➺ 38
Una de las memorias más presentes que tenía Beatriz de su infancia era cuando en las tardes se las arreglaba para armar un mini restaurante preparando cualquier cosa con dulces que tenía en casa de alguna fiesta previa. O cuando ponía sus DVD en la sala y actuaba de encargado de cine. Justo como estaba por hacer en aquel momento.
En compañía del pequeño Groot encontró una habitación vacía que parecía ser usada hace tiempo para almacenar provisiones. Entró prendiendo el foco parpadeante para asegurarse que las cortinas bajaran, cosa que era posible ahorrándole un poco de trabajo.
—Paso uno listo—dijo poniendo las manos en su cintura viendo a Groot en la entrada—ven, vamos con Rocket.
Encontró a su peludo amigo recostado en su cama con una de las historietas que había llevado en su mochila. Parecía tan entretenido leyendo las viñetas con Shakira de fondo desde el celular que ahora parecía más suyo que de ella. Beatriz tocó dos veces sin pasar.
—¿Rocket?
—Si Quill necesita que vuelva a arreglar el microondas dile que no va a pasar—respondió cambiando de página.
—En realidad soy yo quien necesita un pequeño favor—él asomó la cabeza por un costado del papel—sé que eres súper inteligente y me preguntaba si podías hacer algo que proyecte la imagen de mi celular a una pared.
—¿Y eso para qué o qué?
—Es una sorpresa.
—Sólo si puedo quedarme con esto—señaló la versión cómic de su serie favorita: Supernatural. Ella asintió—vuelve en media hora.
—Gracias, eres el mejor.
—Obviamente—volvió al papel cruzando las patitas.
El siguiente paso era preparar el lugar con algo en qué sentarse. Mantis se cruzó con ella en el pasillo siendo la perfecta opción para la tarea.
—Hola, Triz—le saludó con una sonrisa cuando la detuvo.
—Mantis, ¿crees que puedas ayudarme con algo?—la de antenas asintió sin pensarlo dos veces—necesito que te encargues de conseguir almohadas y cosas del estilo para el cuarto junto a la sala de operaciones.
Mantis saludó como soldado llevando la mano a la frente antes de continuar en su camino ahora con una tarea.
Entró a la cocina sin saber exactamente qué buscar. Todo estaba en un alfabeto que aún no dominaba muy bien y aunque lo hiciera no tenía ni idea de lo que era cada cosa o para qué. Dejó a Groot en la mesa del comedor ahora libre para comenzar a buscar entre la alacena lo que mejor apariencia tenga. Justo como cuando era pequeña.
—¿Qué haces?
La castaña se dio vuelta encontrándose a Gamora viéndole confundida, una expresión que le dedicaba el 99% del tiempo.
—Busco snacks—ladeó la cabeza curiosa—no le digas aún a los demás pero Groot y yo estamos organizando una noche de películas.
El silencio en el lugar comenzaba a ponerla nerviosa. Nunca había estado a solas con Gamora sin tener que estar en una misión y es que de por sí le asustaba. Pensaba que en cualquier momento la rompería cual ramita dadas las historias que le contaban sobre ella.
—En ese caso no querrás ancas de rancor—dijo refiriéndose al recipiente azulado que tenía en la mano.
Avanzó hasta estar a su lado y sin más comenzó a elegir de entre todo explicándole qué era cada cosa. Ya no lucía tan aterradora como de costumbre.
—Así que una noche de películas...¿cómo se te ocurrió?
—Bueno, tenía una casi diario con mis hermanos—observaba lo elegido que yacía en la mesa—y Peter no ha visto mi película favorita. ¿Cómo puedo permitir que mi novio no haya visto jamás Jurassic Park?
Gamora sonrió divertida. Durante el tiempo que había estado con ellos notaba poco a poco porqué Peter no podía dejarla atrás.
—Si que te gusta Quill...—tomó una de las bolsas metálicas dirigiéndose al microondas que lucía muy parecido a los terranos.
—Haría cualquier cosa por él—dijo mirando a Groot intentar abrir un recipiente de lo que parecían galletas—como escuchar la misma canción de Bruce Springsteen todos los días o...
—Dejar tu planeta para estar a su lado—completó viéndole de regreso. Beatriz asintió—los bowls están por allá.
Obedeciendo fue al otro lado del lugar para sacar tres bowls del mismo tamaño color azul oscuro. Gamora apagó el microondas sacando una bolsa se tamaño considerable para llenar dichos recipientes con lo equivalente a las palomitas de maíz que tenían en la Tierra. Sólo que estas eran naranjas y parecían más papas fritas por su forma de disco.
—Peter ha pasado por mucho, en especial este último año y al principio me preocupaba que no fueras lo suficientemente buena para él—continuó llenando cada uno—pero ahora que te conozco creo que es al revés.
Beatriz sonrió mirándole de perfil.
—¿Entonces ya no quieres matarme?
—Creo que no—le devolvió la mirada con el mismo gesto—¿y ahora qué sigue?
—¡Ah!—se giró hacia Groot que aún lo conseguía sacar lo que quería—Groot, ¿puedes llevar a todos a donde y cómo quedamos? Por favor.
—Yo soy Groot—respondió asintiendo antes de saltar de la mesa con facilidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top