36. life

Michael sale a último momento del ascensor, justo antes de que las puertas del ascensor se cierren, dejando ahí dentro a todas las demás chicas que habían entrado a la vez que Cherry. El chico camina algo por detrás de la rubia, sintiendo como le tiembla cada centímetro del cuerpo. Se siente tan nervioso que cree que puede hasta ponerse a vomitar.

Cherry se detiene frente a la puerta de su cuarto y empieza a buscar en su bolso la llave de su habitación. Michael sigue acercándose y, justo cuando la chica está a punto de introducir la tarjeta en la ranura, él la llama.

— Cherry – pronuncia Michael, con la voz temblorosa. La rubia se gira hacia él y le mira, reconociéndole al instante.

— ¡Gatito! – chilla con la voz aguda – Pensaba que nunca te acercarías. Era extraño verte desde lejos.

— Y-yo... – tartamudea Michael, sin atinar a decir nada.

— ¿Quieres una foto? – dice ella, sonriéndole levemente, intentando hacer que el chico se calme. Michael solo puede asentir con la cabeza – Ven aquí – Cherry le hace señas de forma exagerada, debido al alcohol.

Michael se acerca a la rubia mientras ella saca su propio móvil. El chico se pone al lado de la chica, ella le besa la mejilla, ante la tímida cara de Michael, con las mejillas sonrojadas, toma la foto. Luego Cherry pega su mejilla a la de Michael y saca la lengua, antes de tomar otra foto. Luego sonríe, y toma una más. Finalmente, Michael mira a Cherry y ella le mira a él, sonriéndose mutuamente antes de tomar una última foto.

— Gracias... – murmura Michael, algo nervioso.

— No es nada... – sonríe ella – subiré las fotos para que puedas guardarlas, ¿vale?

— Gracias... – repite el chico.

— Me gusta tu pelo rosa – sonríe la chica, acariciándoselo.

— Gracias... – murmura nuevamente.

— ¿Sólo sabes decir gracias? – comenta la chica, con humor.

— Graci... digo... no, no... Estoy muy nervioso – confiesa.

— Aow, no estés nervioso – sonríe la chica, enternecida –. Soy una chica normal, de verdad.

— No, eres la chica más guapa que he visto en mi vida. Eres más guapa incluso en persona que en vídeos.

— Ay, gracias, gatito – agradece la rubia, pellizcándole levemente la mejilla –. Pero ahora deberías irte, no puedes estar en el hotel y si te pillan aquí dentro, podrías meterte en problemas.

— Sí...

— La próxima vez que vaya a algún sitio, ve, ¿vale? Así podré hablar más contigo – ofrece la chica.

— Vale...

— Buenas noches.

Cherry se acerca al chico y le da un fuerte abrazo, siendo tan dulce como es con el resto de sus seguidoras. Sin embargo Michael siente que va a morirse cuando la rubia está entre sus brazos, colgada de su cuello. Él la atrae más a su propio cuerpo y absorbe el acertado olor a cereza que ella desprende.

— Gatito... – le llama ella, cuando se separan un poco. Él solo puede pensar en que quiere que le invite a entrar a la habitación con ella.

— ¿Sí? – balbucea.

— Buenas noches – sonríe.

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