Al llegar al hotel en el cual se hospeda Charlie, Michael le envía un mensaje a la chica. Ella no tarda más de cinco minutos en bajar. Al ver al chico se acerca y le abraza desde atrás. Él se gira levemente para verla y sonríe ampliamente.

- Pero que sonrisa tan bonita tienes, gatito. Eres tan... dios mío - Charlie le da un beso en la mejilla al chico -. ¿Vamos a ir a por pizza?

- Sí, te llevaré al sitio donde hacen la mejor pizza de todo Sydney.

- ¡Yay! Que hambre tengo, por dios.

Los dos se ponen a caminar, en la dirección que lleva Michael. Ella, al dar solo un par de pasos, agarra la mano del chico, haciendo que a éste se le acelere el corazón de tal manera que siente que va a caerse al suelo del mareo.

- ¿Puedes salir así, libremente? ¿No tenéis que hacer algo o los profesores os controlan o algo?

- No, teníamos desayuno en el hotel y libre hasta esta tarde que vamos de visita a un parque natural o algo así... con escalada, descenso de barranco, y cosas así...

- Que guay - sonríe él, pensando que su único plan para aquella tarde es quedarse en casa jugando a Battlefield 4.

- Cherry - oyen a una voz llamando a la chica, por lo que los dos se sueltan las manos y se giran hacia un par de chicas de unos 16 años -, ¿te haces una foto con nosotras? - pide una de ellas.

- Claro - sonríe la rubia, acercándose a las chicas -. ¿Puedes hacer la foto, Michael?

- Sí, por supuesto...

Las chicas le tienden un móvil a Michael y luego se ponen junto a Charlie, posando para las varias fotos que les toma Michael. Él aprovecha el momento para admirar la figura de la rubia que tanto le gusta. Lleva una falda blanca, que contrasta con lo morena que se ha puesto su piel durante el viaje. A Michael, personalmente, le encanta el corto top negro que lleva. Es ajustado a su pequeña silueta. Encima lleva un corto kimono rosa abierto, a conjunto con los tacones que lleva.

- ¿Ese es tu novio, Cherry? - le pregunta una de las chicas cuando él le devuelve el móvil.

- ¿Qué? No, no... solo somos amigos - sonríe la chica.