Once.

Terminé de hablar con mis padres, ellos volverían en dos semanas más y estaba feliz por eso, los extrañaba mucho. Habíamos hablado de mi relación con Tae, ellos decían que nos veíamos muy bien juntos. Vieron las fotos y vídeos de nosotros en el estreno, que estaban por todos lados, y dijeron que estaban ansiosos por conocerlo. Por otra parte los jefes estaban satisfechos de como nos comportamos el día de ayer. Eso quería decir que estábamos fingiendo bien y me sentía mal por pensar así.

Bajé las escaleras y fui a una de las salas de estar donde Tae se encontraba junto a Tannie viendo un drama, tenía sus piernas sobre la pequeña mesa de centro y comía de una bolsa de papitas.

–Bien, Kim –llamé su atención– hoy estoy de humor como para socializar contigo.

Ya no tenía caso que siguiera molesta por el beso, se supone que en algún momento pasaría y debía acostumbrarme.

Choqué mis piernas con las suyas para que las quitara de la mesa y lo hizo mientras soltaba una queja, pasé al otro lado para sentarme junto a él y Tannie vino a mi para que lo acariciara. 

–Qué alegría me da saber eso –pronunció sarcástico– pareciera que siempre andas en tus días.

–Somos dos, entonces.

Rodó los ojos.

–Tratemos de no discutir. –Pidió.

–Está bien.

–Ahm... ¿Qué tal si nos hacemos preguntas?

–Va. –Subí las piernas al sillón y me acomodé para verlo de frente. –Empieza tú.

Él pensó por unos segundos, sólo esperaba que no fuera alguna idiotez.

–¿Siempre quisiste ser cantante?

Sonreí, recordando como de pequeña me la pasaba por toda la casa cantando y bailando: –Si, me gustaba darles conciertos a mi familia cuando era más pequeña.

–Así que lograste tu sueño.

Asentí.

Un sueño que me estaba costando mucho ahora.

–¿Y tú? ¿Siempre quisiste ser cantante?

–No realmente, yo quería trabajar en la granja de mis abuelos, luego cuando fui creciendo quise ser saxofonista. –Sonrió avergonzado.

Me lo imaginé como granjero, y pues sería uno muy guapo.

Céntrate, Yoonie.

–¿Y como fue que terminaste en la industria?

–Acompañé a un amigo a las audiciones, pero uno de los que estaba a cargo me vio y me convenció de participar, lo hice y quedé.

–Estaba en tu destino formar parte de BTS.

–Supongo. –Asintió, con una sonrisa de lado.

–Ustedes han logrado cosas inimaginables, es increíble.

–Si, aunque a veces resulta un poco abrumador.

–Lo sé.

Nos quedamos en silencio por algunos segundos, ambos vivíamos lo mismo o muy parecido, ya que la escala de fama en la que ellos estaban era mucho más alta, pero podía entenderlo completamente.

–Se nota que eres fan de nosotros. –Agregó, divertido.

–Tengo muchas de sus canciones en mi lista de reproducción. –Admití.

–¿Has tenido novio?

Cambió radicalmente el tema, pero la idea era que nos conociéramos.

–No.

–Es decir que yo soy tu primer novio. –Me guiñó un ojo.

–Lamentablemente. –Me encogí de hombros. –¿Has tenido novia?

No sé ni para qué lo pregunto, si ya puedo darme una idea de la respuesta.

–He salido con algunas chicas, entre idols y modelos, como Sunhee, pero no ha sido nada serio. –Respondió con simpleza.

Eran muy comunes las citas entre idols, aunque se tenía mucho cuidado de no ser vistos y de que los fans no sospecharan. Lo que las personas veían en la televisión, como por ejemplo algún show de música; que un chico y una chica siquiera se dirigían la palabra o la formalidad y el respeto con que se trataban, no quería decir que no estuviesen saliendo en ese momento, todo formaba parte de mantener una imágen y no crear sospechas. En alguna ceremonia de premiación o cualquier otro evento, podía haber una cantidad grande de parejas y el público nunca lo sabría, a menos que los descubrieran o ellos mismos lo admitieran, aunque esto último pasaba –la mayoría del tiempo– cuando ya tenían algún tiempo considerable de estar en la relación. De todas maneras eran muy pocos los que se han atrevido a admitirlo y de hecho, algunos terminaban y nadie nunca se enteraba de que esas personas, alguna vez, estuvieron en una relación de meses o años.

Tae y yo estábamos actuando muy distinto a lo que se consideraría normal y eso causaba curiosidad e interés en todos.

–Como era de esperarse. –Rodé los ojos.

–Tú eres mi primera novia formal, siéntete privilegiada. –Movió las cejas de arriba a abajo.

–Que privilegio. –Comenté con marcada ironía.









Más tarde ese día, decidimos salir a cenar, habíamos pasado parte de la tarde hablando de nuestras vidas, evitando el tema de los escándalos de cada quien, pero luego nos aburrimos y nos pusimos a ver películas. Fue un gran avance entre nosotros y hasta se sintió extraño.

Nos decidimos por comer pizza, por suerte no estaba haciendo dieta aunque tampoco solía hacerlas, pero si me cuidaba. Fuimos a un lugar famoso por lo buenas que eran, y también podíamos tener privacidad. Aunque ambos fuimos precavidos al entrar, usando cubrebocas y los dos teníamos sudaderas con capucha.

Durante el tiempo que estuvimos allí, hablamos de cualquier cosa. Tae me contó un poco de como fue actuar en un drama histórico, él podía hablar de cualquier tema sin problema y era otro punto que teníamos en común.

Pero al parecer no íbamos a terminar el día de forma tranquila. El dueño del local quien estaba al tanto de quienes éramos, nos avisó que había una cantidad de personas afuera y creía que era por nosotros. Alguno de los otros clientes debió de darse cuenta de nuestra presencia y publicó en algún lado que estábamos aquí.

–¿Qué hacemos?

Habíamos venido sin seguridad, fue algo quizás imprudente de nuestra parte, pero queríamos hacer algo normal como salir a comer pizza sin que nadie nos siguiera. Pero en estos momentos eran cosas que no nos podíamos permitir y era algo que pasamos por alto.

–Tenemos que salir, no nos podemos quedar toda la noche aquí esperando a que se vayan. –Respondió él, luciendo un poco ansioso.

–¿Y si llamamos a los guardaespaldas?

–Tardarán en venir y puede aumentar el número de personas.

–Es lo mejor. –Insistí. No podíamos salir solos sino estábamos seguros de cuántas personas habían.

Él terminó por estar de acuerdo, así que los llamamos. Tuvimos que esperar alrededor de veinte minutos, uno de los guardias entró al local indicando que podíamos salir. Nos dijo que habían algunos periodistas también. Genial.

Una simple salida se convirtió en algo más grande.

Al momento de salir, Tae se situó delante de mi mientras me tomaba de la mano. Escuchamos gritos, no pude ver bien cuántas personas habían pero podía deducir que muchas, los flashes nos dieron de lleno y ambos tuvimos que bajar la cabeza. Gritaban nuestros nombres, nos querían tocar y los periodistas hacían preguntas también. Los de seguridad trataban de impedir que se acercaran demasiado pero algunas chicas estaban histéricas, yo me limitaba a seguir a Tae caminando lo más rápido que nos permitían.

Estábamos apunto de llegar al auto cuando sentí un jalón en mi cabello, la capucha se me había bajado, y fue tan fuerte que ocasionó que perdiera el equilibrio y cayera, soltando la mano de Tae. Escuché algunos insultos hacia mi directamente, suponía que de la persona quien lo hizo, no estaba nada feliz con que saliera con su ídolo.

La seguridad alejaba a las chicas porque habían hecho un círculo a mi alrededor, algunas quisieron ayudarme, también escuchaba como insultaban a la chica que me había agredido. Me sentí muy abrumada, asfixiada y con ganas de llorar, incapaz de levantarme, pero una mano me agarró de un brazo y me impulsó hacia arriba.
Era Tae.

Me protegió con su brazo para así seguir caminando. Llegamos al auto de él y me abrió la puerta para que me subiera, él lo rodeó con ayuda de los guardaespaldas y se subió segundos después. Lograron que las personas se mantuvieran alejados del auto para que pudiéramos salir de la acera.

–¿Estás bien? –Su voz salió forzada, pude ver su mandíbula apretada a la vez que respiraba agitado. Mi respiración estaba igual a la suya.

Ya me encontraba llorando sin poder evitarlo, porque mi corazón no dejaba de latir acelerado, sentía miedo y me dolía la parte de atrás de mi cabeza. Todo se había salido de control muy rápido.

–Sino te hubieses antojado de una pizza, esto no hubiese pasado.

Lo miré sin poder creer lo que había dicho, me estaba echando la culpa a mi. ¿Era en serio?

–Tu estuviste de acuerdo. –Me quité las lágrimas con rabia.

–¡No quería escuchar tus quejas de niña inmadura después! –Elevó el tono en notable frustración.

–¡Aquí las únicas inmaduras son tus fans que no pueden soportar que alguno de ustedes viva su vida! –Exclamé de igual forma, cubriéndome la cara tratando de controlar mi llanto.

–¡Te recuerdo que esto lo hacemos por obligación no es que me muera por salir con alguien como tú! –exhaló profundamente– Y no hables así de ellas. –Pronunció amenazante.

–¡Si fue una de ellas quien me agredió!

Él me respondió pero ni siquiera escuché lo que dijo, solo quería que se callara.

–Cállate, no quiero escucharte.

Ambos habíamos perdido la paciencia por completo y estábamos muy alterados por lo que había pasado, nos dijimos cosas que no debíamos. Yo me arrepentía de haber dicho lo que dije acerca de Army, no todas eran así. Era consciente de que algunas quisieron ayudarme, las verdaderas armys,  porque un fan real no agrede a alguien que quieres –aunque éste no era el caso– ni haría nada para perjudicarte. Algunos, quizás, habían ido con la idea de saludar simplemente y sabían comportarse, pero otros no y me refería tanto a sus fans como a los míos.

Todo el camino a casa fue muy tenso, sólo se escuchaba el sonido que hacía al sorber por la nariz mientras lloraba. Ambos llegamos y sin mediar palabra, nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones.

Tomé un baño y me puse mi pijama, me tomé una pastilla para el dolor de cabeza antes de acostarme. Lloré de nuevo al momento de arroparme con mi cobija. Nunca me habían agredido físicamente, a pesar de haber estado en ciertas situaciones con fans, nunca había sentido tanto miedo como ahora. Sentía miedo de lo que podían hacer las personas solo porque no les gustaba o no estuviesen de acuerdo con algo, pero me quedaba claro que podían llegar muy lejos.

Una cosa era que me insultaran virtualmente, otra muy distinta era que se creyeran con el derecho de agredirme físicamente. Aunque de igual manera los dos casos estaba muy mal, era odio injustificado.

Dejé de lado mi celular, no quería hablar con nadie sólo quería olvidar este día.














~~~~~~~~~

Pobre Yoonie... y Tae que no ayuda :c

Espero les haya gustado, gracias por leer💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top