- Heeey rubia - saluda Jeff a su amiga, cuando ésta entra en la habitación de hotel que comparten, con los brazos cargados de bolsas -. ¿Y éste ataque repentino de compradora compulsiva que te ha dado? ¿Qué ha pasado? Solo compras así cuando estás triste.

- No lo sé... - dice ella, haciendo un puchero, a la vez que deja las bolsas sobre su cama.

- Ven aquí y cuéntale a mamá Jeffy qué pasa... - le responde su amigo, dando golpecitos en la cama de él, para que ella se siente.

- Bueno... ¿recuerdas el chico del que te hablé? - empieza la rubia, sentándose al lado de Jeff - El del pelo rosa.

- Sí, sí... me acuerdo. El chico malote del piercing, grr.

- Bueno, pues vino a visitarme hace un par de noches. Se coló en el hotel y nos hicimos varias fotos juntos.

- Las he visto en Instagram - asiente -. ¿Dónde está el problema?

- Empezamos a hablar por mensaje privado en twitter y me dijo que vendría a verme al día siguiente, cuando fuimos a visitar la ópera - especifica -, pero no apareció. Luego le empecé a hablar por mensaje de nuevo, y me dejó de seguir, así que no puedo hablarle más - dice la chica, haciendo un mohín triste.

- ¿Y por qué ha dejado de seguirte? ¿Qué le has dicho?

- ¡Nada malo! Yo solo le dije que bueno... - la chica se sonroja levemente, sintiéndose tonta - que era muy mono... por lo que hizo de teñirse el pelo por mí - aclara -, y que muchas veces había intentado contestarle, pero me había dado vergüenza.

- Hey, hey, hey... detente un momento... ¿Te gusta ese chico?

- No, Jeff, es solo un... ¿fan?... Sigue sonando extraño.

- Preciosa, te has sonrojado. Y tartamudeas. Y la última vez que te oí llamar a un chico "mono" empezaste a tener novio.

- ¡Bueno, es que es muy mono, Jeff!

- ¿Y qué pasa con Aleksander?

- ¡Nada! O sea... No pasa nada con Michael, yo sé que estoy saliendo con Aleks, y no debería haber ningún problema porque piense que haya un chico muy mono... ¿no?

- No mientras no le engañes... porque no le has engañado, ¿no?

- ¡Claro que no!

- Ah vale, ya me había asustado... - Jeff se levanta y mira a su amigo - se te olvidará en cuanto nos vayamos de aquí, rubia.

- ¿Sí? ¿Tú crees? - pregunta ella, no muy convencida.

- Claro que sí. Ahora venga, ve a ducharte, que hemos quedado con las chicas para ir a la fiesta de blanco en la discoteca que nos han recomendado.

- Ay, no me apetece salir de fiesta...

- ¡Venga, por favor, deja de ser tan tonta, rubia! Ve a vestirte, bien bonita. Pero no te pongas sexy que toda la noche tendrás moscardones a tu alrededor y no te dejarán bailar conmigo.

- Vale, vale... ¡A pasarlo bien!