No te amo

¿Debería hacer algo? — pregunté mirando al techo — ¿Debería intentarlo?... pa-papá no sé que hacer

Taehyung se había ido hace horas, si esto hubiera pasado hace mucho hubiera intentado escapar de nuevo, pero siento que ya no tiene caso, siento que simplemente debería quedarme aquí.

¿Cómo estarán todos? — pregunté cerrando mis ojos — me gustaría comer algo de helado, ir al cine, jugar con Jimin y luego ir a comer con mis padres... — dije sonriendo, imaginado a Jimin burlándose de mí y a mis padres junto a mí

El día pasó y simplemente me quedé mirando el techo, ya era demasiado tarde y Taehyung no llegaba, era raro. Salí del cuarto solo para tomar algo, tenía sed, además de paso vi la hora, eran casi las once. Caminé hasta la cocina y agarré la jarra, pero antes de siquiera servirme vi uno de los cajones de la alacena.

Sus pastillas — dije intentando abrir la caja — está cerrada con llave...

Forcejé y al final logré abrirla con el cuchillo de la cocina, fue difícil pero pude abrirlo y ver los envases de pastillas que él tenía.

Es la única forma — dije viendo las pastillas — de ese modo podré... escapar de él, debo de hacerlo — dije sintiendo mis manos temblar

○●○●⊙●○●○

Todo listo — dije metiendo todo al auto

Eran las tres, había tardado pero fue porque no sabía que carpa elegir, habían tantos colores hermosos que seguro le gustarían mucho a Jungkook. También habían peluches y otras cosas que compré, pero en especial compré lo esencial, como soga, mochilas y ropa para ambos.

Vámonos ya — dije subiéndome al auto

El camino a casa fue tranquilo, me sentía feliz, sabía que poco a poco todo se arreglaría, Jungkook y yo empezaríamos de cero en otro lugar, los dos íbamos a ser felices en otro lugar.

Cuanto te amo... — dije viendo el camino oscuro — Jungkook, yo estaré siempre contigo, tú también estarás siempre conmigo... — dijo metiendo una de mis manos a mi bolsillo, sintiendo en el esa pequeña cajita de color azul que dentro suyo tenía el anillo de compromiso que había comprado — seremos muy felices, te lo juro Jungkook, tan felices — dije suspirando, no podía ocultar mi felicidad

Manejé durante mucho tiempo, quería hacerlo con calma, estaba preparando mis palabras, quería expresarle a Jungkook todo mi amor, quería decirle todo lo que siento, tenía todo listo.

Nunca había sido tan feliz papá, nunca había sido tan feliz... él me ama, alguien me ama — dijo sintiendo mis lágrimas brotar — siento que todo es muy hermoso, se siente tan irreal... — dije sonriendo a más no poder

Al llegar a casa bajé con las rosas que había dejado en el asiento trasero, respiré profundo y caminé hasta la puerta, ya eran las casi las cinco, el cielo empezaba a salir, ya muy pronto sería verano.

Entré listo para ir a buscar a Jungkook al cuarto y proponerle lo que tanto anhelaba mi corazón, pero me detuve al verlo recostado en el suelo.

Jungkook... — dije acercándome a él, dejé el ramo a un costado y me saqué mi saco dejándolo todo en el suelo — ¿Jungkook? — pregunté tocando su mejilla — estás helad... — no terminé mi oración al ver cerca de él mis frascos de pastillas — no... — negué queriendo no pensar lo peor, queriendo borrar de mis pensamientos esas ideas — no, Jungkook no haría eso — dije intentando sonreír, intentando pensar que esto es un juego de mi dulce omega — Jungkook despierta, ¡JUNGKOOK MALDITA SEA ABRE LOS OJOS! — grité golpeando la pared — ¡JUNGKOOK MÍRAME!, ¡JUNGKOOK!

No sabía que hacer, no podía llevarlo a un hospital, la autopista estaba a una media hora de aquí pero no podía llevarlo a un hospital, no quería hacerlo. Me lo quitarían, estoy seguro de eso, lo alejarían de mí para siempre y no quería eso.

No sabía qué hacer, tenía medicina pero no es suficiente y el ver a Jungkook consiente no me ayuda y no me deja pensar, no podía siquiera sentir su palpitar y eso ya me estaba volviendo loco.

¡JUNGKOOK! — grité sin saber que hacer — ¡AHHH! — me empecé a jalar el pelo de la desaparición — ¡JUNGKOOK RESPONDE!... Jungkook — 

Debía de hacerlo, debía de llevarlo a un hospital o si no lo perdería, y si lo pierdo de ese modo jamás podré volver a recuperarlo, no quería eso, no podría vivir sin él.

Vo-voy a salvarte — dije acercándome a él para cargarlo y llevarlo al auto

Me preparé para cargarlo, puse ambas manos a sus costados, pasé una por su brazo derecho hasta su cintura y con la iba a sostener sus piernas pero de inmediato sentí como algo se incrustó en mí.

Ju-ungkook... — dije sintiendo como algo filudo se incrustaba cada vez más

¿Te-te duele eso? — escuché la voz de Jungkook en mi oído

○●○●⊙●○●○

¿Ju-ungkook qué es lo que haces? — preguntó intentando alejar mi cuerpo de él pero yo solo me puse encima de él, haciendo que el cuchillo se hunda aún más

Había funcionado, había funcionado mi plan, había funcionado y no podía estar más feliz.

Dijiste que un cuchillo no podría matarte... estabas equivocado, Taehyung — dije viéndolo fijamente, sintiendo como de mí brotaba una sonrisa

Ju-ungkook...

Eres un maldito loco, Kim Taehyung — dije sonriendo — y tu padre tenía razón, nunca nadie en tu maldita puta vida te va amar, nunca nadie te va amar maldito loco, eres despreciable — dije sintiendo mi cuerpo temblar de ira — ¡YO NUNCA TE AMARÉ!

Ju-ungkook... — dijo intentando alejarme de él — Jungkook, po-por favor, Jungkook...

¡DEJA DE DECIR MI NOMBRE! — grité sacando el cuchillo de su pecho para volver a incrustarlo — ¡DEJA DE DECIR QUE ME AMAS! — grité sin dejar de apuñalarlo — ¡DEJA DE ACOSARME!, ¡DÉJAME EN PAZ MALDITO LOCO!

Sentía odio, quería matarlo, lo iba ha hacer. Lo iba a matar porque me di cuenta que con uno de los dos vivos jamás podría ser feliz, me di cuenta que si él está vivo yo nunca sería libre, todo de él me enferma, me di cuenta de que odio todo de él y solo mi odio es lo que él se merece.

¡TE ODIO!, ¡TE ODIO TANTO! — grité sin dejar de apuñalarlo

Ju-ung...

Muérete de una vez, hazlo ya maldito loco — dije viéndolo fijamente

Te-te amo

Yo no, ¡NO TE AMO!, ¡ENTIENDE! — grité harto — ¡SOLO SIENTO ASCO CUANDO TE VEO MALDITO CERDO!, ¡ME ARRUINASTE LA VIDA!

Te a-amo-mo... — dijo estirando su brazo, tocando mi mejilla y manchándola de sangre — e-eres hermoso

Empezó a botar sangre de la boca, se empezó a ahogar con su propia sangre, sus ojos, fríos como el hielo se empezaron a apagar, se quedó sin voz. Todo a mi alrededor fue silencioso después de eso, todo se sintió en paz.

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