32.El caos
Eran las diez de la noche, de vuelta en mi celda tras un largo día repleto de exámenes y parecía que no pensar en Jordan no era una opción. En una semana no había sido capaz de quitármelo de la cabeza a pesar de repetirme una y otra vez que no me importaba, que ese beso no tenía importancia o que por mucho que Alice y Chelsea insistieran para mí sólo seguía siendo atracción era completamente imposible que pasasen diez minutos y esa sonrisa no se abriese paso en mi mente. En clase, en la habitación, comiendo, su recuerdo volvía una y otra vez en un bucle infinito que parecía no acabar nunca.
Esa mañana de domingo me había levantado con una enorme sensación de nervios en todo el cuerpo y la sola idea de verle hacía que mi corazón comenzase a latir a toda velocidad. Estos días me habían valido para asimilar el hecho de que sepa todo lo ocurrido con mis padres y por alguna razón el hecho de que la barrera familiar se hubiese esfumado había dejado libres todos lo sentimientos que había estado intentando reprimir durante toda la semana.
Cuando confesó todo, me sentí tan identificada con todas sus emociones, las dudas, la teorías, la manera en la que te sientes cuando todo empieza a cuadrar y te das cuenta de que has sido utilizado. Lo humanicé y dejé de verle cómo ese ser sin sentimientos estereotipado de manual para comenzar a entenderle. Puede incluso que me empezase arrepentir de haber sido tan borde de primeras con él.
Al verle en la cafetería fue cómo si por primera vez en mucho tiempo volviese a tener sentir ese suave escalofrío en la espalda que confirmó lo que tanto he intentado ocultar. Aunque Jordan se mantuvo en distancia de seguridad todo el día dándome el espacio que pedí para pensármelo he deseado en más de un momento que se acercase aunque fuese para poder volver a tener otra de nuestras míticas discusiones
Ahora tumbada en la cama dándole vueltas a todo una y otra sin saber que hacer, decidí recurrir a Paige, en busca de la opinión de alguien que viese la situación desde una punto de vista externo. Marqué rápidamente el número y esperé a que la voz somnolienta de mi amiga contestase
-Mmmm- murmuró a través del teléfono
-Paige es urgente- susurré
-Vale, espera que me despejo un poco que estaba sobadísima
Nerviosa comencé a relatar todo con cuidado de no dejarme ningún detalle y cuando terminé al no oír nada de su parte pensé que se había vuelto a quedar dormida
-¿Paige?
-Espera, necesito un segundo para asimilar todo esto-musitó- esto es muy fuerte
-Ya lo sé pero...
-Entiéndeme, he pasado de tu odio profundo en navidades hasta ahora dónde admites que te gusta y...- me cortó
-Yo no he dicho que me guste- respondí
-Mia Harrison- puso su tono militar- puedes intentar engañarte a ti misma pero a mí no, te gusta y punto a ver repite conmigo "Soy Mia Harrison y me gusta Jordan Walker"- siguió imitando mi tono de voz
-No pienso decir eso
-Si lo vas a decir
-Claro que no
-Te juro que cómo no lo digas iré al St Claire y te apuntaré con el rifle de mi abuelo y te obligaré a decir
-Vale, pero aunque me parece una bobada lo voy a decir sólo para que me dejes en paz. "Soy Mia Harrison y me gusta Jordan Walker" ¿Contenta?
-Pues la verdad es que sí- me quedé absolutamente de hielo al ver que la voz que contestaba no era la de Paige sino la de Jordan que entraba por la puerta pero fue tal el susto que le tiré el móvil al cuerpo cómo si estuviésemos jugando al balón prisionero
-Creo que anotaré esto en la larga lista de agresiones que has llevado a cabo contra mi persona
-Lo siento- susurré- pero me has asustado. ¿Cómo tienes la llave de la habitación?
-Digamos que la ama de llaves tiene cómo cien años y no muy buena memoria
-Te repito que pareces un acosador- sonrió y se acercó a mi lentamente
-¿Y bien?¿He oído bien y eso que he escuchado es que estabas admitiendo que te gusto?
Sí- No- dije mientras maldecía
-Eres tan orgullosa que ni ahora que lo he oído perfectamente lo admites
Cerré los ojos y bufé- Estoy cansando Jordan y de verdad que...- dejé de hablar cuando noté sus labios posándose suavemente en mi cuello
Ni siquiera intenté oponerme, llevaba todo el día rezando por esto y no lo iba a parar ahora. Se quedó ahí con su cálido aliento en mi cuello, rompiendo apenas con ese toque todo el control que aparente parecía tener y yo lo atraía hacía mí en busca de más.
Metió una mano en mi espalda y con un par de dedos rozó toda la línea de la columna mientras mi piel se erizaba a su tacto y su boca descendía a mi escote, dónde comenzó a dejar pequeñas mordidas que me enloquecieron. La mano de su espalda bajó hasta mi pantalón y apretó una nalga mientras su ataque ascendía hasta mi cuello.
Suspiré y noté cómo sonrió mientras suevamente movía la mano de mi culo a la parte de delante dónde comenzó a acariciar muy suavemente sin dejar de besar mi cuello. Me mordí el labio y arqueé un poco la espalda.
Frenó durante un segundo mientras yo me incorporaba para intentar besarlo pero me esquivó y se acercó a mi oreja
-O lo admites o aquí dejaremos la cosa
-No serás capaz- susurré
-Ponme a prueba
Pero yo no iba a dejarle ganar y le besé sabiendo que acabaría con la oposición que ponía. Fui tumbándome en la cama mientras le agarraba de la camiseta obligándolo a caer conmigo. Invadí su boca con ganas y él intentó bajarme los pantalones a la vez
-Parece Walker que tienes poca fuerza de voluntad- dije separándome lo justo cómo para poder hablar
-Supongo que tu me la robas- sonreí y le volví a besar. Me quitó la camiseta y comenzó a depositar divinos y mojados besos en mi vientre mientras yo me agarraba al cabecero de la cama con los ojos cerrados. Tenía la respiración acelerada, el corazón a punto de salirse del pecho y una sensación de nervios que inundaba todo mi cuerpo. Y justo en ese preciso momento: el caos.
-¡Señorita Harrison!- gritó West desde la puerta- ¡Esto es absolutamente vergonzoso!
Chillé, Jordan rodó a un lado con tan mala suerte de que calculo mal y cayó al suelo y yo ya estaba empezando a imaginarme mi ataúd.
-¡Le he visto señor Walker!¡Recoja su ropa y salga!
-Usted no me puede mandar a mí, no soy su alumno
-Cada segundo que estés aquí te aseguro que será un endurecimiento aún mayor del castigo de ella con lo que yo me daría prisa en irme- Jordan se levantó me dedicó una mirada de lástima y salió mientras yo me preparaba para lo peor
-No pienses ni por un momento que esto quedará impune, el viernes en el día de la familia hablaré con tus padres y créeme que el próximo castigo te quitará de la cabeza volver a hacer esto- salió y cerró con llave
¡Hola a todos! Menudo capítulo más intenso, parece que Jordan y Mia no pueden tener un momento de intimidad sin ser interrumpidos (si a mi me ha tocado ser una gafe en mi vida a mis personajes también)
En fin, se que he publicado con un día de retraso la cuarentena me empieza a afectar y hay días en los que no estoy tan inspirada o concetrada cómo me gustaría. Igualmente espero que os guste ¡y nos vemos en él próximo capítulo!
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