Extra 1

El sol bañaba suavemente el claro del bosque, iluminando las hojas del joven manzano que Jimin había plantado hacía unos meses.

El árbol, pequeño pero vigoroso, estaba cargado de promesas: las ramas habían empezado a llenarse de pequeños brotes que indicaban que pronto daría frutos, Jimin ya queria probar sus deliciosas manzanas.

Había puesto más que su esfuerzo físico en ese árbol; un poco de su energía simbiótica, también fluía a través de él, acelerando su crecimiento, aunque Jungkook le decía tramposo.

Pero Jimin había descubierto que el no era muy paciente.

Solo a un par de metros de él, Yoongi estaba sentado con tranquilidad, observando a su papá con una sonrisa.

Jimin le lanzó un beso antes de mirar de nuevo al árbol —Debes crecer fuerte y alto, ¿de acuerdo? —le decía al brote con una voz casi infantil— Darnos las manzanas más rojas y dulces del mundo, eres el árbol más bonito de todo el bosque. Prometo que seguiré cuidándote bien, darte agua y hablarte todos los días para que no te sientas solo—

Jungkook, que había llegado silenciosamente detrás de él, cruzó los brazos mientras observaba la escena con una sonrisa enternecido, dio un par de pasos hacia adelante, hacia poco había descubierto que le encantaba tomarle del pelo a su inocente y lindo esposo, así que sin poder contenerse se rio.

—¿En serio estás hablándole a una planta, cariño? —dijo con tono juguetón, inclinándose un poco para mirarlo mejor— ¿Crees que te va a responder o algo?—

Jimin se giró rápidamente, con sus mejillas encendidas y los labios fruncidos en un adorable gesto de enfado.

—¡Claro que le hablo! —respondió, inflando aún más las mejillas— Yo entiendo a las plantas, y las plantas me entienden a mí. Además… —hizo una pausa dramática, señalando el brote con orgullo— ¡Yo también fui una planta! Y una muy bonita, por cierto—

Jungkook no pudo contener una risita al ver los gestos molestos de Jimin, de verdad que era el ser más adorable que existía.

—¿Una planta bonita? —repitió, divertido, mientras se acercaba a él—Oh, por favor, dime más sobre cómo eras la flor más preciosa de todas—

—No era una flor, ¡era una planta completa! —protestó Jimin, cruzándose de brazos y girándose para mirar nuevamente al brote, ignorando a Jungkook por completo.

Jungkook, con una sonrisa suave en los labios, rodeó con sus brazos la pequeña figura de Jimin desde atrás, abrazándolo con cariño. Apoyó su barbilla en su hombro y miró el brote frente a ellos.

—Está bien, está bien —dijo, dejando escapar un suspiro entre risas contenidas— Admito que debiste haber sido la planta más bonita del mundo. Tan bonita que probablemente me hubiera enamorado de ti aunque fueras un árbol—

Jimin se quedó quieto por un momento, aún con su orgullo herido, pero finalmente dejó escapar una pequeña risa, dejando que el calor del abrazo de Jungkook derritiera cualquier rastro de enfado.

—Tonto —susurró, inclinando un poco la cabeza hacia él.

Jungkook lo apretó un poco más fuerte, mirando el brote frente a ellos que pronto se convertirían en manzanas—Ya te lo había dicho, te amo en todas tus formas Jimin—

Jimin asintió suavemente— También te amo mucho —

Jungkook sonrió, besándole la sien con ternura—Entonces, prometo cuidarlo contigo. Después de todo, no querríamos que tu “hermano planta” se sienta solo—

Ambos rieron, y el claro quedó lleno de una paz que solo ellos podían entender, en ese momento el pequeño Yoongi gateo hasta ellos y Jungkook lo tomó en sus brazos.

—Aquí está mi precioso hijo— susurró besándole las mejillas.

—¡Casi empezamos el picnic sin ti! —protestó Jimin, aunque su tono era más juguetón que serio.

—Lo siento, amor. Me detuve a recoger las frutas más dulces para ustedes —dijo, su voz llena de ternura mientras acariciaba el rostro de Jimin con la yema de los dedos.

—Está bien… pero la próxima vez, ven más rápido. Yoongi y yo te extrañamos—

—¿Me extrañaste, pequeñito? —preguntó, sosteniéndolo en alto mientras el bebé soltaba una carcajada alegre y extendía sus manitas hacia él.

El excomandante, siempre imponente y serio en sus días de servicio, estaba completamente rendido ante el amor de su esposo y su hijo.

Jungkook acarició la cabecita de Yoongi mientras caminaban a la manta para sentarse y lo acomodaba en su regazo, sus ojos llenos de devoción mientras el bebé jugaba.

Los juguetes regados por la manta eran regalos de sus muchos “tíos” del escuadrón Cerbero, cada uno escogido con cuidado por los chicos para el bebé. Yoongi agitaba una sonaja brillante mientras su risa llenaba el aire.

Jimin, con su dulzura habitual, hacía ruidos tontos y gestos exagerados para mantener al bebé entretenido, su mirada iluminada por la felicidad.

—¡Eres tan fuerte! —rió Jimin mientras Yoongi intentaba levantar un juguete más grande que él— Mi pequeñito es todo un campeón, ¿verdad?—

—Cómo su papá — Alardeo Jungkook.

Jimin sonrió y asintió orgulloso.

Jungkook suspiro y le robó un beso, el tiempo parecía detenerse al estar juntos, su familia, su razón de ser.

—¿Qué traes ahí? —preguntó Jimin, señalando un paquete envuelto.

Jungkook le sonrió con un brillo travieso en los ojos y extendió el regalo hacia él—Es algo especial para ti—

Jimin lo abrió con cuidado, encontrándose con un pequeño marco de madera que contenía una fotografía: él, Jungkook y Yoongi juntos bajo el manzano en su primera salida al claro, sonriendo con puro amor.

—La versión digital ya la envié a nuestros brazaletes, pero quería esta física para nuestro hogar— Le hizo saber Jungkook.

 Jimin sintió que su pecho se llenaba de calidez, y alzó la mirada hacia Jungkook con lágrimas brillando en sus ojos—Es perfecto… —susurró.

—Como nuestra vida juntos —respondió Jungkook, tomando la mano de Jimin mientras el pequeño Yoongi seguía jugando con sus sonaja.

El picnic comenzó, lleno de risas, frutas frescas y momentos tranquilos bajo el manzano. Era un día sencillo, pero para ellos, era todo lo que necesitaban. Un pedazo de eternidad en un rincón del bosque, en el que el amor florecía como las futuras manzanas del árbol que Jimin había cuidado con tanto esmero.

Después de una comida tranquila al aire libre, con la deliciosa comida que Jimin había preparado cuidadosamente, el pequeño Yoongi se quedó dormido plácidamente, acunado por la suavidad de la cunita portátil.

Jungkook y Jimin, sonriendo con ternura al ver al bebé, decidieron acostarse sobre la manta extendida en el suelo, donde el sol comenzaba a declinar, tiñendo el cielo de tonos dorados.

Jimin recostó la cabeza sobre el pecho de Jungkook, disfrutando de la calma y el sonido suave del viento que jugaba con las hojas de los árboles cercanos. Su voz, llena de emoción y orgullo, comenzó a relatar lo que había estado haciendo en el huerto.

—Hoy… planté unas nuevas semillas —dijo Jimin, su tono suave y alegre— Quiero que Yoongi tenga su propio jardín, ya sabes, con muchas flores y frutas para cuando crezca… Será hermoso—

Jungkook sonrió, mirando el horizonte mientras disfrutaba del calor del cuerpo de Jimin cerca del suyo, Levantó su brazo y lo rodeó por los hombros, abrazándolo suavemente.

—Eso suena increíble —respondió, mirando a su esposo con amor y cariño—. Tú y Yoongi tendrán el huerto más bonito del mundo. La vida aquí es maravillosa para los tres—

Jimin se acurrucó más cerca de él, sonriendo, mientras le preguntaba cómo había estado su día.

—¿Y tu trabajo? —preguntó con curiosidad, levantando ligeramente la cabeza para mirar a Jungkook a los ojos.

—Solo una reunión del consejo… y un par de asuntos con mi padre —respondió, con ternura.

—¿Le dijiste que debe venir a almorzar?, a Yoongi le vendría bien jugar con su abuelo— Preguntó Jimin con emoción.

Jungkook no estaba seguro de si su padre vendría algún día, además había Sido un poco incómodo invitarlo—Dijo que cuando tenga tiempo libre, vendrá a ver a Yoongi.

—Está bien, prepararé algo rico cuando venga —

—Todo lo que tú haces es delicioso — Dijo besándole la frente

Jungkook suspiró,  con una sensación de alivio, como si las preocupaciones de su vida finalmente estuvieran quedando atrás. Le acarició el cabello a Jimin mientras hablaba.

—Las cosas para la humanidad están mejorando, especialmente después de que SeokJin publicara el libro de su abuelo. Las personas ahora están más conscientes de la historia… de lo que pasó, aunque haya sido tan doloroso. Es un recordatorio de que no debemos cometer los mismos errores —respondió Jungkook, mirando a Jimin con una sonrisa de satisfacción— incluso está trabajando en otro libro, uno menos científico, pero que hablará sobre lo que hiciste tú… sobre cómo salvaste al mundo—

Jimin abrió los ojos, asombrado, y miró a su esposo con una mezcla de incredulidad y emoción —¿Habrá un libro sobre mí? —dijo, sin poder creerlo— No puedo… no puedo creer que haya algo sobre mí, algo que hable de lo que hice—

Jungkook lo miró, su rostro se suavizó con una sonrisa sincera.

—Lo mereces, Jimin. No solo ese libro, sino mucho más. Los humanos no deben olvidar que tú, el ser más precioso que existe, eres quien salvó al mundo. —Sus palabras fueron suaves pero llenas de una profunda admiración y amor.

Jimin, tocado por esas palabras, respondió con una sonrisa tímida, y antes de que pudiera decir algo más, Jungkook lo besó suavemente en los labios. Fue un beso lleno de cariño, sin prisas, como si el tiempo se hubiera detenido solo para ellos dos.

Entre sonrisas suaves, Jimin se separó un poco de él, pero no del todo, y miró a Jungkook con una chispa de emoción en sus ojos recordando algo que había olvidado contarle a su esposo.

—Hablé con Hoseok, por videollamada —dijo Jimin, su voz llena de alegría— Él y el vicecomandante Kim están planeando adoptar a uno de los pequeños del refugio, uno que no ha tenido hogar aún. Me hace muy feliz saberlo—

Jungkook sonrió de oreja a oreja, su corazón se llenó de felicidad por sus amigos.

—Es una noticia increíble —dijo, y luego añadió con un toque de complicidad—Hoseok y Tae también tendrán un hijo… Es genial—

Jimin sonrió también, recordando cómo sus amigos estaban creando sus propias familias. Era una sensación cálida, reconociendo cómo, aunque el mundo había cambiado, todo parecía estar encajando.

Jungkook, mirando los ojos brillantes de su esposo, se inclinó hacia él y le dijo con una sonrisa juguetona —Y… ¿sabes qué? Creo que nosotros también deberíamos tener otro—

Jimin abrió los ojos con sorpresa, sin entender del todo a dónde quería llegar Jungkook.

—¿Otro? Pero… Yoongi está tan pequeño aún… —dijo, con la inocencia característica de su ser, mirando a Jungkook como si aún no comprendiera lo que le sugería—Además no sabemos si es posible —

Jungkook soltó una risa suave, con ese brillo travieso en sus ojos, y en un rápido movimiento se giró hacia Jimin, casi dejándolo debajo de él. Sus rostros quedaron muy cerca, y Jungkook susurró al oído de Jimin, su aliento acariciando su piel.

—Podemos intentarlo… Y importa si no lo logramos, solo te aseguro que nos vamos a divertir mucho en el proceso —le susurró, dándole un dulce beso en el cuello.

Jimin, aunque todavía no entendía todo lo que Jungkook quería decir, comprendió un poco la intención detrás de sus palabras. Rió suavemente, un sonido ligero y lleno de felicidad, y lo miró con complicidad.

—Jungkook, no quieres otro bebé… lo que realmente quieres es que lo hagamos, ¿verdad? —dijo, con una sonrisa coqueta.

Jungkook se rió a carcajadas y comenzó a darle besitos en el rostro y la barbilla de Jimin, disfrutando de cada pequeño gesto de cariño.

—Mis intenciones son buenas, lo prometo —respondió, mientras sus labios recorrían suavemente la piel de su esposo.

Jimin, ahora riendo con más fuerza, le dijo en tono juguetón—Claro que no, Jungkook… no te hagas el inocente—

Jungkook se detuvo un momento, con los ojos brillando de diversión, y luego le susurró con una sonrisa cómplice—Silencio, o vas a despertar al bebé—

Jimin sonrió, y sin pensarlo dos veces, lo besó profundamente. Un beso lleno de amor, de confianza, de todos los sentimientos que habían compartido durante tanto tiempo.

—Te amo, Jungkook —dijo Jimin, con una sonrisa sincera, abrazándolo más fuerte.

Jungkook, con la voz suave, le respondió mientras lo abrazaba con fuerza —Te amo mucho más, Jimin. Muchísimo más—

Y en ese momento, entre risas y besos, se dieron cuenta de que su vida juntos, aunque al principio fue inesperada y difícil, era más hermosa de lo que jamás habrían imaginado.

Una vida tranquila, rodeados de amor, y con la promesa de seguir creciendo juntos, sin importar lo que el futuro les deparara.

Hola mis amores, por petición suya, vamos a tener unos extras, este es el primero, ya que es cierto que durante la historia no tuvimos muchos momentos de Jungkook y Jimin siendo pareja y viviendo su sueño juntos.

Espero les haya gustado ❤️

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