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La ciudad que visitaban era muy diferente a la pasada; todas las edificaciones eran de una sola planta, hechas de piedra y casi en todas las calles había puestos cual mercado. Peter le contaba un poco acerca de la economía del lugar y lo que lo hacía tan rural, cosas que había escuchado de Yondu tiempo atrás. No mucho había cambiado. Era conocido en la galaxia por vender de todo tipo de artefactos.







Regresaban a la Milano pero él podía ver en su rostro las ganas que tenía de ir a explorar por lo que decidió darle el gusto —eso y que pasar tiempo a solas era casi imposible mientras viajaban—.







—Bea—murmuró, ganándose su atención al instante.







Peter señaló un callejón a su derecha con la cabeza. Se habían quedado hasta atrás del grupo por lo que igual no notarían si tomaban un camino distinto. Ella sonrió asintiendo. Retomaron la ruta donde más puestos callejeros había en cuestión de segundos.







—Entonces—metió su mano libre a la chaqueta, el clima era frío—¿aquí es donde quieres comenzar a usar tu parte?







—¿Mi parte?







—Todos recibimos una parte del dinero de la misión. Quitando el mantenimiento de la nave y la comida, claro.







—¿Ósea que me pagan por viajar en el espacio con mi novio y dispararle a los malos?







—Muy cool ¿no?







No tardó mucho en que Beatriz encontrara algo de su interés. Prácticamente se sentía de shopping y no sabía ni qué escoger —o lo que eran la mayoría de cosas si era honesta— ¿y Peter? Con verla sonreír emocionada le bastaba. En especial al tener en cuenta lo triste que se ponía a veces por más que trataba de ocultarlo.







—Te quería preguntar algo—dijo sosteniéndole del brazo viendo la variedad de joyería brillosa tendida sobre una mesa—¿qué pasa con Nebula?







—¿A qué te refieres?







—Rocket dijo que era hermana de Gamora pero poco después de conocerla se fue y hasta la fecha no ha vuelto.







—Ah, eso...ambas tiene una relación muy extraña. Un día se odian al otro se abrazan. Lo normal para ser hijas de un titán loco que ha destruído planetas enteros—Beatriz le miró con los ojos abiertos de par en par—¿no te lo había contado?







—Recordaría si me dijeras que la mujer que se sienta al lado de mí en la nave tiene ese tipo de herencia—siguieron caminando abriéndose paso entre la gente.







—Uy, y espera a que te cuente que Drax busca venganza por el brutal asesinato de su esposa e hija. Que Mantis era algo así como el ansiolítico personal del loco de mi padre...







—Eso explica mucho—él sonrió con diversión—¿qué hay de Rocket y Groot?







—Groot es el último ser de su planeta que fue destruido hace tiempo. De Rocket sólo sé que fue modificado y bueno, que odia esa parte de él mismo.







Permaneció en silencio un momento tratando de unir los hilos con lo último mencionado. Podía llegar a identificarse con él de cierta manera pero también no llegaba ni a imaginar por lo que pudo haber pasado para terminar así.







—¿Bea?







—Perdón, ¿qué decías?







—Que creo que mi ex-novia viene hacia acá y no está muy contenta.







Al fondo de la larga calle logró diferenciar entre todos a la mujer que conoció antes de cenar. Y Peter tenía razón, la expresión de su rostro no era la más tranquila del mundo.








—¿Quieres que le enseñe porqué no invaden México los malos?—posó su mano encima del bolsillo en que guardaba su arma.







—Por más que me gustaría decirte que si, eso no sería muy Guardián de la Galaxia de nuestra parte—se dieron media vuelta tratando de perderse.







—Eres aburrido—se quejó siguiéndole el paso tan a prisa.







—¡No soy aburrido! Sólo no quiero que te arresten.







—¿Quién dijo que me dejaría arrestar?—le miró sorprendido.






—¡Sabía que Rocket no era buena influencia!







Minutos después la puerta de la Milano que les daba privacidad dentro del pequeño dormitorio se cerraba. El par de chaquetas que usaban fueron colgadas en una de las paredes casi en la entrada y las botas terminaron en el suelo sin lugar específico alguno. Beatriz no tardó en quitarse la playera para poder cambiársela por otra más holgada.







—No sabía que tenías un tatuaje.







Ella se dio vuelta con la pijama aún en las manos topándose con Peter mirándole curioso, no sólo por la pequeña constelación que adornaba su hombro izquierdo por enfrente a un costado de su clavícula si no por que seguía en top. No podía soportar la manera en que le veía sin sentir que su rostro se tornara más rojo que el plumón favorito de Groot así que con prisa se cubrió.







—Me gusta. Es lindo—de un solo movimiento quitó su playera y la lanzó al rincón—casi poético. Yo siendo el señor de las estrellas y tú...teniéndolas encima.







Se dio media vuelta recogiendo lo que acaba de quitarse sin saber qué decir. Él sonrió mientras terminaba de cambiarse.







—No tienes porqué hacer eso. Al fin y al cabo todo esto es tuyo.







Cerró los ojos sintiendo que en efecto, superó el tono del plumón. Groot podía dibujar una manzana, fuego o hasta tripas y sangre con aquel color. Aún usando los pantalones y en calcetas salió del cuarto para evitar avergonzarse más. Dio un pequeño brinco al toparse a Gamora sentada con los pies en la mesa y un cuchillo en sus manos.







—Pensé que llegarían más tarde—le dijo mirándola—¿estás bien?







—¿Yo? Si, claro—le restó importancia con la mano—venía por...—miró su celular sobre la superficie—esto. Buenas noches.







Y así como apareció, desapareció.







—Peter si que tiene un tipo—dijo para sí misma frunciendo el ceño.

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