➺ 26



            Los pasillos de la base actual de los Guardianes estaba en silencio total. A excepción de la habitación de Peter Quill en donde Beatriz descansaba junto al pequeño Groot sin nada que hacer.







Hoy Peter tuvo que salir a no sé donde por no sé qué pero—alejó el celular de su rostro para que Groot fuera visible. Ambos recostados en la cama—estoy a cargo de la cría. ¿O la cría está a cargo de mí? Ni idea. Aunque le he estado enseñando español. Miren, Groot dime algo.







—Yo soy Groot.







—Si...esa fue mi culpa por no especificar—detuvo el video y bajó el celular para dejarlo sobre su estómago, destinando su mirada al techo—¿crees que Peter esté molesto por que anoche en la Milano prácticamente corrí de él?







—Yo soy Groot.







Efectivamente. Eres Groot—suspiró—es que lo vi allí, tan atractivo. Tan dulce. Tan...perfecto. Y no pensé en nada. Literalmente en nada. Tanto consejo amoroso que escuchaba en mi trabajo y ahora no puedo recordar ni uno.







Sin darse cuenta el celular fue tomado por el pequeño quien se sentó cerca de su hombro mostrándoselo.







—No tengo juegos si eso es lo que quieres—Groot oprimió el botón iluminando la pantalla dándole pie a señalar la fotografía del fondo: sus perros—ah, ellas son mis mascotas. ¿Quieres ver más fotos suyas?







Asintió sonriendo. Eso fue suficiente para que cambiara de posición a ahora recostarse sobre su estómago por consecuencia haciendo que Groot se sentara frente al celular.







—Mira, aquí están tomando el sol en el patio. Les gusta mucho hacerlo sobretodo en las mañanas...estos son mis hermanos peleándose por el control de la televisión con filtro de rata en sus caras que si te digo la verdad, no les hace ningún cambio—le dio play al video de 15 segundos sonriendo al recordar el momento—aquí estamos mi amiga Paulina y yo en la fiesta de disfraces de otro amigo, ella era la doctora Ellie y yo un dinosaurio de Jurassic Park. ¡Ay mira! Son los bigotes de Rocket...espera, esa yo no la tomé.







Frunciendo el ceño cambió a la siguiente pero conforme avanzaba notaba que había varias desconocidas: una serie del mapache muy cerca de su cara, desenfocadas y confundido. Que supuso era el descubrimiento de la cámara. Las patitas de Rocket. Los ruffles de Rocket. Drax sentado mirando a la nada. Gamora aparentemente gritando al fotógrafo. Incluso una donde Peter le rodeaba por los hombros y los dos miraban muy confundidos a algo que decía Drax. Groot sonriendo demasiado cerca de la cámara pues su carita llenaba el encuadre.
Mantis y Rocket, ella con sus lentes oscuros —que estaba segura no había sacado del fondo de su mochila— con una de sus ligas atando el mechón de pelo entre sus orejas en una colita.







Ni siquiera sabía en qué momento estuvo lo suficientemente distraída para que pasara todo eso.







—¿Groot?—ambos miraron a la puerta. Era Peter—¡allí estás! Rocket está buscándote.







—¿Yo soy Groot?







—No tengo idea. Mejor ve antes de que se ponga rabioso.







El chiquito no dudó en saltar de la cama para obedecer a Peter. Tardó un poco en dejar la habitación en donde el silencio retomó su lugar así como Beatriz en la orilla de la cama.







—Y...¿qué estaban haciendo?—se sentó a su lado.







—Descubriendo que Rocket tiene una pasión oculta por la fotografía—desbloqueó el celular para mostrarle los bigotes de su amigo. Haciéndole reír—hasta hay una de nosotros.







—Oye esa no está tan mal. Fue cuando Drax nos contaba de dónde se conseguía el jugo en su planeta natal—ella soltó una risita al recordar la pasión con que lo dijo en su momento—sobre lo de anoche...








—¿Qué cosa?...Ah ya. Ni me acordaba—mintió. Era lo único en que pensaba.







—Ni yo—ambos eran pésimos mentirosos uno con el otro—pero a veces no controlo lo que digo y odiaría hacerte sentir incómoda al hablar de más.







—Para nada—giró un poco para verle—creo que eres con quien más confianza tengo en toda la galaxia. Y bueno, es eso. Nunca he estado así con alguien.







—¿Así como?







—Pues así—se encogió de hombros—siempre hacía huir...o llorar, dependiendo del caso, a las personas antes de tener una cita formal. Tú no has hecho ninguna. Y la manera en que me miras a veces me pone nerviosa—una pequeña sonrisa comenzaba a formarse en el rostro de Peter—¡justo así! Lo estás haciendo de nuevo. Me ves como si fuera lo más bonito del mundo







—Del mundo no, de la galaxia.







Cerró los ojos con fuerza cubriéndose el rostro con ambas manos. Él, con tranquilidad, hizo que las bajara y le mirara de nuevo.







—¿Demasiado cursi?







Ella asintió sin poder evitar sonreír, en especial porque sabía que su siguiente paso era besarla. Acariciaba su mejilla con una mano mientras la otra descansaba en su pierna y no supo cuándo fue la última vez que alguien le hacía sentir tanto con una acción tan simple.







—¿Crees que Groot ya se haya dado cuenta que mentí?—hablaba aún muy cerca suyo, murmurando para que sólo ella le escuchara—¿o tenemos tiempo para que me muestres de nuevo tu tatuaje? Es que no lo vi bien y...







Una manita jaló el pantalón de Peter interrumpiéndole. Los dos miraron hacia abajo topándose con un nada contento Groot, cruzado de brazos y frunciendo el ceño.







—¡Yo soy Groot!







—Uy, debí haberme confundido entonces. A cualquiera...—en un abrir y cerrar de ojos ya había escalado hasta ponerse entre los dos, quitando la mano de Peter de encima de Beatriz para sentarse. Él miró a su novia quien se encogió de hombros sin saber qué hacer. Terminó su oración con un tono resignado—le pasa.

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