Capítulo Décimo Tercero

El comedor de Namjoon y Hani, estaba lleno de risas. Seokjin y Jungkook relataban la forma en que se habían conocido y cómo el primero había terminado siendo el chofer del caprichoso menor. Todos podían ver cómo ambos se miraban, se golpeaban el uno al otro y sonreían felices. Los padres de Seokjin estaban sorprendidos, pues se daban cuenta que entre su hijo y ese niño había algo más que una simple amistad. Estaba en el aire, la forma devota como Seokjin lo miraba. Y la sonrisa llena de brillo del menor. Ambos padres se miraron en silencio, pero sonrieron. Ver a su hijo feliz era el mejor regalo que hubiesen podido recibir. Los demás, Sandeul, Jackson y Namjoon también miraban a la pareja y se sorprendían de verlos tan felices.

El resto del almuerzo, todos se dedicaron a interrogar a Jungkook. Era lógico, era el nuevo del grupo. Seokjin también se sorprendió al enterarse de algunos detalles. Como que sus padres tenían una fundación que ayudaba a jóvenes sin recursos y que además administraba un hogar de niños.

—En los veranos, mis amigos y yo vamos a trabajar al hogar. Preparamos obras de teatro, juegos. Es muy lindo verlos felices. Todos colaboramos.

—No me habías contado eso Kookie—reclamó Seokjin.

—Sí, no había tenido oportunidad. Mis padres y unos amigos formaron una fundación y luego se hicieron cargo de ese hogar. Ha sido un trabajo de muchos años. Encontrar un hogar para cada niño a veces es difícil, pero ninguno se queda solo. Si no son adoptados, se les da estudios, de acuerdo con sus capacidades. La fundación organiza muchas actividades en el año para recaudar fondos. A veces, no es fácil, pero no se deja a nadie atrás.

—Tal vez nosotros podríamos contribuir también—planteó Namjoon— creo que todos los que estamos en esta mesa, podríamos ayudar—.

Todos estuvieron de acuerdo.

—Sería maravilloso, hyung. Yo puedo contactarlos con una de las personas que trabajan en la fundación.

Seokjin todavía seguía sorprendido por esa revelación. Y admiró todavía más a Jungkook porque entregaba parte de sus vacaciones a esos niños. Realmente su Kookie era un alma buena.

Luego del almuerzo, Hani decidió secuestrar a Jungkook con la excusa que quería mostrarle algunas prendas que tenía en su pequeño taller hogareño. Mientras, los padres de Seokjin hicieron lo propio con su hijo.

Seokjin estaba nervioso. Él no iba a confirmarles nada a sus padres, no aún. Su relación con Jungkook recién comenzaba y todavía no sabía que iba a resultar de aquello.

—Sólo queríamos decirte que estamos felices de verte sonreír de nuevo hijo. Hace muchos años que no te veíamos así. Incluso cuando Jisoo aún vivía, pudimos notar que ya no eras feliz—comenzó su madre— esperamos que no te hayas casado con ella, sólo para aparentar algo que en realidad no eras.

Seokjin comprendió. Sus padres se habían dado cuenta que algo sucedía entre Jungkook y él y pensaban que era gay y que tal vez se había casado con Jisoo para ocultarlo. ¿Cómo se los explicaba?

—Mamá, papá, puedo asegurarles que yo amé a Jisoo y me casé completamente enamorado. Es verdad, las cosas al final no estaban muy bien, pero no tiene que ver con lo que ustedes están pensando. No soy gay. Soy bisexual.

—Seokjin...siempre tratamos que tú y Namjoon recibieran una educación abierta y libre de prejuicios. Estoy un poco viejo para entender todos esos nombres que hoy en día les dan a los distintos tipos de pareja que puede haber, pero al final del día, todo lo que me interesa es que tú y tu hermano sean felices—Seokjung, puso una mano sobre el hombro de su hijo—hoy he sido testigo de esa felicidad. Sé que Nam y Hani pueden tener dificultades como todo matrimonio, pero los veo brillar de amor y en cuanto a ti...es ese muchachito ¿verdad?, lo quieres y aunque su edad puede producir en mis ciertos temores...no lo voy a cuestionar.

—Entendemos que después de lo de Jisoo—continúo su madre— necesitabas encontrar alguien totalmente diferente. Y por lo poco que hoy lo conocí, puedo decir que Jungkook lo es. Y me encantó. Su viveza, su alegría, incluso su espontaneidad al hablar, tan libre, tan sin tapujos...¡aahh!—suspiró—es algo que admiro de la juventud de hoy en día.

—Gracias a los dos...nosotros...Jungkook y yo aún estamos en proceso de conocernos. Yo..., ustedes saben...llevo muchos años en una depresión y no es fácil..., pero él a pesar de su juventud lo ha aceptado y me apoya. Es tal como usted lo ven. Y por eso lo quiero tanto.

Jungkook entraba en el pequeño taller que tenía Hani en casa. Era alucinante ver los modelos que a él le gustaban tanto, diseñados en papel.

—Quiero mostrarte algunos modelos que tengo y que nunca salieron a la venta por diferentes razones. Si alguno te gusta, no dudes en decírmelo y te lo podrás llevar.

Jungkook estaba fascinado y muy agradecido. Estaba mirando alrededor del taller, mientras Hani buscaba los modelos, cuando encontró una foto. Dos chicas graduándose de secundaria. Sin pensarlo la tomó. Reconoció a la esposa de Namjoon y se preguntó si la otra chica sería Jisoo. Cuando Hani lo vio con la foto, sonrió.

—Lo siento, no me di cuenta que la tenía. Fue de nuestra época estudiantil. Ella era Kim Jisoo—. Era hermosa, tal como Jin se lo había dicho. Incluso tenía un cierto aire a él. Su corazón dio un brinco, no pudo evitarlo.

—Ella era mi mejor amiga. Mi hermana. Llegamos a ese colegio aquel último año. Nos hicimos amigas enseguida. Compartíamos todo, incluso siendo ambas de diferentes clases sociales. A ninguna le importaba.

Íbamos en el mismo nivel que Seokjin y Sandeul, pero en otro curso. Cuando ella lo vio, se enamoró y se propuso a toda costa conquistarlo; pero no encontraba la forma de acercarse. Seokjin siempre estaba rodeado de chicas guapas. Jisoo sabía que era objeto de deseo de muchas y también de muchos. Cuando se dio cuenta de esto último decidió atacar.

—¿Ella sabía que Seokjin-hyung era bisexual?

No estaba segura. Pero como sabrás Sandeul tenía un grupo y había un chico, Ken. Jisoo se dio cuenta cómo se miraban. Unos días después hubo una fiesta y ella decidió averiguar la verdad sobre la sexualidad de Jin. Se armó de valor y me arrastró hacia el grupo donde estaba junto a Jackson y Namjoon. Fue una locura. Yo caí rendida a los pies del mayor de los Kim y Seokjin, se deslumbró con Jisoo. No se separaron en toda la noche. Todos pensamos entonces, que el destino los había unido. Que eran almas gemelas. Ya sebes todas esas tonterías que una piensa cuando es adolescente.

—Pero ellos jamás se separaron, tal vez si eran alamas gemelas— Jungkook no pudo evitar sentir dolor. Jamás estaría a la altura de lo que esa mujer había significado para su hyung.

—Lo siento, no quise ponerte triste. Escúchame, Jungkook, amé a Kim Jisoo como una parte de mí. Era mi amiga, mi confidente y estuve feliz, en cada paso que daba en su relación con Seokjin. Pero ahora después de todos estos años, puedo tener la seguridad, que no eran almas gemelas. Sé que Seokjin la amó, nadie podría negarlo, pero fue Jisoo, quien echó todo a perder.

—No te entiendo...

—Jisoo venía de una familia humilde. Su padre había abandonado a su familia, persiguiendo el sueño de ser escritor. Dejó a su esposa y dos hijos. Ellos apenas lograron sobrevivir los primeros años. Luego un tío se hizo cargo, logró una beca para Jisoo para que terminara su secundaria y la ayudó con sus estudios universitarios. Ella le tenía terror a la pobreza. Sabes que Sandeul tenía un grupo, y aunque Seokjin no cantaba si componía canciones. Ella pensó que él podría "desviarse del camino" y repetir la historia de su padre, por eso comenzó a presionar a Jin para que abandonara ese mundo y se concentrara en su carrera de abogado. Le decía cómo vestirse, a que lugares ir. Él estaba enamorado... y al principio lo hacía...pero luego todos nos dábamos cuenta que Seokjin estaba sufriendo. Se lo dije, muchas veces, pero ella era tan...dominante y no escuchaba. Todos veíamos como su matrimonio se venía abajo, aunque ellos mantenían esa postura de "felices por siempre". Unos días antes del accidente, cuando supo del viaje, vino a hablar conmigo. Ella pensaba que Seokjin le pediría el divorcio y no quería ir ...bueno el resto ya lo sabes.

Jungkook escuchó atentamente. Sabía que Hani le contaba todo eso, para que él pudiera comprender mejor a Seokjin y también para no cometer los mismos errores. Era increíble como podías terminar una historia que había comenzado tan bien, de esa forma. Sólo por no hablar, por no abrir tus sentimientos. Él realmente esperaba que no le sucediera con Seokjin. Él debía lograr que sacara todo lo que llevaba dentro de su corazón.

—Cuando Nam me contó de ti, fue extraño imaginar a Seokjin con un hombre. Pero ahora, al conocerte, sé que así debía ser. Para que él saliera de esa oscuridad, debía conocer a alguien totalmente diferente a lo que fue Jisoo. Apenas te conozco unas horas, pero me doy cuenta que eres un chico fantástico. Y justo lo que el necesita. Lo vas a hacer feliz estoy segura y puedo decir que Seokjin también lo hará. Sólo dale tiempo. Necesita curarse y avanzar. Es un hombre maravilloso. Ambos Kim lo son.

—Gracias por confiar en mí. Por decirme todo esto. No se lo he dicho a él, porque no quiero asustarlo, pero estoy enamorado. Muy enamorado. Él dice que me quiere, pero sé que todavía ese "querer" no es el que yo deseo. Le dijo a tu esposo que estaba enamorado, pero sé también que lo duda, por mi edad..., tiene miedo que me aburra y me vaya. Y yo...no lo voy a hacer porque él es mi persona especial, la que he estado esperando siempre. El hombre con el que soñaba. Con él quiero pasar el resto de mi vida, formar una familia. Voy a luchar por él, por su amor, aun cuando tenga que luchar contra fantasmas, culpas y sus adicciones.

Se quedaron un rato más en el taller y Jungkook escogió algunas bonitas prendas, que Hani generosamente le regaló.

Cuando ambos llegaron a la sala, todas las miradas se dirigieron a él y se sintió terriblemente ruborizado. Seokjin lo llamó entonces, estirando su mano.

—Ven aquí Kookie. No seas tímido ahora. Te extrañé—Jungkook se relajó y caminó hacia Seokjin, quien le hizo un espacio en el sofá y lo rodeó con sus brazos, dejando un pequeño beso en su rostro.

Mas tarde, se despedían de los padres de Seokjin. Al momento de despedirse de Kook, la mujer lo abrazó y le susurró un "gracias por rescatar a mi hijo" en su oído. Él sonrió agradecido.

Un rato después, todos estaban cantando karaoke. Seokjin se sorprendió que Jungkook conociera viejas canciones. Nunca dejaba de sorprenderlo. Y se sintió muy orgulloso, cuando todos hicieron silencio para escucharlo cantar "Euphoria" de KJ, el maknae de BTS y Epiphany. Sandeul se unió a él y fue un lindo momento para todos.

Eran ya cerca de las ocho de la noche, cuando él y Jin se despedían de Namjoon y Hani. Había sido un cumpleaños estupendo, habían cantado, reído y bromeado. Apenas subieron al auto, Seokjin lo tomó y lo besó.

Era un beso necesitado. Se había contenido de hacerlo delante de su hermano y amigos. No sabía si estaban preparados para verlo besar a un hombre. Debía ir de a poco.

—Ha sido una noche difícil. Contenerme para besarte es lo peor que me puede pasar. Eres tan hermoso y especial.

—Yo también extrañé tus labios. Me encantan. Tú me encantas entero, pero adoro tu boca. ¿Sabes cuántas fotografías tengo de tus labios?

—Niño bobo..., puedes tomar todas las fotos que quieras, pero yo preferiría que los probaras una y otra vez—Seokjin comenzó a dejar pequeños besos en los labios de Jungkook.

—Vamos a casa a besarnos...

Y eso fue lo que hicieron. Seokjin llevó a Jungkook a su departamento y se quedó con él. A pesar que se besaron mucho y se tocaron un poco antes de irse a acostar, en la cama, estuvieron tranquilos. Querían disfrutar el estar juntos y lo hacían sin necesidad de algo sexual. Era agradable para ambos. El domingo en la tarde, Seokjin volvió a su casa, pues Jungkook tenía mucho que estudiar.

Así fue como pasaron los días uno tras otro. Ellos afianzando su relación. Había días en lo que Seokjin tenía pesadillas y aparecían todos los fantasmas que tanto quería alejar, pero ahí estaba Jungkook para soportarlo y ayudarlo. Lo mismo pasaba cuando el menor se sentía agobiado por sus estudios, la presión de sus profesores, y de sus logros deportivos.

Jin casi no bebía, porque Jungkook generalmente estaba con él. Sólo cuando tenía pesadillas y estaba solo, se levantaba, iba al bar y fumaba. Aun así, era mucho más esporádicamente.

Un mes y medio ya había pasado desde el cumpleaños de Namjoon. Estaban a fines de octubre. Eran cerca de las diez, cuando Jin regresaba a su casa, luego de comer en el departamento de Kook, cuando lo vio.

Estaba apoyado en su auto. Lo reconoció en seguida. Kim Seung-Min, su cuñado, o ex...el hermano de Jisoo.

—Ha pasado tiempo Seokjin-hyung...te estaba esperando.

Seokjin entonces, sintió como todos y cada uno de sus demonios volvían a su vida. Cómo todos esos momentos vividos en los últimos meses se iban. Sabía a lo que venía y también sabía que no sería una conversación agradable.

—Si, ha sido un largo tiempo—. Seokjin no sabía qué hacer. Habían pasado tres años desde la última vez que se habían visto. Sabía que tampoco podía ser descortés, por lo que lo invitó a pasar a la casa.

Una vez dentro, Seung-Min miró alrededor y pudo notar lo vacía que estaba la sala y sin ningún recuerdo de su hermana.

—¿Quieres algo para beber? —Seokjin ya se había acercado al bar y se había servido un vaso de vodka. Era inevitable. El hombre aceptó y le llenó otro vaso.

—Sé que no esperabas mi visita, pero creí que si sólo te llamaba, obtendría otra vez una respuesta negativa. Por eso vine en persona. Es el cumpleaños de Jisoo....

—Sé lo que me vas a pedir Seung-Min y la respuesta es no. No iré a ese lugar, sé que en estos días Jisoo cumplía años, pero ya ha pasado tiempo...

—¡Era tu esposa! ¡Cómo puedes hablar así! ¡Nunca has hecho nada para recordarla, ni siquiera te presentas en abril!

—Yo recuerdo a Jisoo a mi manera. No necesito ir hasta ese lugar.

—Realmente no te importa..., ella te amaba tanto y tú...simplemente. no te importa.

—¡Sé que me amó y yo también la amé! Pero Seung-Min, Jisoo murió hace seis años. Tengo derecho a guardar su recuerdo a mi manera.

—¡Eres un mentiroso! Jisoo me contó unos días antes del accidente que habías cambiado, que estabas distante con ella. ¡A ti no te importó que ella muriera! ¡Seguro que te sentiste feliz!

—¡cómo te atreves a decir una estupidez así! Sal de mi casa ahora mismo—Y sin pensarlo, abrió la puerta, Seung-Min salió echo una furia.

Seokjin cerró la puerta y sintió que el piso se movía a sus pies. El frío invierno volvía a colarse en su piel, en sus huesos. Bebió y bebió. Quería que el alcohol lo aturdiera. Borrar la imagen de Jisoo ahogándose en las frías aguas, suplicándole ayuda. Porque él tenía la culpa y era un cobarde por no querer reconocerlo. Había sido un imbécil, por creer que podía ser feliz, que merecía al bonito chico de ojos brillantes. Él no lo hacía. No lo merecía. Sabía que su teléfono seguía sonando, pero de pronto todo fue silencio y oscuridad.

Despertó cuando una fría mano, golpeaba su rostro, sus ojos todavía no enfocaban bien, pero pudo ver el horror en la mirada de Jungkook.

—¡Seokjin despierta por favor! Necesito que te levantes de esta mierda—. Eran la una de la mañana, cuando Jungkook lo había encontrado tirado en la sala, con las botellas vacías, orinado, intoxicado.

—¡Vete Jungkook, no te merezco! ¡Déjame morir aquí!

—¡Deja de decir estupideces, y haz un esfuerzo por llegar a la ducha!

Seokjin como pudo se levantó. No sabía cuantas horas había estado tirado en el suelo, había perdido completamente la noción del tiempo. De pronto la pena lo invadió. Su Kookie una vez más, lo veía en ese estado deplorable, le había fallado y se sentía tan avergonzado.

—Kookie...lo siento, soy un imbécil...deberías buscarte un lindo chico...

—Ya te dije que no digas tonterías y no llores por favor—Jungkook sabía que todo ese comportamiento era culpa del alcohol y de alguien que, al parecer, había estado en la casa, pues había otro vaso usado en el bar.

A duras penas, Seokjin logró llegar a la ducha y se quedó ahí afirmado a la pared, mientras el agua caía sobre su cuerpo. Jungkook, mientras tanto iba a la sala a limpiar el desastre y tiraba la ropa sucia a lavar.

Tenía mucha pena de haberlo encontrado así. Él lo había llamado como siempre, y cuando Seokjin no le contestaba, se preocupó y sin dudarlo tomó su auto y fue hasta su casa. Suerte que se había quedado con un juego de llaves.

Cuando entró y lo encontró tirado, su corazón dio un vuelco. ¡Todo iba tan bien! Y ahora había vuelto a caer. Se preguntaba quien lo habría visitado, para que todo se hubiese echado a perder de esa manera.

Una vez que abrió las ventanas y limpió, fue hasta el cuarto y lo ayudó a levantarse del piso de la ducha y limpiarlo. Lo sacó de ahí, lo secó y lo acostó. Era un dejavú, de la primera vez que lo había hecho. Pero esta vez era diferente, porque sus sentimientos por Seokjin eran muy fuertes. El lo quería, estaba enamorado de ese hombre destruido por dentro.

Cuando al fin, logró que Seokjin se acostara, éste lo miró con sus ojos llenos de lágrimas. Pudo ver la angustia en su corazón.

—No te merezco....... Seguía repitiendo.

—Duérmete hyung. Y no digas eso. Yo te quiero. Vamos a salir de esta. Jungkook todavía no sabía cómo, pero debía darle esperanzas a Jin.

Exhausto se acostó a su lado, al día siguiente tenía clases y no sabía cómo se levantaría.

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