Trato Injusto

Capítulo 14: Trato Injusto

Ladybug se despertó encima de una enorme cama y lo primero que vio fue que estaba arropada con un harapiento cobertor hecho de pieles.

–¿Pero qué...? ¿Dónde estoy?

La súper heroína paseó la mirada a su alrededor, solo para darse cuenta de que se encontraba en un lugar totalmente desconocido que asemejaba a las ruinas de un templo abandonado.

Al bajar de la cama, tuvo la sensación de que esta era más alta de lo que parecía, pero no le tomó importancia.

De pronto, Ladybug se echó para atrás cuando vio acercarse a una monstruosa araña tan grande como un buey con un águila de unos tres metros de alto posada sobre su lomo.

–¡Atrás seres extraños! –advirtió apuntándoles con la varita.

Los dos animales se detuvieron al escucharla y la miraron confundidos.

Ladybug buscó su yo-yo, el cual debería de estar atado a su cintura, pero no lo encontró. Miró de nuevo la varita..., y la dejó caer de la impresión al ver que su mano estaba recubierta por una escamosa piel de color verde y era mucho más pequeña y con solo cuatro dedos.

–¡¿Pero qué está pasando?!

Ladybug vio un espejo resquebrajado colgado en la pared y se estiró para tomarlo. Ahí se dio cuenta de que el lugar no era tan grande como parecía, sino que ahora ella era más bajita por alguna razón.

Al mirarse en el espejo, la súper heroína lo soltó espantada al ver que se había convertido en una especie de hombre pájaro verde con una espesa barba hecha trenzas.

¡CRASH!

–¡Hay!, ¡¿qué es esto?!, ¡soy un monstruo!, ¡¿qué le pasó a mi linda carita?!

Después tanteó y olfateó la extraña textura de los pliegues de sus ropas.

–¡¿Y por qué tengo puesta una bolsa de frituras?!

¡Sorpresa! –habló de nuevo la misteriosa voz–. Apuesto a que eso no te lo esperabas.

Ladybug se agachó a recoger la varita y la miró detenidamente. Ahí se dio cuenta de que no era la de Star, sino una muy diferente. El mango consistía en el esqueleto de una mano a la que le faltaba el dedo medio, que a su vez sostenía una roca con otra media estrella de color verde incrustada en el centro. Para ser más exactos, la otra media estrella faltante de la varita original. 

De pronto sintió que su cabeza le daba vueltas y se desmayó delante de la monstruosa araña y el águila gigante.

***

Al abrir sus ojos nuevamente Ladybug miró sus manos, se tanteó el rostro y confirmó con alivio de que había vuelto a la normalidad. El yo-yo estaba atado de vuelta en su cintura y también tenía de nuevo el tanque de buceo que le había proporcionado su amuleto encantado.

–Menos mal... Espera, ¿dónde están las varitas?

Nuevamente, la súper heroína miró a sus alrededores, y vio que esta vez se hallaba en un sitio totalmente oscuro y que estaba sumergida hasta la cintura sobre un liquido fangoso con algunos vestigios de color dorado.

–¿Hola?... ¡¿Hay alguien ahí?!

El liquido se arremolinó frente a ella y un enorme ojo amarillento emergió a la superficie a mirarla fijamente.

–¡HIII! –chilló todavía más espantada y trató de alejarse nadando–. ¡Ese ojo, ese ojo, ese ojo, ese ojo...!

Un gigantesco chorro de liquido fangoso salió vomitado a cortarle el paso y tomó la forma de una garra, seguido por otra casi igual.

Ladybug retrocedió alarmada, al ver como un segundo ojo gigante emergía a la superficie junto al primero y el liquido adoptaba la forma de un colosal monstruo con facciones de reptil.

–Hola Ladybug –la saludó esbozando una sonrisa llena de dientes filosos.

En ese momento, la joven súper heroína inteligentemente ató todos los cabos sueltos al recordar fugazmente algunas de las anécdotas que le había relatado Star la mañana en que la conoció como Marinette. La varita averiada, la estrella partida en dos, las ocasionales fallas con sus hechizos, y el hecho de que en una de sus aventuras se había encontrado con el dedo faltante de...

–¡Yo te conozco! –exclamó señalando el muñón de una de las garras de fango–. ¡Eres ese monstruo que le ha provocado muchos problemas a Star! No el enano, sino el otro... ¿Cómo era que se llamaba?... Ah si, ya recuerdo... ¡PUDIN!

–Toffe –la corrigió el coloso de fango cortésmente–. Llámame Toffe.

–¡Ese mismo! –reiteró enojada–. Tu fuiste el que secuestró a Marco una vez y obligó a Star a destruir su varita.

–Veo que la princesa te ha hablado de mi.

–Si, y me dijo que eres malvado. Sabía que algo andaba mal... ¿Pero cómo es que aun sigues con vida?

–¿Qué puedo decir? Aun tengo asuntos pendientes que atender.

–Ya veo... Significa que lo tenías planeado todo de antemano, ¿verdad? Y ahora estamos adentro de la varita o algo así. Es por eso que podías comunicarte conmigo y también... Has estado manipulando de alguna forma al otro enemigo de Star. El hombre pájaro que viste una bolsa de frituras. El que robó su libro de hechizos..., y tiene la otra varita... Que está hecha con el esqueleto de ¡TU! mano. ¡Claro!, ahora todo tiene sentido.

–Impresionante –la felicitó Toffe–. No podía esperar menos de la protectora de París.

–¿Y tu cómo sabes quien soy yo?

–Mis estudios sobre la magia me han llevado a encontrar información útil acerca de los Miraculous y sus portadores, pero eso es algo que no me concierne.

–Estudios sobre la magia, eh.

–Si. Esta cosa sobre la que estás nadando es la magia... O al menos lo era, hasta que llegué yo.

Ladybug miró con enojo a Toffe y siguió con su interrogatorio.

–¿Y por qué me trajiste hasta aquí?

–Tranquila. El enemigo de mi enemigo es mi amigo.

–¿Qué dices?

–Déjame explicarte. Cuando el akuma entró en la varita se las arregló para llegar hasta aquí y ahora se está haciendo cada vez más poderoso. En poco tiempo tomará el control de todo y me destruirá a mi también. Es por eso que necesito de tus poderes. Como ya sabes, solo tu puedes deshacerte de ese molesto bicho que está entorpeciendo mis planes.

–Ya me lo imaginaba –contestó Ladybug con desdén.

–No podría ser de otra manera... Ah, antes de que se me olvide, necesito tu promesa de que a cambio de mi ayuda no le dirás a nadie que me viste aquí y ahora. Mucho menos a la princesa.

–¡¿Por que haría eso?!, ¡Star es mi amiga y tu su némesis!

–Veo que aun no has aprendido la lección. Está no es tu pelea. Los conflictos que yo tenga con las Butterfly no son asunto tuyo. Recuerda que tu deber como súper heroína es proteger a París primero que nada... Pero si eso no te convence todavía tengo un as bajo la manga. ¿Sabías que ambas varitas están sincronizadas y puedo manipularlas como quiera, donde quiera y cuando yo quiera?. Si llegas abrir la boca o haces algo que interfiera con mis planes, créeme que me enteraré y le haré cosas horribles a tu amiga... O a ese chico del que está enamorada. Supongo que no querrías que eso suceda, ¿verdad?

–...

–Además, ¿no quieres traer de vuelta a todos los que murieron?

–...

–Mira, para que veas que soy justo prometo que te llevaré de regreso sana y salva con tu familia y amigos una vez que todo esto termine. Entonces, ¿aceptas o no?

Ladybug supo entonces que por muy duro que fuese, lo que decía Toffe era verdad. Su deber como súper heroína estaba primero que nada.

–... Bien. No le diré a nadie que te he visto, pero tienes que prometer que no dañarás a Star y a Marco.

–Hecho. Mientras esos dos no se metan en mi camino te prometo que no les haré nada... Al menos por ahora... Muy bien, ahora ponte ese tanque de buceo que vas a sumergirte muy profundo.

Ladybug se calzó correctamente el tanque, se puso el respiradero en la boca y subió a la palma de la mano del Toffe hecho de liquido viscoso.

–¿Estás lista? –preguntó levantándola hasta tenerla a la misma altura de su rostro.

Ladybug levantó un pulgar y el Toffe hecho de liquido viscoso se la metió en la boca.

***

La súper heroína se fue sumergiendo cada vez más y más profundo hasta que se encontró frente a una gigantesca mariposa de color purpura oscuro encerrada en una burbuja.

Al verla, el bicharrajo rugió amenazante al momento en que también sintió como la presión del liquido viscoso aumentaba a su alrededor haciendo que la burbuja que lo protegía se rompiera.

–¡Ahora! –ordenó Toffe.

Ladybug lanzó su yo-yo y este se abrió dejando salir un potente destello de luz blanca que alcanzó a la mariposa que a su vez seguía pataleando para no ahogarse.

≪¡ES HORA DE TERMINAR CON LA MALDAD! ≫, gritó mentalmente.

Clic, clic, clic, clic, clic...

La súper heroína sintió que se quedaba sin energías de nuevo. En pocos segundos se iba a des transformar y sería ella la que se ahogaría en el liquido viscoso.

≪¡No creo que pueda resistir mucho tiempo! ≫, pensó para sus adentros.

–¡No te preocupes! –exclamó Toffe–, ahora mismo te daré lo que necesitas.

Unos cuantos de los escasos fragmentos de liquido dorado bajaron a adherirse al cuerpo de Ladybug, cuyos pendientes adquirieron un brillo plateado al igual que su traje.

La luz blanca brilló con mayor intensidad, hasta cubrir por completo a la mariposa que se encogió hasta su tamaño normal y entró en el yo-yo.

≪¡Te tengo! ≫, pensó triunfante.

El traje de Ladybug recobró su característico color rojo con puntos negros, y sus pendientes volvieron a indicar que le faltaba poco para des transformarse.

La súper heroína sintió entonces que la presión del liquido viscoso la empujaba de vuelta hacia la superficie, donde nuevamente se encontró de pie en la mano de Toffe.

–Buen trabajo Ladybug.

Ladybug se quitó el tanque de buceo y abrió su yo-yo dejando en libertad a una pequeña mariposa blanca.

–Adiós mariposita.

Después lanzó el tanque de buceo al aire, y este se convirtió en un enjambre de mariquitas mágicas que empezaron a volar por todos lados.

–¡LADYBUG MILAGROSA!

Las mariquitas rodearon a Ladybug y la levantaron en el aire, mientras escuchaba por ultima vez la voz de Toffe que se iba alejando cada vez más.

–Recuerda nuestro trato.

***

En la dimensión de Hekapoo, Mariposa Monarca descendió al cráter donde yacía su varita y la tomó en sus manos.

–Madre, Marco, amigos..., Ladybug –sollozó mirándola con una expresión de melancolía–. De verdad lo lamento.

Mariposa Monarca volvió a dejar la varita en el suelo y levantó el vuelo para alejarse del lugar, cuando de pronto la media estrella emitió un brillo y una mariposa blanca salió volando de su interior seguida por el enjambre de mariquitas mágicas.

Mariposa Monarca voló más alto para ver mejor lo que ocurría. Las mariquitas volaron alrededor de la corona y Moon volvió a aparecer en su forma de mewmana con su traje de batalla intacto y sin rastro alguno de la última pelea.

Así, los pequeños insectos fueron reparando mágicamente los daños causados por Mariposa Monarca. Rhombulus quedó libre de su propio cristal, Hekapoo dejó de ser un baño portátil, la cabeza de Omnitraxus se recompuso y su cuerpo se regeneró al igual que Lekmet de sus restos hechos polvo; Tom y Kelly aparecieron ahí donde quedaron tiradas las envolturas del dulciburrito y el salchiduende; Buffrog volvió a la vida con su cabeza intacta; el montón de pelos que se hallaban dispersos en el suelo se rejuntaron y Tad revivió; los restos del huevo volvieron a transformarse en Pony Head; y finalmente Marco, Jackie y Nachos resurgieron de los montones de polvo.

Los daños físicos que la princesa corrompida le había hecho a la dimensión de Hekapoo también se esfumaron. Era como si en aquel lugar no se hubiese librado batalla alguna.

Las mariquitas formaron un remolino trayendo mágicamente de regreso a Ladybug, se reagruparon nuevamente y volaron a toda velocidad de un modo en que rompieron el flujo de espacio tiempo y desaparecieron al atravesar un hoyo de gusano.

Allá en el aire, Mariposa Monarca sonrío contenta y los símbolos de sus mejillas cambiaron de corazones verdes resquebrajados y partidos por la mitad a corazones completos de color rosa.

La princesa corrompida estaba tan radiante de felicidad, que no se percató en ningún momento que el anillo de Chat Noir había desaparecido de debajo de su vestido.

***

Las mariquitas aparecieron en la destruida ciudad de París y volaron por todos lados restaurándola a como estaba antes de la catástrofe. Los edificios y monumentos se reconstruyeron mágicamente y todas las victimas que fueron asesinadas por Mariposa Monarca volvieron a la vida. El cielo se despejó y la luz del sol volvió a brillar.

Desde una esquina cualquiera, el maestro Fu y Wayzz lo observaban todo sonriendo con satisfacción.

–Bien hecho Ladybug. Sabía que lo lograrías.

En otra calle, Alya y Janna vieron como el enjambre de mariquitas formaba un remolino trayendo de regreso a Chat Noir con todo y su anillo puesto.

***

De vuelta en la dimensión de Hekapoo, la media estrella de la varita dejó de brillar y recuperó su característico color dorado.

Un aura negra se desprendió del cuerpo de Mariposa Monarca quien volvió a ser Star Butterfly.

Con una sonrisa en su rostro, la princesa cerró los ojos y se desmayó ahí en el aire.

–¡Star!

Al ver que su mejor amiga iba en descenso, Marco corrió para atraparla en sus brazos.

–Star, ¿estás bien?

–¿Marco? –habló ella con una voz débil por el cansancio y sin abrir los ojos–. Oh Marco, cuanto me alegra que estés bien.

–Todo terminó Star. Ese espíritu maligno no volverá a molestarte.

–Que bueno que todo haya vuelto a la normalidad –dijo Star entreabriendo un ojo y acariciando discretamente los abdominales de Marco–. Estoy algo cansada... ¿Podrías llevarme a mi habitación en el hotel? Quisiera dormir un poco.

–Claro que si Star.

Ladybug miró ambos desde lejos y sonrió.

Tanto en parís como en la dimensión de Hekapoo, el dúo de súper héroes estaban contentos de haber salvado el día una vez más.

–Ganamos –dijeron Ladybug y Chat Noir al unísono desde ambas dimensiones.

***

Clic, clic, clic, clic, clic...

En París, Chat Noir vio su anillo y se dio cuenta que le quedaba poca energía.

–¡Me tengo que ir!

El súper héroe se alejó saltando entre los edificios y Alya, quien lo estaba filmando todo, miró sonriente a la cámara de su celular.

–¡Lo hiciste Ladybug!, ¡nos has salvado a todos!

–De verdad lo logró –concretó Janna sonriendo también.

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