CAPÍTULO 29: Caos
El agua del caudaloso río de Strana rozaba el estado de congelación, incluso si alguien se fijaba lo suficiente, podía ver pequeñas placas de hielo flotando sin rumbo en la superficie. Desde el puente, a lo lejos, se vislumbraba cómo una muchacha surgía del agua, chapoteando instintivamente a causa del impacto por el frío glacial. Star cogió una gran bocanada de aire, y nadó en dirección al borde de piedra cubierto de musgo y de una gran marca oscura que determinaba hasta el punto al que subía la marea del río.
En el agua, todo le había parecido tranquilo, silencioso. Incluso, debido a la extrema calma, había sentido que podía haberse quedado completamente dormida, a la deriva. La ciudad jamás le había parecido un lugar particularmente ruidoso o molesto, quizá alarmante. Al contrario, incluso en Halloween, el ambiente le había parecido agradable y amigable. Por eso, mientras nadaba, le costó reconocer sus antiguas calles, sus pintorescos tejados, sus edificios de colores. Todo se encontraba oculto bajo una capa de espesa nieve. Las variopintas tonalidades, eran ahora solo una; una grisácea, siniestra y desastrosa.
Star salió tiritando del agua y subió las escaleras que daban al puente. Desde aquella posición podía escuchar cómo en la distancia, el silencio de una ciudad bajo tormenta, estaba siendo sustituido por gritos de decenas de personas, llantos desesperados de niños y niñas perdidas, explosiones, alarmas antirrobo y sirenas de ambulancia y policía.
Avanzó rápido, encogida, sujetándose los brazos y frotándose el cuerpo de cuando en cuando para darse calor. La ribera le llevaría hasta otro de los puentes que unía la parte alta de la ciudad con la parte baja. Necesitaba encontrarlo para localizar el BewitzMusik, pues allí es dónde Terence debía estar esperándola.
Aunque no se cruzó con nadie, el caos sonoro la persiguió todo el trayecto, así que cuando localizó la puerta del pub a unos pocos metros, quiso acelerar aún más el paso, pero una pequeña bola de fuego cayó del cielo frente a ella como un meteorito. Star frenó en seco y examinó cómo la bola de fuego se apagaba en la nieve. Se trataba de un pedazo de coche, la puerta lateral de un vehículo. Sin duda, la situación se estaba poniendo fea. Más le valía correr para llegar cuanto antes al punto de encuentro sin sufrir daños.
Fuera como fuera Star sabía que noche se vería obligada a utilizar sus poderes. Correría ese riesgo. Trataría de empujar su Entherius para enterrarlo y solo sacar su parte Gravithus. De esa manera, podría evitar que Matt pudiera rastrearla, o incluso peor que Damon o algún Desdenio pudiera encontrarla. Sin embargo, era demasiado pronto. Quería guardarse su as en la manga para una situación de emergencia, no para frenar el impulso de algún preso fugado de prenderle joven a una muchacha empapada y aparentemente perdida.
Llegó a la doble puerta de metal sin más contratiempos. Antes de entrar, trató de sacudirse el agua de la ropa y peinarse el pelo detrás de las orejas.
—¿Qué narices estoy haciendo? —susurró para sí misma—. Si estoy chorreando, esto no hay quién lo arregle... —emitió un pequeño gruñido y se irguió para adentrarse en el BewitzMusik—. Andando, Star Moon. Es lo que hay. Distinguió a Gloria charlando con un joven muy guapo. Sonreía y bajaba la mirada como una adolescente cualquiera. Estaba segura de que a Gloria no le gustaba ese tipo, pero utilizaba sus armas para localizar al culpable de todo el embrollo.
—¡Dios mío, Star! ¿Qué narices te ha pasado? —exclamó al verla, dejando huellas mojadas a su paso. Star barrió todo el pub a su alrededor buscando a Terence con la mirada.
—¿Y Terence? —preguntó.
—¿No te alegras de verme? —bromeó Gloria chasqueando la lengua.
—¡Claro que sí! —¿Por qué estaba tan obsesionada con Terence? Ya aparecería. Gloria le caía mejor y hacía el mismo tiempo que no le veía y además no había charlado con ella con un misterioso aparato de conexión—. Ven aquí —dijo abriendo los brazos para abrazar a su amiga.
—Ni de coña —dijo Gloria mirando de arriba a abajo sonriendo a su amiga, que todavía lucía completamente mojada—. Me muero de frío —ambas rieron—. Eh, tú —le dijo al chico—. Nos vemos luego, tengo que hablar con mi amiga, ¿vale guapo? —Gloria se levantó de la silla, y agarró a Star del brazo, como se agarran las viejitas que pasean por la calle bajo el sol.
—Dame un minuto. Voy al baño a secarme, y cuando vuelva, me cuentas el plan.
—Geniaaal. —Gloria sorbió su pajita y se sentó en la mesa para esperarla.
Star entró en el cuarto de baño, que era mucho más grande que ese habitáculo lleno de mugre por el que se entraba a Hammondland. La puerta sellada. Se miró en el espejo y después volvió a mirarse a sí misma de arriba a abajo. No había solución: la única forma de salir seca era utilizando su poder de Sorgeni, su Gravithus. Abrió la puerta de uno de los retretes y una vez dentro dejó que su poder alcanzara las yemas de sus dedos como un rayo eléctrico de color azul. Igual que cuando trató de reconstruir el mural de pintura, su poder parpadeó. Desde que volvió de la mortal fiesta de Halloween no se había atrevido a utilizar ni siquiera su Gravithus, aunque estaba prácticamente segura de que nadie lo detectaría.
Estiró las manos y el cuello todo lo que le fue posible. Después, cerró los párpados y empujó la descarga hasta los dedos de las manos. Sabía que si hubiera practicado, podría haber enviado su descarga a cada línea de su piel secándose automáticamente, pero solo pudo alcanzar un pedazo de Gravithus. Pasó la palma de sus manos por todo su cuerpo, desde los tobillos hasta las orejas. Salió humo como el que emerge de una plancha cada vez que tocaba la ropa, y al final, se sintió caliente y completamente seca.
—¿Cómo te has secado? —preguntó Gloria extrañada.
—Llevaba ropa de recambio. Tormenta de nieve —se excusó encogiendo los hombros—. ¿Recuerdas?
—Muy inteligente, Star.
—Bueno: el plan. Cuéntame.
—Bien: los demás están en la ciudad, buscando el punto en el que hay más movida. Samira pensó que si todo esto tenía un motivo extraño, lo más seguro es que el caos se concentraría en el punto más cercano al que lo provoca.
—¡Muy inteligente!
—Lo sé —sonrió Gloria—. Si alguien encuentra ese lugar, debe volver al BewitzMusik para avisarnos y buscar al resto. Si hay algo tan jodidamente chungo como para provocar esto... más nos vale permanecer juntos para enfrentarnos a lo que sea que es.
—No lo sabes tú bien —susurró Star.
—¿Qué?
—Nada, nada. ¿y si no encuentran nada?
—Si no encuentran nada, en una hora tienen que volver igualmente. Como comprenderás, Terence no podía quedarse aquí a esperarte, es el tío con más ojo de todos los cazadores. Así que me ha tocado a mí hacer de niñera. —Star fulminó a Gloria con la mirada, con complicidad—. Es bromaaaa. Estaba deseando verte.
—Yo también —dijo abalanzándose esta vez sobre Gloria sin darle opción a echarse atrás. Gloria la atrapó entre sus brazos y le dio unas palmaditas en la espalda.
—¿Qué te pasa hoy? Estás demasiado cariñosa, amiga... —bromeó Gloria con la cabeza enrollada en entre su cabello.
—Nada... —murmuró—. Es que estaba deseando verte. —Y sí, Star estaba deseando ver a Gloria, mucho más a Terence, pero es que desde que Ben se había topado con ella en su camino hacia la huída, sentía un nudo en el estómago. Es como si con el abrazo, buscase consuelo no solo a una cosa, sino a todo.
Un brusco estruendo resonó en el techo del BewitzMusik, y seguidamente, algo, como una ola de fuerza, separó a Star y Gloria de golpe y porrazo. Star sintió como si un imán con millones de iones de potencia quisiera arrastrarle al infierno. Después, notó un montón de peso encima de su cuerpo y tragó tanto polvo que casi se ahoga al toser. Se rascó los ojos, que le picaban y al abrirlos solo vio oscuridad, empujó hacia arriba el peso de su espalda y se desenterró de unas cuantas tablas de madera que se apilaban sobre su cuerpo. Abrió bien los ojos y vio el pub en completas ruinas.
—¡Gloria! —gritó tratando de aclararse la garganta con el polvo—. ¡¡GLOOORIA!! —se levantó con dificultad y vio fuego a un lado y a otro. El tejado se había derrumbado y la nieve se colaba entre los huecos—. ¡¡GLOOORIA!!
—¡¡STAAAAR!! —escuchó de pronto.
—¡Gloria, Gloria! —tartarmudeó—. ¡¡Dónde estááás!!
—Estoy aquí... aquí. —La voz provenía del suelo. Gloria debía estar enterrada igual que lo había estado ella. Con todas sus fuerzas, Star comenzó a levantar escombros hasta que una mano, con las uñas algo roídas y de un color rosa brillante, salió de repente.
—¡Gloria! —Star agarró fuerte la mano de su amiga y tiró de ella para sacarla. Salió disparada hacia el tejado por la fuerza ejercida, pero Star no la soltó, así que tiró hacia ella y la agarró entre sus brazos—. ¿Estás bien?
—Creo que... —se aclaró la garganta—. Creo que sí —dijo algo desubicada—. Oh, Dios, qué desastre Star... —dijo mirando a su alrededor—. ¿Qué ha pasado?
—No tengo ni la menor idea, pero lo mejor es que busquemos ayuda... No hay señal de Jeff, ni de nadie más que estuviera en pub... Tenemos que buscar ayuda y buscar a Terence y los demás—Gloria asintió, así que Star la sujetó fuerte del brazo y la ayudó a salir de entre los escombros—. Vamos, por aquí...
—No puedo moverme muy rápido, Star...
—Está bien, espérame aquí, voy a comprobar si hay salida. No te muevas, te vengo a buscar en cuanto la encuentre.
—Ajá, vale...
Star se movió rápido, levantando y apilando maderas sobrantes y piedra rota. Llegó a un lado
—¡Gloria! —gritó desde el otro lado del lugar—. ¡Eh, Gloria! Creo que podremos salir por este lado —dijo mirando por un agujero de la pared. Giró la cabeza para localizar a su amiga pero no la vio en el lugar en el que la había dejado—. ¿Gloria?
—Star... Creo que es mejor que no salgamos. —Gloria se había movido despacio hacia el muro más cercano—. ¡Mira! —dijo apartándose y dejando a la vista un pequeño hueco por el que entraba la luz de la luna.
—¿Qué pasa? —Star se acercó a su amiga y se agachó para mirar por ese pequeño hueco, que parecía la mirilla de una puerta—. ¡Joder, joder, joder...! —El BewitzMusik estaba completamente rodeado. Como una cadena humana de cientos de personas, los presos huidos de la cárcel, cercaban el pub como un objetivo a destruir.
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https://youtu.be/HchIpU9Ax5A
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