CAPÍTULO 2: QUERIDO HERMANO, QUE TE DEN

Betty en la foto(L)

BETTY

Aún seguía en un estado de shock que me hacía dar vueltas la cabeza. Aquel hombre parecía salido más de mi imaginación que de cualquier útero femenino. Desde luego si yo fuera su madre tendría mucho cuidado de que no le tocaran un pelo.

Había acabado mi jornada finalmente y me disponía a marcharme a casa. Mi hermano Colin había venido a vivir a casa unos días porque el casero le había echado de su piso además de que tal piso lo compartía con su novia. Era un buen comienzo para él porque no soportaba a esa tal Fionna.

Colin era programador pero su tienda de ordenadores no despegaba. Aunque era realmente bueno y sabía hacer algo más que arreglar ordenadores, él aun no había tenido la oportunidad que necesitaba para poder brillar. Esperaba que una buena empresa se fijara en él y que pudiera destacar en aquello para lo que tenía talento.

Desde el chasco de Fionna, él se había instalado en mi casa como por arte de magia pero no podía tratarlo de ocupa porque a fin de cuentas, él y yo compartimos útero. Si señores, Colin y yo éramos hermanos mellizos y ahora, después de 25 años, compartíamos de nuevo el mismo espacio.

Cuando abrí la puerta, casi caigo al suelo tras tropezar con un objeto sospechoso, ¿Qué diantre?

Al mirar abajo, un quejido me hizo frotar los ojos; era una pelota con la que un adorable gatito que parecía un tanto sucio, jugaba en el rellano de casa. Iba a llamar a Colin para preguntar pero al ver que salía del baño con una toalla al hombro y champú para gatos, en seguida supe que él había acogido a otro ocupa en mi casa.

Pero ese ocupa era más adorable.

-Colin, ¿De dónde sacaste a este gato?

Él puso una cara un tanto triste mientras que le daba el biberón. El animal tendría unas pocas semanas, y por el aspecto que tenía, no había conocido hogar alguno.

-Cuando volvía a casa de hacer la compra me tropecé con una caja. Unos maullidos desesperados me hicieron mirar dentro y vi que su madre había muerto. El pobre intentaba alimentarse de su madre pero no podía, así que tomé la decisión de traérmelo. Sé que debí haberte preguntado pero era incapaz de dejarlo donde estaba.

-Has hecho bien hermano, yo hubiera hecho justo lo mismo.

Él me miró con una media sonrisa y me dijo con retintín:

-Sé bien que cualquier cosa que tenga rabo te lo traes a casa.

Colin se salvó de un enorme manotazo porque llevaba a ese pobre animal en brazos. Mientras que bañaba al pequeñín, comencé a pensar en un nombre que me causara gracia y que fuera perfecto para él.

Le di varias vueltas hasta que un anuncio de una revista me dio la solución; se llamaría Sugar.

Era un nombre adorable, perfecto y decía perfectamente lo que era: un gatito dulce y adorable.

Cuando Colin salió del baño, tenía más agua encima que el propio animal. Comencé a reírme de su cabello encrespado y de sus pantalones; parecía haberse meado encima.

-¿Has bañado a un gato o a una pantera de la selva amazónica?

Mientras que me reía, mi hermano secaba al pequeño que no paraba de removerse intentando huir de esa toalla. Era una escena tan graciosa que no pude evitar echarles una foto para subirlo a Instagram.

-Como subas eso a internet, juro que vas a acabar con peores pintas que yo.

Un leve clic me indicó que ya había sido subida a la red y comencé a reírme al contrario que Colin. Eso pasaba por llamarme furcia delante de un pobre animal inocente....

-Betty, me las vas a pagar en el momento más inesperado, tú espera y verás-Me dijo señalándome, pero con una sonrisa le dije:

-Hoy hay hamburguesa para cenar.

Entonces el rostro de Colin pareció suavizarse un poco. Desde luego si iba a vengarse de mí, la venganza iba a esperar al menos hasta después del postre.

-Te salvas porque cocinas de muerte.

-Me salvo porque yo soy tu casera-Le dije dándole un codazo mientras sacaba los ingredientes del frigo. Al menos él me había llenado la despensa de todo lo que él se había comido, lo cual era un detalle que apreciaba.

Mientras que Sugar se acomodaba en una pequeña caja que Colin había traído con sus cosas, ambos preparábamos la cena en silencio acompañados por el rumor de la televisión. Estaba de un excelente humor y esperaba que ese hombre volviera mañana a la consulta. No le dije nada a Colin acerca de ese hombre pero tampoco tenía la intención de hacerlo: de seguro se reiría de mí y me vería obligada a darle una buena tunda.

La cena trascurrió con tranquilidad hablando de cómo había ido nuestros respectivos días. Colin seguía buscando trabajo pero no tenía suerte. Yo por el contrario, estaba contenta con mi pequeña clínica que era solamente mía, aunque me había costado muchísimo ahorrar hasta conseguirla. Gracias a mi trabajo duro, había conseguido mi estabilidad.

Justo cuando íbamos a dormir, vi un anuncio en el periódico que decía que se necesitaba de un programador en una empresa de la zona. En seguida pensé en Colin, que dormía a pata suelta y con la boca abierta en el sofá. Era una excelente oportunidad para él y que por nada del mundo debía de desperdiciar. Enrollando la revista a modo de bate, le aporreé en la cabeza haciendo que se despertara de golpe:

-¿Qué porras te pasa? ¿Sabes que puedo morir de un infarto?

-Deja de decir idioteces y mira el anuncio; mañana te quiero en pie y listo para la entrevista. No me obligues a llevarte en coche como si fuera tu mamá.

Él comenzó a reír y me devolvió la revista acomodándose de nuevo en el sofá:

-No te preocupes mamá; estaré listo en un abrir y cerrar de ojos.

Bufé divertida, colocándole una sábana encima antes de ir a mi dormitorio. En el marco de la puerta, vi como lentamente Colin caía dormido y yo susurré:

-Eso espero hermano.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top