142. DOS PIEZAS DE ROMPECABEZAS.

Tierra- 199999 (Mcu).

Las vacaciones por fin habían llegado, así que podía relajarse un poco, poner en orden su vida y dejar que las heridas sanen. Jamás pensó que disfrutaría de J.J y su constante campaña por ensuciar su nombre por televisión fuera su único problema.

Era un sábado bastante tranquilo, Tía May estaba fuera y él tenía una cita por la tarde, una que el mercenario había insistido durante toda la semana y la verdad Peter se encontraba un poco intrigado, pues había sido mucha su insistencia, enviando mensaje todos los días por la mañana para recordarle de su cita.

Lo extraño era que tampoco lo había visto en esos días, argumentando que estaba ocupado y por más que lo intento, fue lo único que quiso decir. Solo esperaba que lo que le ocultaba no fuera que estaba contra viviendo personas de nuevo.

Salió con su traje de Spiderman oculto debajo de su ropa de civil, listo para ir a verlo, avanzando por las calles con tranquilidad, aunque en algún punto, se terminó desviando, sonriendo mientras entraba a una zona algo peligrosa, sin sorprenderse cuando una persona cayo frente a él.

-lindo baby ¿te gusta el peligro? -le pregunto Deadpool, acercándose hasta poder acariciar una de las mejillas del chico.

-tal vez un poco, aunque en realidad quería que mi acosador bajara-le contesto el castaño, estando por tomar la mano en su rostro, pero de inmediato el mercenario lo cargo en sus hombros-oye, que mis piernas sirven-

-No, estas oficialmente secuestrado, un chico lindo de ojitos chocolate no puede entrar a un callejón y esperar que no lo rapten-se defendió Wade, palmeando su trasero.

- ¿y el secuestro no puede ser otro día? Tengo una cita importante-le dijo Peter, también jugando-señor Deadpool, que se va a meter en problemas-

- ¿una cita? Mejor aún, así no dejo que salgas con nadie que me pueda robar tu corazón, spidey-subió al techo desde donde estaba siguiendo al castaño, llevándolo en dirección a su departamento-en realidad, Sali precisamente para evitar eso, no quiero que nadie intente evitar que tengas una cita conmigo-

-y por eso decidiste escoltarme desde casa, ya-comento Peter, sin hacer intento de bajarse, aunque si pataleo un poco cuando llegaron a la puerta del departamento del mercenario y aun así no lo bajo-ahora sí, ponme en el suelo-

-baby boy, que no estaba bromeando-le dijo Wade con diversión, entrando y cerrando la puerta con seguro- ¿sabes? Por fin me deshice del agujero de mi cuarto, ya esta todo arreglado y listo para tener intimidad-sugirió, llevando al chico a la cocina.

-Wade, que la "intimidad" se supone que viene después de la cita ¿Qué no íbamos a tener una? –le preguntó Peter, cruzándose de brazos, pues la verdad él se esperaba otra cosa, alejándose un par de pasos de su novio apenas este lo bajo.

- ¿entonces ya tengo permiso? -quiso saber el mayor, haciendo que el chico se girara para que viera lo que tenía sobre la mesa-porque pensé lo mismo y la verdad... bueno... quería prepararte algo que te gustara y no sabe nada mal-jugo con sus manos un poco nervioso, esperando por la reacción de su niño.

Había preparado un poco de lasaña y la verdad que había sido un completo desastre, pues había intentado prepararla más de una vez, pero solo terminaba sintiéndose un fracasado y con un desastre en la cocina.

Fue justo eso último lo que le terminaba quitando el tiempo del día, haciéndolo esperar mejor al día siguiente para volver a intentarlo y así se había llevado la semana hasta que pudo lograr algo decente.

Peter observo la comida, casi saboreándola solo con el olor que le llegaba ¿en que momento se había puesto tan hambriento? Que no tenía para nada mala pinta.

-Wade, se ve deliciosa ¿puedo probarla? –

- ¡si! Claro, claro que sí-como si hubiera recibido una fuerte descarga, casi dio un brinco al tratar de hacerlo rápido, abriendo la silla para que el castaño se sentara, cortando un trozo de laña para servírselo en un plato, necesitando varios viajes más para llevarle una servilleta, un tenedor, una copa y servirle un poco de vino.

Llamarlo vino era también era un poco exagerado, pues tampoco quería emborracharlo, pero como había leído que el vino era un buen acompañante para la lasaña, decidió comprar un poco, habiendo confiado en los consejos del vendedor cuando le pregunto por un vino apropiado.

-Mmm sabe dulce-dijo Peter al darle un sorbo a su bebida, mirando al mercenario antes de tomar otro poco.

-si, busque uno suave, sé que no te gusta mucho beber... aunque igual tómalo con calma, no quiero que se te vaya a subir, la resaca no es una muy bonita experiencia y no quiero que después te duela tu cabecita-le dijo, mirando atento como tomaba su cubierto, tomando un pequeño trozo para comerlo, pero termino por salir corriendo de la cocina cuando se dio cuenta que las velas en medio de la mesa no estaban encendidas.

Peter se río un poco al verlo tan acelerado, comiéndose el primer bocado de lasaña, apenas si cubriendo su boca cuando Wade volvió a entrar, abriendo cada cajón con prisa, buscando desesperado el encendedor. Apenas termino de masticar, se levanto de su asiento, abrazando al mercenario por la espalda.

-tienes que tranquilizarte-le pidió, haciendo un movimiento con la cabeza para señalarle el encendedor, que estaba al pie de las velas.

-perdón baby, es que... quiero que sea todo perfecto y... ¡las flores! Pete, espérame, no tardo, lo prometo-

-Wade Wilson ¿dejaras a tu cita solo? -fingió regañarlo, llevándolo de la mano para que se sentara, tomando el encendedor para prender las velas-solo come conmigo ¿sí? Que... la verdad te quedo muy rico-termino diciendo, desviando un poco la mirada, un poco sonrojado-la verdad nadie nunca había hecho algo así por mi-

- ¿nadie? ¿de verdad? -pregunto Wade, un poco más animado-quería hacer algo especial para ti, porque quiero demostrarte que te amo mucho y que eres el baby de mis ojos y corazón-hablo a bajo volumen, dudando un poco antes de tomar al chico del brazo para que se acercara a él, haciendo que se sentara en sus piernas-te seguiré diciendo cosas lindas, pero también debes comer, o no habrá postre.

- ¿postre? –

-es todo lo que diré, así que abre esa hermosa boca y come lo que prepare con mucho amor para ti-le dijo, cortando con el tenedor otro trozo antes de ofrecérselo, sonriendo al verlo comer, sintiendo como todo su esfuerzo había valido la pena si recibía esa mirada enamorada que le hacía sentir en casa.

Era hermoso ver como sus mejillas cambiaban de color cada que intentaba ser romántico también, le daba crédito por eso, Peter era algo tímido, pero igual lo intentaba, así que en algo aun más perfecto de lo que él planeo, terminaron alimentándose el uno al otro, con Wade robando un par de besos cada que le parecía que los labios del menor se veían muy ricos como para probarlos, algo que pasaba todo el tiempo.

Termino alejando la botella de vino después de un rato, muy seguro de que solo ocuparían una copa cada uno, con los besos volviéndose cada vez más largos, dejando la comida de lado.

- ¿quieres un poco de postre? -le ofreció Wade apenas se separo de los labios del castaño.

-creo que podemos dejar el postre para después-propuso el chico, pues estaba bastante cómodo donde estaba.

-baby travieso, ya vi que quieres-el mercenario le miro de arriba abajo, dejando un beso en su cuello-pero el postre no es negociable-se levanto de la silla aun cargando con él, tomando el bote de nieve del refrigerador, al igual que una cuchara-tu eres el postre, Pete-

Sonrió al verlo tomar ese color rojizo de nuevo, lamiendo sus labios al imaginarlo en el resto de su cuerpo, llevando a su recién remodelada habitación para dejarlo sobre la cama.

-desvístete-le ordeno en un susurro, comenzando a abrir el bote en sus manos, preparando algunas bolas de nieve.

Peter le dio la espalda, sin decirle nada ¿Qué haría con el helado? Antes había dicho que quería besos de helado ¿será eso para lo que lo quería?

-alto ahí-le dijo Wade, interrumpiendo sus pensamientos-déjate el traje, arañita-añadió, mientras levantaba un poco su máscara, llevando el bote con él para sentarse sobre la cama, esperando por su niño-ven aquí-

- ¿para... para qué es esto? -pregunto el castaño con duda cuando lo vio tomar un trozo de tela, sin lograr ver nada cuando la puso sobre sus ojos-Wade-lo llamo, apoyándose en el pecho de su novio, mientras este acomodaba sus piernas de modo que quedaba una a cada lado de su cuerpo.

-no te asustes, baby, solo es para que lo sientas mejor-le susurro al oído, riéndose un poco al comprobar que su plan funcionaba, pues había sentido como su piel se erizaba al solo sentir el choque de su aliento.

Desabrocho un poco el traje de Spiderman, bajando la tela de uno de los hombros del menor, dejándolo desnudo para después tomar la primera cucharada de helado, poniéndola en su cuello.

- Wade-lo llamo Peter cuando el frío le llego de pronto, estremeciéndose ante el choque de temperaturas en su piel, haciendo ademan de quitarse la venda, pero con una sola palabra, la voz demandante del mercenario lo hizo desistir.

-quieto-pronuncio antes de comenzar a comer el helado de su piel, con una de sus manos ya en su cintura para acariciarla, aunque pronto termino por ponerla en su trasero.

Escucharlo gemir era en verdad placentero, pues era a bajo volumen, casi como pequeños suspiros, donde parecía que le quitaba el aire con solo un toque. Eso lo ponía durísimo, pues para él, era la inocencia de su niño escapando, la misma que e le estaba robando.

No, robando no, por que Peter era quien se la estaba dando, eso era aún mejor.

Bajo más la manga del traje, dejando besos por su brazo desnudo, sin detenerse hasta llegar a su mano, ya sin esa parte del traje, dejando también parte de su pecho al descubierto.

Puso otra bola de nieve ahí, mordiendo sus labios cuando el chico apretó en puños sus manos sobre su traje, aferrándose a él mientras el helado de fresa se comenzaba a derretir poco a poco, bajando por su pezón hasta su vientre, marcando un camino que Deadpool siguió sin dudarlo, gruñendo cuando en lugar de gemidos, lo que saco fue algunos jadeos, dando varias mordidas al darse cuenta de que esas eran las que los provocaban.

Espero hasta llegar a uno de sus costados para poder hacer un chupetón, pues no quería meterse en problemas con su tía suegra, así que solo dejo marcas donde estuvo seguro de que nadie vería.

Apenas se termino esta porción de helado, comenzó a bajar la otra manga del traje, sin detenerse hasta dejar la parte superior del cuerpo de Peter desnudo, llevando una cucharada de helado a su boca para besarlo, que tampoco iba a desaprovechar la ocasión para tener esos dos sabores combinados, su postre estaba resultando ser delicioso.

Termino acostándolo sobre la cama, dejando un momento la cuchara para quitarle el resto del traje, tomando las muñecas del chico apenas se dio cuenta de a donde iba.

-arañita traviesa, que voy a amarrarte esas manos si no obedeces mis reglas-le advirtió.

-pero quiero ver...-se quejó Peter, retorciéndose un poco cuando no pudo soltarse, con su respiración descontrolándose apenas sintió la lamida en su cuello, esa que llego de repente y que no se dio cuenta hasta que sintió ese húmedo musculo contra su piel-Wade...-

- Mmm si lo pides así ¿Qué no te cumpliría? -soltó sus manos, bajando en caricias hasta su cintura-puedes quitarte la venda-le dio permiso, dejando varios besos por su pelvis, tomando la cuchara de nuevo para poner más helado, sintiendo como Peter de inmediato intento alejarse de aquel postre frio cuando vio que se dirigía a su miembro, solo atinando a gemir cuando sintió de nuevo el choque en su cuerpo.

Se retorció sobre la almohada, deshaciéndose en temblores y jadeos, dando casi un salto cuando su entrada se contrajo apenas el mercenario le metió una bola de helado justo ahí.

Su novio era un pervertido, un degenerado, un romántico sin remedio, un loco y también la persona más increíble que Peter había conocido. Si, eso explicaba porque estaba tan enamorado.

Sentirlo jugar con su cuerpo le provocaba sensaciones que jamás creyó descubrir, como en cada toque parecía entregarle el corazón, además de que también le daba la sensación de que cumplía sus fantasías mientras tanto.

En algún momento lo dejo montarlo, poniéndose el mismo el helado para que Peter lo chupara de su cuerpo, pero eso solo paso hasta que Deadpool deicidio por entrar en el castaño y poseerlo, haciéndole perder la cabeza ante cada embestida, dejándolo sin palabras para quejarse, solo haciéndolo gritar su nombre, con devoción, lleno de placer y pasión.

Lo ultimo de helado del bote quedo tirado en el suelo cerca de la cama, igual que ambos trajes y con el resto de la ropa de Peter tirada más cerca de la puerta y la ventana que se encontraba cerrada.

A Peter le gustaban esos momentos al terminar, con un cursi Wade que de alguna forma se las arreglaba para que sus perversidades sonaran lindas, incluso tiernas, como cuando le decía que su trasero era lo más bonito que había tenido el placer de profanar.

Y a Wade le gustaba cuando llegaban al clímax, pues su niño dejaba de lado la timidez para ordenarle lo que quería que hiciera, si se tenía que mover lento, rápido, si quería más, si quería más fuerza o más besos y que Peter se pusiera demandante en la cama, bueno, eso lo calentaba más.

Tal vez así debía ser, eso era lo que justificaba que fueran tan diferentes, por que aun cuando pareciera que tenían todo en contra, cuando estaban juntos todo parecía encajar.

Como si fueran un par de piezas de rompecabezas conorillas redondas. Justo eso eran ellos.

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