Confidente (Damianya)

N/A: SPOILERS del capítulo 96 y 104, que para quien no lo ha leido, basicamente Damian le contó a Jeeves sobre lo que sucedió en el baile (cap 96) y Jeeves se lo contó a Melinda. No me pude detener de imaginar lo que Damian debió decirle y así nació esta historia.

...


Salió del edificio caminando con rapidez hacia el auto que estaba estacionado en la puerta del Edén, subió sin vacilación, cerrando la puerta con fuerza. Guardó su rostro entre sus manos, intentando calmar los latidos de su pecho, esos que tanto odiaba por ser tan ruidoso. Recobró la compostura en el auto y observó sus manos con detenimiento, aún podía sentirlo, sus manos contra las suyas.

—¿Está listo, Señorito?

Damian levantó la mirada, para ver la mirada a través del retrovisor que observaba todos su movimientos.

—Si, Jeeves, podemos irnos.

Damian apoyó su codo en la puerta del auto y miró hacia afuera, a pesar de los cristales polarizados. Irían a casa, ese fin de semana no se encontraba nadie ahí, así que podría estar solo en la mansión Desmond. No recordaba cuándo fue la última vez que fue a casa estuvo su familia, además que eso le ayudaría a calmarse.

—¿Y... qué tal salió todo? —Jeeves miró a Damian a través del espejo cuando se detuvieron en un alto.

—¿Sobre qué? —Damian salió de sus ensoñaciones.

—El baile, ¿sucedió algo interesante?

Damian entreabrió los labios, las imágenes de los eventos pasados vinieron a su mente. Las manos de Anya contra las suyas, sus tontas y cortas piernas moviéndose, siguiendo sus pasos... sus pensamientos ruidosos y su propio corazón se alteró de nuevo, con ese recuerdo tan vívido y aferrándose a él, que se sentía tan nervioso y... confundido.

Nunca habían estado tan cerca y no podía dejar de pensar en la calidez de su mano contra la suya y que en esa distancia pudo apreciar más como ese vestido le ayudaba a destacar el color de sus ojos.

—Fue realmente fastidioso. —Damian desvió su mirada hacia la ventana, en un intento de lidiar con el sonrojo en sus mejillas.

Jeeves, que había cuidado de Damian desde su nacimiento, lo conocía lo suficiente para poder leerlo y saber que en realidad había sucedido algo, lo suficiente vergonzoso para que él no quisiera hablar con facilidad de las cosas. Muchos podrían ver a Damian como engreído e indiferente, pero en realidad era un buen niño, con emociones intensas y que quería ser escuchado.

—¿No hizo nada destacable? — Giró en la siguiente calle y siguió avanzando. —Puede ser algo bueno o malo... lo que sea, puede contarme.

Damian volteó a ver al hombre que manejaba con tranquilidad, Jeeves siempre era así, siempre dispuesto a escucharlo. Pero es que ¡Damian se sentía tan confundido y avergonzado! El hecho de decir cualquier cosa...era bochornoso. Pero sabía que podía confiar en Jeeves más que en nadie.

Sus amigos eran buenos, pero... en primer lugar ellos terminaron causando esa situación... aunque si él no hubiera rechazado la invitación de Anya en primer lugar, nada de eso hubiera sucedido. Pero ¡No podía aceptarla! sería deshonroso para él aceptar una invitación de una plebeya... y aceptar que sentía cierta debilidad por ella.

Y más cuando ella ponía esos ojos grandes y brillosos...

—Bueno, sucedió algo... fui obligado a bailar con Anya Forger.

Jeeves sonrió detrás del volante y siguió avanzando por las calles, ahí estaba, la situación que parecía abrumarlo. Anya Forger, su nombre era bastante frecuente en las conversaciones de Damian, algo que quizá él no se daba cuenta.

—¿Fue realmente malo?

—¡Por supuesto! —Damian habló por inercia, inclinándose hacia adelante para mayor énfasis, pero después se sentó de nuevo en el asiento. — Hicieron toda una competencia para ver quien bailaba conmigo, cuando dejé en claro que no quería bailar con ninguna. —Dejó salir un bufido, eso era culpa de Ewen y Emile. — Y de alguna forma ella terminó ganando, sus pasos eran torpes, me pisó varias veces, lo cual es absolutamente evidente, porque su padre le enseñó a bailar, no tuvo una enseñanza adecuada de una familia con clase.

Jeeves se quedó callado, escuchando mientras conducía, porque sabía que una vez que Damian empezaba a hablar, solo debía escuchar, él diría todo lo que pensaba o lo estuviera afligiendo.

— Aunque quizá lo hacíamos tan mal al inicio porque yo...estaba algo nervioso, solo algo, ella me había invitado a bailar antes, pero yo no podía bailar con ella, es tan extraña y... cuando me invitó me tomó con la guardia baja... ¿acaso no se da cuenta de lo que está diciendo? y además...

Jeeves lo miró por el retrovisor y lo vio dudar, con las mejillas algo rojas.

—Tenía ese vestido, ese peinado y... el verla así me hizo sentir tan nervioso, se veía tan diferente, no tan plebeya, sino más bien... —Damian estaba dejando salir sus pensamientos, olvidó por un segundo que estaba contando las cosas.

Jeeves sonrió, dobló en la siguiente esquina, estaban acercándose a la residencia Desmond.

—¿Linda? —adivinó Jeeves.

Damian asintió con aire ausente, apoyó su barbilla en su mano.

—¿Cómo alguien tan extraña, tonta y enana puede verse tan linda con un vestido? —Dejó salir un suspiro, pero de pronto, reaccionó cuando la voz de Jeeves resonó en su cabeza y su rostro enrojeció al darse cuenta que lo dijo en voz alta— ¡No, no es eso lo que quería decir! —Su voz fuerte resonó en el auto. —¡Jamás podría verse linda alguien como ella! ¡Olvidalo, olvidalo! —Sacudió las manos.

—Entiendo... —Jeeves decidió no decir nada al respecto. —Pero ¿y después de eso?

Damian apoyó de nuevo la espalda en el asiento después de corregir su error y dejó salir un suspiro.

—Supongo que no estuvo tan mal, yo la guié, por lo que el baile fue mejor, después de eso... fue agradable. —Sonrió viendo a través de la ventana.

Si, no había sido tan malo, no tanto como pensó, de alguna forma estar con Anya lo hacía sentir bien, además que la idea de que ella se hubiera esforzado tanto por bailar con él ¿cómo debería tomarse eso? Lo invitó una semana atrás enfrente de todos, sin timidez y después en la fiesta dejó en claro que solo quería bailar con él.

¿Por qué se había esforzado tanto? ¿Acaso...?

Su corazón se alteró con violencia al considerar que quizá... ¿Ella podría sentir algo por él? ¡Era absurdo! Apenas y hablaban... eran amigos, bueno, algo similar, además que él siempre la trataba mal cuando él se sentía superado por su nerviosismo. No debía hacerse ideas en la cabeza, Anya era Anya y ella era extraña, si, no había nada más.

La puerta a su lado se abrió y Damian se sorprendió de ver a Jeeves ahí, habían llegado a la mansión. Él se bajó con aire ausente.

—Me alegro de que haya disfrutado su baile señorito, debería descansar.

Damian sonrió y entró a la mansión, Jeeves vio cómo se alejaba y se sintió tranquilo de que el segundo heredero de la familia Desmond estuviera disfrutando su infancia, con la inocencia de un niño. Algo que pensó que le gustaría saber a la señora de la casa y como su hijo parecía estar inclinado, sin querer, a la hija de la familia Forger. 

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