Capítulo Décimo Quinto
Si algo odiaba Jungkook, era el café amargo. Sin embargo, ahí estaba a regañadientes tomando uno que Namjoon le había obligado a beber. Por respeto a su hyung y al sueño que le estaba arrebatando toda su energía lo bebió.
El hermano de Seokjin, había llegado cerca de las diez de la mañana. Jungkook ya se había duchado y vestido. Prácticamente no había dormido. Seokjin había sollozado semi inconsciente hasta muy tarde, repitiendo incoherencias y rogándole que no lo dejara.
—Deberías ir a clases. Yo me quedaré con él. No iré a la oficina, así es que puedo quedarme todo el día.
—No hyung, no me moveré de aquí. Todo lo que repetía antes de dormirse era que no lo dejara, así es que me quedaré a su lado. Hoy no tengo nada importante—Namjoon arrugó el ceño, no le creía—. Lo juro hyung. No importa si no voy. Yo no lo voy a dejar solo. Me necesita.
Namjoon podía entenderlo, pero, aun así, estaba preocupado por el muchacho. Tenía ojeras y una expresión de tristeza que no le gustaba nada. Seokjin siempre cuando hablaba de él, era sobre su alegría y optimismo. Ahora él no veía nada de eso.
Seokjin seguía durmiendo para cuando era mediodía. Namjoon hablaba con Jackson para coordinar algunos temas pendientes y Jungkook repasaba sus materias. Habían encargado el almuerzo y pronto lo traerían. Ellos habían hablado largo y abiertamente. Jungkook había llorado un poco, pues realmente la noche anterior se había sentido sobrepasado, llegando al punto de cuestionarse si valía la pena. Sin embargo, con el día brillando sobre su cabeza, todo estaba claro. Él amaba a Seokjin y no lo dejaría solo. Namjoon no sabía si estar agradecido de aquello o de decirle al chico que siguiera con su vida. Aunque sabía que, si decía esto último, Jungkook simplemente lo ignoraría. Sólo le había aconsejado que intentara convencer a Seokjin que necesitaba terapia y sacar todos aquellos pensamientos que lo habían llevado al estado en que ahora se encontraba.
Al fin cerca de la una de la tarde, la comida llegó y juntos se dieron el trabajo de despertar a Seokjin. Naturalmente no fue tarea fácil. Cuando al fin lograron que abriera sus ojos, simplemente se levantó a tropezones de la cama y fue directo al baño.
Sentía que sus tripas saldrían por su boca. La cabeza no sólo le daba vueltas, sino que la sentía como si miles de agujas estuvieran siendo pinchadas en ella. Mientras tiraba la cadena del inodoro por tercera vez, sintió una mano firme, pero cariñosa en su espalda. La reconocería así estuviera en el infierno. Su hermano.
—Sé que esto debe ser horrible, pero es la única forma de expulsar todo ese maldito alcohol que bebiste anoche. Me quedaré aquí hasta que acabes. No estás solo Seokjinnie—. La verdad era, que Namjoon se sentía impotente al ver a su hermano en ese estado. Al igual que Jungkook quería entender que era lo que lo mantenía en ese estado. Sabía que era Jisoo, pero también sabía que no era porque la amara. Estaba seguro de los sentimientos que su hermano tenía por el chico que esperaba impaciente en la sala. ¿Remordimiento? ¿Por no haberla amado lo suficiente? Tal vez..., pero aún así, nada podía ser tan grave, para llegar a ese estado. De todas formas, él no iba a preguntar. Entendía que si había alguien que podía hacerlo hablar era Jungkook.
Cuando Seokjin se sentó en el frío piso del baño, cerró sus ojos. Realmente la cabeza parecía no estar sobre sus hombros. Miró a su hermano y comenzó a llorar. Entonces Namjoon, lo abrazó. Como cuando eran niños y su pequeño dongsaeng de sólo seis años se cayó de la bicicleta y se rompió las rodillas. Él tenía apenas ocho, pero sabía que era su deber como hermano mayor, cuidarlo y consolarlo. Y eso había hecho a a través de los años. Hasta la tragedia, cuando Seokjin simplemente lo apartó de su vida.
—Seokjinnie...ya no llores. Debes tranquilizarte...
—Debes estar muy enojado conmigo...te mentí...y le mentí a Jungkookie... De pronto Seokjin tuvo conciencia que su novio no estaba ahí y Namjoon pudo darse cuenta al ver su cara de angustia.
—Estoy furioso porque me mentiste y Jungkook lo está todavía más. Pero ahora lo que importa es que te levantes y te pongas presentable para almorzar. Te daré algo para el dolor de cabeza, pero debes asearte. Te esperamos en el comedor...
—¿Él no se ha ido entonces? —preguntó con lágrimas todavía saliendo de sus ojos.
—¿Jungkook? Claro que no. Le dije que fuera a clases, pero se negó. Y lo entiendo. Creo que necesita una explicación Seokjin. Mira, dúchate y comeremos tranquilos. Y luego me marcharé, para que arregles este desastre con él.
Seokjin asintió y se tocó la cabeza. Realmente no sabía cuánto había bebido y cuántas pastillas había agregado a su toxico coctel de la noche anterior. Ante de entrar a la ducha, buscó en el botiquín y se tomó dos aspirinas. Esperaba que eso ayudara.
Jungkook había puesto la mesa para tres. Namjoon ya le había dicho el estado en que se encontraba su hermano. Por eso cuando lo vio aparecer en la sala, con una sudadera rosada gigante, y el pelo estilando, su pecho se apretó. Estaba furioso con él y además, herido, pero en ese momento, todo lo que quería era abrazarlo y decirle lo mucho que lo amaba. Pero se contuvo.
—Ven a comer hyung. Necesitas llenar ese estomago vacío—. A Seokjin también se le apretó el pecho. Le sucedía cada vez que veía a Jungkook. Desde que se dio cuenta que tenía sentimientos por él, que iban más allá del cariño o una simple amistad. Desde que se enamoró. Se sentó en silencio y comenzó a comer.
Ninguno de los tres dijo algo, y Seokjin comenzó a sentirse abrumado. Consumido por la culpa y remordimiento. Dejó los palillos sobre el plato y miró a su hermano y a su novio.
—Sé que lo jodí y que ambos están enojados. Lo hice porque no quería abrumarlos con mi mierda depresiva y porque pensé que sería mejor si estaba solo. Ahora sé que estaba equivocado y les pido disculpas. Sé que los herí y me siento como basura, porque ustedes son las personas en quien más he confiado en mi vida. Y les fallé.
—Bueno me alegro que te des cuenta. Si confías en nosotros, deberías entonces abrir tu corazón e intentar explicar que sucede dentro de esa cabeza tuya. Sé que no es fácil y no te voy a exigir que lo hagas en este instante. Si estoy aquí es porque me preocupas, y también ahora me preocupa Jungkook. Date cuenta que estás jodiendo su vida con este comportamiento. Antes, eras sólo tú, pero ahora, decidiste dejar entrar a alguien más y no deberías arrastrarlo a esto.
Jungkook iba a intervenir, pero optó por no decir nada. Namjoon también tenía derecho a decir lo que pensaba a su hermano. Y agradecía que también se preocupara por él.
Seokjin miró a su pareja, que tenía los ojos llenos de lágrimas. Namjoon tenía razón en lo que acababa de decir.
—Kookie...lo siento. Te fallé. Te había prometido que no volvería a beber y...
—No digas nada hyung. Sólo termina de comer. Luego hablaremos.
Y así fue. El resto del almuerzo fue en silencio. Cuando terminaron, Namjoon se acercó a Jungkook, mientras Jin había ido a su habitación.
—Jungkook, intenta hablar con él. Cualquier decisión que tomes, nadie te juzgará. Si crees que esto es demasiado para ti, lo entenderé. No puedo obligarte a quedarte con mi hermano.
—Yo lo amo hyung. Amo a Seokjin y no lo voy a dejar. No por mi voluntad. Pero él también debe decidir que es lo que quiere. Si realmente me desea en su vida. Y yo respetaré esa decisión. He decidido tomarme unos días e irme a Busán. Creo que por ahora es lo mejor.
Namjoon asintió y lo entendía perfectamente. Luego fue a ver a Jin que estaba sentado en su cama con la mirada perdida.
—Como te dije antes, sólo intenta arreglar esto con tu chico. ¿Está bien? Creo que llegó la hora de sincerarse.
Seokjin abrazó a su hermano y le susurró un gracias. Estaba aterrado. Sabía que Jungkook quería respuestas y él se las iba a dar. Estaba listo. Luego de la horrible borrachera de la noche anterior y de las palabras de su hermano, había comprendido que no podía seguir así. Su mayor miedo era perderlo, luego que Jungkook lo escuchara. Pero, ¿acaso ya no lo estaba haciendo?
Cuando sintió que la puerta de su casa se cerraba, comprendió que habían quedado solos. Entonces salió de su habitación. Jungkook estaba sentado en el sofá, con la vista perdida y con sus manos sobre sus rodillas. Seokjin lo miró con temor y vergüenza.
—Yo soy el culpable de la muerte de mi esposa.
Jungkook se quedó congelado. Sólo sabía que Seokjin estaba dejando salir uno de sus demonios. Uno de esos pensamientos oscuros y dolorosos, que lo habían llevado a ser el hombre que hoy era. No dijo nada. Simplemente dejó que Jin terminara de abrirse.
—El último año antes del accidente había sido malo. Jisoo se empeñaba en moldearme a su manera, en convertirme en alguien que yo no deseaba. Ya había renunciado a tantas cosas, sólo para complacerla..., pero llegué a un punto donde no lo soporté. Discutíamos a diario y yo poco a poco comprobé que ese inmenso amor que alguna vez había sentido, se había ido.
Seokjin, se acercó a Jungkook y se sentó a su lado. Jungkook pudo ver su rostro demacrado y lleno de tristeza.
—Todavía no entiendo tu culpa Seokjin...—Jungkook tomó las manos de Jin, sabía que necesitaba su apoyo para seguir. Él Simplemente suspiró y volvió a hablar.
—Jisoo supo del viaje una semana antes. Las cosas entre nosotros iban de mal en peor. Yo ya estaba seguro que quería el divorcio, pero no sabía que hacer, ni como decírselo. Ante todos, éramos la pareja perfecta. No sabía que iban a decir mis padres, Namjoon y los demás. Iban a juzgarme y en ese tiempo tal vez, yo era un poco inseguro acerca de mí, producto también de todo lo que Jisoo me había hecho abandonar. El día anterior al viaje, ella me dijo que no quería ir, que iba a inventar una excusa y se disculparía con el director del colegio. Entonces yo me enfurecí. Porque estaba agradecido de ese viaje. Quería que ella se fuera. No verla y así poder pensar que hacer. Para mí sería un respiro. Ella vino con lágrimas en sus ojos a decirme que no iría...
—No ire a ese viaje, Jinnie...debemos solucionar nuestros problemas...
—¿Acaso eres una irresponsable? Estás a cargo de tu clase Jisoo, debes ir con ellos, no puedes eludir tu responsabilidad.
—Pero...pero, si no voy, tendremos tiempo para nosotros...
—¡Basta! Me decepcionas. Debes ir y no hay nada más que hablar...
—En el fondo estaba actuando como un egoísta de mierda, porque lo único que quería era que ella se fuera. No verla..., no tenerla cerca...no...la soportaba...-Seokjin rompió en llanto -¿te das cuenta que si la hubiera apoyado en no ir, ella estaría viva? ¡Por mi egoísmo la arrastré a ese viaje que ella no quería ir! ¡Yo la maté! ¡Fui yo! Un maldito cobarde que no se atrevió a enfrentarla. Y he callado esto por años. Jamás se lo he dicho a nadie...todos pensando que fui un esposo ejemplar. Durante años he sentido como si yo la hubiese empujado a las aguas. Mis pesadillas son de Jisoo suplicando ayuda..., soy culpable de que esté muerta.
Jungkook sintió el corazón de Seokjin latir tan fuerte. Entonces había sido así..., se sentía un cobarde y egoísta. Y por supuesto, culpable. Y esa culpa lo había llevado a lastimarse estos últimos seis años.
Seokjin continauba llorando. Ahora se había alejado de los brazos de Jungkook y había ido al bar, pero no encontró ninguna botella. Su hermano y Jungkook se habían encargado de sacar todo el licor.
—Jin...escúchame, está bien que al fin puedas contarle a alguien todo esto. Y no voy a negar que quizá actuaste egoísta y cobardemente, pero tú no mataste a tu esposa. Los únicos culpables están en la cárcel. Tú no podías saber lo que ocurriría. Hani, también le dijo que debía ir a ese viaje.
—¿Hani? —preguntó Seokjin.
—Ella me contó que unos días antes, fue para decirle lo mismo que a tí. Que no quería ir. Pero ella le dijo que debía hacerlo. Era logíco. ¿Quién iba a pensar en una tragedia como esa? Tu culpa es no haber sido sincero con ella y con los demás, pero no de su muerte...
—Es como si yo la hubiera empujado...todo este tiempo me he sentido culpable. Pero cuando llegaste a mi vida, creí que podía ser feliz, que tal vez yo no tenía la culpa, que debía superarlo.
—Es que es así, debería ser Jin, debes aprender a perdonarte; a entender que no fuiste tú, sino las personas irresponsables que causaron el accidente del ferry.
—Tú no puedes entender mi dolor...
—Si lo hago Jin...más de lo que tu piensas. La culpa es algo que te puede llevar a pensar en mil locuras.
—¡¿Cómo vas a saberlo tú, si apenas eres un niño, que además siempre vivió privilegiadamente?! ¡No tienes ni una idea!
Eso fue suficiente. Jungkook estaba dispuesto a escuchar, pero Seokjin parecía creer que nadie en el universo entero había sufrido más que él. Que sólo él podía sentir dolor, culpa y toda esa mierda que tenía en su cabeza.
—¡Claro que lo sé! ¡¿Cómo crees que me sentí cuando tenía diez años y mi abuelo me gritó en la cara que mi madre se había suicidado por mi culpa?! ¿Crees que no sé del dolor, si luego de eso mi abuelo me fue a tirar a un orfanato? Ni siquiera me conoces Kim Seokjin, por lo que no tienes ni una puta idea de lo que yo sé acerca del sufrimiento y la culpa.
Seokjin miró sorprendido a Jungkook. ¿Cómo es que él no sabía eso? Entonces, ¿Jungkook era adoptado? Recordó ese hogar, del que le había oído hablar hacía unos días en casa de Nam.
—Jungkook yo...no lo sabía...¿por qué nunca me lo contaste?
—Porque no me gusta hablar de eso. Porque es algo que ya pasó. Que ya superé. Pero creo que necesitas escuchar mi historia Jin, para que entiendas que no eres la única persona que ha sufrido...
SeokJin se sentó, pero Jungkook se apartó en seguida y comenzó a caminar por la sala.
—Mi madre tenía quince años cuando me tuvo. Salía a escondidas con un muchacho, quien al enterarse naturalmente la dejó. Mis abuelos no se enteraron hasta cuando ya era demasiado tarde para abortarme. Querían que me entregara en adopción, pero ella se negó. Al final, ella me tuvo.
Un año después mi abuela murió. Mi abuelo nunca le perdonó a mamá el haber deshonrado el nombre de su familia. La acosaba, la molestaba. Todo esto lo supe años después, cuando encontré a mi tío, su hermano. Era tanta la desesperación...que ella se mató...Mi abuelo enloqueció y me llevó a un hogar de niños, donde me abandonó. Mi tío aún era menor de edad y nada podía hacer.
—Y ¿Qué paso después? —preguntó Seokjin.
—El infierno, Seokjin, el infierno. El hogar era manejado por dos hermanos. Los Choi. Uno de ellos se dedicó a torturarme desde el primer día. No sé si mi abuelo se lo pidió o qué. Él comenzó a golpearme. Cada día. En la espalda, en las piernas, en el rostro. ¿Esta cicatriz? Es su obra. Decía que yo era feo. "Cara de rata" me decía y que los niños feos no merecían ser adoptados o vivir... —Jungkook sentía como sus lágrimas comenzaban a asomar. Traer de vuelta esos recuerdos era duro, pero sabía que era necesario.
Seokjin entones lo abrazó. Su corazón se rompía con cada palabra que escuchaba de la boca de Jungkook.
—¿Y cómo sobreviviste?
—Porque Jung-hyun decidió cuidarme. El ya estaba en el hogar cuando yo llegué. No tenía familia. Era dos años mayor que yo. Tenía doce años, cuando decidió que yo sería su hermano postizo. Él curaba mis heridas, me cuidaba, luego que Choi me soltaba. ¿Sabes, cuantas veces pensé tomar el camino de mi madre? Cientos, miles, ¿acaso vivir era eso, sufrir día tras día? Pero él me consolaba, decía que un día la primavera llegaría, que él sería grande y nos sacaría de ese horrible lugar. Y yo le creía y soportaba los golpes, las burlas por mis dientes, por mi rostro...cada herida...esperando el día de primavera. Fueron dos años...
Seokjin no lo podía creer. Jungkook sólo era un niño, ¿Cómo podía existir un monstruo así?
—Un día, Jung Yerin, llegó de la mano de su esposo Jeon Hyuk en busca de un bebé. Ella había perdido dos en su vientre y decidieron adoptar.
Choi los recibió feliz , eran un par de abogados muy conocidos ya en ese entonces en Busan. Los llevó a su oficina y salió un momento a buscar los datos de los bebés. Entonces, Yerin miró por la ventana de la oficina y me vio sentado en una banca junto a Jung-hyun. Ella dice que su corazón se estremeció inexplicablemente y salió al patio tras de mi, seguida de Hyuk que no entendía nada. Cuando me preguntó que me pasaba le dije que nada, pero ella...es persistente , ya te lo dije y entonces Jung-hyun le dijo que Choi me había golpeado. Ella me preguntó si era verdad y le dije que sí.
Yerin estaba furiosoa, nos tomó a ambos y fue hasta la oficina de Choi, quien nos miró con odio. Y negó todo. Yo le grité que era verdad y ahí el hombre cometió el error de golpearme en frente de ellos. Hyuk entonces lo golpeó con furia. Ellos llamaron a un juez conocido, a la policía. Muchos otros niños dieron testimonio de los golpes y maltratos...fue un escándalo en su época...
Ellos consiguieron a través de su fundación hacerse cargo del hogar y además, decidieron adoptarnos a mi y a Jung-hyun. Yo no podía creerlo. Porque yo era feo y los niños feos no merecían tener una mamá y un papá..., pero mi madre...ella fue persistente a pesar de mí. No sabes las veces que los puse a prueba...su amor.. lloraba , me orinaba en la cama, rompía cosas...aún así.. ella jamás dejó de amarme. Un día hui de casa.
Ella salió tras de mi y me encontró. Ese día le prometí jamás volver a huir y le pregunté cómo podía devolverle todo el amor que ella me daba y entonces ella me lo djo. "Algún día vas a encontrar a alguien que como tú, sólo podía estar en la estación invernal. Algún día, tu también podrás ser un día de primavera para alguien" Cuando te conocí... lo supe... tu eras esa persona. Mi única intención era ayudarte ...pero ya vez, me enamoré de ti.
—Kookie...yo...
—Un mes justo antes de que me atropellaras, salí de la universidad. era miércoles y no llevé mi auto, pero no quería regresar caminando a casa. Tomé un taxi y en cuanto subí...lo reconocí. Era Choi..., él no me reconoció, pero yo sí. Y todos mis fantasmas volvieron. Toda mi ansiedad, mis miedos...nunca más volví a tomar un taxi, por eso siempre me negaba pero ahora, después de todo lo que ha pasado, de escuchar tu historia, me doy cuenta que no puedo huir. Si lo encuentro, él no puede hacerme daño, de ninguna manera. Debo enfrentar la posibilidad de algún día volver a ver al hombre que tanto dolor me causó. Yo perdoné Seokjin. A mi abuelo, a Choi Y me perdoné a mi mismo. Porque yo no fui culpable de que mi madre muriera. Yo no fui culpable de haber venido a este mundo. Y aprendí a aceptarme tal como soy. Con todos mis errores, con mis defectos. Como dice Dean: "no soy perfecto...pero soy hermoso"...
Seokjin se dio cuenta que Jungkook era quien era por toda su historia de vida. Era el chico más valiente que había conocido en la vida y se avergonzaba de su cobardía. De no haber enfrentado sus demonios abiertamente, sino que a través del alcohol y las pastillas.
—Yo te amo Seokjin, te amo con todo mi corazón y estoy seguro que jamás volveré a amar a nadie de esta manera. Pro entiendo que tú también debes escoger. Si quieres estar conmigo, si quieres perdonarte y seguir adelante—Jungkook caminó hacia la puerta, Seokjin sabía que debía dejarlo ir.
—Mañana me iré a Busan por unos días...yo..., puedes llamarme si quieres para despedirte—Y sin decir nada más, abrió la puerta y salió.
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