II

Título: Aceptación forzada.

Personaje: Hawks, Taishiro Toyomitsu (FatGum), Mirko (mención), Jiryo Rugi (Oc), Krista Litzer (Oc)

Ships: Hawks x Krista, Taishiro x Jiryo.

Advertencia: Engaño y ruptura.

Cantidad de Palabras: 1543.


La lluvia parecía intensificarse más con el paso de los minutos, los relámpagos prolongados anticipaban a los rezagados truenos que parecían resonar furiosos a lo largo y ancho de aquellas espesas nubes que cubrían la ciudad.

La joven azabache se encontraba en una de las bancas del parque, recibiendo las gotas frías contra su cuerpo, abrazaba sus piernas y miraba al frente, más se encontraba sumida en sus pensamientos.

El agua que recorría sus mejillas lograba camuflar perfectamente las tristes lágrimas que nacían en sus bellos orbes ambarinos.

—¡¡Krista!! ¡Por todos los dioses! —, el angustiado grito de una joven la quitó de aquel trance en el que se hallaba.

Los orbes de la alemana se cruzaron con los de la chica ante ella, siempre le parecieron fascinantes aquellos ojos camaleónicos que su amiga poseía, algo que le comentaba cada que tenía oportunidad.

Enfocó su vista al hombre junto ella, quien sostenía un paraguas el cual se apresuró a colocar sobre su cabeza para que ya no siguiera mojándose.

—¿Qué sucedió? ¿Por qué estás aquí? ¿Y Hawks? —cuestionó la contraria con cierta rapidez y un ligero tono de molestia.

Krista sólo la observó, sintiendo una nueva punzada de dolor en su pecho al oír el nombre del héroe número dos, aquel que se suponía, era su novio.

—No quiero hablar de eso, Jiryo. Lo siento por molestarlos a esta hora y con este clima —expresó hacia la chica y luego volteó a ver a Taishiro quien negó levemente con la cabeza.

—Vamos a nuestra casa, Kris —dijo la mayor antes de tomar la mano de la fémina.

Tras un leve momento de duda aceptó el ofrecimiento, acompañándolos a su hogar, donde explicó que tuvo un problema con el rubio, más no interiorizó en el tema.

Tanto Jiryo como Taishiro respetaron la privacidad de su amiga, pero deseaban saber que fue ese algo que ocasionó que la pareja se distanciara, ya que parecían muy felices juntos.


Un llamado de alerta de nivel naranja puso en movimiento a varios héroes la tranquila tarde de un sábado, entre los cuales se encontraban FatGum, Magnetic, Hawks y EngelWind.

El rubio al ver a la azabache no dudó en ir hacia donde ella se encontraba, más Krista rápidamente logró resguardarse tras la figura de su amiga y evitar que al menos en ese momento, el susodicho le hablara.

La misión fue un éxito, los cuatro héroes lograron rescatar a las víctimas que se componían en su mayor parte de niños que fueron raptados por un villano, cuyo quirk se fortalecía gracias a las lágrimas de los pequeños.

Hawks lo puso en custodia con los policías de forma eficaz y algo apresurada, pues podía percibir por medio de sus plumas como Krista iba alejándose del sitio luego de haber culminado el trabajo.

Apenas terminó con aquello fue tras ella, mandando incluso sus plumas, las cuales eran dispersadas por las ráfagas de viento que la fémina generaba.

—¡Kris, espera! —llamó con cierta frustración —. ¡Krista Litzer!

—¡Déjame en paz, Hawks! —, se giró a verlo con molestia.

—¿Qué te deje en paz? ¡Mujer, llevo casi dos semanas sin saber de ti! —reclamó él con el mismo tono—. ¿Dónde has estado? ¿Por qué no regresaste a la casa?

—No es de tu incumbencia, idiota. Ya déjame —espetó la fémina dándole la espalda.

—¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué actúas así? ¿Qué no eramos novios?

Aquellas palabras, esa forma de reclamarle explicaciones, de hacer como si lo que vió no tuvo importancia, terminaron por colmar su paciencia al tiempo de romper más su corazón.

—¿Qué me pasa? ¿Por qué actúo así? —repitió sintiendo un nudo formarse en su garganta.

Regresó la vista hacia él, notando a sus amigos a la espalda del susodicho. Caminó con paso decidido y sin darle tiempo siquiera a sus plumas para que lo defendieran, le asestó una fuerte cachetada en la mejilla izquierda.

Los ojos dorados del chico se abrieron con desmesura ante aquel acto, mientras se retiraba del rostro aquellos protectores que siempre llevaba. La misma expresión se reflejó en el rostro de los dos testigos de aquel encuentro.

—Me pasa que llegué una noche de tormenta a mi casa cansada, levemente empapada, con ganas de darme una ducha caliente, de abrazar a quien en ese momento era mi novio y contarle mi día —inició sin apartarle la mirada—. Pero lo que me encontré apenas ingresé al departamento fueron prendas suyas y de otra persona más, tiradas por el pasillo, la sala y frente a la puerta de la habitación que compartíamos, de donde provenían leves sonidos —, su voz iba a quebrarse, más ella se resistía un poco—. Cuando abrí levemente esa puerta, lo ví ahí, haciendo suya a otra mujer. Una que supuestamente no le interesaba.

Las lágrimas retenidas por la chica se desbordaron de sus orbes, creando un camino que recorría sus mejillas y morían en el borde de las mismas. El chico levantó su mano para acercarla a ella, más ésta la apartó con fiereza.

—No te atrevas a tocarme, Hawks.

—Kris, yo...

—No quiero que me digas nada, no deseo escuchar explicaciones. Solo quiero que me dejes en paz. Se acabó, Hawks.

—Espera, Kris.

—Hawks, ya la oíste —intervino Jiryo.

—No te metas en esto, chica magnética —escupió viendo a los héroes tras él por el rabillo del ojo derecho.

—Cuida tus palabras respecto a ella, Hawks —amenazó FatGum.

—Encárguense de sus asuntos y a mi déjenme resolver los míos —, su tono de voz denotaba fastidio.

—No hay nada que resolver, Hawks —, la alemana se ganó su atención—. Ya no hay nada. Mejor ve junto a Mirko a celebrar que eres libre.

—Krista...

Con un fuerte batido de sus alas, combinando aquella ráfaga generada con su manipulación del viento, emprendió vuelo y se alejó del sitio. Lograba cambiar el aire a su alrededor para que aquellas plumas del rubio no pudieran seguirla con facilidad.

—Esto no...

—Se acabó, chico —habló Taishiro sujetándolo de su hombro derecho.

—¡No se metan en esto! —bramó furioso tratando de zafarse.

—¡Deja de lastimarla! —refutó Jiryo empujando al rubio—. Ya hiciste suficiente, imbécil. Ahora entiendo porque no quería verte, hablarte o siquiera saber algo de ti —siguió, fulminándolo con la mirada—.Eres un completo idiota, Hawks. ¿Mirko? ¿En serio? —suspiró frustrada.

—Apenas recuerdo esa noche.

—No te excuses tan estúpidamente.

—No lo hago, Ji. Les soy muy sincero.

—Sólo déjala. Ella ya tomó su decisión.

—Pero yo la amo, Ji.

—Debiste pensarlo antes de lo que hiciste —añadió Taishiro colocándose junto a su novia—. Siento mucho esto que ha sucedido entre ambos, pero es mi amiga y no quiero que la hagas sufrir, no más de lo que ya has hecho.

—Pero, Fat...

—Nada, Hawks. Respeta su decisión, acepta tu error y continúa con tu vida. Ella hará lo mismo.

Tras esas palabras, la pareja de héroes se dispuso a abandonar el sitio, dejando al rubio desconcertado, con las palabras atoradas en su garganta, un dolor punzante en el pecho y el deseo de revertir todo lo que sucedió esa noche.


Él había regresado de una misión donde tuvo de compañera a la chica albina. Fueron a un bar cercano al edificio en donde vivía Hawks, por lo que éste se sentía con la libertad de beber sin restricción. Las bebidas de la primera ronda se terminaron rápidamente, ocasionando que una nueva ronda fuera solicitada.

Copa a copa, los héroes se fueron distendiendo más, lo que dio paso a un mayor acercamiento y con el mismo, a que cada límite que existía entre ambos fuera desapareciendo.

A la mañana siguiente, Hawks despertó con un fuerte dolor que martillaba sus cienes, encontrándose con la chica junto a él en la cama. Intentado entender la situación despertó a la albina, quien también se sintió sobrecogida por la situación en la que se encontraba en ese momento.

Flashes tenues eran lo único que sus mentes recordaban, el dolor no ayudaba y los nervios menos. Ambos se despidieron, acordando mantener cierta distancia por lo menos un tiempo, disculpándose entre sí por aquella situación.

Hawks intentó contactar con la azabache, pero no obtuvo resultado. Creyó que seguramente se había quedado sin batería en el móvil y por ende no insistió más. Pero con el pasar de los días se fue preocupando, la llamaba con desespero, más su línea se encontraba fuera del área de servicio.


El héroe número dos ya podía comprender recién ahora, todo lo que estuvo sobrellevando los días anteriores y es que ella los había visto, los había oído, y si bien pudo reclamarselo antes, no lo hizo. Aquello lo hacía sentir aun más miserable, ya que habia sido él quien dio la idea de una celebración. Si no hubiera sucedido eso, no se encontraría en aquel apartamento que una vez compartió con aquella chica, completamente solo.

Ella lo alejó de su vida y supo como evadir a sus ágiles plumas que la buscaron sin descanso. Hawks deseaba volver a verla para hablar una vez más y Krista sólo quería sanar su corazón para poder empezar de nuevo.

El peso de la ruptura fue inminente para el héroe alado, quién lo aceptó de manera forzada al enterarse por la pareja de héroes un par de meses después, que Krista se había ido de Japón, sin ninguna intención de regresar nuevamente alguna vez.

Publicado: 09/06/2019

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