetándola con sus robustos brazos contra el suelo.
–¡Starr, detente, tu no erres así!
–Sal de mi camino monstruo inmundo.
Los ojos rojos de Mariposa Monarca se tornaron anaranjados y brillaron con mayor intensidad. De pronto Buffrog sintió que se asfixiaba, su cabeza empezó a inflarse, se le marcaron las venas, se le hinchó la piel, sus ojos saltaron de sus orbitas y...
¡PLOP!
Mariposa Monarca empujó el cuerpo descabezado de Buffrog a un lado, se limpió sus sesos de sus ropas, y se puso en pie para continuar con su persecución.
–¡Star, amiga, no hagas esto! –llegó Pony Head para intentar persuadirla–. ¡Se que estás dolida, pero yo estoy aquí para apoyarte!... Eh... ¿Quieres que vayamos al Rebo Nubes a...? No, cierto, el Rebo Nubes ya no existe... Bueno, entonces... ¿Quieres ir por un salchiduende tal vez o...?
–¡CÁLLATE!
Con un rápido movimiento de su mano, Mariposa Monarca apuntó con dos de sus dedos a Pony Head e hizo que la boca de esa molesta cabeza de unicornio flotante se borrara de su cara.
–¡Mmm...!
–Conviértete en huevo.
Dicho y hecho, la princesa cabeza de poni fue tocada por los rayos de color rosa y quedó convertida en un huevo el cual fue exprimido de un apretón por Mariposa Monarca.
Ante semejante masacre, Ladybug quiso intervenir en la batalla, pero la voz de la varita volvió a persuadirla.
–¡Espera, te digo que todavía no es el momento. Ya falta poco, confía en mi!
Ladybug lo pensó un instante. A pesar de que aquella voz no le daba buena espina, de algún modo parecía saber de lo que hablaba, por lo que...
–... De acuerdo, confiaré en ti... Por ahora.
Mariposa Monarca se sacudió la albumina de su mano y levantó el vuelo para ahora si continuar con su persecución.
Marco hizo acelerar a Nachos, pero la princesa corrompida voló lo suficientemente rápido para estar justo arriba de sus cabezas. Ahí apuntó a Jackie con su mano, sus ojos rojos se encendieron tornándose de color dorado y...
–¡Jackie!
Marco frenó en seco y volteó a ver a su novia: cuyo cuerpo empezó a desprender un brillo plateado, se elevó unos pocos metros en el aire..., y estalló dejando atrás únicamente un rastro de polvo.
–¡JACKIE!
–¡Si! –gritó eufórica Mariposa Monarca mirando la palma de su mano–. ¡Cada vez soy más poderosa!
Acto seguido, repitió el mismo proceso con Nachos y Marco cayó de bruces en el suelo.
A su vez, Ladybug se mordió el labio inferior cuestionándose si habría hecho bien en aceptar la ayuda de aquella voz.
Aterrado por la forma en que había asesinado a su novia y a su ciclodragón, Marco desenfundó su espada amenazante para defenderse de Mariposa Monarca quien se acercó revoloteando hacia el esbozando una tierna sonrisa.
–Marco...
–¡ATRÁS MONSTRUO!, ¡ALÉJATE DE MI!
–¿Marco? –gimió la princesa corrompida poniendo una cara de tristeza–. Soy yo, tu mejor amiga. ¿Ya olvidaste los buenos momen...?
–¡TU NO ERES STAR! –rugió Marco blandiendo su espada enfurecido–. ¡LA STAR QUE YO CONÓZCO NO ES UN MALDITO MONSTRUO ASESINO COMO TU! ¡MATASTE A TUS AMIGOS, A TU MADRE...Y AL AMOR DE MI VIDA!
–Yo solo... –empezó a sollozar Mariposa Monarca–. Yo solo quería que pasáramos más tiempo juntos...
–¡ALÉJATE! ¡NO QUIERO NADA CONTIGO!
Al oír tan hirientes palabras de rechazo, Mariposa Monarca comenzó a llorar y se llevó sus seis manos al rostro para secarse las cascadas de lagrimas, mocos y babas.
–¡Ahora Ladybug! –avisó la voz de la varita.
Todavía confundida, la súper heroína alzó su yo-yo en el aire para invocar su...
–¡AMULETO ENCANTADO!
Un tanque de oxigeno de color rojo con puntos negros del que utilizan los buceadores, con todo y respirador integrado, se materializó mágicamente y cayó en las manos de Ladybug.
–¿Un tanque de buceo?
–Créeme que lo necesitarás.
Ladybug observó el área a su alrededor para averiguar como es que ese objeto le serviría para derrotar a Mariposa Monarca. Sus instintos señalaron únicamente al latino musculoso, y entonces pudo entender que la única alternativa era seguir al pie de la letra el plan de la voz de la varita.
–Dijiste que Marco era la clave... ¿Qué tengo que hacer?
–El primer paso es hacerla enojar.
–¡¿Más de lo que ya está?!, ¿cómo esperas que...?
–Sabes que solo hay una forma de hacerlo.
–No te entiendo. Ella solo está obsesionada con... ¡Wow, wow, wow!, espera un segundo. ¿Acaso insinúas que...?
–Es la única manera... ¡Deprisa, antes de que te vuelvas a des transformar!
Ladybug tomó aire para armarse de valor, se echó el tanque de buceo al hombro, y caminó hacia la princesa corrompida que seguía inmersa en su llanto.
–¡BUAAAAAAAHH! ¡Marco...!
La súper heroína lazó a Mariposa Monarca con su yo-yo, la maniato como a un becerro y se puso en medio de ella y Marco.
–¡Te olvidaste de mí!
–¿Qué estás haciendo Marinette? –preguntó Marco dejando de blandir su espada.
–Es Lady... Nha, olvídalo... Espero que funcione.
–Ya es tarde para echarse atrás –habló de nuevo la voz de la varita.
–Lo se... ¡Oye princesa, mira esto!
Ladybug haló a Marco de la chaqueta..., y le plantó un apasionado beso en los labios delante de Mariposa Monarca quien abrió los ojos como platos y dejó caer su mandíbula como una pala mecánica.
El latino por su parte, tenía varias emociones encontradas. Por un lado el actuar de la súper heroína lo había tomado por sorpresa. Por otro tenía que reconocer que ese fue uno, si no es que el más apasionado beso que tuvo en su vida aun contando los muchos que se había dado con Jackie (y con una que otra estudiante de intercambio que alguna vez llegó a hospedarse en su casa). Por otro lado sintió un fuerte repelús, ya que el tenía el cuerpo de un hombre de treinta años y Marinette, aunque lucía un poco mayor con su transformación, seguía siendo una niña de trece por lo que sin querer estaba en una situación muy comprometedora.
Marco jadeó cansado en cuanto Ladybug separó sus labios de los suyos. Acto seguido la súper heroína lo soltó bruscamente y encaró a Mariposa Monarca que a su vez estalló en cólera, se desenredó del yo-yo, despegó hasta quedar a varios metros del suelo y la apuntó con una mano.
–¡Adelante Mariposa Monarca! –la desafió Ladybug–, ¡hazlo!
Los ojos rojos de la princesa corrompida se encendieron otra vez tornándose de color dorado.
–¡¿Qué estás esperando?!
Ladybug cerró los ojos y se preparó para recibir el impacto; pero justo en ese instante Marco saltó frente a ella y la empujó para tomar su lugar.
Tal y como había pasado con Jackie y Nachos, el cuerpo del latino emitió un brillo plateado, se elevó unos pocos metros en el aire y estalló dejando atrás únicamente un rastro de polvo.
–¿Marco?... ¿Marco?... ¡MARCO!
Mariposa Monarca volvió en si, y cayó de rodillas al suelo y tomó en sus manos los restos del chico que amaba.
–Marco... –sollozó devastada–. ¡¿Qué he hecho?!
Entonces algo hizo clic en la mente de la princesa corrompida, cuyos ojos rojos se tornaron de color azul cielo. Como si hubiese despertado de alguna especie de trance, Mariposa Monarca paseó su mirada por sus alrededores, y tomó conciencia de la masacre que ella misma había perpetrado.
–¿Qué he hecho?
Ladybug se paró al lado de Mariposa Monarca y esta se abrazó a sus piernas para rogar perdón por todas las maldades que había hecho.
–Lo siento –gimió llorando a moco tendido–. Yo... De verdad lo siento... No sé que me pasó.
–Está bien Star –dijo Ladybug arrodillándose frente a ella mostrándose comprensiva–. Te dejaste llevar por tus emociones negativas, pero aun podemos arreglar todo esto.
–¿Pero cómo? Marco... Mi madre... Y todos los demás están...
–Te prometo que todo va a estar bien. Pero tienes que ayudarme a sacar el akuma que está dentro de tu varita.
Mariposa Monarca terminó de secarse las lagrimas y exhaló un suspiro.
–¿Qué tengo que hacer?
–Tu también eres una Butterfly, ¿no? – respondió Ladybug entregándole la varita–. Entonces ahora todo depende de ti... Necesito que la destruyas.
Mariposa Monarca tomó la varita en sus manos y esta recobró su diseño original antes de que Star fuese akumatizada, pero conservando aun el brillo de color purpura en la media estrella.
La princesa corrompida acercó la varita a sus labios para susurrar unas palabras que Ladybug apenas pudo escuchar. La media estrella perdió su brillo, y lo que parecía ser el fantasma de un unicornio en miniatura salió de su interior y se desvaneció en el aire.
Mariposa Monarca tiró la varita al suelo y se elevó en el aire lo más lejos que pudo.
–No te vayas a mover de aquí Ladybug –ordenó la voz–. Aun queda mucho por hacer.
La súper heroína recogió su yo-yo y se paró junto a la varita que empezó a brillar por completó.
–¡¿Qué estás haciendo?! –intentó prevenirla Mariposa Monarca–. ¡Aléjate de ahí!, ¡va a explotar!
–Espero que sepas lo que haces –dijo Ladybug preparándose para lo inesperado.
–No te preocupes –contestó la voz de la varita–. Por algo soy yo el que hace los planes.
–Espera, ¿qué?
–¡Ladybug, cuidado!
Mariposa Monarca se lanzó en picada hacia Ladybug con intención de rescatarla, pero una intensa explosión la hizo retroceder.
Al despejarse la nube de polvo, se vio que en medio de un cráter humeante yacía la varita intacta, pero no había rastro alguno de Ladybug.
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