➺ 34
—Apoyo a Betty, puede ser cualquier cosa—dijo Rocket negando.
Optaron por hablar del tema en una especie de restaurante no muy lejos de la nave.
—Si dice que escapó puede tratarse de un animal—sugirió Mantis—podemos empezar con eso.
Una mesera se acercó a la mesa de al lado ganándose la atención de Peter y una sonrisa cómplice con la mujer de ojos completamente negros. Beatriz frunció el ceño.
—¿Qué haces?—le preguntó sin lograr que rompiera dicha integración—¡Peter!
—¿Me hablabas?
—¿Ves a otro Peter aquí? Te recuerdo que tienes novia. Y está justo al lado tuyo—él miró a Mantis, luego a Gamora sin saber realmente de qué hablaba—¿es en serio?
—Obviamente que sé que tú eres mi novia y no verdecita o antenas—Beatriz arrugó la nariz ante los apodos. Acto seguido pasó un brazo por sus hombros—bien por mí.
Entrecerró los ojos observando sus facciones. Se veía exactamente que esa mañana al despertar pero se portaba como todo lo contrario.
—Entonces ya lo saben. Atentos a cualquier cosa fuera de lugar que vean—les recordó Rocket dándole un último sorbo a su jugo.
No pasó ni un minuto de que salían del local cuando alcanzó a Drax —quien era el último del grupo— sin que los demás la notaran. Ni siquiera el mismísimo Peter que iba por delante.
—Drax—le miró—¿no notas raro a Peter?
—Él siempre ha sido raro.
—No me refiero a eso. Está comportándose como un idiota.
—Ajá, como siempre. ¿Cuál es tu punto? ¿Pelearon? Porque si es así, tengo un consejo para ti—puso su mano en el hombro de Beatriz caminando a su propio paso—en mi planeta ese tipo de cosas en pareja se solucionaban apar-
—¡Gracias! Muy amable—le interrumpió sin querer escuchar lo que seguía—mejor olvídalo.
—Bueno—se encogió de hombros soltándola.
Separarse haría las cosas más rápidas por lo que se dividieron en dos grupos: Peter, Beatriz y Gamora. Mantis, Rocket —con el pequeño Groot en su hombro—y Drax. La mexicana se sentía totalmente inútil al no tener idea de lo que era considerado normal y no normal en aquel sucio planeta. Lo único que hacía era seguirlos por detrás, esperando a dispararle a algo.
—Oye, Peter—dijo con la mirada enfocada en sus pies—¿qué no te pusiste las botas negras al despertar?
—Ah si—ni siquiera se giró para regresarle la mirada—me las cambié.
Sin creérselo miró lo que vestía, esas botas cafés eran casi idénticas a las negras de no ser por el color. Los pantalones lucían vagamente diferentes y ni hablar de la chaqueta. Parecía más un cosplay. Tenía suficientes pruebas reunidas para hacer lo siguiente: sacó su blaster y sin perder tiempo apuntó tocando la tela que cubría su espalda forzándolo a detenerse.
—¿Qué eres y qué le hiciste a mi Peter?
—¡Beatriz!—exclamó Gamora con los ojos bien abiertos de la impresión—¡baja eso!
—Si, Beatriz—se dio la vuelta lentamente con las manos arriba—baja eso por favor. ¡Soy yo!
—¿Ah si?—asintió frenéticamente pasando saliva—entonces respóndeme algo. ¿Qué me dijiste antes de dormir anoche?
—Beatriz ¿es en serio?
—¡Shh! Deja que conteste.
—¿Cómo voy a recordarlo?—ella movió un poco el dedo sobre el gatillo asustándolo aún más—¡no sé! ¿Te quiero? ¿Que descanses?
—Te quejaste de los ronquidos de Drax que traspasaban paredes, hasta juraste ir a ponerle cinta en la boca. Es la última vez que te lo pregunto, ¿dónde está mi Peter?
—Y yo la última que te digo que bajes eso—habló Gamora con más seriedad.
—¿No te das cuenta? Él dijo que sabríamos cuando lo viéramos y yo lo estoy viendo. No sé que es esta cosa pero no ha logrado engañarme.
—¿Segura? Porque a nuestro punto de vista tú eres la que está comportándose raro—habló él bajando las manos.
—Peter tiene razón—disimuladamente se acercó con un par de esposas electrificadas que siempre cargaba en su cinturón—quizá deberíamos...
Entonces Beatriz no tuvo de otra más que salir corriendo en dirección opuesta lo más rápido que alguna vez creyó hacer. Buscaría a Peter por su cuenta pero para eso debía retroceder sobre sus pasos.
Las calles eran confusas pero lo que no eran los carteles pegados en ciertas paredes. Logró reconocer algunos con letras desconocidas de cuando el otro Peter se topó con ellas. Se quedó un momento parada observando a su alrededor en búsqueda de alguna pista que pudiera ayudarle.
Era una de esas ocasiones en que agradeció su curiosidad al notar algo que no estaba la primera vez qué pasó por allí: un alambrado cruzando la calle estaba levantado de la esquina. Tenía una especie de lámina cubriéndola por lo que no sabía lo que había al otro lado, de todos modos pudo entrar fácilmente por su tamaño.
Era la parte trasera de un local debido a toda las cajas tiradas. Lo curioso es que dicho lugar parecía estar en ruinas desde hace tiempo ya que ni portón había para cubrir el interior. No encontró nada y resignada se dio media vuelta para volver a salir pateando una lata en el camino.
—¿Hola?—paró en seco al escuchar esa voz—por favor sé alguien con consciencia y no un orloni come basura.
Siguiendo el sonido pudo encontrar al dueño de la queja entre las cajas. Sintió un gran peso dejando su pecho junto al suspiro.
—¡Mi Star-Girl!—ella se arrodilló para poder abrazarle y sin poder evitarlo, besar su mejilla—sabía que serías tú quien descubriera a ese bastardo...si lo hiciste ¿verdad?
—Si—acariciaba su rostro mientras asentía—no sé qué sea pero tomará más que copiar tu cara bonita para engañarme. ¿Puedes levantarte?
—Eso creo. Me lanzó algo raro al rostro y dentro de nada ya estaba inmóvil en el piso. Ni siquiera podía gritarle lo idiota que era mientras me arrastraba aquí.
Le ayudó a levantarse y aunque lo hizo con dificultad podía permanecer de pie sosteniéndose en ella.
Mientras tanto, Rocket no sólo había logrado acceder a la base de datos del cliente si no que descubrir el número con que marcaba sus creaciones y desde luego rastrear cada una de ellas. Eso le hizo darse cuenta que no le dijo todo a Gamora por alguna razón. Veía en su tableta al punto naranja que lo representaba moviéndose por el mapa.
—¿Quill?—habló oprimiendo el botón de su comunicador pero no hubo respuesta—¿Betty?
—¡Rocket! Tengo que decirte algo muy importante—le contestó al otro lado—sé dónde está lo que estamos buscando.
—Si, yo también. De hecho está...¿viniendo a nosotros?
Levantó la mirada de su aparato para toparse con Gamora y el otro Peter. Tuvo que asegurarse dos veces de que la ubicación fuera correcta incluso golpeando el artefacto.
—Esa cosa cambia de forma y paraliza a la gente. Encontré a Peter y vamos para la Milano. Por favor ten cuidado.
—Copiado—le respondió mirando a los recién llegados sin saber cómo reaccionar más que dejar de lado lo que tenía en las patas para tomar su arma.
—¿Cómo es que Beatriz dijo encontrar a Peter si él está viniendo a nosotros?—preguntó Mantis.
—Fácil. Lo que tenemos enfrente es nuestro depósito.
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