Tercera parte.

¿Cuánto más tengo que esperar
y cuántas noches en vela tengo que pasar
para verte, para encontrarte?
Ya lo sabes, eres mi mejor amigo.
La mañana llegará de nuevo.
Ninguna oscuridad ni ninguna estación es eterna.
Quizás son los cerezos en flor
y este invierno terminará.
Te echo de menos.
Te echo de menos.
Espera un poco, sólo un par de noches más.
Estaré allí contigo, iré a por ti.
Atravesando el filo del frío invierno
hasta que lleguen los días de primavera,
hasta que lleguen los días en los que las flores florezcan.
Por favor, quédate, por favor,
quédate aquí un poco más.


La primera vez que Park Jimin supo que estaba enamorado de Min Yoongi fue cuando éste subió a la copa de un árbol, ese árbol frondoso que estaba a la vuelta de la casa de Hoseok y en la que trepó sólo para recuperar el avión de papel de Jimin, quien había escrito algo para Yoongi dentro.

Pero no fue ese acto lo que lo enamoró, sino lo que pasó después. 

- ¡Jiminnie, hay un gatito ahí!, ¿Qué mierda hago ahora?

- Oh, diablos, ¡Baja de ahí! -gritó Jimin-. ¡Hyung, idiota, no eres el hombre araña!, ¡Te romperás las piernitas!

- Esto se ve mal, ¿Dónde está aquaman cuando se necesita? -exclamó Hoseok, saltando de nervios-. ¡Ya baja de ahí!

Aun recordaba como Yoongi, sin escuchar sus advertencias ni las de Hoseok, sostuvo al gato entre sus manos, balanceándose en una rama, hasta que ésta cedió y se quebró, arrastrando a Yoongi.

Fue el mayor susto de su vida.

Corrió rápidamente hacia él, en pánico, pero se alivió al ver como Yoongi respiraba, despierto, con el ceño fruncido. Se quejaba del dolor en silencio, Jimin podía verlo por la forma entrecortaba que respiraba. Vio como el gato estaba intacto entre sus brazos, y vio como Yoongi sonreía por ello.

- ¡Ah, gran imbécil, me asustaste!  -chilló Jimin, arrodillándose al lado de él, a punto de llorar.

Hoseok había corrido a llamar a una ambulancia desde su casa, así que Jimin no tenía ni idea de qué hacer. Cuando vio que Yoongi hacia ademán de pararse, se abalanzó sobre él para acostarlo.

- ¡Quédate quieto! -exclamó molesto.

- Pero Jiminnie, mira, está todo herido, hay que llevarlo a un veterinario. -explicó Yoongi, señalando al gatito acurrucado en el pecho de éste.

- ¡Si te mueves te llevaré al veterinario también, idiota! -gruñó, con los ojos vidriosos.

El gato empezó a maullar, restregándose en el pecho de Yoongi y éste lo acarició. Su pelaje era blanco, y negro sólo alrededor de sus ojos, como unas gafas, lo que hacía que se le vieran los ojos pequeños. Yoongi sonrió enternecido.

- Se parece a ti. -murmuró bajo.

Jimin aún seguía viendo si la ambulancia venía a por ellos, o Hoseok, o quien sea, mordiéndose las uñas, nervioso. Apenas podía ver rasguños en el rostro de Yoongi, pero no sabía cuán mal estaba en verdad. Si algo lo impresionaba de Yoongi era que éste, siempre que estaba lastimado, lo sabía ocultar perfectamente.

- ¿De qué estás hablando? 

- Le pondré chimchim. Es tan bonito como tú.

Jimin se sonrojó, cohibido. Le avergonzaba la forma en la que Yoongi lo miraba, con los ojos brillosos y tan fijamente; pero le gustaba. Se sentía querido.

Y también aterrado, el sólo hecho de pensar que Yoongi podría haber muerto  lo llenaba de terror. Yoongi lo miró preocupado cuando vio como Jimin empezaba a sollozar despacito, como si alguien hubiera muerto ya. Se asustó y trató de erguirse con el gato en su regazo pero un dolor punzante cruzó su cadera y su pierna derecha.

- ¡Hyung, te dije que no te muevas!, ¡Agh!, ¡Estúpido Hobi hyung, que no viene! -exclamó, para luego darse cuenta de que la cara de Yoongi empezaba a desfigurarse del dolor.

- Ah, mierda... -le oyó gemir y el gatito en su regazó se asustó.

- ¿Qué, qué pasa?, ¿Qué sientes? -le preguntó Jimin, palpeando el cuerpo de Yoongi en busca de más heridas que no había visto antes. Cuando movió la cadera de Yoongi pegó un salto con el grito de dolor que salió de los labios de éste y luego vio como su mano se teñía de rojo.

- Creo... -habló entrecortadamente-... que me disloqué la cadera. 

En ese instante oyó como el chirrido de unos neumáticos llegaban y se giró para ver a Hoseok en el auto de sus padres. Salió corriendo del auto, jadeante.

- A la mierda la ambulancia, se demoraran mucho. Vamos.

Jimin asintió; el hospital quedaba lejos, estaba seguro que una ambulancia demoraría más en llegar. Ambos se pusieron a cada lado de Yoongi y lo cargaron rápidamente; era bueno que Yoongi no pesara más que una pluma. Ambos se miraron espantados cuando vieron como Yoongi empezaba a a ponerse casi transparente y como mientras lo sentaban en el asiento trasero su ropa se había manchado de sangre.

Jimin empezó a ponerse más nervioso y agitado obligó a un nervioso Hoseok manejar el auto, aunque éste no tuviera licencia de conducir todavía.

Ni siquiera se puso el cinturón, sólo podía ver la herida en la cadera de Yoongi  y aplastarla con su chaleco para que dejara de sangrar. Yoongi aun seguía con el gatito entre sus manos y Jimin estaba a punto de desmayarse, tratando duramente de no llorar y ser fuerte por Yoongi.

No quiero perderlo.

Yoongi pareció leer sus pensamientos, porque aun con el rostro contraído sonrió hacia Jimin y atrapó su rostro entre sus manos.

- Estoy bien, Jiminnie, esto no es nada, sólo se me movió un poquito la cadera. -exclamó, haciendo un gesto con sus dedos.

- ¿Poquito? -se rió incrédulo Jimin.

- Poquito. -respondió, asintiendo con la cabeza-. Ah, pero de todas duele un poco. ¿Sabes cómo se me pasaría? 

- ¿Cómo? -preguntó Jimin, interesado. Quería que Yoongi dejara de tener dolor, no le gustaba verlo así, era como si le doliera a él mismo.

- Sal conmigo en una cita.

Jimin abrió los ojos sorprendido, apenas llevaban conociéndose dos meses desde que se conocieron en ese concierto de Epik High, donde Namjoon lo obligó a ir. Y ahora lo estaba invitando a salir. Sonrió de oreja a oreja y le iba a responder, sino fuera porque Yoongi volvió a arrugar el rostro, ahogando un gemido y parpadeando fuertemente.

- No, Yoongi hyung, no te duermas. ¡Abre los ojos!

Más rápido de lo que pensó, en un abrir y cerrar de ojos Hoseok se estacionó frente a la sala de urgencias de Seúl, saliendo del auto y abriendo la puerta. Jimin gritó que le ayudasen, tomando al gatito entre sus brazos y las personas a su alrededor se quedaron mirando; se acercaron a ayudar un hombre joven y un chiquillo adolescente de aspecto fornido, gran nariz y dientes de conejo.

- Jiminnie. ¡Jimin! -lo llamó Yoongi, a punto de desmayarse. Jimin corrió a su lado al igual que todos los que lo llevaban.

- ¡Hyung, estoy aquí! 

- Tu respuesta... res..puesta... Jimin... -le oyó balbucear, viendo como trataba difícilmente de mantenerse despierto.

Lo llevaron dentro con apuro y luego lo pusieron en la primera camilla que vieron. Un grupo de enfermeras, paramédicos y médicos rodearon a Yoongi, sacando su ropa, inspeccionándolo y llevándolo a un cubículo lejos de él. Exclamaban cosas como Hemorragia, luxación de cadera, operar

Jimin se quedó estático en el pasillo, sin reaccionar, se sentía aturdido por el miedo, cargando al gatito entre sus brazos que maullaba en dirección hacia donde habían llevado a Yoongi.

- No hay necesidad de preguntar... siempre te diría que sí a todo... -murmuró.

No supo cuánto se demoraron, sólo podía pensar en lo que haría si Yoongi no estuviera y la sola idea de su ausencia lo hacía llorar con angustia. Hoseok estaba a su lado, consolándolo lo mejor posible, pero también estaba preocupado.

Amaba muchísimo a Yoongi y no como un dongsaeng.

El chico pálido se le había metido entre la piel la primera vez que le vio, era como un magnetismo que no podía negar. Ahora lo entendía con claridad.

Park Jimin estaba loco de amor por Min Yoongi.

Daría su vida por él. 

Lo sabía en el momento en que pensó en ello; si tuviera que cambiar de lugares con él, no dudaría en hacerlo. 

Ahora el doctor había aparecido, diciendo que podían entrar a verlo, que ya había despertado de la anestesia que le habían puesto. Jimin entró corriendo dentro del cubículo donde se suponía que lo habían llevado y entró a la habitación, sin importarle que no se permitieran animales.

Cuando entró vio como habían enyesado la cadera y una de las piernas de Yoongi. Éste lo miraba sonriendo, un poco soñoliento. Jimin sintió como podía volver a respirar.

Caminó hacia la camilla y puso el gatito a los pies de Yoongi. Luego miró la mano pálida de éste y la entrelazo con la suya. Yoongi cerró los ojos, sonriente y apretó la mano de Jimin en respuesta, seguido de una respiración acompasada. 

Jimin suspiró, se sentía aliviado y nervioso a la vez. Miró a Yoongi dormir y le susurró algo que estaba seguro que él no sería capaz de oír.

- Creo que me he enamorado de ti.

Jimin despertó en el silencio de la habitación, hacia tanto frío que la ventana a su lado estaba empañada y podía ver como a fuera de ésta todo era blanco. La puerta de la habitación se abrió, apareciendo Yoongi con dos tazas de lo que parecía ser chocolate caliente. Yoongi se sentó al lado de él y le tendió una taza.

- Gracias. -susurró, tomándolo con las dos manos para calentarse. 

- Tómalo, hace frío. -dijo y Jimin obedeció. Estaba delicioso y se paso la lengua por los labios.

Miró la ropa holgada de Yoongi, apenas tenía una polera de manga larga delgada y unos pantalones de polar. Le dio frío apenas le vio.

- ¿No tienes frío? -le preguntó Jimin, dejando la taza de chocolate en la mesa de noche.

 Jimin se escabullo rápidamente debajo de las sabanas hasta llegar a él y abrazarlo por la espalda. Olía a hogar y a pino. Yoongi negó con la cabeza, viendo como los copos de nieve empezaban a caer fuera de la ventana.

- Digamos que estoy acostumbrado al frío desde que te fuiste.

- ¡CORRAN QUE SE NOS VA ESTA MIERDA! -gritó Hoseok, corriendo dentro de la estación del tren. 

- ¡Les dije que no era buena idea ir a comprar calcetines ahora! -exclamó Jin, jadeando.

- ¡Pero tú querías comprar comida, hyung! -rebatió Jungkook, corriendo mientras se daba la vuelta.

Los siete corrían como si su vida dependiera de ello hacia el vagón. El primero en subir fue Jungkook, luego Hoseok, quien ayudó a Taehyung que casi se tropieza. Cada vez iba más rápido el tren. Entre los tres ayudaron a Namjoon, quien  casi rompe el barandal de la puerta y éste pescó de la cintura a Jin para que subiese. Los últimos que quedaban abajo eran Yoongi y Jimin, quien prácticamente era el que arrastraba de la mano a Yoongi.

- ¡Aaah, no puedo, sube tú! -exclamó Yoongi, apenas respirando.

- ¡Ah, Hyung, tú puedes! -lo alentó Jimin, a punto de alcanzar la puerta para subirse.

- ¡Hyung, tengo una foto de Jimin-ah medio desnudo en mi celular! -gritó Jungkook, divertido.

Yoongi lo miró incrédulo y corrió tan veloz que sobrepasó a un Jimin totalmente sorprendido, pegando un salto para subirse al vagón sin problemas. El último que quedaba corriendo era Jimin y entre todos lo ayudaron a subirse. 

Cuando subió, chocó con el pecho de Yoongi y éste giró la cabeza hacia otra parte.

Yoongi aun no lo perdonaba por irse, pero lo intentaba. Podía verlo en sus ojos y eso estaba bien para él.

- ¿Qué decías sobre la foto? -susurró Yoongi, mirando seriamente a Jungkook.

Todos lo escucharon y se echaron a reír. Caminaron hacia el vagón que les tocaba, pasando entre las personas y fueron al último vagón. Hacía frío pero la mayoría tenía calor por todo lo que habían corrido. 

Todos, al sentarse en sus respectivos asientos y suspirar, pensaban lo mismo.

Estaban empezando avanzar otra vez.

Jungkook abrió los ojos, exaltado y asustado. Estaba en un lugar oscuro y estrecho y cuando estiró su cuerpo adolorido éste cayó de bruces al suelo. 

¿En qué momento lo habían metido a un armario?

Entonces fue cuando recordó todo, al ver toda la habitación vacía.

- ¡Suéltenme, déjenme! -gritó Hoseok, contra el piso.

- ¡Hobi! -chilló Taehyung y abrió la puerta, dejándose atrapar también.

- ¡No, Tae! -escuchó el grito de Hoseok, mientras interceptaban a Taehyung y le esposaban las manos.

Todos allí no sabían qué mierda hacer. Los habían atrapado. A fuera habían tres autos de policía, con ellos apuntadoles directamente.

Jungkook estaba totalmente petrificado dentro de la habitación. No quería salir, pero fue entonces cuando vio que Namjoon se entregaba también. Caminó hacia él, tratando de detenerlo pero Namjoon le dio una mirada a Jin y éste, sin vacilar, golpeó a Jungkook en la nuca, dejándolo inconsciente en el piso.

Jungkook sintió una angustia que no había sentido antes en la boca del estómago. ¿Cómo había terminado todo así? Extrañaba a sus hyung's y estaba solo. Hubiera preferido entregarse también que estar en esta soledad, así que se paró, aun con el dolor en su nuca y caminó fuera de la habitación, pasando por debajo de unas cintas amarillas de policía. No sabía que había pasado con Jimin y Yoongi, ellos habían ido a buscar el auto y todo había pasado demasiado rápido. 

Hoseok se había sacrificado por ellos.

Él también debería entregarse.

Buscó rastros de los chicos incluso en esa lavandería a la que habían ido esa mañana, en la recepción del hotel, incluso corrió hasta la parada de autobús. Estaba amaneciendo y no veía casi nada. Estaba totalmente solo.

Nunca pensó que las cosas podían cambiar de esa manera. 

Nunca pensó que extrañar a los chicos dolería tanto.

- Park Jimin. -le escuchó decir a su espalda.

Sonrió feliz, aun con la vista en el horizonte del amplio mar. Las olas chocaban contra la arena lentamente, cada vez más tranquilas como los latidos en su pecho. Sintió como un cuerpo cálido se sentaba detrás de él, abrazándole por la espalda. Jimin se echo para atrás, acomodándose en su pecho y sintió el mentón descansar en su cabeza. 

- Min Yoongi. -exclamó, entrelazando sus manos con las de él.

Yoongi empezó a besar el cuello de Jimin juguetonamente, mientras este se retorcía riéndose.

- Quédate aquí un poco más. -pidió susurrante, besando la nuca de Jimin.

- Espera un poco, sólo un par de noches más. -exclamó Jimin, dándose la vuelta para mirar directamente a Yoongi. Besó la comisura de sus labios y apoyo su frente contra la de él. Estaré allí contigo, iré a por ti.

Jungkook despertó con el movimiento del tren y buscó a los chicos a su alrededor. Suspiró aliviado al encontrarlos a todos allí. Podía sentir de a poco que el miedo que se instauró en su corazón se disipaba. Ellos ya no se irían. Él no volvería a caminar solo.

Taehyung corrió la cortina y sonrió. Extrañaba esos viajes en tren con ellos. Por fin había llegado el futuro, ahí junto a ellos otra vez.

Namjoon abrió los ojos soñoliento y lo primero que buscó fue la cara de Jin. Ahí estaba, frente a él. Podía escuchar las respiraciones de los chicos a su alrededor y se sintió como él mismo otra vez. Volvió a sentirse parte de algo.

Jin miró a Namjoon abrir sus ojos y no puedo evitar sonreír con ternura. Ya no volvería a estar separado de ninguno de ellos; ya no tendría que mirar las fotos de ellos en la pared para recordar los momentos felices. Ahora tendría muchísimos más.

Hoseok había dejado de ser el chico alegre que fue hace tiempo, lo sabía, había cambiado. Pero ahí, sentado junto a los chicos, podía sentirse él mismo otra vez. Podía sentir la esperanza dentro de su pecho. Ya no tendría la necesidad de hacer aviones de papel para llegar a ellos.

Yoongi miró el cabello rosado de Jimin; sus mejillas, sus ojos, su nariz, su boca, sus manos  y se dio cuenta que estaba más precioso que nunca. Incluso en su memoria Park Jimin no era tan perfecto. Tal vez los años y su rencor habían malogrado su imagen. Pero ahora que lo veía, que lo tenía cerca, podía sentir como su pecho volvía a florecer como la primavera.

Tal vez ahora sí podía empezar a dejar de extrañarlo, para empezar otra vez.

Jimin sintió una mano cálida tocar su muñeca y abrió los ojos, encontrándose con la mirada cansada de Hoseok.

- Despierta, Jiminnie, ya llegamos. -dijo éste, moviendo su mano despacio.

Jimin se estiró, con los músculos agarrotados por estar todo el tiempo sentado, abrazando sus piernas. Oyó como el tren se detenía y vio a su alrededor, todos los chicos estaban despiertos y miraban hacia la ventana. Era de madrugada, el momento con más frío del día y estaba por salir el sol en el horizonte.

Jimin se paró y fue el primero en abrir la puerta del vagón. Se habían demorado cuatro horas, habían pasado por diez paradas y ésa era la última. 

- No es como lo recuerdo. -exclamó Yoongi, por lo bajo.

- Es bonito, me gusta. -oyó decir a Hoseok.

- Uf, hace tanto frío. -dijo Jin, acurrucándose al lado de Namjoon.

Frente a ellos estaba un prado, totalmente vacío de vegetación, con pocos arbustos y cubierto por la nieve y pequeños pozos de agua. Apenas habían algunos campos de maíz con vida. Aun así, era precioso. Todos allí miraron al árbol que quedaba a unos metros lejos de ellos; Yoongi tenía razón, era el único árbol que estaba allí.

El árbol más solitario del mundo, pensó Jimin, por fin tengo el placer de conocerte.

 Caminaron sin apuro hasta el árbol, bastante juntos para darse calor. Jimin sintió como la mano de Yoongi se entrelazaba con la suya; la de él estaba fría y la suya cálida, como siempre. Le encantaba esa combinación. Sonrió avergonzado, sin ser capaz de mirarle y siguieron caminando.

Cuando llegaron lo suficientemente cerca del árbol, vieron como en una rama estaban los pequeños zapatos de Yoongi.

- ¿Creen que todavía me queden? -preguntó divertido.

- ¡Hyung, los zapatos! -exclamó Jimin, acordándose de ellos, abriendo los ojos preocupado mientras buscaba los zapatos dentro de la mochila de Yoongi-. ¡Los tengo!

- ¿Zapatos?, ¿Y esos para qué son? -preguntó Jungkook, mirándolo curioso-. ¿También los colgarás?

Jimin negó con la cabeza.

- Esto fue idea de Yoongi hyung. -dijo, mirando al susodicho con una sonrisa de oreja a oreja-. Vamos a escribir todo lo que queremos dejar atrás, en papeles, y vamos a guardarlos aquí. Vamos a guardar todas las cosas que no queremos en nuestra vida en estos zapatos y vamos a empezar otra vez.

- Esa es una buena idea, Yoongi hyung. Ni a mí se me había ocurrido, y eso que soy el filosófico del grupo. -exclamó Namjoon, asombrado.

Yoongi le sonrió, para luego mirar los zapatos con seriedad y volver a mirar a cada de uno de los chicos.

- No será fácil empezar otra vez, pero quiero que lo intentemos. Nunca había conocido a nadie como ustedes, después de todo lo que pasamos, ustedes siguieron allí. Desde el momento en el que los conocí nunca dejaron que caminara solo, y estoy tan agradecido con ustedes por eso. -Yoongi suspiró, volviendo a tomar aire-. Aunque sigo enojado con Jimin por dejarme así como así, aunque... él siempre me envió regalos de cumpleaños y de navidad. -Jimin lo miró sorprendido y sonrojado-. Sí, creíste que no me había dado cuenta. Jungkook no tiene una letra tan fea, Jiminnie.

Todos allí, que se encontraban con los ojos llorosos, volvieron a reír. Era un momento emotivo que no tenían hace tiempo.

- Ya, tomen, escriban. -dijo Jimin, mientras sacaba hojas y lapices para los chicos de la mochila de Yoongi.

Cada uno se puso a escribir en la espalda del otro como mesa y cuando terminaron, doblaron los papeles y los metieron dentro de los zapatos. Hoseok había hecho un lindo avión de papel que también puso dentro del zapato y Jimin fue hasta el árbol, para colgarlo a la rama más cercana a él.

- ¡Vamos, Jiminnie, tu alcanzas! -dijo Taehyung, molestándolo. 

Jimin le sacó la lengua y colgó los zapatos sin dificultad. Se palmeó la ropa y les sonrió.

- ¡Listo, ya está! 

Jimin caminó hacia los chicos, que se encontraban juntos, uno al lado del otro mirando el árbol. Se puso al lado de Yoongi, quién paso un brazo alrededor de su cuello y lo besó con cariño, acariciando su mejilla, tal como lo hacía antes. A Jimin le habían dado ganas de llorar otra vez.

Los siete vieron como se balanceaban los zapatos en la rama y en como el sol salía con todo su esplendor, haciendo que todo el prado brillara de una forma mágica y el calor se instalara en sus corazones. Ya no se sentían vacíos y solos, Jimin lo sabía por la forma en la que todos veían aquel árbol como símbolo de reinicio y perdón.

Nunca más volverían a caminar solos. Ésta vez, harían las cosas bien.

- Ya llegó la primavera, chicos.

🌸
















Hmmm... Solo puedo decir gracias por leer, tengo sueño, mucho sueño y cuando mañana lea lo que escribí ahora me arrepentiré de publicarlo pero ñeh, da igual, nos vemos en mi vhope o mi namjin o donde sea 🌚

PD: no he actualizado porque los fic de susy1599 me distraen. Amo todos sus fics con mi alma, pasen por ellos, es la mejor 💕.

Baiz.

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