•36 | Hasta las mismísimas estrellas.




La mañana está excesivamente fría, los árboles prácticamente yacen desnudos para este punto de otoño y las personas que transitan por la calle lo hacen con más de un abrigo que los proteja de las repentinas bajas temperaturas. Jungkook no es alguien muy distinto, a pesar de que está dentro de la calidez del auto, viste un suéter de cuello alto tono ciruela que va en acompañado con unos jeans sencillos de tela clara. Sus zapatos no son otros que unos Tanino Crisci oscuros perfectamente lustrados, y el abrigo largo que no ha querido colocarse todavía, le daría finalmente el toque cubierto para este día tan especialmente helado.

Sus manos están a nada de comenzar a sudar a pesar del clima, su lengua humedece repetitivamente sus labios con nerviosismo. Quisiera decir que está que salta de la felicidad por ser este su primer día en la universidad, pero la verdad es tan alejada de ello, que no cree siquiera poder salir del auto sin que sus piernas comiencen a temblar como una gelatina. 

Desde su posición, puede lograr identificar que algunos jovencitos subes las escaleras que los llevan al interior del lugar sin problema alguno, otros tantos, se detienen para fumar algún que otro cigarrillo o conversar mientras toman de vasos alargados de café.

Notar ese detalle hace que instintivamente busque su envase de té que Taehyung preparó para él como en el últimos tiempo ha hecho, seguramente necesite mucho de eso allá dentro para mantenerse calmado de alguna manera. Vaya, 39 años cumplidos no hace demasiado tiempo y aun así puede asegurar que se siente como si fuera a vomitar el desayuno. Es como cuando habló por primera vez en una conferencia con más de 100 personas solamente atentos a él, tal cual así se siente. 

¡Es absurdo!

-Kook...

-Amor... ¿Realmente crees que me vea bien? Es decir, sé que no soy un jovencito de 21 años que absolutamente todo me va a quedar excelente, pero tampoco quisiera verme demasiado elegante. No es que odie los trajes, a decir verdad disfruto mucho ir con mi sastre personal para que los haga a mi perfecta medida y así evitar un montón de complicaciones futuras. Sin embargo... —un beso espontáneo sobre sus labios hacen callar sus palabras que están saliendo atoradas desde hace un buen rato atrás, desviando su propia mirada del parabrisas del auto a los ojitos de Taehyung junto con aquella sonrisa cuadrada que los insta a calmarse por un momento—¿Te agobie? Lo lamento... Dios, esto es tan mortificante.

-No, no. Es solo que tú mismo te estás agobiando. Mi vida... Veamos—el rubio perfectamente peinado se acomoda en el puesto de copiloto, buscando las manos del mayor para poder entrelazarlas con las suyas en su intento de brindar un poco de calma a todos aquellos nervios que son perfectamente comprendidos—respira, cálmate y piensa en todas las cosas buenas que vendrán luego de dar este primer paso. Mentalízate en que estás cumpliendo tu sueño, en que vas a conocer gente de todas las edades posibles y que vas aprender más, mucho más de lo que ya sabes. Sé que estás nervioso, pero vamos, esto no es nada que no puedas manejar. Eres sorprendentemente inteligente, amable, atento y sobre todo, con un corazón gigante. De seguro muchos allí te van apreciar como un amigo más allá de ser compañeros... Confía en ti mismo—pide suave, acariciando el dorso de sus manos con sus dedos delicados.

-Lo hago, pequeño. Juro que lo hago... Es solo que... Creo que me sentiré realmente fuera de lugar, y eso que se supone esta es una universidad bastante privada en la cual muy pocos deciden ingresar por la poca demanda de carreras. Incluso así...—se alza de hombros, dejando la explicación en el aire. Sabe que esto es producto de sus inseguridades, de sus complejos con respecto a la edad. Y el hecho de imaginar ser ridiculizado en algún punto, le lastima desde ahora—lo siento, realmente no quiero que distingas este lado lleno de vacilaciones de mi parte... Tenía mucho miedo de las cosas nuevas cuando tenía 17 años. Pero ahora soy un hombre formado, e igualmente siento un poco de dudas con respecto a esto.

-Está bien. No temas mostrarte vacilante o vulnerable frente a mí, yo no juzgare o me reiré de ello. Eres humano, mi amor. Estás lleno de resistentes convicciones y debilidades, debes saber que amo todo de ti por igual, eso te hace perfecto para mí—asegura dulce, acercándose más para poder sobar el cabello oscuro de su nuca entre una caricia relajante que le hace cerrar los párpados por un momento, permitiendo que sus extremidades se estiren y el aire de sus pulmones se deslice con cuidado. Taehyung es mil veces mejor que la valeriana—poco a poco superarás ese temor, ya verás. Ánimo, tú puedes. Eres un hombre lleno de capacidades asombrosas.

-¿Cómo es que siempre sabes que decir?—pregunta luego, apoyándose en el contacto. Taehyung nuevamente se acerca a su rostro rozando sus labios con la punta de la nariz del mayor para después bajar a su boca y tomarla lentamente.

-Yo me pregunto exactamente lo mismo contigo, eres tan... Pero tan sabio, Kook. No puedo creer que seas mi pareja, mi compañero en este nuevo sendero que comenzaremos a transitar—sigue enternecido por aquel rostro dulce que el hombre le muestra a continuación—hablando de sabiduría... Y-Yo quería preguntarte algo respecto lo que sucedió el día viernes—carraspea la garganta un poco, perdiendo sus ojos en los pocos carros que a esa hora de la mañana pasan a un lado de la calle. El hombre no es adivino, pero bien que sabe lo que preguntará—¿Pedirás que despidan a BoGum? N-No es que me importe—esclarece al distinguir aquella mirada venir del azabache—es solo que no creo que sea correcto, lo personal y laboral son cosas distintas... Además, él se portó mal fue conmigo, y yo ya lo he perdonado, así que no creo que valga la pena seguir manteniendo o complicando la vida de todos por algo que he decido dejar en el pasado.

-Tae, yo...—Jungkook busca las palabras correctas en su cabeza para no sonar tan vulgar como sabía iba a escucharse—yo en serio todavía quiero tumbar los dientes de sus encías—confiesa con un suspiro cansino, atrayendo al muchacho a su pecho en medio de un abrazo fuerte que los hace suspirar a ambos—pero no voy hacer absolutamente nada para que lo despidan, no soy tan despiadado como para dejar sin empleo al sujeto en cuestión. No obstante, solicitaré que lo trasladen a otro sector donde no deba verlo a diario. Sí, soy un jefe flexible, más no soy idiota; si lo veo constantemente solo crecerán las ganas de patearlo por todo aquello que pasaste y que modificó tu vida tan arbitrariamente. Creo que es lo mejor para todos, así no tendrías que evitar ir a la oficina.

-¿En serio?—mira desde abajo entre su cuello, completamente sorprendido—Dios, esto solo me confirma que eres el mejor del mundo—farfulla orgulloso, dejando mucho besitos diminutos por su mandíbula que escalan seguidamente por su mejilla. El hombre devuelve los mismos besos de la misma manera tierna, conectando un momento después sus belfos en un contacto bastante suave, donde primordialmente se concentran en saborear la boca contraria sin necesidad de subir la intensidad—lo amo tanto, Sr. Jeon. Gracias por ser alguien de admirar.

-Te amo, pequeño. Y creo que de los dos, eres tú quien merece más admiración, eres un chico luchador... Una estrella que no deja morir su luz—vuelve a dejar otro roce suave, antes de tomar el maletín en la parte trasera del auto y su abrigo para ir a la que sería su primera clase siendo un universitario. 

Todavía está nervioso por ello, pero de alguna forma sorprende Taehyung ha podido apaciguar gran parte de la ansiedad con sus palabras. El rubio abandona el auto junto con Jungkook, para obtener de las manos del hombre las preciadas llaves.

-Mi amor, por favor maneja con cuidado. Todos los papeles están en el guantero, no vayas a exceder el límite de velocidad y... No se te olvide que tienes que venir por mí al medio día. Por favor.

-Manejar con cuidado, papeles en el guantero, no exceder el límite de velocidad y venir a buscarte al medio día. Entendido, Sr. Jeon, estaré aquí esperando pacientemente por usted—asegura juguetón, llevándose una mano a la frente como lo haría un militar. Dicha acción, trae como resultado un suavecito medio mordisco en la nariz por bromista—Auch... Oye, no. Mi naricita es muy linda para ser devorada, Kook feo—se queja mientras la soba y arruga el ceño.

Jungkook no presta atención hacia aquella ternura o posiblemente nunca terminaría de irse, así que prefiere seguir su camino por un par de metros, al menos, antes de devolverse casi que trotando para buscar el termo de té que ha olvidado en la parte derecha de su asiento. Roba un último beso al chico que lo toma por sorpresa y se encamina hasta perderse del campo de visión de Taehyung.

Solo allí, es que el cuerpo delgado del chico cae sentado en el capó del auto totalmente vencido, sus ojitos se van cristalizando y no puede evitar el puchero que abulta su labio inferior ante lo que acaba de presenciar finalmente. Su amado Sr. Jeon por fin está pudiendo cumplir sus sueños, por fin ha podido ingresar a una universidad siendo alumno y no un visitante más. Por fin podrá saber lo que es desvelarse por un trabajo que debe ser entregado a primera hora, pero también lo que se siente tener nuevos círculos de amigos, salidas, o simplemente el desahogo de una vida importante.

Joder... Está tan malditamente feliz, que no cree que podría pedir otra cosa a Dios más allá de la felicidad del hombre, de la tranquilidad de aún poseer tiempo para hacer cada una de las cosas que desea hacer solo y unidos como una pareja que apenas está comenzando; porque sabe que juntos podrán lograr sus metas individuales.

Amar es... Sentir la alegría de la otra persona como propia, motivar los sueños por pequeños que sean y creer que todo lo que espera por hacer, es posible.



Crecí amando las estrellas.


―•♡•―


La música se escucha medianamente alta por el amplio apartamento, es de esa clase de melodías que logran otorgar una gran carga de adrenalina como si se fuera parte de algún concierto fantástico que es llevado por el éxtasis. Taehyung siempre ha sido muy apegado al género de música electrónica, no podría explicar con certeza desde cuándo han sido sus favoritas, pero posee alguna idea... Quizás eso fue lo único que quedó de sus días de fiestas. Aunque tampoco podría mentir, de vez en cuando siente la necesidad de deslizarse en un par de pantalones ajustado e ir hacia algún antro para poder descargar su exceso de estrés.

Sin embargo, no lo hace porque sencillamente no cree que este para soportar la resaca del día siguiente. Aparte, tiene muchas cosas que hacer ahora que ha podido conseguir un trabajo gracias al ingeniero Yi, que es quien lleva a cabo el proyecto renacer, es algo sencillo, con un sueldo bastante mediocre por no ser titulado todavía, pero que le otorga conocimiento fresco entorno a su carrera. ¿Qué podría ser mejor que obtener experiencia? En serio está emocionado por cómo se están desenvolviendo las cosas en su vida profesional.

En cuanto a lo personal, debe decir que está muy feliz de que Jungkook tenga un mes asistiendo a la universidad sin ningún contratiempo. El hombre ya perdió completamente el nerviosismo que lo atacó el primer día, sin contar que pudo simpatizar con dos personas que poseen más edad que sí mismo, ayudándole mucho a reflexionar sobre su situación y aquel miedo de desencajar por poseer un par de primaveras más que los chicos de su clase.

Y pese a que ambos están bastante ocupados con sus propios asuntos, han podido planear de apoco el viaje hacia Busan que tendrá comienzo finalmente dentro de dos días, encajando perfecto con la semana de su cumpleaños y fin de año. ¡Será su primer cumpleaños con Jungkook! No podría negar que está muy emocionado porque sería demasiado hipócrita de su parte, pero decir que yace feliz también es muy poco, ¡Muy, muy eufórico! Sería lo correcto. 

Oh, es que quiere hacer tantas cosas; quizás ir a la playa era una de ellas, pero con la temperatura a 8 grado, pues... No cree que sea posible hacer eso sin que muera de hipotermia en el intento.

Para sumarle varios puntos a aquella inquebrantable felicidad, por fin Jungkook conoció a su padre por medio de una videollamada. Sí, quizás ha sido la experiencia más rara que todos han tendido desde hace un tiempo, pero todo eso se originó debido a que Taehyung mandó lo último de sus ahorros para comprarle una laptop al hombre gruñón y así poder ayudarle a que se desarrolle en el ámbito tecnológico, ya que por fin ha decido tomar clases en línea para retomar su carrera universitaria.

En serio se siente orgulloso de su padre, al igual que de Jungkook y de sí mismo.

Con una sonrisita que no puede borrarse de sus labios ni aunque quisiese, Taehyung coloca la lavadora en ciclo normal para finalmente volver al desastre que hacía con su cabello en el cuarto de baño. El short corto de flores hawaianas se desliza un poco de su cadera al no haberlo ajustado de forma correcta, dejando a la vista aquel bóxer de osito por el cual su novio está encantado. No lo culpen de sus gustos, definitivamente le encanta usar ropa interior sexy de vez en cuando para poder provocar súbitamente al hombre mayor cuando van a dormir, pero nada puede contra las prendas de algodón que poseen diseños lindos. Es débil ante ellas, lo admite.

Una vez frente el espejo, nota aquel desastre de tinte que ha dejado por el lavamanos, suelo y hasta en su propio cuerpo. Rayos, al menos agradece que no sea negro o de seguro quedaría como un perro dálmata por unos días. Resopla. El problema de ser un oxigenado siempre radicará en esas raíces oscuras que posee un gran complot con ser demasiadas obvias en momentos donde no deberían de verse, ¡Tiene que estar perfecto para su viaje! Rayos.

Es verdad que los retoques siempre se los ha dado Jimin, pero desde que se mudó con Jungkook –hace apenas dos semanas- y su mejor amigo ha estado complicado respecto al tiempo, no puede contar con él inmediatamente; por eso es que ha hecho la mezcla para pretender con toda su torpeza de no estropear su cabello endemoniado que parece cada vez más rizado. 

¿Pero qué pasa con ello? Se supone que se hizo la permanente hace como nueve meses, ¿Por qué se ve cada vez más ondulado en las puntas justo ahora? Cosas del diablo.

-Quizás debí ser menos tacaño e ir a una peluquería...—Dice después de un rato con sus brazos ya doliendo de los minutos que los ha tenido por sobre su cabeza aplicando la mezcla con ayuda de la brocha negra especializada para ello—creo que ha quedado, y si no, pues nada que hacer—se da por vencido, concentrado en su reflejo.

No es que no sea capaz de hacerlo o no posea práctica, es que todo se complica inmensamente cuando se lo tiene que hacer a sí mismo. Es como cuando le cortaba el cabello a su papá, le quedaba espectacular, casi nunca tuvo que ocupar un barbero mientras estuvo en Daegu. Pero cortarse él mismo el cabello... ¡Ja! Esa sería un buen espectáculo el cual apreciar para terminar burlándose. 

Una vez decide que ha hecho todo lo posible por sus raíces, escucha el lejano sonido de la puerta principal ser abierta y seguidamente cerrada.

-¡He vuelto!—avisa Jungkook por sobre la música, dejando las compras en la isla de la cocina. Una vez lanza las llave a cualquier punto, va por el pasillo con tranquilidad en busca de su bebé de ojos castaños que dejó durmiendo hace hora y media atrás. La habitación está vacía, pero la endemoniada lavadora hace su trabajo en el cuarto de lavandería, avisándole que su rubio bonito está ayudándolo con su ropa. Sintiéndose agradecido por ese detalle tan significativo, se detiene en el marco de la puerta perteneciente al baño, descubriendo al menor con aquella mezcla blanquecina en la cabeza—oh... Por favor dime que eso no te hará quedar calvo o algo así, mira que amo mucho como tu cabello pulla mi cara por las mañana.

-Ay, que considera eres al preocuparte de mí nido dorado de pájaros, debo decirte que aunque tenga una apariencia... Sospechosamente peligrosa, es seguro—confirma sarcásticamente, dejando finalmente los guantes de látex negro que acababa de utilizar a un lado, yendo a recibir al hombre con un besito diminuto en los labios. Al menos eso prende, más las manos de Jungkook afianzándose en su cintura son una historia diferente—no quiero que te moleste el olor del tinte, amor—explica.

-Ni siquiera huele, no me molesta. Déjame ver...—toma con cuidado el mentón del chico, verificando que su carita tiene uno que otro manchón perceptible por su frente, mejilla y lado frontal del cuello. Sin demora, obtiene varias toallitas húmedas que están en uno de los muebles del baño para proceder a limpiar con cuidado su piel. Taehyung solo cierra los ojos dejándose cuidar—¿Cuánto tienes que dejar el tinte?

-Solo 35 minutos—responde, ladeando el cuello para ser limpiando justo allí. Jungkook verifica la hora en su reloj de muñeca, distinguiendo cuánto falta para que eso suceda—también noté el tiempo, Sr. Jeon. No sea tan controlador—pide, logrando que los labios del azabache forjen una sonrisa—umm ¿Sabes que cuando compré el kit para retocarme el cabello también adquirí otras cosillas? Debido a que me quedó un poco de tinte rubio, sumado a que es domingo y no hay demasiado por hacer... Estaba pensando en que quizás tú... Querrías que te dañara el cabello en medio de una experimentación más en mi ámbito de peluquero no certificado—balbucea bajo, con aquellos resplandecientes ojos saltones que podrían dominar el mundo de ser propuesto.

Eso es suficiente para que la canasta perfecta que iba hacer con las toallas utilizadas, sea frustrada, y termine mirándolo completamente horrorizado por sus propias palabras. ¿Dañar su cabello? ¡Es que este chico enserio quiere que se quede pelón! Niega, completamente niega a su pretensión. Pero como siempre, termina sentado en una silla con un saltarín Taehyung hablando sobre colores, cambios de look o quién sabe qué cantidades de cosas.

Jungkook dejó de escuchar lo que decía a la mitad de todo, solo pensando en que si quedaba calvo, muy posiblemente se vería feo y tendría que utilizar un peluquín que se volará cuando haga demasiada brisa. ¿Y si realmente se va volando en uno de esos días tormentosos? ¿Qué pasa si cae repentinamente dentro de su sopa? ¡Él no quiere eso bajo ninguna circunstancia!

No obstante y contra todo pronóstico, una hora después de ser el conejillo de india de su precioso novio que parecía excesivamente feliz de experimentar con él, se queda pasmado cuando se ve al espejo una vez su cabello termina de ser secado por una toalla. Todavía sus hebras son oscuras, al menos hasta un poco más de la mitad, debido que de ahí hacia abajo un tono rubio mucho más oscuro que el propio que utiliza Taehyung, recubren sus puntas delicadamente. Jadea sorprendido, mirándose fijamente hacia todos los ángulos posibles que el espejo permite.

Sonidos de dicha es lo único que puede salir de su boca al reconocer que nunca esperó que un poco de color en su melena negra hiciera tanta diferencia con su apariencia, podría decir que hasta parece más juvenil, actual. Al reconocer que Taehyung terminó de llenar la bañera y ahora está detrás de él con aquella expresión altanera de que su tiempo viendo tutoriales en YouTube no se ha perdido, solo puede rendirse a sus pies una vez más

-Pequeño... Lo acepto, quedó espectacular. Perdón por desconfiar de tus habilidades ocultas en el mundo de la peluquería, en mi defensa, te acabo de dar mi primera vez... Así que tenía derecho a estar un poco asustado al respecto.

-Uh, ¿Seguimos hablando de lo mismo?—alza una de sus cejas, quitando su propia cabellera enteramente rubia que todavía está muy despeinada sobre su frente. Jungkook deja ir una risita tonta, cruzándose de brazos—En fin... Como usted diga, Sr. Jeon. Muchas gracias por la confianza depositada en este mundano ciervo que está para servirle. Ahora mismo Dobby irá a revisar que su ropa esté lista para que pueda ser empacada, y seguidamente se dará un baño—bromea, girando sobre sus talones.

Pese a ello, ni siquiera llega a la puerta del baño cuando los brazos del hombre lo están apretando contra su pecho mientras es guiado sin demasiado esfuerzo a la bañera amplia con otros planes diferentes a los que el chico previamente expuso.

-Jeon... ¡No! ¡No me vayas a meter con ropa!—chilla, intentando soltarse al identificar sus intenciones. Otra risa divertida es dejada cerca de su oído contándole que no piensa dar marcha atrás una vez ha decidido que quiere tenerlo húmedo para él—¡No!—tarde, ya es dejado dentro mojando momentáneamente su short de diseño hawaiano que cae un poco más por el peso del agua en la tela. Gruñe molesto—¡Jungkook!—se queja.

 Más sus palabras se van de paseo al identificar la manera en que su pareja retira la sencilla camiseta blanca que ocupaba su torso duro, y desabrocha su pantalon jeans dejando visible aquel camino de vello que le hace sentir caliente inmediatamente. Oh... ¿Q-Quiere que nos bañemos juntos?. De igual menera resopla, mientras se cruza de brazos haciéndose el interesante.

-Quiero bañar a mi cachorro—las mejillas de Taehyung se sonrojan inmediatamente, reiterando por vez mil que no volverá hablar de las historias que le gustan a Jimin frente Jungkook; desde que le contó sobre aquel universo ficticio, le dice de vez en cuando "Cachorro" Por solo reñir un poco, pero definitivamente le gusta... ¡Joder, le gusta mucho que le diga así! Y es que todos los cachorritos son lindos, tiernos. Uh, qué débil es frente el Sr. Jeon—¿Me dejas desnudarte?—pregunta cuando su propia ropa ha quedado de lado en simples movimientos expertos.

Taehyung podrá convivir con Jungkook a diario, podrán hacer el amor todos los días en plena oscuridad o claridad, pero está seguro que nunca dejará de perder el aliento por su cuerpo, por la belleza madura que posee... Por ese My time por sobre sus costillas que solo le hacen sentir tan malditamente conforme con toda su vida. Su cabeza se mueve sutilmente permitiéndole que lo haga, y así sucede. El medio azabache se mete en la bañera junto con él, despojándolo de su camiseta primeramente, con suprema gracia termina de retirar su empapado short para seguir con su bóxer de osito que le enamoran tanto.

Una vez ambos están desnudos aquella mirada de hambre que Jeon no puede disimular ni aunque lo intentara, hace sentir tímido al de menor, al identificar que lo observa como si fuera un rico dulce que desea devorar con devoción. Una vez lo recorre sin consideración, le pide sutilmente que se siente dándole la espalda para así tomar la esponja y salpicar de jabón líquido que conserva un olor almendrado.

El rubio abraza sus rodillas permitiendo que el hombre comience a enjabonar el tatuaje de su espalda con paciencia, la amena fragancia le hace cerrar los ojos solo para permitirse sentir cada leve toque... Lo sutil de la acción al subir y bajar por su columna hasta su nuca, el llegar hasta su hombro para dejar caer delicadamente algunas gotas sobre su sensible piel que solo puede responder erizandose por la acción. 

Un besito a un lado del cuello lo hace ronronear, una mordida en su oreja retorcerse solo un poco, y antes de poder controlarse ya ha girado para comer los labios del hombre que lo reciben con ansias.

Sus lenguas golpeándose debería ser lo más ilegal del mundo, sus cuerpos húmedos rozándose con ansias verdaderas de pertenecer al otro desmedidamente es la representación gráfica del deseo, las manos perdiéndose entre las curvas de cada uno que solo buscan poder palpar aquellos lugares que podrían visitar durante mucho tiempo, pero que de igual manera serán aclamados con gozo. 

Jungkook cae sentado al respaldo de la bañera dejando que Taehyung lo domine al subirse sobre él, inmediatamente el chico comienza a masajear ambos miembros juntos logrando conseguir un chasquido en el agua que es empañado rápidamente por los leves jadeos que dejan salir sin vergüenza por la estimulación de aquel experto toque.

Jungkook tantea rápidamente la entrada del chico, hundiendo inmediatamente dos de sus dedos hasta que sus nudillos chocan contra su anillo anal, jactándose de la belleza al recibir un gruñido seguido de un temblor en ese delgado cuerpo que sigue creyendo fue pincelado por un ángel. Los movimientos de sus dedos son suaves, circulares primero y luego buscando estirar lo suficiente para que pueda tomar su miembro sin problema. Su mano sobrante pellizca los pezones de Taehyung para luego bajar a su abdomen y juguetear con el piercing de su ombligo, al menos, hasta que las propias caderas del rubio comienzan a follarse contra sus dedos sin importar ser demasiado descarado, demasiado ansioso por algo más grande que lo estire.

-Sr. Jeon... T-Tómeme, por favor—suplica, sin dejar de masturbar sus penes juntos. 

El ahora medio azabache le toma la palabra, apresando los muslos delgados con dureza entre sus manos y llevándolo al otro lado de la bañera donde está una parte plana que permite colocar los diferentes jabones, sales o champús que se podrían utilizar a la hora del baño, tirando de ellos a cualquier lado para así tener la posibilidad de colocar el trasero de Taehyung en la fría cerámica.

-J-Joder...—gruñe Taehyung por lo resbaladizo del sitio, y la dureza de la acción.

-Si... Eso es lo que te haré, pequeño cachorro. Joderte—simpatiza, colocándose de rodillas para proceder a llevar las piernas del chico hasta sus hombros. 

Su miembro húmedo roza la entrada palpitante del chico haciendo sisear de placer, jugueteando un par de veces entre embestidas inconclusas, hasta que finalmente el glande irrumpe entre la piel codiciando la estrechez. Sus ojos no se apartan de los cafés de su joven amante en ningún momento mientras lo penetran lentamente, casi como burlándose de la necesidad de ser tomado con dureza.

-E-Eres divino, tigrito.

-K-Kook...—jadea ronco, entreabriendo sus dulce labios para dejarse rompen en gemido con cada pequeño movimiento de cadera que empuja mucho más dentro él—amo tu pene, lo amo... Es tan delicioso. Del tamaño perfecto, grosor exacto... ¡Ah, sí!—una arremetida sorpresa lo hace estremecerse de pies a cabeza, casi consiguiendo que convulsione cortamente.

-¿Más que a cualquier cosa, pequeño?

-S-Si... Si... Dios...—luego de ello, las pieles chocar con dureza es lo que comienza a escucharse por sobre la música de reproducción automática que todavía resuena en el apartamento. 

Taehyung chilla cuando sus muslos son tomados para ser mucho más abiertos, dedos hundiendo en su piel sin poder compararse con lo profundo que está el miembro de su novio dentro suyo, aquella expresión en el hombre lo enloquece, se ve que disfrutar follarlo así, sin orden o demasiadas complicaciones, simplemente abierto para él, y... Rayos, Taehyung no podría ser más feliz de estar así de dispuesto para el Sr. Jeon.

-Umm... Ah... Hyung~

Un Hyung de parte de Taehyung en una situación como esta, explica que realmente está disfrutando el acto, le fascina ser un chico bueno, le gusta actuar como un buen pequeño para recibir mucho más de sus empujes en su estrecha entradita como recompensa. Sucio. Definitivamente es un tiger, un dirty tiger. Sus facciones extasiadas, el mordisqueo de sus labios que solo los vuelven más rojizos, sus jadeos descarados, aquellas palabras sucias que halagan por saber hacérselo. Diablos, no puede seguir viendo su cara o podría eyacular con solo eso. Extrae su miembro rápidamente, recibiendo un quejido en modo de berrinche por lo vacío que repentinamente se siente.

-De espalda, cachorro. Deja que Hyung te tome viendo tu lindo trasero—Taehyung no tarda en cumplir lo solicitado. Baja de lugar aplanado, chillando cuando su pene nuevamente se sumerge en el agua, sus manos toman el filo de la bañara mientras arquea su espalda lo suficiente hasta verse como un lindo tobogán. Jungkook no tarda en penetrarlo con dureza una vez se posiciona entre sus muslos separados, masajeando sus nalgas pálidas que son los montículos de carnes más preciosos que querría ver en su vida—me gusta cuando eres tan sumiso... Me pones tanto—comienza arremeter, deslizando en medio de caricias una de sus palmas a la melena rubia para tirar solo un poco hacia atrás y así tomar su oreja entre sus dientes.

Taehyung deja de poseer cosas en sus mente, solo centrándose en el rozar de la punta contraria en su próstata sin consideración alguna. Sus vellos se erizan al agua volverse excesivamente fría con el paso de los minutos, más su cuerpo está lo suficientemente caliente como para no percibir todo tan helado. Sus testículos comienzan a ser acariciados al igual que su pene que se ha encogido algunos centímetros, volviendo rápidamente a su tamaño más extenso por la insistente estimulación de esos dedos gruesos por sobre su sensible prepucio. 

Le gusta, nunca había disfrutado tanto ser tomado de esta forma dura. Las embestidas son tan precisas, tan profundas, creería que está buscando abrirlo mucho más allá de lo permitido... Quiere más, está tan cerca de llegar.

Su propio trasero acompaña las embestidas sin pudor un momento después, gimiendo palabras casi inentendibles que hace que Jungkook lo tome más fuerte, sacando su polla en su totalidad para luego arremeten contra su ano poco lubricado sin importar que chille al ser brusco, aunque el chico no lo diga con palabras, adora demasiado ser tomado de esta forma tan poca considerada.

-H-Hyung... Hyung... V-Voy—un chillido bastante agudo para su tono normal de voz, retumba las paredes del lugar mientras todas sus extremidades ceden ante el placer que le hace perder el centro por escasos segundos. 

Jungkook se encarga de mantenerlo estabilizado sin dejar de penetrar lento en busca de su propio orgasmo que se avecina debido a lo contraído de las paredes anales del pequeño. Un par de empujes después, y baña internamente de su semen blanquecino a Taehyung con demasiado deleite.

-U-Umm... Vaya, eso fue intenso—suspira sobre su oído entrecortadamente—ahora si te bañaré cachorro, solo déjame cambiar el agua y juro limpiarte muy bien—dice bajo, saliendo de su interior y trayéndolo consigo una estela de semen que vuelve a meter con ayuda de sus dedos un par de veces.

Aunque nadie reclamará si decide continuar con la práctica acuática por un rato más, ¿O sí?  


―•♡•―


-Bebé... Despierta—solicita Jungkook por quinta vez, moviendo delicadamente uno de sus hombros descubiertos por la sábana. Los párpados de un adormilado Taehyung apenas se abren por unos segundos enfocando su visión en Jungkook que solo le sonríe de vuelta completamente enternecido de poder gozar una vez más la manera tan atractiva que tiene de despertar por la mañana, o mediodía, en esta oportunidad—bello durmiente, se nos hace tarde. Vamos... Termina de levantarte— pide.

-Umm no, no quiero. Estoy agotado—se queja con un mohín, estirando con flojera sus extremidades y deshaciéndose sin querer del calor de la sábana.—tengo frío... Cúbreme—balbucea.

Una vez la sábana cede, comienza a ser notorio su escultural cuerpo al natural que no ha vestido prenda desde que Jungkook se la quitó la noche anterior para hacerle el amor en la cama, luego en la ducha y finalmente en la cocina. Podría sentirse tímido ante el recuerdo de ser empotrado tantas veces en cortos periodos de tiempo, pero la verdad es que está demasiado cansado físicamente como para prestar atención a esos maravillosos orgasmos conseguidos.

-Nene, no. Hoy tenemos que partir a Busan, ¿Recuerdas? Se supone que saldríamos en la mañana y ya casi es mediodía—como si esas palabras fueran mágicas, Taehyung levanta la cabeza que estaba enterrada entre dos pomposas almohadas y abre la boca sorprendido de haber olvidado ese viaje. ¡¿Cómo se olvida algo que estuvo esperando los últimos días!?.

-¡S-Soy un tonto!—exclama horrorizado, colocándose de pie en medio de tropezones por haberse enredado con la tela de su cobertor gris que está medianamente en el piso—¡Kook! ¿Por qué no me despertaste antes? Uh, yo en serio quería almorzar Bulgogi en Busan—se queja triste, corriendo al baño para poder ducharse rápidamente.

El hombre mayor que ya está completamente preparado, solo se queda allí acostado apreciando la manera en la que Taehyung entra y sale del baño en medio de berrinches por la comida que no comerá sino hasta entrando la tarde, sobre su cabello ondulado y aquel dolor en la cadera que se lo adjudica completamente a su pareja por haber sido demasiado fogoso con él la noche anterior. 

Jungkook sonríe como un tonto al verlo tan juicioso al ocupar su tiempo en la elección de su ropa para este día, constando de un crop top de tono rojo que llega por encima de su ombligo, un sencillo pantalón de jeans y sus eternas converse blancas que a pesar del tiempo de vida que poseen, se ven medianamente decentes. Aparte de ello y que no podría faltar, deja a la vista un abrigo largo de color beige que muy posiblemente le llegue a las rodillas por lo amplio que aparenta ser.

Una vez moldea su cabello dejando los rizos más pronunciados en las puntas, aplica delineador en sus párpados para seguidamente cubrir el brillo de su piel con compacto de su tono. No coloca rubor, pero sí un poco de bálsamo de aquel redondeado huevecillo con carita feliz que compró no hace demasiado tiempo. Quiso por un momento ocupar lentes de contacto azules o verdes, pero al recordar que todo aquello se vuelve molesto con el frío, prefiere evitar tener algo que pueda irritar sus ojos. 

Luego de concluir, encuentra la mirada resplandeciente de Jungkook a través del espejo completamente hipnotizado por lo encantador que puede llegar a ser con tan poco esfuerzo.

-¿Qué dices? ¿Está bien así? I-Igual no conoceré hasta mañana a tus padres, así que decidí coger una ropa más relajada por hoy...—explica, dándose la vuelta para mirarlo directamente. Jungkook fácilmente podría decir que no le importa lo que utilice con tal que le guste y se sienta cómodo respecto al clima, pero es que no puede conectar con su cerebro si aquella preciosura persiste en morder ligeramente su labio en medio de un nerviosismo que obviamente no debería de existir—Espera... ¡Los guantes!—recuerda, antes de comenzar a buscar nuevamente entre sus cosas.

Jeon podría decir abiertamente que adora la forma despistada que a veces posee Taehyung con algunas cosas, pero lo que realmente sucede cuando lo ve así de perdido, es que se enamora mucho más como un pequeño crío anonadado. Su bebé es tan tierno, tan considerado, tan auténtico. No existe otra alma en este plano terrenal que resonara tanto como la de Taehyung, él grita libertad con cada una de sus acciones, sus estados de ánimo, su forma de ser grandioso y único.

Ama cada pequeña cosa que el chico le ha enseñado desde que se conocen, cada lección la aprecia como si fuera dictada por un ángel que ha descendido del cielo solo para guiarlo de vuelta a su vida, a sus metas, a su tiempo.


...


El viaje hacia Busan es de un par de horas a carretera, por supuesto que Jungkook sugirió tomar un vuelo que tardaría un máximo de 30 minutos, pero fue el mismo Taehyung quien declinó la oferta y solicitó que fueran en auto aprovechando que a estas alturas todavía no ha caído la primera nevada del año.

Ese gran detalle es realmente sorpréndete debido a que en inviernos pasados las nevadas comenzaron casi que desde el primer día de diciembre. Los expertos informaron que la demora en este fenómeno meteorológico se debe al cambio climático que está presentado el mundo debido al efecto invernadero. Obligado a ello, se espera que la nieve llegue entre los primero días de enero y se extienda hasta febrero o incluso mitad de marzo, afectado así, a todos aquellos eventos que se realizan al florecer las flores de cerezo.

Taehyung nunca le había interesado realmente detenerse apreciar las estaciones más allá de quejarse porque hacía demasiado calor o frío. Aunque si tuviera que escoger, definitivamente preferiría el otoño, ya que el verano es un martirio que solo lo hacen sentir que se morirá deshidratado en algún momento. 

Sin embargo, primavera es una época bastante bonita, jovial, la adecuada para salir de la mano de la persona que quieres y visitar los diferentes puntos donde florecen los cerezos... Nunca ha salido apreciar esa época con alguien, ni siquiera con YeonJun. ¿Por qué siente que sería muy lindo hacerlo con Jungkook? No sabe, quizás ir de las manos y tomar alguna fotografía bonita que atesoraría para sí mismo durante el transcurso del tiempo.

Oh, se siente como un niñito enamorado. Quizás así es como debía concebirse cuando tenía 14 o 15 años, ilusionado de hacer regalitos cursis, dedicar canciones o invitar a paseos con la meta de tan siquiera tomar la mano de su acompañante mientras ambos se vuelven un manojo de nervios. Pero a diferencia de eso, todo fue verdaderamente turbio para él. Al menos ahora sabe que todas aquellas primeras veces que nunca pudo tener, las desea cumplir con el hombre que maneja tranquilamente a su lado desde hace ya más de dos horas.

Hace no demasiado tiempo pararon en una estación de servicio para llenar el tanque del auto y conseguir alguna comida chatarra que podría servir de bocadillo para el resto del viaje. Taehyung aprovechó el momento para reabastecer su cajetilla de cigarrillos que tocaba únicamente en ciertos puntos donde el estrés es demasiado, proponiéndose internamente que los dejaría por completo con el paso de los meses. Junto a ello, también compraron dos botellas de Soju sabor manzana que fueron seleccionadas para entrar en calor una vez estuvieran instalados en el hotel que ocuparían al llegar. 

Pese a lo dicho, Taehyung no mantuvo sus manos fuera de ellas señalando que solo bebería un trago, y concluyendo por sí solo, con una de esas antes de llegar a Busan.

Sus mejillas encendidas, sus labios dejando salir torpemente la letra de una ruidosa canción que colocó desde el reproductor del vehículo, haciendo carcajear en diversas oportunidades al mayor por lo lleno de energía que aparentemente está por aquella bebida y la ilusión de visitar por segunda vez dicha ciudad. 

Alrededor de las cinco treinta de la tarde, estacionaron el auto para poder comer un poco de Bulgogi en uno de los pocos sitios de preferencia de Jungkook. Seguidamente, Taehyung pidió lleno de ilusión dar un paseo a pie por el centro a pesar que para esa hora el frío traspasaba los abrigos sencillos que ambos decidieron vestir al salir del apartamento, terminando así, comiendo tteokbokki, unos mandu rellenos de kimchi y twigim en algunos puestos informales que se encontraron en su camino.

-Oh~ Creo que he comido muchísimo... Mira—con las mejillas y nariz coloradas, destapa solo un poco el abrigo para enseñar su pancita abultada a Jungkook, como muestra de que efectivamente se excedió al ingerir tres mandu rellenos de forma seguida. El hombre niega con ternura, ajustando mucho mejor la bufanda en el cuello del chico junto con aquel gorro peludo que no pudo evitar adquirir al mirarlo tan desabrigado—creo que mejor nos detenemos un momento ¿No?—menciona, sentándose rápidamente en una banca perteneciente a una plaza repleta de personas de todo tipo.

Jungkook copia su acción, acomodando su propia bufanda azul marino hasta poder ocultar sus labios entre la cálida tela gruesa. Aunque el clima esté casi por los 3 grados, los más jóvenes de aquella ciudad parecen ignorar ese detalle mientras se encaminan a las salidas nocturnas que muy posiblemente terminarán con más de uno abrazando amorosamente el inodoro. 

Bueno, tampoco es que Taehyung pueda decir demasiado si él también hizo eso mismo muchas veces, y es que salir cuando hace frío ayuda a que entres en verdadero calor.

-¿Qué quieres hacer?—pregunta el medio azabache, ganándose un levantamiento de hombros indeciso del rubio que solo puede mirar de aquí para allá en busca de grabarse todos los detalles posibles—Umm llevo demasiados años que no visitaba a Busan para pasar el rato, normalmente he venido a cuestiones laborales que no me tomaban ni un día entero en solucionar—aclara, frotando la mano enguantada de su pareja—aunque hay un sitio al cual quisiera llevarte, pero en este instante debe de estar ocupado de demasiadas personas... Así que... Será en otro momento.

-No, no, nada de eso, Kook~ llévame ¿Si? Quiero saber a dónde es—insiste mimoso, solo ganando una negativa dulce que ubica a ambos labios helados en un diminuto beso. Entendiendo que no logrará nada por más que solicite ir hacia aquel lugar, deja reposar su cabeza en el hombro del mayor pensando qué podrían hacer un viernes por la noche en una ciudad que se va avivando con el paso de las horas pese a las condiciones climáticas... ¡Claro!—¿Y si vamos a bailar?—sugiere de repente, con ojos centelleantes. Es definitivo, no quiere perder la oportunidad de ir a algún sitio nocturno en compañía de Jungkook. Igualmente, ha transcurrido demasiado desde que no está en medio de una pista de baile luego de haber bebido todo el alcohol de la barra—a esta hora debe de haber abiertos algunos bares ¿No es así? ¡Vayamos!

-¿Hablas en serio?—alza una ceja interesado, recordando que quizás no esté vestido para la ocasión, más no pudiendo contra aquellos redondos ojos que le carcomen el alma pieza por pieza. Suspira rendido. Contundentemente debe comenzar a trabajar en no ceder en todo lo que Taehyung desea. Aunque tampoco cree sea malo tomar algo en compañía de su pareja—está bien, está bien. Vayamos algún sitio donde podamos pasar el rato... Eso sí, debo avisar que no soy el mejor bailarin del mundo, pequeño.

-No debe preocuparse, Sr. Jeon. Solo será un rato. Y... Yo le enseñaré todo lo que necesite en cuanto a mover el esqueleto—es la respuesta feliz que recibe, antes de verlo colocarse de pie y tenderle una mano para que lo siga sin saber realmente a dónde ir.


...



La mayor mentira que le dijo, es que no fue solo un rato.

Más Jungkook no puede quejarse de las vueltas inesperadas de aquella noche que perdió por completo la frialdad una vez el local se fue llenando de jovencitos llenos de vigor. Primeramente ambos pidieron tres rondas de un simple Vodka en los banquillos de la barra, poco tiempo después, Taehyung fue dejando el abrigo a un lado y comenzó a sonsacarle para que bailaran un poco, incluso, cuando nadie allí lo hacía todavía. 

Un avergonzado Jungkook acabó colocándose de pie siguiendo los movimientos vivos del rubio que solo podía reír tan sinceramente como nunca lo había hecho en medio de esos lugares.

Realmente salir a bailar podría ser muy divertido si a tu lado está una persona de tu plena confianza, esa con la que puedas hablar de lo que sea o besar repentinamente si lo deseas. Esa que te cuida por sencillo instinto o simplemente pide que pares si estás demasiado acelerado con el alcohol. De esa manera es Jeon Jungkook, y Taehyung no podría sentirse más agradecido de poseer en una misma persona al cómplice de sus travesuras, a su amante, a su amigo, a su novio y mejor apoyo.

En un par de ocasiones durante la noche, el chico fumó uno que otro cigarrillo en la parte exterior del bar mientras era custodiado por un par de ojos oscuros que ya lucían brillosos por esos tragos de más que por su sistema corrían. Se besaron en dos oportunidades en el baño de forma poco decente, y en una de ellas, Taehyung casi termina de rodillas chupando su polla por las hormonas a flor de piel; cosa que no pudo ser, debido a que Jungkook no estaba dispuesto a experimentar aquella situación en un baño tan poco higiénico como ese. 

Concluyendo así un par de horas después, con la música aturdiendo sus oídos como nunca lo había hecho alguna vez. El sudor escapando de sus poros con cada descarga de una sensación que lo hace casi perder la cabeza, alucinar. El cuerpo curvilíneo que se mueve con auténtica gracia contra el propio, consigue que el calor que creía ya había alcanzado el punto máximo en sí mismo, continúe el sendero de la perdición, de la legítima libertad.

Nunca había creído que algo como esto podría sentirse tan bien, no siendo necesario de alguna droga para poder experimentar las olas de adrenalina brotar, solo la disposición, la alegría y no menos importante, la persona correcta que te haga explorar situaciones que suponías no estaban ya hechas para ti.

Los dedos de Jungkook jugueteando con el inicio del pantalón que ajustan perfectamente la cadera de Taehyung, buscando entre pequeños toques sutiles el piercing de su ombligo que tan loco lo vuelve cada vez que tiene la oportunidad de tocarlo, ocasionando que la sonrisa pícara del más joven no pueda abandonar sus labios ante aquellas caricias que se camuflan perfectamente por el baile sensual que están llevando desde hace rato atrás.

El aliento de Jungkook en su cuello lo hace erizar, ir mucho más lento en el movimiento de sus glúteos contra aquel miembro que de apoco se va llenando entre su propia ropa. No saben exactamente qué hora es, pero ambos creen que deben ser como la cinco o llegando a la seis de la mañana. La gran mayoría de persona se han ido, solo quedan aquellos que están muy borrachos para tomar caminos solos u otros como ellos mismos, que tomaron lo sensato para que el sueño se perdiera, pero no llegando a interrumpir su conciencia.

Jeon pudo descubrir durante esta noche dos cosas importantes sobre Taehyung, una de ellas es que el chico es realmente duro para emborracharse, muy, muy, muy duro. Es decir, tomaron poco más de dos botellas de ron completas y puede jurar que está tan cuerdo como al principio de la salida. A demás, es demasiado coqueto. ¡Dios santísimo! ¡Es muy peligroso! Lo estuvo enamorando con sus caderas, con sus insinuaciones con doble sentido, con aquella miradita de chico bueno que lo incitaba a caer en el pecado de sus labios y algo más...

Por su parte, Taehyung adora, realmente adora sentir a su alrededor aquel cuerpo que lo protege, moviéndose junto con él sin necesidad de tener que discutir sobre lo que hacen o dejan de hacer, son jóvenes todavía, joder. Por siempre jóvenes serán sus almas a pesar de que su cuerpo muestre distintos cambios con el pasar de los años. Esto son, almas libres que poseen la dicha de poder juguetear por el mundo siendo unos perdidos enamorados de la rebeldía del otro. Sentir, vivir, eso es lo que sabe le espera en este sendero.

Entonces sus labios se vuelven a encontrar en un beso húmedo, profundo, de esos que parecen querer consumirte hasta el centro de tus pensamientos. Sus lenguas se acarician desesperadas, sus salivas se entrelaza volviéndose una, sus dientes cumplen con la labor de mordisquear de vez en cuando los labios contrarios tornándose hinchados, rosados. Arrebatan el oxígeno del otro sin importar que pudieran morir asfixiados; porque esta vez están completamente seguros que una forma bastante dulce de perecer sería en los belfos perfectos del otro que otorgan ese jovial sentido de adicción.

Las manos amplias de Jungkook bajan hasta el trasero de su chico presionando sus glúteos sin recato, robándole un gemido bajo que cesa sobre sí mismo. Esta clase de toques que siempre ha creído deberían darse en la privacidad de un lugar adecuado, explotan en él sin poder contenerse demasiado. No cree que este bien algo como eso, pero no puede evitar marcar su posesividad sobre Taehyung cuando un par de hombres asquerosos lo codician por ser y verse como una reliquia demasiada exótica que deberían reclamar. Educadamente de su parte, que se vayan al infierno. Kim Taehyung no es chico de merecer aquellas obscenas miradas si no van acompañadas de otras de amor más atrás.

-El Sr. Jeon está marcando territorio— expone el rubio en medio de una pequeña burla cerca de su oído, sintiéndose muy complacido de que a veces actúe por instinto y no solo por las normas que dicta su conciencia. No lo mal entienda, por supuesto que prefiere a un hombre con cerebro antes de un impulsivo de mierda que solo pueda alterarse con cada pequeña cosa. Pero hay momentos así, como estos, en los que le encanta sentir que hay alguien que verdaderamente le incomoda tanto como sí mismo, aquellos piropos o miradas indiscretas que se lo comen lentamente—Hyung... Usted es tan absurdamente sexy cada vez que golpea su mejilla interna con la lengua—ronronea, chupando un poco el lóbulo de su oreja—me trae recuerdos gratos de usted golpeando con su lengua entre otras mejillas~

Una diminuta nalgada hace saltar cómicamente al chico, calentando sus mejillas incluso más de lo que la propia humedad del sitio ha causado. Aquel entrecejo fruncido, posesividad y mirada, hacen que la timidez auténtica en Taehyung aflore. Conoce aquella expresión de lujuria en el hombre, joder, realmente han experimentado en el ámbito sexual muchas cosas sucias...

-Dirty tiger, no juegues con Hyung o saldrás perdiendo... Sabes que no suelo tener consideración de ti cuando me provocas descaradamente en lugares no idóneos para cumplir tus caprichos—advierte, besando la forma de su mandíbula con cuidado.

-S-Soy un buen chico—se defiende, volviéndose una gelatina por solo ese pequeño camino de besitos. Una risita después, Jungkook decide que todo aquello ha sido suficiente para ellos. Rodea en un abrazo sudoroso al pequeño, dándose cuenta de lo resentido que están ambos cuerpos por aquella no planeada salida de fiesta—¿Nos vamos? Creo que estoy exhausto.

-Umm... Quisiera enseñarte lo que mencioné anoche antes de que nos vayamos a dormir. No está demasiado lejos, quizás a diez minutos a pie. ¿Qué dices? ¿Vamos?

-¿Con usted? Hasta las mismísimas estrellas, Sr. Jeon—asegura, con una sonrisa bastante floja.

Luego de poder ubicar los abrigos que quedaron en la pequeña mesa que ocuparon durante la noche, deciden abrigarse con todo lo humanamente posible o quedarían como un par de cubitos de hielos enamorados a la hora de salir del cálido lugar. Se supone que ellos ya tienen una reservación en un hotel bastante cómodo, pero mientras caminan a ese lugar que Jungkook quiere enseñar, deciden que sería una perfecta idea visitar cualquier otro que quedara mucho más inmediato a su lugar actual o posiblemente caerían rendidos en medio de la calle.

Un par de minutos después, terminan llegando en un mirador cercano que Jungkook ocupaba mucho cuando era un adolescente y quería perder algunas horas clases. También recuerda perfectamente que aquí utilizó por primera vez un telescopio que pertenecía a unos estudiantes de astronomía que hacían apuntes de algo que no recuerda inmediatamente. Tenía quizás siete u ocho años, cuando pudo mirar la inmensidad de lo que uno cree no es posible, desde ese instante, él se enamoró del cielo. 

Así, como lo está de esta persona a su lado que comparte su propio calor en busca de protegerlo.

-Aquí nació el primer sueño de mi vida—dice bajo, admirando el entorno con nostalgia. La playa se ve desde aquel lugar, y más allá, el gigantesco e imponente mar que parece perderse genuinamente con el mismo cielo. Todavía no amanece completamente—era un niño bastante normal, no aguardaba verdadero interés en algo más allá de jugar o ver televisión. Pero ese día en particular, pude decir por primera vez en mi existencia que quería ser algo. Astronauta—ríe brevemente, abrazando a Taehyung que se pega de su cuerpo—más tarde supe que podía mirar más allá de lo que uno ve con estos prácticamente ciegos ojos, sin tener que salir del planeta. Astrónomo sería mi carrera, de eso estaba seguro desde hace mucho... Pero tuvieron que pasar treinta años, Tae. Treinta largos años, para que yo pudiera hacer lo que dije a mis nueve años. ¿No es eso increíble?

-La vida es impredecible, verdaderamente—apoya, admirando desde su perspectiva un lugar tan significativo como este. Quizás para mucho sea un sitio más, pero para Jeon JungKook aquí se marcó el inicio de su amor hacia el universo—lo has hecho, mi amor. Realmente estás cumpliendo lo que tu niño deseó...

-Así es. ¿Y qué hay de ti?

-¿De mí?

-¿Qué deseó tu niño de nueve años?—pregunta más claramente, logrando que una risita tonta brotara del rubio—¿Es algo gracioso?—curiosea.

-Umm no lo sé realmente—comienza tímidamente, percibiendo el medianamente oscuro cielo. Uh... ¿Eso que ha caído en su nariz es un copo de nieve?—me gustaba leer mucho, así que leía todos los cuentos que encontraba por allí. Entre tantos, pude conseguir uno que trataba de un hombre y una mujer que pasaban por diversas etapas, ¿Sabes? Noviazgo, matrimonio. Seguidamente el hombre se volvió un papá muy trabajador, y la mujer una mamá que siempre cuidaba de su casa, donde residía su pequeño hijo. 

>> No recuerdo qué pasaba con ellos exactamente... Pero a esa edad lo que más deseaba era tener una familia así. Un papá que jugara conmigo, una mamá que cuidara de mí y un hermanito al cual pudiera leerle para que su imaginación aflore tanto como la mía. Así que me dije a mí mismo que si no podía tenerla en ese momento, entonces la conseguiría cuando fuera mayor... Que me casaría así como la mujer, y que tendría un bebé—niega abochornado de su niño pasado—Desde siempre quise ser querido y pertenecer a un lugar que pudiera llamar hogar. Más las cosas fueron cambiando de rumbo poco a poco... Supongo que es normal, ¿No?

-¿Has perdido esas metas personales?—pregunta seriamente Jungkook, alzando el mentón del chico entre sus dedos. Taehyung no sabe qué responder realmente, ahora está junto a una persona maravillosa que le está enseñando una forma distinta de pertenecer a un hogar, esa manera en la que no es necesaria mayores lazos legales, solo el querer con el corazón—porque puedo jurarte que no tendrás que esperar treinta años para que eso suceda, pequeño.

-¿Q-Qué me estás...?—otro par de copos más acarician su carita. En serio está nevando...

-Se mi esposo—pide suave, adulando su mejilla que comienza a tomar un color rosa—Cuando termines tu carrera universitaria, cásate conmigo en alguna parte del mundo donde nuestro amor no sea juzgado. Sé mío de todas las maneras existentes. Tengamos ese hogar que deseaste tener a los nueve. Planeemos dar vida a unos hijos que puedan escucharte leer por las noches. Viajemos a Irlanda, tirémonos de paracaídas, compremos un auto un Dodge clásico de color azul, tomemos, bailemos... Dios, todo lo que sea que deseemos, hagámoslo juntos.

Porque aquí, o incluso más allá de la oscuridad del universo observable, por fin somos libres.



► Astroboy- Suggi.


-AlHanyG

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