Capítulo 5

Jimin había descubierto que se volvería adicto a las duchas, amaba la sensación que quedaba en su cuerpo después de un baño.

Había despertado en la celda de aislamiento, y para su alivio no había señales del comandante en ningún lado.

Si embargo un miembro del escuadrón cerbero lo hizo despertar, lo llevo a ducharse, le entregó otra ropa limpia,  y luego le dio su desayuno, además de que no le habían vuelto a poner esposas.

Y ahora estaba de nuevo en su celda acostado en la cama sin hacer nada, le gustaba su calma, y estar sin hacer nada, los humanos lo llamarían flojo, pero lo era, por eso prefería que sus huéspedes fueran plantas, no tenia que hacer mucho esfuerzo para sobrevivir, obtenía nutrición del suelo, y el roció y lluvia jugaban su papel.

Suspiró, aunque estaba feliz de haber ayudado a Hoonie y ahora podría mantener su cuerpo a salvo, extrañaba un poco su vida como una plantita, sus flores azules olían delicioso, algún día saldría de esta ciudad de humanos y volvería a oler el dulce aroma, con ese pensamiento volvió a quedarse dormido.

—Park Jimin, levántate — Su tranquilidad no duró mucho, porque al parecer lo llamo con el pensamiento y quién estaba parado frente a su cama era el Jeon Jungkook.

Jimin entre dormido arrugó su nariz y frunció el ceño, observando esa mirada oscura, entonces recordó a que le recordaba.

—Sus ojos parecen los de un halcón— Murmuró distraído, en ese momento abrió los ojos sentándose en cama.

¿Lo había dicho o lo había pensado?

El Comandante Jeon lo miró entre asombrado e incrédulo de lo que salió de su boca —¿Mi ojos son como los de un halcón? —Preguntó su voz fría, y cara inexpresiva.

El rostro de Jimin se tornó completamente rojo,  abrió y cerró su boca balbuceando e intentando explicar su comentario para no ofender al Comandante, es si se molestaba podia eliminarlo.

 — Lo siento mucho, —Murmuró Jimin buscando las palabras adecuadas — Lo que quise decir es que los halcones son conocidos por ser cazadores muy inteligentes, tienen una visión increíblemente aguda y son muy astutos, así que… bueno, pensaba que sus ojos me recordaban a eso. No era una crítica, solo una observación sobre lo impresionantes que son los halcones y usted— susurró mordiéndose el labio inferior.

El Comandante Jeon lo observaba, manteniendo su seriedad, pero una leve alza en las cejas, y si Jimin no hubiera estado tan nervioso, probablemente habría notado el atisbe de diversión en la mirada de Jeon y la leve sonrisa que ocultaba.

—Entiendo ¿Y según tu eso es un halago? — Preguntó irónicamente.

—S-si…

—Es un halago un poco grosero y ofensivo, ya que, me estas comparando con un animal, pero está bien, lo dejaré pasar — Dijo chasqueando la lengua.

Jimin tragó grueso y asintió.

—Toma — le tendió una hoja de papel — Muestra esto al guardia de la entrada, y tienes que ir a notificar que perdiste el brazalete para que te entreguen otro, puedes irte—

Jimin abrió los ojos al tope, ¿así nada más? — ¿Pasé la prueba? —

—Por ahora —Respondió el comandante entre dientes señalándole el pasillo de salida.

La ciudad comenzaba a despertar, y aunque el bullicio aún no llenaba las calles, Jimin se movía con cautela, intentando imitar los pasos apresurados de los pocos humanos que veía, con los recuerdos y conocimientos de Hoonie, intentaría pasar por un humano más, Sabía que debía dirigirse a la oficina de seguridad, el lugar indicado para reportar su situación.

Encontrar la oficina no fue fácil. Su sentido de orientación, que no era exactamente humano, lo llevó a vagar por un par de calles antes de ver el discreto edificio gris con las letras "Oficina de Seguridad" grabadas sobre la puerta.

Jimin se acercó al mostrador, donde una mujer con una expresión cansada lo miró por encima de sus gafas—  ¿En qué puedo ayudarte? —

—Perdí mi brazalete de identificación— dijo Jimin, tratando de sonar tranquilo y formal, aunque sentía que su voz temblaba ligeramente— Vengo a reportarlo—

La mujer levantó una ceja, como si la declaración no fuera inusual pero tampoco de su agrado y tecleó rápidamente en su computadora, haciendo un gesto para que Jimin esperara.

 Después de unos minutos, le entregó un formulario y un bolígrafo. —Llena esto. Necesitamos constancia de la pérdida—

Jimin tomó el bolígrafo, sus dedos sudorosos haciéndolo resbalar un poco,  el formulario era largo y lleno de preguntas complicadas, y Jimin hizo su mejor esfuerzo para completarlo, después de lo que pareció una eternidad, lo entregó de vuelta.

—Bueno, — dijo la mujer después de revisar el documento, — te emitiremos una constancia temporal que certifica que reportaste la pérdida del brazalete. Sin embargo, no podemos darte uno nuevo de inmediato—

Jimin sintió un ligero pánico subiendo por su pecho, el brazalete era muy importante al parecer —¿Cuánto tiempo debo esperar? —

—Un mes —La mujer le entregó una hoja sellada —Durante ese tiempo, tendrás que llevar este documento contigo a todas partes. Si te detienen, lo muestras como prueba de que reportaste la pérdida—

Un mes sin el brazalete. Jimin asintió, aunque su mente daba vueltas. No sabía si sería capaz de evitar sospechas durante tanto tiempo. —¿Y no hay forma de que pueda obtener el brazalete antes? —

La mujer lo miró con una mezcla de cansancio y escepticismo. —No. Es el procedimiento estándar si pierdes tu identificación, debes esperar. Hasta entonces, procura no perder esa hoja también—

Jimin tomó la hoja como si fuera una pieza vital de su supervivencia, guardándola cuidadosamente en su bolsillo, su rostro tuvo develar algo, porque la mujer soltó un suspiro.

—Mira chico, esto ya deberías saberlo, pero tú brazalete es indispensable, sin el no puedes identificarte, tampoco puedes tener comunicación con los demás y sobre todo no puedes hacer ninguna transacción financiera — Lo observó detenidamente —¿Tienes trabajo? —

Los ojos de Jimin se pusieron acuosos y negó con la cabeza.

—Bueno, hay un trabajo que no es muy popular, pero te dan la opción de pagarte con las comidas diarias, al menos durante un mes no tendrás ingresos, pero no morirás de hambre — Le dijo ella — Ve al complejo agrícola, hay vacantes para cuidar los cerdos—

¿Cuídar cerdos?, había algo en los recuerdos de Hoonie sobre eso, al parecer Bang, uno de sus amigos odiaba ese trabajo, pero suponía que no tenía otra opción.

Volver al complejo militar no era factible, además ya había pasado la prueba, y pensar en el comandante Jeon le ponía los vellos de puntas.

Mientras caminaba por las calles, intentaba concentrarse en cada detalle de los humanos que lo rodeaban. Los gestos, las sonrisas fugaces, las conversaciones al pasar. Ahora más que nunca, debía imitar cada uno de esos gestos con precisión, porque cualquier error podría costarle la vida.

Le dolían sus pies cuando llegó al complejo agrícola, al parecer para todo se necesitaba dinero, para el transporte, para comprar agua, dinero digital, ya que el físico había sido prohibido hace mucho, según los conocimientos que tenia, porque eran foco de contaminación.

Y el no tenía un brazalete, no era justo, hizo un puchero, quería ir al bosque y ser una planta otra vez.

No fue difícil dar con el criadero de los cerdos, el lugar apestaba mucho, su estómago se revolvió.

—¡Hey¡, ¿Qué haces por aquí? — Le preguntó un chico de cabello rojiso, saludándolo con la mano.

Jimin tragó grueso aunque el rostro no se le hacia conocido —Vengo por la vacante para cuidar cerdos— Dijo jugando con sus dedos.

—Oh, yo también, mi nombre es Jung Hoseok, ¿Cómo te llamas tu? — Preguntó el chico dándole una sonrisa dejando ver un par de hoyuelos.

—Park Jimin — Susurró.

—Está bien, no sea tímido, vamos a ver al jefe, es bueno que no muchos se postulen a este trabajo así que no tenemos competencia — Soltó divertido—

El jefe resultó ser un hombre de mediana edad, su rostro estaba con un bigote y su barba larga que le llegaba al pecho, su voz no era tan agradable y sus dientes amarillos, fumaba un cigarro sin parar.

—Carne fresca— Dijo lamiendo sus labios al verlos.

Eso hizo que Jimin se sintiera incómodo.

—Venimos por las vacantes como cuidadores de cerdos — Anunció Hoseok.

—Bien, yo soy Rob, y este de aquí es mi hijo Taemin — Dijo poniéndole una mano sobre el hombro a un chico de cabello negro — Los últimos renunciaron el primer día, vamos a ver cuánto duran ustedes— dijo en tono burlesco.

Taemin se apartó del agarre de su hombro con una expresión no muy cómoda —Chicos, soy Lee Taemin—

—Somos Hoseok y Jimin— El chico de cabello rojo hablo primero con una sonrisa.

—Síganme, les daré las indicaciones y los implementos de trabajo — Dijo moviendo la cabeza.

Jimin se encogió de hombros, al parecer no era tan difícil conseguir un trabajo para los humanos.

….

Después de un par de horas Jimin entendió porque renunciaban y la razón por la que este trabajo no era popular.

Los cerdos era un poco ruidosos, olían mal, estaban en el lodo, comían desperdicios y otros alimentos que no eran para nada apetitosos.

Había que limpiarlos, lavar su heces, cargar su comida mal oliente, cambiarlos de un lugar a otro, los cerditos pequeños eran adorables, pero sus madres daban miedo.

Usaban botas de caucho, y guantes, además el calor era infernal, por lo que para el medio día estaba empapado de sudor y sus manos tenían ampollas.

Afortunadamente se curaban muy rápido, aunque no debía permitir, que Hoseok ni Taemin lo notarán.

—Voy a renunciar, esto es muy difícil — Murmuró Hoseok dejando los guantes de lado y respirando hondo.

—¿Vas a renunciar? — Le preguntó Taemin preocupado.

Hoseok se rio — Si pudiera lo haria, pero me han despedido a todos mis trabajos, esta es mi unica opción y estoy en bancarrota— Murmuró negando con la cabeza.

—¿Y tú qué piensas Jimin? —

—Yo, necesito el trabajo — contesto simplemente.

Taemin pareció verse aliviado.

—Vamos al comedor, es hora de almorzar, luego terminamos — Los invitó Taemin.

Hoseok fue el primero en saltar emocionado.

El sol del mediodía atravesaba las pequeñas ventanas del comedor, proyectando sombras largas sobre la mesa donde ellos almorzaban.

El lugar no era gran cosa, solo un espacio funcional para los trabajadores del complejo agrícola, el olor persistente a tierra, a lodo y, claro, a cerdos, se filtraba incluso hasta en los momentos de descanso, no era agradable, pero al parecer esto ahora sería su realidad diaria, al menos por un mes.

La comida que servían en el comedor, no estaba mal, pero tampoco era tan buena como la del complejo militar, Jimin hizo un puchero.

Sin embargo ahora también entendía la razón por la cual cuidaban a los cerdos, la carne era deliciosa y jugosa.

Hoseok miraba su plato con una mezcla de resignación y apatía mientras removía las papas frías con el tenedor.

El sonido de los militares patrullando, hacía eco desde la entrada del comedor. Hoseok dejó caer el tenedor en su bandeja con un clank metálico y suspiró profundamente, rompiendo el incómodo silencio.

—Debí hacerle caso a mi mamá cuando me dijo que debía estudiar —Soltó resignado— O al menos ser más valiente y enlistarme en el ejército, ser uno de los del escuadrón cerbero ahora seria genial—

—¿Te gusta la milicia Hoseok? — Preguntó Taemin.

—No, soy muy cobarde para eso, pensar en que un devorador me atrape— hizo una mueca — Pero los militares tienen buena vida hasta cierto punto—

—Aunque una bastante corta a veces…— Murmuró Taemin— Mi padre quería ser soldado, pero se infectó, murió antes de que yo naciera  —

Jimin solo los observaba hablar, no sabía cómo contribuir a la conversación.

—¿Rob no es tu padre? — Preguntó Hoseok.

—No, es mi padrastro — Dijo entre dientes.

Entonces la mesa volvió a quedar en silencio por un rato más, hasta que de nuevo el parlanchín Hoseok volvió a hablar.

—¿Sabes qué ?—dijo con la voz cargada de amargura—, a este paso  vamos a quedarnos solteros para siempre —Murmuró.

—¿Por que lo dices? — Preguntó Taemin.

Hoseok señaló con la cabeza hacia la puerta, había un par de patrulleros rodeados de varias mujeres — A las chicas les gustan los tipos rudos, ya sabes, los que salen fuera de la ciudad, matan infectados y vuelven como héroes. Y mientras ellos cuentan sus historias gloriosas, nosotros... nosotros estamos aquí, enlodados hasta las rodillas, cuidando cerdos—

Taemin que estaba en el proceso de beber de su botella de agua, asintió de forma dramática antes de dar un trago largo. Dejó la botella sobre la mesa y soltó un suspiro resignado.

—A ellas les atrae cuánto tienes en tu cuenta, entre más alto el rango más dinero hay —Espetó Hoseok con tono cargado de frustración—Cuando llega un escuadrón como Cerbero, incluso algunos chicos corren a saludarlos, bueno no los juzgo, también lo aria si hubieran mujeres en ese escuadrón—

—¿Por qué? — Jimin no comprendía.

—Ya sabes, el estatus, si logras conquistar un militar, tendras los mismos derechos de tu pareja, te podrías mudar al complejo militar a las casas para las familias de los soldados, ahí la vida es mejor— Hoseok se encogió de hombros— muchos lo intentan, pero pocos lo logran, los militares son muy selectivos, ellos pueden darse ese lujo—

—Todos desean el tan anhelado brazalete militar— Murmuró Taemin.

Jimin levantó una ceja —¿Brazalete militar? —

—¿No lo sabes?, cuando te casa con un militar, este te sede uno de sus brazaletes que hace juego con el suyo, vienen pares, y con ese obtienes muchos beneficios, bueno depende del rango que tenga el esposo— Explicó Taemin.

Hoseok suspiró —Los militares ganan más dinero, y nosotros, ¿qué tenemos? Un trabajo que nadie valora, con un sueldo que apenas alcanza para cubrir la comida, Eso sin contar que, en vez de armas, estamos rodeados de cerditos todo el día. — negó con la cabeza.

Jimin dejó su tenedor a un lado, frunciendo ligeramente el ceño como si tratara de procesar lo que estaba escuchando, sentado frente a ellos, parpadeaba con una mezcla de curiosidad y desconcierto, los militares se arriesgaban mucho al salir de los muros, y que sus parejas obtuvieran beneficios suponía que era bueno.

Pero todavía le costaba comprender algunas sutilezas de la sociedad humana, aunque haría un esfuerzo por parecer más humano cada día.

—Pero… cuidar de los cerdos es importante, ¿no? —dijo con ese tono inocente — Son una fuente de alimento. Si no los cuidamos, la ciudad no tendría carne. ¿No deberían vernos como héroes por mantenerlos sanos y seguros? —

Hoseok dejó escapar una carcajada corta, se inclinó hacia Jimin, mirándolo directamente a los ojos con una expresión divertida.

—¡Oh, claro! Héroes del criadero. Estoy seguro de que las chicas en la ciudad están ahí fuera, soñando con chicos que huelen a lodo y cerdo. Nada como un buen aroma a estiércol  para ganarse el corazón de alguien. —Su sarcasmo resonaba en cada palabra.

Taemin  asintió con una sonrisa forzada, tomando un bocado de su sándwich. Se encogió de hombros mientras masticaba lentamente.

—Sí, justo lo que quieren escuchar en una cita: 'Hoy limpié el chiquero más grande de todo el complejo.' Súper sexy. —

Jimin sin entender del todo la ironía, permanecía serio. A él le parecía que su trabajo era esencial, y seguía sin comprender por qué eso no era atractivo.

—No lo entiendo —replicó, inclinando la cabeza como si aún estuviera procesando la conversación— Sin nosotros, no habría comida. Este trabajo parece muy importante —

Hoseok se llevó una mano a la frente, claramente entretenido por la confusión de Jimin, pero al mismo tiempo incapaz de tomárselo demasiado en serio.

—Jimin, amigo, las chicas no sueñan con tipos que cuidan cerdos y se cubren de lodo, sueñan con los valientes que salen a matar infectados, que ganan mucho más dinero que nosotros y tienen historias que contar sobre cómo salvaron el día. Mientras tanto, nosotros... nosotros tenemos nuestros cerditos —Terminó con una sonrisa agria mientras levantaba su vaso de agua en un gesto irónico de brindis.

Taemin se unió al gesto con una sonrisa resignada, levantando también su vaso.

—Y no olvidemos el olor...—añadió—, Nada como el buen aroma a desperdi para impresionar—

Jimin se quedó pensativo por un momento, como si de verdad intentara encontrar una solución al dilema. Después de todo, las cosas humanas siempre tenían una lógica, ¿no? Si los cerdos no eran lo suficientemente impresionantes, tal vez podrían hacerlos más útiles. Jimin miró a sus compañeros con seriedad.

—Tal vez podríamos entrenar a los cerdos para que peleen contra los infectados, —sugirió con toda la inocencia del mundo— Podrían ayudar en combate. Son inteligentes, después de todo—

El comentario dejó a Hoseok en silencio por unos segundos, antes de que estallara en una risa incontrolable, golpeando la mesa con la mano.

—¡Cerditos guerreros! —Canto ahogaba de risa — Eso sí que llamaría la atención. “Este es mi cerdo de batalla, se enfrentó a un infectado y ganó” ¡Imagina las caras! —

Taemin riendo también, fingió alzar un tenedor como si fuera una espada.

—Aquí está mi cerdito campeón. ¡El rey del lodo y la supervivencia apocalíptica! — soltó entre carcajadas.

Jimin aún serio, se limitó a asentir. No entendía del todo por qué se reían tanto, pero si sus compañeros se sentían mejor, entonces todo estaba bien.

—Podría funcionar  —dijo finalmente— Solo necesitan la oportunidad de demostrarlo—

Hoseok seguía riendo, secándose las lágrimas con el dorso de la mano, y puso una mano en el hombro de Jimin

—Jimin, eres un genio… pero no creo que las chicas vayan a caer por eso. Al final del día, siempre preferirán a los que salen a luchar. A nosotros solo nos queda el lodo, los cerdos... y tal vez un día, nuestros 'cerditos guerreros'. —

Taemin sonrió, encogiéndose de hombros mientras volvía a su almuerzo.

—Sí, mientras tanto, seguiremos siendo los reyes del criadero de cerdos —

Jimin esbozó una pequeña sonrisa al escuchar eso. Quizás, algún día, incluso los "reyes del criadero de cerdos" encontrarían su propia gloria.

Y llegó a la conclusión de que le agradan mucho Taemin y Hoseok, ahora tenia dos nuevos amigos humanos, además de Hoonie.

Hola mis amores, aquí les dejo un poco más de la aventura de Jimin intentando parecer humano, ya hizo dos amigos me siento tan orgullosa de nuestro precioso simbionte.

Nos leemos pronto.

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