Cuarenta y cinco.

BTS - Butterfly.






Taehyung.




Yoonie había pasado dos días en el hospital los cuales yo estuve con ella, casi ni me moví de su lado a excepción de cuando fui a casa para ducharme.

Ya le habían dado el alta e iría directamente al Centro Terapéutico Haebalagi, era un centro de rehabilitación básicamente. Esa fue la opción que le dió el psiquiatra que la atendió. Estaría internada, cumpliendo con un tratamiento y recibiendo sesiones de terapia. Ella estaría bajo un constante monitoreo del personal que trabaja allí y que la ayudaría a mejorar con diferentes actividades, además que estaría conviviendo con otras personas que están pasando por situaciones parecidas, sería una paciente más. Sus padres y Woon se aseguraron que fuera un buen sitio, al parecer era muy reconocido.

Anoche sus padres habían ido a descansar mejor a casa y yo me quedé con ella, pude haber dormido en el cómodo sillón que estaba en la habitación, pero Yoonie quiso que durmieramos juntos. No me negué porque pasaría un tiempo hasta que volviéramos a hacerlo y quería pasar cada minuto posible con ella.

Yo apoyaba la decisión que había tomado aunque no iba a negar que la extrañaría, pero todo fuera para que estuviese bien. 

Ahora mismo, Yoonie, estaba con su madre en la habitación del hospital y yo me encontraba en el pasillo esperando. Ella iría conmigo en el auto y Jungkook nos acompañaría también, sus padres irían con Woon. Los chicos estaban esperando en el estacionamiento en una camioneta, ellos querían acompañarla y darle apoyo moral. Por ese motivo ella hasta el momento se estaba mostrando tranquila, porque todos estábamos demostrándole nuestro amor y apoyo.

La puerta se abrió y por esta salió su madre.

–¿Ya está lista?

–Está terminando de acomodar su maleta –respondió, por suerte sus padres parecían más tranquilos aunque yo aún me sentía un poco culpable–, quiero hablar contigo,Tae.

–Claro. –Metí las manos en los bolsillos, esperando cualquier regaño de su parte ahora que las cosas se habían calmado un poco.

–Antes quiero que veas esto. –Sacó un papel del bolsillo de su suéter y me lo tendió, estaba arrugado y me dio curiosidad saber que era.

Lo abrí y enseguida reconocí la letra de Sky.

"Nunca conocí a nadie como tú."

"Quiero sonreír a tu lado por mucho tiempo."

"Quiero permitirme ser feliz."

"¿Cuánto va a durar esto?"

"¿Me querrá lo suficiente?"

"¿Yo soy lo suficiente?"

"¿Vamos a lograrlo?"

"Te extraño Seonkyoon, ¿qué te pasó?."

"Me van a señalar de nuevo."

"Si tocas fondo sólo te queda subir... ¿Qué tal si ya no puedo?"

"Estoy hundida."

"Estoy hundida."

Sentí una puntada en el corazón, esas palabras eran una pequeña parte de todo lo que pasaba por su mente. Como gritos silenciosos plasmados en papel.

–Eso lo encontré cuando fui por su ropa, en una de las gavetas en su habitación. Mi pequeña estaba sufriendo mucho en silencio. –Dejó salir un suspiro de tristeza.

–Lo siento, yo debí estar más al pendiente. –Pronuncié cabizbajo, guardando el papel en mi bolsillo.

–No trato de reclamarte nada, nadie pudo haber imaginado que ella... bueno que de verdad lo intentaría –se refería a las conversaciones que se filtraron hace un tiempo donde ella decía que quería acabar con todo, realmente quiso hacerlo– Mi esposo y yo estamos muy agradecidos contigo, la cuidas y la proteges como a nadie y eso lo valoramos mucho. –se acercó más como si quisiera decirme un secreto y absolutamente nadie podía escuchar, aún si estábamos solo nosotros en aquél pasillo– Sky nos contó que su relación fue por un contrato al principio, nos habló acerca de todo y del por qué los juntaron a ambos –yo abrí los ojos en grande y traté de decir algo pero sólo tartamudeé como idiota– no estamos molestos –continuó– aunque nos hubiese gustado que nos hablara con la verdad, pero entendemos que muchas veces así se maneja la industria.

–Yo amo a su hija de verdad, somos novios de verdad. Sé que por mi pasado puede dudar de mi, pero le aseguro que todo eso quedó atrás.

–Eso lo sé –sonrió, comprensivamente–, se nota que la amas, que se aman. Hicieron un contrato y terminaron enamorados –negó con la cabeza, divertida– ¡Aigo! Ustedes son tan cliché como los dramas que veo.

Reí sintiéndome un poco apenado, pero al mismo tiempo aliviado de que no estuviera molesta.

–Eres un buen chico, Tae –agregó, y yo sonreí agradecido por sus palabras–, sus hijos serán hermosos.

–¡Mamá! –Ambos giramos a ver a Yoonie que estaba junto a la puerta y parecía haber escuchado todo. Se había cambiado a unos pantalones deportivos, una camiseta y encima una de mis camisas oversized de botones.

–Nuestros hijos serán hermosos, Yoonie. –Alcé las cejas sugestivamente, burlándome de su sonrojo a causa de la vergüenza.

–Espero que sean en unos cuantos años más. –Seungho llegó con nosotros quien había estado con Woon todo este tiempo, me palmeó la espalda amistosamente, fue mi turno de sentirme avergonzado– Soy muy joven para que me llamen abuelo. –Yoonie soltó una risotada. Los tres la vimos con una gran sonrisa, porque estaba aquí con nosotros, viva.










Pasamos cuarenta y cinco minutos en el auto para llegar al Centro donde Yoonie estaría internada, ella y Jungkook estuvieron todo ese tiempo charlando de cualquier cosa, más que todo de comida y de como sería la comida allí, yo estaba más callado pensando en todo. Yoonie lo había notado por eso no soltó mi mano en todo el camino.

Ahora estábamos afuera de la mediana edificación, la verdad es que no me hacía una idea de como sería un lugar así, más allá de lo que había visto en películas o documentales que eran lugares aterradores, pero noté que los espacios externos estaban muy bien cuidados, muchos árboles y arbustos con flores llamativas lo rodeaban. Las paredes del centro eran de un color crema y no parecía uno de esos lugares tenebrosos, más bien daba un aura acogedora.
Quedaba en una pequeña colina y Yoonie no dejó de admirar los girasoles que se encontraban por doquier, esos y los tulipanes eran sus flores favoritas y suponía que le iba a gustar tenerlos cerca.

Todos estábamos frente a las puertas, mis suegros y Woon esperaban un poco apartados a qué ella se despidiera. Yoonie estaba muy agradecida porque los chicos habían venido. Jiyeon no pudo asistir por sus clases pero estuvo el día anterior en el hospital y le prometió venir a verla. Realmente había demostrado ser una buena amiga. 

Mis padres estaban muy al pendiente, anoche había hablado con ellos cuando Yoonie dormía y al despertar ella habló por teléfono con mi padre y mi madre le llevó el desayuno. La verdad es que ellos sintieron mucha angustia al enterarse de todo, aún así me daban fuerzas y me pidieron que la apoyara lo más que pudiera.

–¿Cuando salgas podemos ir por un café? –Le dijo Yoongi cuando ella lo abrazó.

–Eh... hyung, estoy justo aquí. –Alcé la mano frente a ellos.

–¿Y? Tú no estás invitado.

Bufé, y ambos rieron.

–Claro, cuando salga nos reuniremos todos. –Dijo ella y los chicos asintieron.

Ellos no la miraban con pena o lástima, más bien le hacían saber que podía contar con su apoyo y sabía que Yoonie agradecía eso. Los abrazó uno por uno y volvió agradecerle a Hoseok que parecía a punto de llorar, de verdad era como una hermana para ellos y amaba ver el lazo que habían formado. Luego cruzamos miradas y le hice una seña para apartarnos, ambos caminamos hasta detrás de mi camioneta. Necesitábamos tener un momento a solas.

Yoonie rodeó mi torso con sus brazos y yo apoyé mi barbilla contra su cabeza, era un abrazo reconfortante. Me separé un poco para tomarla por las mejillas, ella no quitó sus brazos de mi cuerpo y ambos nos quedamos mirándonos a los ojos por unos segundos; yo admirando sus orbes oscuros tan cautivadores y que enviaban corrientes cálidas a mi corazón cuando me miraba.

–Woon me mostró lo que publicaste, fue muy lindo. –Se alzó de puntillas y dejó un casto beso en mis labios.

–Sólo quise expresar lo que tenía en mi mente.

–Gracias. –Dijo, con sinceridad.

Volví a besarla. –¿Estás segura de esto?

–Si.

–Entonces concéntrate en ti. Todos nosotros estaremos bien, lo importante eres tú.

–Los extrañaré. Ni siquiera tendré mi celular a la mano para hablarte cuando quiera.

–No te preocupes por eso, voy a venir siempre que pueda y te llamaré todos los días –ella sonrió. Sus ojos estaban ligeramente cristalinos, ahora estaba cayendo en cuenta de que estaríamos separados, pero yo no quería que llorara. Por eso apreté sus mejillas de forma que sus labios se abultaran y la besé– Cuando salgas nos iremos de vacaciones a dónde tú quieras.

–Me hablas como si fueras capaz de bajarme la luna si te lo pidiera.

–Si pudiera no dudaría en hacerlo, créeme. Pero tienes una estrella. –Señalé su collar.

Ella procedió a quitárselo por primera vez desde que se lo había regalado y la miré sin entender. –No me permiten tener este tipo de accesorios aquí. –hizo que me inclinara un poco para poder pasar la cadena por mi cuello y abrocharlo– Cuando salga me lo devuelves.

–Está bien, aunque creo que luce mejor en mi. –Sostuve entre mis dedos el dije de plata en forma de estrella.

–¿Qué dijimos sobre tener el ego más alto que el mío? –Me apuntó con el dedo, simulando un regaño.

Reímos. Me acerqué a besarla pero esta vez prolongamos el contacto de forma suave y lenta, ambos disfrutábamos del beso.

La extrañaría tanto aún si sólo sería una semana que no sabría nada de ella, porque no recibiría visitas debido al proceso de adaptación, luego si podíamos venir a verla con regularidad y los pacientes como ella podían recibir llamadas al Centro a través de la línea de contacto con familiares, aunque no sería igual que verla y hablarle todos los días. Ella debía estar internada aquí un mes y dependiendo de los resultados, le darían el alta o no.

Dejó un último beso en mi boca y volvimos a abrazarnos.


Regresamos con el resto y me costó un poco soltar su mano, ella me dio una sonrisa tranquilizadora y volvió a despedirse de los chicos antes de darse la vuelta. Sus padres y Woon entrarían con ella, ya la esperaban a las puertas del recinto junto con una mujer con uniforme, parecía una de las enfermeras.

Cuando estaba por entrar se dio la vuelta y fijó sus ojos en mi.

–¡Nos vemos en unos días, osito! ¡Te amo! –Exclamó en una voz ridículamente chillona y me lanzó un beso, lo hizo a propósito. Todos los chicos rieron por esto, las risotadas de Hoseok y Jungkook creo que despertaron a los pacientes que podrían estar durmiendo, Jin los hizo callar.

Ella rió burlona y entró de una vez al lugar, ni me dió tiempo a responderle de vuelta.

–Vamos, osito. –Jungkook habló a mi lado, bromeando con mi apodo.
De casualidad ella me llamaba de la misma manera en que lo hacían mis padres cuando era pequeño, mi abuela también lo hacía, y aunque puede avergonzarme un poco ahora si me lo dicen en público, la verdad es que es algo lindo.

Los chicos caminaron hasta la camioneta. Jungkook, ahora Jimin, y yo volvimos a la mía. Encendí el motor pero inevitablemente mi vista fue hacia las puertas por dónde se había ido Sky segundos antes. Había tratado de no llorar frente a ella porque no quería que se sintiera mal, pero de pronto mis lágrimas salieron sin poder contenerlas. Sabía que todo esto era por su salud, aunque de igual forma me sentía triste por el hecho de que tenía que internarse para no seguir siendo lastimada.

–Tranquilo, hyung. Yoonie estará bien. –Jungkook apoyó su mano en mi hombro.

–Esto será muy bueno para ella y pronto la tendremos con nosotros de nuevo. –Añadió, Jimin, que estaba en el asiento de atrás.

Asentí. Me sequé las lágrimas, exhalé profundamente y moví la palanca para dar retroceso.

Yo sabía que ella era fuerte, aún si no se viera a sí misma de esa forma, e iba a salir adelante.














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Este capítulo fue una mezcla de sentimientos:') Me siento triste por el #yoontae pero todo sea para mejor, no? ¿Qué tal les pareció?

Gracias por leer💜💚

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