Me gusta creer en el futuro, tal vez demasiado.

Soy ese tipo de persona que fantasea con el futuro, sin necesariamente ser algo bueno o probable, solo me gusta pensar en las infinitas probabilidades que captan nuestros futuros yo.

Por ejemplo, la semana pasada tuve un episodio de, como me gusta llamarle, "crisis del sueño", que, en resumidas palabras, es el hecho de no poder dormir a causa de que mis pensamientos se pierden demasiado, y prefiero continuarlos a quedarme dormida.

La verdad, este tipo de situaciones pasan bastante en mi vida, pero nunca habían durado tanto como una semana entera, y, aunque al dìa siguiente era difícil hacer todo lo que tenía que hacer con energía, me hizo darme cuenta en todo el tiempo que paso pensando en el futuro.

Los primeros días, me imaginé siendo infeliz, y siguiendo la carrera en la que se no voy a crecer. Realmente este tipo de pensamientos no son un problema para mí, porque es solo una posibilidad, no la realidad.

Durante más días, me imaginé inclusive, haciendo algo que e querido desde mucho tiempo: mudarme. Entre más pienso en el futuro, más me voy dando cuenta que realmente, nada esta dicho, y hay tantas probabilidades a la vuelta de la esquina que es imposible saber cual será la elegida para tu vida.

Pero, es divertido imaginarlo, o por lo menos a mi me divierte.