🍬Dulce o truco🍬
—Hermana ya estamos aquí para ver al pequeño Davet. —Los hermanos Forger entraron como una estampida apenas el pequeño les abrió la puerta.
—Tíos, padre y mami están preparando sus disfraces para esta noche —les informó Davet al verlos caer al suelo al mismo tiempo por la emoción.
—Ya veo irán a pedir dulces como cada año. —Yoid fue el primero en levantarse y le tendió una mano a su gemelo Yoir.
—Eso significa que podemos unirnos también —añadió Yoir con una misteriosa sonrisa en su rostro.
—Claro, papá me dijo que alguien de su confianza me acompañaría porque...
Davet seguía hablando, pero ambos hermanos se enfurecieron al escuchar la sola mención de Damián.
«Ese mocoso de Damián Desmond espero que le den el susto de su vida esta noche, así no le quedarán ganas de salir con nuestra hermana, de esa manera ella y el pequeño Davet serán solo nuestros este Halloween»
—Davet debes tener cuidado al abrir la puerta, ¿Te fíjaste antes de atender? —su padre lo reprendió un poco apareciendo por la cocina con un disfraz que parecía ser de un pirata, pero había algo raro en él.
—Si lo hice, solo eran mis tíos, no hay peligro —el pequeño Davet sonrió de forma adorable para evitar más reclamos de su padre.
—Por eso mismo lo decía esos tipos definitivamente son peligrosos —murmuro en voz baja antes de voltear y saludarlos con una sonrisa radiantemente falsa—. Sean bienvenidos, Forger.
—Hola Desmond. —Los gemelos imitaron el saludo fingiendo una sonrisa amable era algo que se les daba muy bien.
—¿Damián ya terminaste de arreglar tu disfraz? —Anya apareció detrás de él saliendo del baño con un disfraz de princesa.
—Ya casi, no tardare mucho, ¿Por qué no vienés a saludar a tus hermanos? —Damian la mando al frente, quiso usar a Anya como escudo para salir con vida de la visita de los hermanos Forger.
—¡Hermana! —ambos hermanos la miraron con admiración, casi se puede decir que brincaron chispas de sus ojos al verla.
—Vaya, Yoid, Yoir no pensé que llegarían tan temprano. ¿Cómo está papá y mamá? —Anya fue a abrazarlos y les preguntó por sus padres.
—Todo bien, ambos te extrañan mucho —le informó Yoid.
—Dijeron que vendrían a la fiesta de esta noche, así que podrás verlos pronto —añadió Yoir.
—Eso es genial, por cierto, ya que están aquí les quería pedir un favor.
—Lo que sea por ti hermana.
—Solo dilo y lo cumpliremos.
—Gracias, es que Damián y yo olvidamos comprar los dulces y refrescos para la fiesta de esta noche.
«¿No querrás decir que te los comiste todos porque no pudiste resistirte hasta esta noche?»—Anya leyó el pensamiento de Damián que seguía en la cocina tratando de arreglar su disfraz, al parecer quería convertirlo en uno de Bondman.
«Nuestra hermana se comió todos los caramelos de nuevo»
«Es tan linda, aún parece la niña que solíamos cuidar, aunque siempre solía decir que era mayor que nosotros»—también leyó los pensamientos de sus hermanos.
«¿En serio me conocen tan bien? ¿Cómo es que me cuidaron, si se supone que yo soy la hermana mayor? »—se reclamó Anya internamente.
—Es verdad, los caramelos se acabaron porque mami se los comió todos apenas esta mañana—la delató Davet.
—Olviden eso. —Anya corrió para taparle la boca a su hijo rápidamente—. No, claro que no, eso no fue lo que paso Davet, en fin, hermanos ¿Pueden quedarse con Davet y llevarlo a pedir dulces mientras Damián y yo vamos de compras?
—Por supuesto.
—Lo cuidaremos de todo mal. —Los gemelos parecían soldados con una misión jurada.
—Su Alteza Damián ya estamos aquí —Emile y Ewen casi derribaron la puerta al hacer su gran entrada.
—¡Oh, los tíos por parte de padre llegaron! —exclamó Davet quitando la mano de su madre de medio para poder saludarlos correctamente.
—¡Qué bien! —Damian parecía aliviado de ver a sus dos mejores amigos.
—¡Oh, bienvenidos! ¿Pero qué hacen por aquí? La fiesta no comenzará hasta más tarde. —Anya parecía sorprendida.
—Su Alteza Damián dijo que tenía una tarea muy importante para nosotros antes de empezar con la celebración —explicó Emile muy emocionado de ver a Davet y a Damián.
—Así es nos pidió que cuidáramos del pequeño Davet mientras ustedes dos salían —añadió Ewen antes de percatarse de la presencia de los gemelos Forger—, ¿Ustedes que hacen aquí? —los señalo.
—No es obvio nuestra hermana nos pidió cuidar a Davet. —Yoid solo dijo aquello y junto a su hermano decidieron ignorar a los amigos de Damián para centrar toda su atención hacia Davet.
—¿Así que tú los invitaste? —le preguntó Anya a Damián.
—Así es.
—Bien, gracias por venir tengo que hablar con Damián un momento ya volvemos. —Anya se llevó a su esposo a la habitación para que pudieran conversar sin que nadie los molestara.
—Davet es el vivo retrato de nuestra hermana, por eso es tan lindo —lo halago Yoid.
—Están ciegos su Majestad Davet es el vivo retrato de su Alteza Damián —replicó Ewen.
—Bueno en realidad... —Davet quiso hablar, pero fue rápidamente interrumpido.
—Gracias a Dios no salió al tipo egocéntrico y mezquino de Desmond—comentó Yoir.
—¿Nos están ignorando? Davet ven con nosotros tus tíos favoritos ya están aquí. —Emile quiso acercarse para tomar la mano de Davet pero los gemelos lo detuvieron con sus feroces miradas.
—Aquí vamos de nuevo. —Davet suspiro y se alejó calmadamente hacia una esquina para observar el espectáculo.
—¿Qué tíos? ¿Cómo pueden ser sus tíos? Ni siquiera tienen parentesco con el mocoso que tuvo la suerte de casarse con nuestra adorable hermana —grito Yoir en la cara Emile.
—Por supuesto que somos sus tíos, su Alteza Damián y nosotros somos mucho más cercanos que hermanos, así que tenemos derecho a que Davet nos llame tíos —replicó este sin verse intimidado, bueno después de todo él no sabía a quien se estaba enfrentando.
—No más que nosotros, que somos los legítimos hermanos de la familia Forger —Yoid sonó desafiante.
«Somos hermanos de Anya, pero no llevamos la misma sangre, aun así, la amamos como nuestra verdadera hermana y la hemos cuidado desde que tenemos memoria, no entiendo porque decidió quedarse con ese tipo Desmond, él nos robó el amor de nuestra hermana, pero no ocurrirá lo mismo con Davet, él es sólo nuestro no permitiremos que llame tío a nadie más que a nosotros»—pensaron ambos decididos a lograr ganarse el puesto como el mejor tío para Davet.
Los gemelos Forger estaban muy bien coordinados no era para poco después de todo eran los hijos de Loid y Yor, quienes los entrenaron en sus respectivos trabajos. Yoid es un espía perfecto para ocultar sus emociones, pero cuando se trata de su hermana Anya, no hace falta decir que está dispuesto a todo y no se contiene para defenderla. Por otro lado Yoir es más sensato su madre le enseño la importancia de contenerse para evitar el derramamiento de sangre innecesario, además de que él tiene fobia por la sangre así que es más cuidadoso para los asesinatos que realiza, odia la suciedad y al igual que su hermano gemelo está dispuesto a todo por cuidar de Anya y Davet.
Ambos hermanos odian a Damián y a la familia Desmond, pero más a Damián por quitarles a su amada hermana, lo perdonaron un poco porque Davet es adorable y bueno no podían dejarlo sin padre.
—Como sea nosotros somos los mejores tíos.
—No somos nosotros.
—¡Alto! —Davet los detuvo y se interpuso entre ambos pares antes de que comenzará una lucha irremediable—Ustedes quieren saber quién es el mejor tío para mí ¿verdad?
—Así es —respondieron los cuatro a unísono.
—Entonces, tíos de parte de mami, ustedes son los hermanos de mami y, ustedes tíos de parte de padre, son los mejores amigos desde la infancia, ambos tienen puntos válidos para ser reconocidos, pero no es suficiente.
—¿No es suficiente?
—Así es, ¿Qué es lo que haría el mejor tío del mundo? Cuidar y darle todo lo que quiere a su sobrino favorito. Y para saber quién tiene el honor de ser el mejor tío, solo hay una forma, hacer una competencia. —Davet quería algo de emoción.
—¿Competencia?, ¿Pero de qué trataría? —tanto los gemelos como los amigos de Damián estaban algo confusos pero emocionados por lo que seguiría.
—No teman, ya lo tengo todo planeado —Davet sacó a relucir un poco de la personalidad que había heredado de Anya al sonreír como ella por un momento.
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—¿Estas escuchando eso? —Anya le reclamo a Damián por el escándalo que se producía en la sala de su casa.
—No escuche nada —él se quiso hacerse el desentendido.
—¿Sabías que mis hermanos venían por qué llamaste a tus lacayos? —le volvió a reclamar.
—Es lo justo y no son mis lacayos, son verdaderos amigos. —Fue todo lo que atinó a decir Damián porque se puso nervioso al ver a Anya enojada, pensaba que era linda, pero eso no le ayudaría.
«Podría ceder a todo lo que me pidieras ahora mismo, pero eso es muy peligroso»—pensó él mientras desviaba la mirada para no tener que ver a su esposa a los ojos.
—¿A qué te refieres con qué es lo justo? Y deja de pensar cosas extrañas —lo regaño.
—Es solo que tú tienes a ese par que cada vez que viene intenta matarme con la mirada, yo necesitaba a alguien que esté de mi lado. Ahora estamos iguales, es lo justo —explicó a las apuradas—. Será mejor que nos vayamos ya es tarde —intento desviar el tema.
Anya lo pensó, realmente era cierto que sus hermanos odiaban a Damián y hubo unas cuantas veces en que en serio querían desaparecerlo, ella tuvo mucho trabajo para evitar eso sin alertar tanto a Damián; no podía decirle nada de eso por la paz de su familia y además porque realmente no paso nada, al menos nada que Damián haya notado directamente, debía entenderlo, en parte él tenía razón; sin embargo eran sus hermanos y Damián un cabeza dura que necesitaba de sus amigos para enfrentarlos así que decidió darle solo un diez por ciento del castigo con un reclamo por esa única vez y luego reconciliarse rápidamente.
—Damián, yo... —antes de que Anya pudiera terminar de hablar se escuchó un gran estruendo en la sala.
Ambos salieron rápidamente preocupados por la seguridad de sus amigos y sobre todo de Davet, pero cuando llegaron descubrieron su casa hecha un caos, Yoid y Yoir ocupaban casi toda la sala con dos enormes bolsas de caramelos de dudosa procedencia, mientras que Emile y Ewen tenían unas pocas bolsas con dulces y pasteles importados de alta gama que parecían ser de lujosas marcas. Había una ventana rota y el marco de la puerta salido, pero lo más extraño de todo era ver a Davet sentado sobre la mesa del comedor en un pequeño trono dorado hecho de caramelo y adornado con malvaviscos de colores, en su cabeza llevaba una corona de gomitas y galletas de vainilla que lo hacían parecer el rey de los dulces.
—¿Qué sucedió aquí? —les reclamaron Damián y Anya al mismo tiempo.
—Una competencia de dulces —anunció Davet—. Quien me traiga los mejores dulces se llevará el título del mejor tío —explicó mientras disfrutaba de una barra de chocolate con maní.
—¿Qué? —ambos padres estaban confundidos.
Era obvio que Damián era la combinación perfecta de ambos, tenía la inteligencia calculadora de Damián y su liderazgo para conseguir todo lo que quería, mientras que de Anya heredó su amor por los dulces y el chocolate con maní.
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